Clasificacion de los signos linguisticos

.7 .La teoría del significado de Frege: se enfrenta a la tradición psicologista que asigna contenidos mentales a las palabras como sus significados. Frege se enfrenta a esta tradición en su artículo Sobre el sentido y la referencia, e inaugura una importante tradición en la filosofía del lenguaje.
La tesis según la cual las palabras son signos de ideas es expuesta por John Locke en su Ensayo sobre el entendimiento humano. Locke, partiendo de la finalidad comunicativa del lenguaje, define las palabras como «signos de concepciones internas». Estas «concepciones internas», ideas, son entidades que están contenidas en nuestra mente; el hombre mediante palabras comunica tales ideas. Las ideas vienen de nuestra experiencia sensible. Para Locke no existe una relación directa entre el lenguaje y el mundo, sino que el lenguaje es una herramienta con la que comunicamos nuestras ideas.
Por su parte, en su artículo titulado Sobre el sentido y la referencia, Frege comienza preguntándose por los enunciados de identidad, de los cuales distingue dos tipos (a = a/ a = b) y razona de este modo: los enunciados del tipo (1) son triviales, pero no ocurre igual con los enunciados del tipo (2). La relación de identidad que aparece en estos enunciados no puede ser entre signos de objetos ni entre objetos. Si la identidad es entre objetos la información que nos proporciona (1) no es diferente de la que nos proporciona (2). Si la relación se da entre nombres de objetos, entonces no estamos diciendo nada extralingüístico. Así pues Frege soluciona esta cuestión distinguiendo en las expresiones la referencia y el sentido. La referencia es el objeto mismo que designamos con un signo, el sentido expresa el modo de darse el objeto. Es decir, con (2) expresamos dos modos diferentes de referirnos a un mismo objeto. Mientras que según la tesis de que las palabras son signos de ideas las palabras significan ideas subjetivas que se encuentran contenidas en la mente de los hablantes, la teoría del significado presentada por Frege en Sobre el sentido y la referencia nos dice que los signos significan los modos de darse los objetos a los que nos referimos con nuestras palabras. El sentido es una aproximación al objeto mismo. Por ejemplo, si profiero una expresión como «Venus es Héspero», se está diciendo que el objeto al que refiere «Venus» es el mismo objeto al que refiere «Héspero». Ambas expresiones son nombres para el mismo objeto. Ahora bien, Venus es un nombre internacionalmente conocido, con el que algunos hablantes asociarán unas propiedades, mientras que al nombre «Héspero» se le asignarán propiedades diferentes. De esta manera alguien podría llegar a pensar que es falso. Como según la tesis de Locke nuestras palabras son signos de ideas que de hecho están en nuestra mente, Frege rompe con este psicologismo defendiendo en su lugar un realismo, más objetivo y preciso a la hora de determinar los significados de nuestras expresiones. Para Frege nuestras palabras refieren a objetos y, además expresan modos de darse tales objetos, es decir, que tienen sentido. Ahora bien, ¿es el sentido de una expresión una representación subjetiva del hablante? No, pues dice Frege: «De la referencia y del sentido del signo hay que distinguir la representación a él asociada». De este modo, la referencia de un signo es un objeto, si el objeto es sensible, la representación que tengo no es más que una «imagen interna» construida a partir del recuerdo de las sensaciones que tal objeto me produjo, y en esto se diferencia la representación subjetiva de la referencia. Pero ¿y el sentido? Tampoco. El sentido de un signo «puede ser propiedad común de muchos» mientras que «la representación es subjetiva». El sentido de una expresión se entiende en la medida en que se tiene un cierto conocimiento del referente.
Hasta ahora se ha hablado de la referencia como si todas nuestras expresiones refiriesen a un objeto. Sin embargo para Frege esto no es así. Hay expresiones que parece que apuntan hacia un objeto, lo que hace que concibamos su sentido sin que tal referencia exista. Es el caso de expresiones como el «mayor número natural» o «el político más inútil», pues para cada número natural siempre existe otro mayor, y para cada político inútil siempre existe otro que lo es más. A pesar de todo, los significados de esta clase de expresiones tampoco son ideas privadas de la mente de los hablantes.Frege rechaza de plano la tesis de que las palabras son signos de ideas. He tomado la tesis tal y como la expone Locke, como que las ideas son entidades que están contenidas en la mente de los hablantes. A estas ideas sólo tiene acceso el mismo hablante, y las palabras las usamos como signos de estas ideas para comunicarlas. Frege rompe con este psicologismo, según el cual los significados y los conceptos son entidades privadas, para abrirse a un nuevo paradigma de corte platónico: el realismo del significado, desde donde defiende que nuestras palabras refieren a objetos del mundo, tienen referencia y, también, sentido. El sentido viene dado por el conocimiento que se tiene de la referencia, sin que de aquí se siga que es algo subjetivo, con respecto a esto dice Frege que «la humanidad tiene un tesoro común de pensamientos, que transmite de una generación a otra», es decir, los sentidos, los significados de las palabras pertenecen a comunidades de hablantes y no a las mentes de los individuos; lo que es exclusivo de los hablantes son sus representaciones subjetivas, de las que las palabras no son signos.