El diario rojo de Carlota personajes

SAB

1.Estructura y valoración de la carta final de Sab a Teresa

– Introducción a la carta, que dice dónde está Sab: en la casa de Martina, en los últimos momentos de vida y con su hermanastro, Luís, agonizando. Reflexiones:

-Consideraciones con elamor: desde siempre ha amado a Carlota. Pero es imposible conseguir el amor de Carlota.

-Augurios y pronósticos de lo que puede pasarle a Carlota con Enrique Otway, caracterizado desde el primer momento de manera negativa. El lector ya casi adivina cómo va a acabar la historia.

-Comparación entre la esclavitud del negro y de la mujer. Defensa de la igualdad entre los seres humanos.

-Reacciones de los personajes de acuerdo a la educación católica recibida.

-El tema de la virtud: ¿dónde está la virtud? ¿Qué consideramos como virtud? Habla de la inteligencia, el orgullo… pero Sab ejemplifica la virtud con el personaje de Teresa. Y en la carta se identifica con dos situaciones: la persona virtuosa para Sab es Teresa, un personaje que va creciendo a medida que aumenta la obra. Entra la conclusión y el inicio de la obra han pasado cinco años, y el personaje de Teresa, ingresada en un convento, se descubre como un personaje virtuoso, y Sab ya lo sabía, sobre todo por la entrevista que tuvo con ella; y la virtud moral: el honor del Siglo de Oro (los personajes nobles tenían honor, y se suponía que eran honorables. Pero resulta que muchas de las obras del Siglo de Oro presentan un abuso de este honor por parte de los personajes nobles, que son nobles por nacimiento, y las personas honorables son aquellas que no han nacido nobles. La dicotomía entre el honor y la virtud aparece también en Sab: hay dos extremos (hombre blanco-hombre negro; dueño-esclavo), y a virtud corre en sentido contrario al honor (hay más virtud en el plebeyo que en el amo). El temperamento y carácter de Teresa son alabados.

-El tema de la muerte, muy característico de los románticos. No es un tema predominante, pero zanja la carta. “Yo muere abrasado en el santo fuego del amor (…)” Morir de amor; la pasión es fundamental, y no la felicidad aparente.

2. Punto de vista y presencia de la narradora

La narradora no es muy objetiva, y desliza muchas opiniones a lo largo de toda la obra, escondida bajo una tercera persona ajena a la historia que a veces se convierte en una primera persona. Es un narrador omnisciente, que lo sabe todo, pero aparece tanto en primera persona singular como en plural, con interrogaciones retóricas, que están abiertas a varias respuestas (tal vez con ironía), y el lector se responde a lo que la narradora le va preguntando a lo largo de la obra.

La narradora sale también en la descripción hiperbólica de Cuba, fantástica y exuberante, que denota un apego hacia la tierra, sobre todo en Puerto Príncipe. (Recomendación al lector, en la página 149). A la narradora le causa tal impacto la carta de Sab que la guarda en su memoria, con una primera persona de plural (página 263).

La actitud de dirigirse al lector es propia de la novela folletinesca, y le permite manejar esa historia y opinar sobre aquello que cuenta, y hace partícipe al lector de la historia que se cuenta.  

3. Los triángulos amorosos

Enrique-Carlota-Sab es el triángulo amoroso fundamental, pero también está el triángulo secundario de Teresa-Enrique-Carlota. Enrique-Teresa-Sab; Teresa-Carlota y Sab son otros dos triángulos que no aparecen en la obra pero podríamos deducirlos. El de Enrique-Carlota-Sab es el principal. Para ver el verdadero personaje de Enrique hay que esperar al final, cuando abandona a Carlota por cuestiones de negocio.


4. Elementos románticos


Costumbrismo o elementos del folklore

Desde el inicio de Sab hay una preocupación constante por la alabanza hacia un territorio concreto (ya hemos visto al hablar de la presencia de la narradora-autora que éste es la tierra natal de Tula: Cuba y, en concreto, la zona de Puerto Príncipe, actual Camagüey, que fue donde nació y pasó su infancia Gómez de Avellaneda). La demora de la narradora en el momento de describir el paisaje natural cubano reside en un aprecio y cariño evidente por la naturaleza exótica de Cuba. Pero al margen de la descripción natural, Gómez de Avellaneda destaca también otros rasgos particulares de Cuba, como es la música (la primera vez que vemos a Sab lo hacemos escuchándolo “cantando una canción del país cuya última estrofa pudo entender perfectamente el viajero (…).” El lenguaje de Tula se encuentra impregnado por toda una serie de palabras que evocan al ambiente tropical o cubano: “hamaca”, “bohío”, “coaba”… Además, se incorpora la historia tradicional de Martina y Camagüey relacionado con los sentimientos y el paisaje. En el lenguaje de los personajes no hay lenguaje cubano. 


-Tema del amor, con final trágico

Amor imposible por el color (negro-blanca), la clase social (esclavo-señora), el parentesco (son primos hermanos: Sab es hijo de un hermano del padre de Carlota) y porque Carlota está enamorada de Enrique.


Configuración de la figura femenina:

Carlota es una joven muy hermosa codificada bajo el donna angelicata.


Parejas de opuestos:

Enrique-Sab; Teresa-Carlota.


Elementos de ultratumba, aunque no está muy presente en Sab.


Los presagios o augurios:

la coincidencia de la boda con la muerte de Sab, con la marcha del padre y con el ingreso de Teresa en un convento…


Gusto por la noche y la tormenta, que se contrapone a la naturaleza dominada neoclásica y que demuestra la energía y la fuerza que encierra el mundo. Al Romanticismo le gustan los extremos: un calor abrasador, una tormenta (el día del matrimonio, como augurio: rayos, truenos, lluvia… y en la noche en que Enrique y Sab deben partir; siempre junto al personaje de Enrique Otway).


Los protagonistas son personajes marginados:

Sab es un esclavo; Teresa es una “pobre huérfana desvalida” que no atrae físicamente (a diferencia de Carlota) y aparentemente incapaz de sentir emociones. La carta final de Sab a Teresa consigue precisamente hermanar a las almas marginadas, no sólo por la sociedad, sino por los seres a los que aman: Sab ama a Carlota, pero ésta prefiere a alguien que, no siendo esclavo, tiene un alma más vulgar que la suya propia (“(…) porque levantándose de improviso allá en lo más íntimo de su corazón no sé qué instinto revelador y terrible, acababa de declararle una verdad, que hasta entonces no había claramente comprendido: que hay almas superiores sobre la tierra, privilegiadas para el sentimiento (…), para las cuales están reservadas las pasiones terribles, las grandes virtudes, los inmensos pesares… y que el alma de Enrique no era una de ellas”).

-Ligado con esto último, la importancia de los sentimientos.

-La conexión que se establece entre el alma del personaje y la naturaleza.
Se observa especialmente en dos fragmentos: “-Para ti [Carlota] debe ser más hermosa la noche y las brisas más puras: para ti que eres feliz. (…) Hija adorada, ama querida, esposa futura del amante de tu elección, ¿qué puede afligirte, Carlota? Tú ves en esta noche tan bella la precursora de un día más bello aún (…)”, y “La madrugada era fresca y hermosa y el campo no había parecido nunca a Carlota tan pintoresco y florido” (tras saber que Enrique Otway ha sobrevivido a la tormenta

-Exotismo, la exuberancia del paisaje de Cuba. Fatalismo. Dicotomías en muchas páginas.

La sociedad cubana de la época era racista y esclavista, pero Carlota, que vive de sentimientos y no en contacto con la sociedad, no lo es, y en el momento de máxima felicidad, con el matrimonio de Enrique, Carlota libera a Sab.

La esclavitud aparece en reflexiones de Sab, no directamente en la historia. Página 106, ejemplo del abolicionismo: “es un cruel espectáculo la vista de la humanidad degradada, de hombres convertidos en brutos, que llevan en su frente la marca de la esclavitud y en su alma la desesperación del infierno”. La novela la ha considerado antiesclavista, pero tiene más de novela sentimental que abolicionista (es el telón de fondo, el contexto, pero la historia es amorosa). Sab es una mezcla de hombre blanco y mujer negra de ascendencia real africana. Sab invierte los valores, y en Cuba se consideró tan subversiva que no se publicó en la época: el alma de Sab es superior a la de Enrique Otway, siendo éste blanco y superior en la jerarquía social.  En Sab, Carlota y Teresa hay rasgos de Avellaneda; y en Enrique Otway puede que se oculte la figura de Cepeda: fue el gran amor de Tula, pero también su gran decepción. Las dudas de Carlota sobre el amor que siente por ella Enrique serían las mismas de Tula por Cepeda.