Alimentos Funcionales y Nutrición Avanzada: Impacto en la Salud y Bienestar
Introducción: La Evolución de la Nutrición
Como decía F. Grande Covián, «el hombre primero quiso comer para sobrevivir; luego quiso comer bien e incorporó la gastronomía a su mundo cultural. Ahora, además, quiere comer salud». Tal y como lo definen A. Palou et al., «un alimento puede ser considerado funcional si, además de sus cualidades nutricionales, afecta beneficiosamente a una o varias funciones relevantes del organismo, de manera que proporciona un mejor estado de salud y bienestar y/o reduce el riesgo de padecer una enfermedad». La nutrición se expande así en áreas extensas de capital importancia. Axiomas que parecían inamovibles, como la «dieta para el mantenimiento de la salud» por simple cobertura de necesidades, dejan paso, apenas hace dos décadas, a conceptos como los de «nutrición óptima», «promoción de la salud» o «prevención de enfermedades» mediante la alimentación.
Definición y Clasificación de Alimentos Funcionales
Los «alimentos funcionales», en la medida en que implican nuevos procesos de obtención, nuevos nutrientes o proporciones diferentes de los mismos, pueden considerarse «nuevos alimentos», según la clasificación establecida por la Unión Europea y por el Comité Científico de la Alimentación Humana. La legislación europea considera los «alimentos funcionales» como alimentos propiamente dichos y no como «nutracéuticos», los cuales se distinguen por haber modificado sus cualidades de presentación habitual en la dieta cotidiana.
Áreas de Investigación y Aplicación
Poblaciones Específicas y Patologías
Los grupos de población con circunstancias vitales diferentes son un área de grandes perspectivas de investigación: etapas de crecimiento y desarrollo; esfuerzo físico y deporte; y envejecimiento. Y, por supuesto, las actividades de diversos micronutrientes sobre las grandes patologías del siglo XXI: trastornos cardiovasculares, cáncer y enfermedades neurológicas.
Diseño y Validación de Alimentos Funcionales
El diseño de un «alimento funcional» debe estudiar el impacto de los nutrientes en las funciones del organismo, indagar los mecanismos que conducen a este impacto y crear sistemas de comprobación para validar estas acciones. Todo ello es aplicable a la prevención y al tratamiento de patologías diversas.
Alimentos Transgénicos: Perspectiva Científica
Respecto a los alimentos transgénicos con innovaciones genéticas, la controversia continúa sin argumentos científicos negativos, ya que, como escribe F. García Olmedo, «la práctica totalidad de lo que ponemos en nuestra mesa ha sido genéticamente modificado». A menudo, se contraponen los productos de la ingeniería genética a los cambios genéticos naturales. Las nuevas tecnologías simplemente alteran un genoma por la adición de uno o varios genes –piezas de ADN– que no formaban parte de él, o por la exclusión de otros que ya existían. En ambos casos se buscan caracteres positivos y mejorables y se eliminan los indeseables.
Avances Científicos y Farmaconutrientes
Nada de ello debe afectar a las cualidades nutritivas de los alimentos ni al impacto que son capaces de provocar en los sentidos. Los últimos años han sido importantes en logros científicos:
- La actividad antioxidante de los fitosteroles, carotenoides y flavonoides.
- El conocimiento de que oligoelementos como el selenio puedan influir en la resistencia a infecciones virales.
- Los polifenoles presentes en las bebidas de nuestras dietas.
- La llegada de los pre y probióticos, con su implicación en mecanismos de prevención y mantenimiento de la salud.
- Los alimentos genéticamente modificados, que son hitos que abren horizontes extensos a la investigación nutricional.
Por otro lado, los clínicos son conscientes de haber utilizado, en los últimos veinte años, nutrientes específicos con finalidades puntuales y que hoy se consideran en esa frontera de los «farmaconutrientes» o «nutracéuticos». Así ocurre, por ejemplo, con los ácidos grasos de cadena media o corta empleados en las dietas cetogénicas en el tratamiento de la epilepsia infantil, como sustrato mayoritario o como integrantes de dietas especiales en las situaciones de malabsorción digestiva. En este mismo orden cabe hablar de aminoácidos como la arginina y glutamina, utilizables en caso de intestino corto o lesión intestinal grave, en situaciones de alto estrés y baja respuesta del sistema inmunitario.