Conectividad y Cohesión Social: Estrategias de Comunicación y Participación para el Bienestar Comunitario

Conectividad y Desafíos Sociales en la Era Digital

Fantova realiza una exploración de la realidad actual, destacando los siguientes puntos clave:

  1. El avance del conocimiento científico y el desarrollo tecnológico configuran una sociedad donde lo intangible gana valor sobre lo tangible.
  2. Una individualización de las trayectorias vitales que afecta la calidad de vida.
  3. Una mayor esperanza de vida y un descenso de la natalidad, generando una sociedad más envejecida.
  4. El empoderamiento de la mujer y la diversificación de los modelos familiares.
  5. La diversidad cultural y su fragmentación grupal por sexo, edad, origen, religión, entre otros.
  6. La exigencia por parte de los ciudadanos de dar respuesta a necesidades cada vez más concretas y complejas, en un contexto donde la gobernanza tiende a ser más horizontal.

En este contexto, se conforma una realidad que es multiversa, se está digitalizando y está fragmentada. Según Acebes, los problemas sociales pueden resumirse en tres:

  1. El nihilismo y sus efectos sobre la pérdida de vínculos sociales y el aislamiento social.
  2. El analfabetismo relacional, agudizado por la digitalización.
  3. La desafección hacia lo comunitario.

La Soledad y la Desconexión en la Sociedad Contemporánea

Soledad No Deseada

En la sociedad actual, marcada por la cultura individualista y el consumismo, la soledad ha dejado de ser algo ocasional para convertirse en un fenómeno estructural. Aunque las personas estén más conectadas que nunca a través de las tecnologías, muchas se sienten desvinculadas y vacías. Esta soledad, según Hannah Arendt, es un terreno fértil para el autoritarismo, ya que las personas buscan pertenencia en ideologías que prometen respuestas y seguridad. La falta de relaciones profundas y significativas genera una creciente sensación de alienación y nihilismo, donde se pierde el sentido de comunidad y apoyo mutuo.

El Analfabetismo Relacional

Describe la falta de habilidades para establecer y mantener relaciones saludables y humanas en la sociedad contemporánea. Las estructuras tradicionales de la familia, el trabajo y la comunidad se han debilitado, y las personas se enfrentan a dificultades para interactuar de manera efectiva. En un entorno de constante exigencia y polarización, se priorizan los derechos personales sin asumir responsabilidades compartidas, lo que dificulta el diálogo respetuoso y la resolución de conflictos. Esto conduce a una fragilidad emocional y a la incapacidad de formar vínculos auténticos, generando una sociedad fragmentada y desconectada.

Desafección de lo Comunitario

En el modelo social actual, que favorece la lógica individualista y asistencialista, se ha ido desintegrando el sentido de lo comunitario. Las instituciones y redes de apoyo no promueven la solidaridad colectiva, sino que atienden necesidades de manera fragmentada y reactiva. La asistencia se ha mercantilizado, y se ha perdido la capacidad de prevenir y de generar un cuidado relacional que implique a todos. El tejido comunitario se desvanece, dejando a muchas personas con la sensación de que no reciben el apoyo necesario, lo que refuerza el aislamiento y la desconexión social.

Evolución de la Asistencia Social y la Participación Ciudadana

De las Visitadoras Sociales al Impacto Digital

María Zambrano destaca la importancia de la palabra y la comunicación en la vida y en la asistencia social. Las pioneras de la asistencia social (Mary Richmond, Jane Addams, Octavia Hill, Concepción Arenal, entre otras) demostraron que la atención cercana, comprensiva y basada en el cuidado es fundamental y muy útil, incluso si antes se consideraba menor o menos importante. La práctica ha demostrado que la comunicación en las relaciones de ayuda es clave para generar conocimiento y valor en su labor.

En el pasado, las instituciones usaban el miedo para controlar a las personas, pero en la actualidad, los cambios sociales, tecnológicos y culturales han llevado a una mayor individualización y a nuevas formas de participación ciudadana. Aunque la ciudadanía puede ser desconfiada, busca activamente participar a través de redes sociales y otras plataformas, exigiendo mayor acción y participación en decisiones públicas. Los niveles de participación ciudadana avanzan desde el carácter informativo a la cogestión:

  1. Informativo: A la ciudadanía le llega información sobre asuntos de interés público.
  2. Consultivo: La ciudadanía puede ser convocada a un proceso participativo. El objetivo es recoger opiniones y propuestas sobre los asuntos de interés público.
  3. Decisorio: Nivel de participación donde las personas deciden sobre el asunto tratado.
  4. Cogestión: Participación conjunta de la administración y los ciudadanos, involucrando a las personas en el diseño, implementación, control y evaluación del proyecto de interés público.

Para lograr una participación plena, es esencial una comunicación clara, accesible y honesta, que transforme el miedo en esperanza. Además, no es necesario contar con recursos ilimitados o condiciones perfectas; la clave está en la comunicación efectiva entre la ciudadanía y las instituciones, como lo muestran diversos modelos implementados desde 1969 hasta hoy. La escucha, la comprensión y el diálogo son esenciales en la intervención. El modelo comunicativo ha evolucionado tanto que se requiere una mayor especialización del Trabajo Social (TS) y un manejo de las nuevas tecnologías.

Participación y Convivencia: Pilares de la Sociedad

Fundamentos Filosóficos de la Interacción Social

La participación a través de la comunicación es fundamental para definir cómo convivimos y quiénes somos. Desde Aristóteles, sabemos que el ser humano es social y que, mediante la palabra, deliberamos sobre lo justo e injusto. Rousseau habla de la voluntad general en su obra El Contrato Social, y Buber destaca que el encuentro sincero entre personas crea vínculos que debemos cuidar. Los valores surgen en el hacer compartido y en el bien común.

La participación genera relaciones que, si son facilitadoras, fomentan una convivencia basada en la tolerancia y el respeto por la diversidad. Sin embargo, nuestra cultura a veces nos hace centrarnos en lo individual, dificultando entender que los demás son parte esencial de nuestro ser. La relación con otros es necesaria, pero no toda participación es positiva; la participación ciudadana, por ejemplo, es un medio de poder para impulsar cambios sociales y compartir beneficios.

Niveles de Participación y Necesidades Humanas

Arnstein propone una escala de 8 niveles de participación:

  1. Manipulación
  2. Terapia
  3. Información
  4. Consulta
  5. Apaciguamiento
  6. Asociación
  7. Poder delegado
  8. Control ciudadano

La participación es una dinámica que enseña a convivir, a aceptar éxitos y fracasos, a gestionar diferencias y a organizarnos, reconociendo a los demás como protagonistas. Sin estrategias, puede reforzar errores o sesgos, por eso es clave que sea una herramienta para fortalecer nuestros vínculos, porque sin el otro, no hay yo.

Max-Neef señala 9 necesidades humanas básicas, como la subsistencia, afecto, identidad, libertad y participación. Cuando estas no se satisfacen, surgen problemas sociales y emocionales. Participar significa que las personas buscan algo en común, conscientes de su proyecto personal y colectivo, y que la convivencia requiere respeto y confianza para que ambos puedan crecer. Para lograr una convivencia armónica en un mundo globalizado, es necesario diseñar relaciones responsables y compartidas, fomentando la cohesión y la confianza a través de una comunicación efectiva y un esfuerzo conjunto.

La Comunicación Efectiva: Escucha, Comprensión y Diálogo

Fundamentos de la Interacción Humana

La comunicación es fundamental en la vida humana. En el Trabajo Social (TS), se centra en la diversificación y la pluralidad de personas. Para que sea efectiva, la comunicación, ya sea con palabras o gestos, debe ser accesible, adaptarse y ser flexible, ya que el lenguaje puede sanar y fortalecer vínculos. Es importante emplear el lenguaje con capacidad y criterio para aportar positivamente a la comunidad, las personas y nuestra disciplina. La comunicación es constante, tanto con uno mismo como con otros, en diferentes ámbitos y dimensiones, y requiere dinámicas que influyen en cómo nos relacionamos. Gestionar bien los recursos comunicativos es clave.

Habilidades Clave para una Comunicación Significativa

Se resaltan habilidades esenciales como:

  • El saludo, que debe ser consciente, respetuoso, sereno e igualitario, generando un ambiente cómodo y facilitando la apertura.
  • La sonrisa, que transmite seguridad y proximidad, integrando aspectos verbales y no verbales para que la comunicación sea completa y comprensible.
  • La actitud proactiva y la profesionalidad en los servicios, con escucha, cuidado y diálogo, dan sentido a toda interacción.
  • La escucha, que es el punto de partida para aprender y compartir, creando espacios donde las personas se sientan acogidas y puedan ordenar sus pensamientos.
  • El silencio, lejos de ser evasión, es respeto y una forma de interiorizar lo que otros transmiten.
  • La comprensión, que facilita el diálogo y la búsqueda de soluciones, logrando una comunicación tanto profesional como humana, basada en acuerdos.

El diálogo, como esencia de la horizontalidad, es vital en la interacción social. Aunque las redes sociales permiten la hiperconectividad, es necesario readaptar y replantear continuamente la forma de comunicarnos para mantener su valor y evitar que se diluya. La comunicación tiene un valor fundamental y su expresión más importante es el diálogo, que fomenta el compromiso social, ético y humano. La persona humana es el núcleo de toda acción comunicativa: escuchar para comprender y comprender para dialogar.

Estrategias para la Participación y el Bienestar Social

Gobernanza y Ciencias Sociales al Servicio de la Comunidad

La gobernanza basada en una participación bien coordinada permite diseñar estrategias que fomenten la convivencia cívica y aborden de manera efectiva los problemas endémicos de nuestras sociedades, siempre pensando en el bienestar de las personas. Esto requiere responsabilidad compartida para lograr sociedades más prósperas, justas, resilientes y sostenibles ambientalmente. En el ámbito del Trabajo Social (TS), se reconoce que el bienestar no solo depende de aspectos objetivos, sino también de sentirse parte y participar activamente en el codiseño de soluciones, abriendo nuevas oportunidades.

Además, se destaca que el conocimiento en ciencias sociales no es neutral; está influenciado por valores objetivos, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o la Agenda Urbana Española. Es importante que las ciencias sociales no se limiten a buenas intenciones o sensibilidades, sino que utilicen técnicas y métodos científicos para describir, diagnosticar, intervenir y evaluar la realidad de manera crítica y fundamentada.

Fomento de la Participación y la Sostenibilidad

La participación se promueve mediante estrategias concretas y comunicación efectiva, empoderando a las personas responsables de su propio desarrollo. Se proponen diversas formas de participación en la sociedad civil, incluyendo el uso de nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) y enfoques tradicionales, para fortalecer el valor de lo público y promover la sostenibilidad. Se destaca también la igualdad de género, apoyada en evaluaciones sistemáticas y procesos de mejora continua. El uso de TIC y experiencias educativas internacionales muestran cómo involucrar a los ciudadanos en el bien común. Iniciativas de la UNED analizan buenas prácticas a través de talleres participativos, donde se reflexiona sobre casos reales, sus condiciones y enseñanzas replicables. Cuanto mayor sea la participación en un proyecto, mayor será el compromiso y la responsabilidad de los ciudadanos.