Bienestar Psicológico: Explorando la Maduración y la Terapia Racional Emotiva
Se basa en volver al cuerpo, en decir que somos organismos biológicos. Poseemos metas-fines que emergen de la conciencia (CC) y están basadas en nuestras necesidades biológicas limitadas al hambre, sexo, supervivencia, abrigo y respiración. Interactuamos con el ambiente seleccionando lo que necesitamos para satisfacer necesidades y mantener una existencia saludable. Las experimentamos como necesidades que ejercen presión hasta que se completen; este proceso continuo de satisfacción, el proceso de formar “todos” o Gestalts es una ley constante del mundo que permite mantener la integridad de los organismos. Los roles sociales que adoptamos son los medios mediante los cuales satisfacemos estas necesidades. Los identificamos como partes esenciales de nuestro yo, al practicar nuestros roles una y otra vez se convierten en hábitos (pautas conductuales rígidas que experimentamos como la esencia de nuestro carácter). Cuando desarrollamos nuestro carácter social y tenemos una personalidad fija, hemos transformado nuestra existencia natural básica en una existencia pseudosocial.
Existencia saludable → Ciclo abierto y fluido de necesidades orgásmicas emergidas desde la CC, proceso acompañado por un medio mediante el cual satisfacemos necesidades. Implica un proceso natural de maduración en el que nos desarrollamos desde chicos dependientes del apoyo ambiental, a adultos que pueden descansar en su auto-apoyo para su propia existencia.
Existen diversas experiencias infantiles que pueden interferir con el desarrollo de una personalidad saludable.
- Impass: Algunos padres aíslan a los chicos de la necesidad del apoyo contextual antes que el niño desarrolle la capacidad de apoyo interno, lo que lleva a que no pueda apoyarse en un ambiente seguro y a salvo, ni sostenerse por sí mismo. Experimentar el impass puede llevar a detener el proceso de maduración.
- Expectativas catastróficas: Algunos padres están convencidos de que saben qué es lo mejor para sus hijos en todas las situaciones, lo que lleva al niño a desarrollar expectativas catastróficas que es el miedo a hacer, decir o pensar algo distinto generando miedo al pensar que se perderá el amor de otros y actuamos de acuerdo a ellos. Perls sugiere que son proyecciones de los miedos a las consecuencias de la independencia de los chicos hacia los padres.
- Sobreprotección – miedo: El miedo a las repercusiones por ser independiente es una causa importante en el retraso de la maduración. Existen personas que se atascan debido a padres que los sobreprotegieron de niños. Perls cree que demasiados padres brindan a sus hijos todo lo que no tuvieron. Brindando demasiado y no frustrando lo suficiente crean un contexto tan seguro y satisfactorio que los niños prefieren permanecer en él y dejar que sus padres hagan todo por ellos, creando un estancamiento de un deseo de mantenimiento constante de apoyo ambiental. De cualquier modo, Perls no culpa a los padres; estos chicos todavía son responsables de usar sus recursos para manipular a los padres y a los demás en su contexto para que los cuiden. Permitir que las personalidades inmaduras culpen a sus padres por sus problemas es evadir la responsabilidad de sus vidas, que es un punto crítico en el proceso de maduración.
- Nivel falso: Jugamos juegos y actuamos roles para la aprobación del otro. Nos comportamos “como sí”, requiriendo que vivamos de un concepto, para una fantasía que nosotros o los demás han creado. Permanecemos atascados en fantasías infantiles porque no queremos ser lo que somos, queremos ser algo más porque estamos disconformes y creemos que podríamos tener más aprobación, amor, apoyo contextual si fuéramos alguna otra cosa. En lugar del auténtico self creamos una vida de fantasía, el maya. Es parte de este nivel, lo construimos entre nuestro self real y el mundo real y lo vivimos como si fuera una realidad. Sirve como propósito defensivo porque nos protege de aspectos amenazantes de nosotros mismos o nuestro mundo, como la posibilidad del rechazo.
Apartamos aspectos que nosotros mismos que puedan llegar a generar rechazo, nos alineamos a propiedades de nosotros mismos o de los otros y creamos huecos que llenamos con características falsas que nuestra sociedad demanda y que son demandadas por el Súper yo. Las caracteres falsos (representan solo la mitad de lo que somos, en el mejor de los casos) intentan protegernos de que para cada individuo la existencia autentica implica enfrentar una secuencia de polaridades personales: una persona saludable intenta encontrar un todo aceptando y expresando los polos opuestos, mientras que una patológica intenta esconder opuestos inaceptables, haciendo que sus vidas están compuestas de caracteres falsos o simulando serlo. Perls llamó a la polaridad gestáltica más famosa Perro Arriba que lo experimentamos como nuestra conciencia, la parte justa de nosotros que intenta hacer siempre lo correcto; intenta ser el dominador, controlando a través de resistencia pasiva. Y Perro Abajo parte esclava de nosotros mismos, es la parte que actúa de forma estúpida, holgazana o inepta como un intento de no completar satisfactoriamente las órdenes del Perro de Arriba.
- Nivel fóbico: Intentar enfrentar todo lo que somos realmente, intenta ser uno. Incluye todas nuestras infantiles expectativas catastróficas. Somos fóbicos con el dolor que implica enfrentarnos a la insatisfacción que nos generan partes de nosotros mismos, evitamos y huimos el dolor emocional aun cuando éste sea una señal natural de que algo está mal y necesita cambiarse.
- Impass: Es el punto enfermo, el momento más crítico de la psicopatología, en el que estamos convencidos de que no tenemos chance de sobrevivir, debido a que no podemos encontrar los recursos dentro de nosotros mismos para movilizarnos, frente al aislamiento del apoyo contextual. El proceso de maduración sigue, pero más lento.
- Nivel implosivo: Es experimentar la falta de vida, la muerte de partes de nosotros mismo que hemos apartado. Perls compara a este nivel con la catatonía en el cual la persona está congelada como un cadáver. La catatonía se debe a la inversión de energía en el desarrollo de un carácter rígido y habitual que parece mantenernos seguros y a salvo, pero también tan muertos. Para atravesar este nivel se debe estar dispuesta a deshacerse del carácter que le sirvió como sentido de identidad, la persona es amenazada con experimentar su propia falta de vida para poder renacer.
- Nivel explosivo: Implica deshacerse de nuestros roles, hábitos y nuestro mismo carácter, es liberar la energía que se ha invertido en apartarnos de ser un ser humano responsable y totalmente vivo, implica liberar energías vitales. Para volvernos completamente vivos, la persona debe explotar el organismo en el enojo, dolor y diversión.
Una explicación racional de la personalidad se explica con el A (Eventos activantes de la vida), B (Creencias que los individuos utilizan para procesar los eventos activantes de sus vidas, que pueden ser racionales que son adecuadas a la situación o irracionales que son incorrectas, inadecuadas a la situación) y C (Consecuencias emocionales y conductuales que la persona experimenta acerca de lo que ocurre).
La TRE (Terapia racional emotiva) puntualiza los procesos dentro del organismo, siendo determinantes del funcionamiento de la personalidad. Los individuos se hacen a sí mismos emocionalmente saludables o perturbados por el modo en que piensan, lo “interno” determina nuestros sentimientos. Las personas pueden evitar perturbaciones emocionales y ser saludables si basan sus vidas en tendencias a ser lógicos, empíricos y equilibrar su interés por los demás (que se preocupe, pero no tanto al punto que necesite absolutamente su aprobación).
No hay mejores bases para minimizar trastornos emocionales que utilizar la racionalidad para procesar los eventos personales e interpersonales de nuestras vidas. Al ser más racional implica que reconoceríamos y aceptaríamos que somos auto-preservadores y auto-productores de placer, entonces sería menos probable que nos involucremos en actividades auto-destructivas, por lo que nos haría más felices.
TEORÍA DE LA PSICOPATOLOGÍA
Los seres humanos tenemos la propensión a ser racionales y a pensar correctamente, pero también a ser potentes de pensamientos distorsionados, hacia la irracionalidad. Aún con la mejor de las herencias y de las socializaciones, no se puede remover nuestra susceptibilidad a ser auto-frustrantes y auto-destructivos.
La única diferencia entre las personas patológicas y aquellas rotuladas como normales es la frecuencia e intensidad con la que se perturban emocionalmente a sí mismos mediante la dependencia de componentes irracionales de la personalidad, es decir, que la salud va a tener que ver con los pensamientos que están más insertados en la persona, racionales o irracionales.
En las perturbaciones emocionales los Eventos Activantes siempre son procesados a través de alguna Creencia irracional; las más usuales son: Que no podemos tolerar ciertos eventos, que debemos mantener la aprobación de los padres o de figuras de autoridad, que el mundo debería tratarnos de manera justa y que las personas que son malvadas deberían ser castigadas por su maldad. Lo que es común a estas creencias es un modo de pensamiento demandante y absoluto, característico de los niños. Transformamos un “querer” en un “deber”, los deseos en necesidades que son absolutas y asumidas como ciertas para todas y todos los lugares y personas; tienen cualidad de demanda.
Las creencias irracionales (BI) y las actitudes disfuncionales (AD) constituyen filosofías auto-perturbadoras de las personas. Tienen dos cualidades: Demandas poderosas y rígidas, expresadas en palabras de debo, tendría, debería y que generan atribuciones no realistas y sobregeneralizadas; ésta es la inferencia catastrófica.
Procesamos los Eventos Activantes a través de creencias absolutas, lo que producirá Consecuencias inapropiadas.
Las perturbaciones emocionales no sólo son innecesarias y dañinas, sino que interfieren en el desempeño sustrayendo la energía del aprendizaje y produciendo un “ruido emocional” en el sistema cognitivo que puede interferir con el pensamiento.
Cuando la ansiedad produce más ansiedad o la depresión más depresión, la consecuencia inapropiada se vuelve un evento activante que es evaluado por creencias irracionales y produce más emociones perturbadoras, lo que desemboca a un círculo vicioso.