4. Dignidad, honestidad, honradez del informático.

Resumen de contenido de los códigos y declaraciones éticas del periodismo .

1º. La información del público como «misión»

El preámbulo de la Carta de Múnich, así como la mayoría de los Códigos, comienza con una declaración de principios: «El derecho a la información y a la libertad de expresión y de crítica es una de las libertades fundamentales de todo ser humano». Es en este derecho del público a conocer los hechos y opiniones donde se fundamenta y legitima la actividad periodística y de donde surgen los derechos y deberes de la profesión. Los Códigos tratan de recordar de esta forma que la libertad y los derechos a la información no es un privilegio de editores y periodistas, sino que pertenece a todos los ciudadanos. La misión intrínseca de la prensa y todo sistema de información está en el deber de informar al público. Los deberes y derechos del periodista se desprenden del derecho del público a conocer los hechos y las opiniones. El periodista no recoge y distribuye información por placer ni para enriquecer al empresario, sino para comunicarlo al público y, por ello, es ante el público frente a quien es responsable el periodista en último término. La carta de Múnich señala que los periodistas «reivindican el libre acceso a todas las fuentes de información y el derecho a investigar libremente sobre todos los hechos que condicionan la vida pública».  

2º. La libertad como «condición»

Hablar de la misión de la prensa es ya hablar de su libertad. La libertad constituye el espacio necesario para la verdad. Para que el derecho del público a conocer noticias y opiniones se convierta en realidad es preciso que se dé la libertad, la independencia y la dignidad de su profesión y sus profesionales. De aquí que todos los Códigos hablen reiteradamente del deber de los periodistas en defender y comprometerse con la libertad de información, de comentario y de crítica; de defender la independencia y la dignidad de la profesión. Albert Camus refería esta condición de la forma siguiente: «Cuando la prensa es libre puede darse prensa buena y prensa mala, pero cuando no hay libertad solo puede existir la prensa mala» 3º. La verdad como «valor central» de la información y «el deber fundamental» del periodista.
Respetar la verdad, sean cuales sean las consecuencias que ello comporte para el propio periodista, en base al derecho que el público tiene a conocer la verdad, suele asumirse como el primer deber del periodista. La verdad en la información no es algo deseable o conveniente, sino que constituye el elemento constitutivo del mensaje de hechos o noticias, forma parte de la definición de información y noticia (C. Soria) En razón del derecho del público a conocer la verdad el primer deber de todo periodista en la investigación, la redacción y el comentario de los acontecimientos es el de respetar la verdad, buscar la objetividad y la exactitud en cuanto sea posible y sean cuales sean las consecuencias. De lo contrario la información se convierte en mentira o simple manipulación.

4º. El respeto a la dignidad de la persona como «límite»

Pueden existir en el mundo de la información más o menos límites legales y sociales, pero el único limite moral que los sistemas de comunicación social y el profesional de la información asume como tal es el que procede del respeto a la dignidad de la persona humana. Solo desde esta gran orientación axiológica presente en la deontología profesional se entiende el significado de los límites a la información y adquieren sentido las normas de conducta profesional sobre el respeto a los derechos de personalidad, la presunción de inocencia, el cuidado escrupuloso en la mención de nombres implicados en un proceso judicial, el respeto exquisito con los derechos del menor, el respetar las sensibilidades del público y las minorías, y el tratar de evitar toda presentación exageradamente sensacional de la violencia y la brutalidad.

Obligatoriedad de los Códigos


El Código deontológico de la profesión periodística de la Federación de asociaciones de prensa de España (FAPE), establece como primer principio general: «El periodista actuará siempre manteniendo los principios de profesionalidad y ética contenidos en el presente Código Deontológico, cuya aceptación expresa será condición necesaria para su incorporación al Registro Profesional de Periodistas y a las Asociaciones de la Prensa federadas. Quienes con posterioridad a su incorporación al Registro y a la correspondiente Asociación actúen de manera no compatible con estos principios, incurrirá en los supuestos que se contemplen en la correspondiente reglamentación». Aproximadamente una quinta parte de los Códigos deontológicos mencionan expresamente alguna forma de obligatoriedad de sus normas para el comportamiento profesional, y el resto invitan a asumir voluntariamente los principios del código y orientar su hacer profesional según las normas establecidas. Es obvio que como normas éticas para el comportamiento práctico de un profesional no pueden tener la fuerza coercitiva y sancionadora que tienen las legislaciones positivas pero, como anteriormente se indicó, tampoco pueden considerarse como simples criterios subjetivos. Constituyen un «credo» o un código de honor construido y asumido por un colectivo profesional y como tal reflejan la «cultura ética» de la profesión, y piden la adhesión desde la propia responsabilidad y conciencia personal a la responsabilidad profesional colectiva.

Otros principios y normas éticas de los códigos

En la parte anterior ya se trataron algunos de los principios y normas de los códigos deontológicos: derecho/deber de información, derecho a la intimidad y respeto a la vida privada, la integridad profesional, el secreto profesional, la cláusula de conciencia, el derecho de rectificación. A fin de completar las normas éticas de la profesión periodística se hará referencia aquí a algunos otros deberes presentes en los códigos deontológicos de la profesión periodística.

Subjetividad del periodista y verdad de la información. ¿Qué dicen los Códigos deontológicos?


«El primer compromiso ético del periodista es el respeto a la verdad» (Fape) «El supremo mandamiento de la prensa es el respeto a la verdad» (Código alemán);»La verdad es nuestro objetivo básico» (Código de USA; «La emisión de noticias debe realizarse con veracidad, a través de las actividades verificadoras y comprobadores oportunas y con imparcialidad en la exposición, descripción y narración de los mismos» (Código europeo); “La verdad es nuestro objetivo final” (Código de Ética de la Sociedad de Periodistas profesionales) Lugar de la verdad en los sistemas de información y comunicación. La teoría y la práctica de la información y la comunicación humana descansan sobre el eje de la verdad. El compromiso de los periodistas con la verdad, y las exigencias de informar con veracidad, objetividad, exactitud, neutralidad e imparcialidad, constituye el principio ético más general y la norma de comportamiento absolutamente presente en todos los Códigos deontológicos. La verdad no es solo una aspiración, es una parte esencial de la misma definición de la información periodística y de la noticia. El deslizamiento desde la “verdad y objetividad” hacia la veracidad y honestidad informativa. Los clásicos conceptos de verdad, entendido como o opuesto al error y la mentira, objetividad, considerado lo contrario a la pura subjetividad, y exactitud que se contrapone a la inexactitud, el error y el sesgo, parecen hoy sugerir nociones con exceso de carga filosófica y moral. La veracidad, como virtud moral o disposición a decir lo que se piensa con sinceridad con uno mismo y con los demás, constituye un aspecto central y asume un papel primordial en toda forma de comunicación interpersonal efectiva. El éxito de un proceso de comunicación se basa en que el receptor tiene la presunción de que el emisor está actuando de acuerdo al principio de veracidad. La veracidad es el elemento donde se basa la confianza, la calidad y la credibilidad de toda relación y todo sistema de información y comunicación humana y social. Pero no basta con la referencia a la veracidad y la honestidad informativa. De un periodista no se espera sólo que no quiera engañar, sino que se haya informado correctamente para poder informar con verdad.

La objetividad periodística


Otros autores, predominantemente del mundo anglosajón donde los periodistas están más orientados al respeto a los hechos y la distinción técnica entre información y comentario, noticia y opinión, prefieren hablar de la objetividad periodística. Objetividad ajena al «objetivismo filosófico» y que no se entiende como una meta sino como un proceso, una norma orientadora que compromete la competencia y el saber práctico de los profesionales de la información. Objetividad que identifican con la exactitud y la imparcialidad (Accuracy, Fairness). Entienden la objetividad periodística como la adecuación o correspondencia esencial entre las cosas y lo que se dice de ellas, entre los sucesos y las noticias, entre la realidad y la información transmitida. Un periodista considera una noticia, investiga los hechos, hace preguntas para informarse y organiza posteriormente su conocimiento e informe asumiendo cuotas de subjetividad en un proceso en el que influyen aspectos psicológicos (memoria, imaginación) políticos (convicciones) y sociales (lugar y posición social). * Gran parte de las noticias y la información se van produciendo de forma sucesiva en un proceso más o menos prolongado en el tiempo. La información es preciso contarla de forma desmigajada e incompleta. Una información no es «la verdad», sino un fragmento de la realidad, un dato provisional que se renueva y enriquece cada día.  * Los temas y asuntos políticos, económicos y sociales, objeto de la información suelen ser temas caracterizados por su «complejidad», lo que dificulta la información objetiva y exacta. Estas dificultades son las que explican el intento de excluir los conceptos de la verdad y la objetividad periodística del mundo de la información, y acogerse a las nociones más simples de veracidad y de honestidad. Sin embargo no parece bueno renunciar fácilmente a aquellas nociones como criterios fuertes de enjuiciamiento y valoración de la información, pues comportaría un fácil deslizamiento hacia el relativismo y la subjetividad, hacia el «todo vale». Conviene no olvidar que el periodismo consiste en «obtener datos informativos y en hacerlos llegar al público para que sea el público quien pueda conocer y comprender los acontecimientos que le afectan». Tarea que difícilmente podrá cumplirse ni evaluarse sin la referencia a la verdad y la objetividad. La referencia a la verdad y objetividad en el periodismo y la información sigue siendo una necesaria referencia ética, válida para: * orientar y juzgar tanto la actitud y disposición del periodista en cuanto persona como el método o enfoque en la investigación y presentación de la información * recordar al periodista que es un sujeto moral con una triple responsabilidad: distinguir y reconocer «lo noticiable», lo digno de ser objeto de información en relación con el público; decidir sobre su publicación y prever sus consecuencias; y contar «las cosas tal como son» sin camuflarlas. * considerar que la verdad en el campo de la información no puede reducirse al mundo de las buenas intenciones, es mucho más que el simple resultado de la honestidad del periodista * y exigir una preocupación por el rigor en los tres órdenes de la información:

El orden de la observación 2º. El orden de la interpretación  .
El orden de la narración ///  I. Referidos a la investigación de la verdad (orden de la observación):
1. Verificar y documentar correctamente las informaciones y las noticias 2. Controlar la fiabilidad de las fuentes y los métodos de información 3. Contrastar las informaciones. 4. Buscar una información completa, con todos los elementos esenciales. 

II. Referidos a la interpretación de la verdad (orden de la interpretación):

5. Contextualizar adecuadamente la información para hacerla comprensible 6. Distinguir noticias y opiniones, información y comentario, información y publicidad. 7. Evitar el partidismo ofreciendo todos los elementos esenciales 8. Rechazar la lógica de “lo que el público quiere”, que solo lleva a interpretaciones rutinarias y banales III. Referidos a la difusión de la verdad (orden de la narración):
9. Dar espacio, lugar y énfasis adecuado a la importancia de la noticia 10. Recordar que «el rumor no es noticia». 11. Emplear titulares y encabezamientos adecuados al contenido. 12. Utilizar un lenguaje correcto y digno. Rechazar el empleo de estereotipos y simplificaciones. // Otros deberes profesionales
En la mayoría de los códigos deontológicos se insertan un grupo de «deberes profesionales», referidos a delitos contra el comportamiento ético profesional que, por el alcance y repercusión que tienen en a práctica periodística, conllevan una gravedad especial:

A. Compromiso de adquirir la información por medios lícitos y honestos

Muchos códigos resaltan el deber del periodista de obtener la información, las fotografías y documentos empleando exclusivamente unos medios que sean justos, legales, honestos y razonables. Las fotos, las noticias y la información no pueden conseguirse nunca en contra de la voluntad del emisor. Por ello toda forma de engaño o empleo de medios no transparentes y confesables se considera contrario a la ética profesional. Ni el fin justifica los medios, ni el mensaje informativo legitima por sí mismo cualquier tipo de actuación. Carlos Soria en «El laberinto informativo: una salida ética», trata de repasar algunas prácticas que plantean perplejidades y dudas éticas.  Para ello habla de 10 procedimientos problemáticos:

Ocultación de la condición de periodista y cambio de identidad. El ocultar la propia condición de periodista y adquirir otra personalidad a efectos informativos no puede considerarse un comportamiento ético, por cuanto supone una actitud de engaño tanto para las fuentes como para el público.

Abuso de confianza. Hay periodistas que consideran que deben ejercer como tales las veinticuatro horas del día y son incapaces de distinguir espacios y relaciones de confianza y proximidad.

Escuchas y cámaras disimuladas. El empleo de cámaras ocultas, el uso abusivo de teleobjetivos, la manipulación de líneas telefónicas, etc. Son siempre formas censurables en el mundo de la información periodística, y se considera otra forma de engaño a la fuente de información y al público
Apropiación indebida de documentos y su uso. Se suele considerar como regla general de ética que ni pueden robarse documentos ni pueden utilizarse los que llegan a la mesa dejando tras de si una huella de deslealtades, ilicitudes o deberes incumplidos.

«Periodismo de rebaño». Se acostumbra a utilizar este término para referirse a la actuación de los informadores que acuden en grupo a ciertos acontecimientos y cuyo trabajo termina en unas informaciones que parecen calcadas unas de otras, con lo que manifiestan la existencia de una fuente que domina la situación y orienta en beneficio propio la información.

Aceptación de dádivas y regalos. El borrador de código que trabajaba El País decía: «Los redactores de El País no aceptarán regalos. Esta norma incluye también los obsequios que con motivo de Navidad suelen efectuar determinadas empresas o instituciones…  

Periodismo de «talonario». Pagar por la información. La práctica de pagar dinero a cambio de información se está incrementando en nuestros días, cuando se compran exclusivas, declaraciones, opiniones, participación en tertulias, o bien acontecimientos sociales como bodas, nacimientos, separaciones…  

Entrevistas de emboscada. Hay periodistas de dudosa ética que no dudan en emplear procedimientos poco limpios para lograr una entrevista, asaltar o tender trampas al entrevistado, sorprenderle, enfadarlo, ponerle nervioso.

Plagio de textos y fotos. Resulta fácil para un redactor disfrazar textos de otra persona cambiando el lenguaje e intercalando alguna cosa propia, pero no por fácil parece menos condenable.

10º

Invención de informaciones y creación de acontecimientos. La misión del periodista es informar con verdad, dar cuenta de los hechos y acontecimientos que suceden, pero no inventar historias.

B. Corrección de errores


Ya hemos visto el derecho de réplica. Pero todo periodista con dignidad e integridad profesional no debe esperar la aplicación del derecho de réplica, sino que ejercerá el deber de rectificar de forma rápida y espontánea siempre que sea consciente de una inexactitud o error cometido. La ética mínima, establecida en los códigos de honor o deontología, requiere el cumplimiento de este deber de corrección. Código de Suiza: «El periodista debe rectificar toda información publicada que se revele materialmente inexacta». Código de Inglaterra: «Un periodista deberá rectificar de forma espontánea e inmediata cualquier inexactitud dañina, asegurando que la corrección y excusa reciban la debida importancia y permita el derecho de replica de las personas criticadas cuando el artículo tenga importancia suficiente».