Estrategias de Comunicación Política Efectiva en la Era Digital

La Comunicación Política en la Era Digital: Desafíos y Oportunidades

El crecimiento de las páginas web ha sido espectacular desde comienzos de los años noventa. Su confección exige una constante renovación en la presentación de contenidos, en el uso de aplicaciones de vídeo y audio, o en la actualización de archivos. En este contexto, un político o un partido que no actualicen constantemente sus contenidos en la red corren el riesgo de aparecer en el resto de medios por su dejadez.

Frente a los medios de comunicación tradicionales, ideales como vehículo de comunicación externa, los nuevos medios estructurados en red facilitan la comunicación interna. En este sentido, internet funciona como un inmenso servicio social que permite personalizar cualquier comunicación o realizar un mailing selectivo destinado a determinadas direcciones.

La elaboración de la doctrina política puede convertirse en un asunto compartido de forma simultánea por un grupo de personas alejadas en el espacio. Asimismo, la redacción de ponencias congresuales o programas electorales puede realizarse de forma mucho más abierta que en la actualidad. Esta situación lleva a un cambio considerable en las actitudes políticas, ya que las nuevas redes permiten un mejor acceso a la información. Internet, por tanto, cambia la forma de actuar del emisor y el receptor político.

Diez Claves para el Éxito en el Mundo Político Digital, según Pedro Asensio Romero

• Sé auténtico. Muéstrate tal como eres y manifiesta tus opiniones sobre asuntos que se alejan de la política, por ejemplo, el cine, los libros, los viajes, el deporte (sin fanatismos), los amigos…
• No agobies con información institucional. En la mayoría de los casos, a casi nadie le interesa que hayas acudido a una entrega de trofeos o a un pregón de fiestas de barrio.
• Intenta responder a los que te siguen. Ser cercano significa interesarte por los que se interesan por ti.
• No te expreses en caliente, que no estás en un entorno privado. Recuerda la metedura de pata de esa diputada que escribió en su Twitter: «¿Habéis visto un tío más feo que Ribéry?» Y tuvo que apresurarse a pedir disculpas, uno a uno, a los usuarios que le recriminaban. Lo suyo sí que era bien feo.
• Deja de adular a tus jefes, líderes, alcaldes, secretarios de Estado, consejeros, ministros o presidentes del Gobierno. Ser pelotas está muy mal visto y, además, resulta irritante.
• No te sulfures con la crítica hacia el adversario. Ya sabemos que si el partido “A” dice naranjas, tú, del “B”, dirás limones. Convence y vencerás.
• Sé constante en tu presencia en la red. Eso de mantener una actividad vertiginosa y, al poco tiempo, olvidarte de que existen los ordenadores, las tablets y los smartphones dice muy poco de ti.
• No seas pesado. Además de las redes sociales, hay otras muchas actividades en que emplear tu tiempo. De lo contrario, te convertirás en un analfabeto digital.
• Responde con cortesía y detalle a los que te critican. Va en tu sueldo.
• Crea debates y foros de opinión. Expresarte tú, solo tú, como si hablaras ex cátedra es de muy mal gusto. Fomenta la participación.
• Y como corolario de todo lo anterior: pregúntate si tienes algo que decir. Si no es así, cierra tu aplicación y vuelve cuando la respuesta sea positiva.

El Logo y el Eslogan en Campañas Políticas

El logo y el eslogan son elementos que tratan de expresar una idea, aquella con la que los organizadores de campaña quieren que quede asociado el partido. El logo es más permanente que el eslogan, ya que este último está ideado por el partido para cada campaña con el fin de compendiar, en forma de lema, la propuesta electoral del partido.

Mientras que el logo es gráfico, el eslogan es textual. La elaboración de un buen eslogan implica: conocimiento de la historia del país o del ámbito electoral en el que se celebran las elecciones, el conocimiento del propio partido, la asociación del partido con los valores que se desean, utilización de recursos estilísticos como la rima o populares, y brevedad. Dar con una frase que reúna todas las características citadas es una tarea muy difícil. Por regla general, se celebra una reunión con los políticos y los creativos en la que, tras exponer los objetivos de campaña, se procede a una tormenta de ideas hasta dar con el eslogan apropiado.

Funciones Clave del Eslogan Político

• Proyecta la imagen que debe darse del partido y el candidato de forma rápida.
• Cala en el subconsciente de los votantes.
• Aparece encapsulado en carteles electorales, discursos, debates, entrevistas…
• Debe ser lo más simple y directo posible.
• Cuanta menos carga informativa, mayores posibilidades de éxito.
• Cuanto más breve y conciso, menos margen para el error.
• La simpleza evita el rechazo y previene promesas futuras con responsabilidad.
• Debe apelar a algo simbólico y emocional.
• Debe transmitir valores positivos que sumen.
• Debe ser fácil de recordar, con una idea clara en la mente.
• LIDERAZGO, UNIDAD, ALEGRÍA, ESPERANZA: deben meditarse y trabajarse mucho.
• Requiere buena planificación previa, visión e intención.
• Debe aunar todas las ideas de la campaña.
• Necesita cohesión comunicativa y no debe excluir ningún ámbito.

Atributos Esenciales de un Eslogan Efectivo

• Conciso:
  • Breve y escueto, minimizando el error y evitando el rechazo. (Ejemplo: «YES WE CAN»: esperanza y unidad, palabras rescatadas de una canción de will.i.am, eslogan para todas las elecciones).
• Directo:
  • Inmediato y rápidamente entendible.
  • Unidireccional, que llame la atención y cause impacto. (Ejemplo: «Las ideas claras, con Rajoy es posible»: buscaba acabar con Zapatero, con la crisis económica, y aclarar y renovar el logo).
• Positivo:
  • Utiliza palabras afables, humanas y justas.
  • El votante siempre busca un futuro mejor.
  • Emplea verbos en plural y adjetivos de unión, ilusión y progreso (futuro, esperanza y cambio). (Ejemplo: Ciudadanos – «El nuevo proyecto común para España»).
• Sin ideología: Ya no tiene tanta carga política, no ofrece iniciativas; la ambigüedad genera más apoyo.
• Centrado en el candidato: Se adapta a los valores del político, saca ventaja de sus cualidades, crea empatía y humaniza a los políticos.
• Con intención: Responde al adversario, conoce sus fortalezas y debilidades, se enfrenta al rival, moviliza al votante, se hace hueco.