Código Deontológico del Educador Social y Claves de la Formación para Adultos

Principios Deontológicos del Educador Social en España

En España, desde 2004, se ha establecido un código deontológico del educador social que contiene los principios generales que dirigen la conducta profesional de los educadores sociales. Estos principios son:

Principios Fundamentales

  • Principio de la profesionalidad: La profesionalidad de un educador es un principio ético primordial. Esto supone tratar con respeto a la persona, favorecer la protección de los derechos humanos, promover el sentido de la responsabilidad y mostrar competencia profesional y prudencia en la utilización de herramientas y técnicas educativas. Además, debe facilitar que los adultos sean sujetos y protagonistas de su propia vida.
  • Principio de justicia social: La actuación del educador social debe basarse en el acceso del ciudadano al uso de los servicios sociales y educativos en el marco del Estado Social Democrático de Derecho, y no por razones de beneficencia.
  • Principio de la información responsable y de la confidencialidad: Es una obligación ineludible para el educador social guardar el secreto profesional en relación con toda la información obtenida, directa o indirectamente, sobre las personas adultas.
  • Principio de la formación permanente: El educador social tiene el deber y el derecho de formarse de manera permanente y continua, avanzando en cuanto a la calidad de la acción educativa a través del análisis crítico de su experiencia. Esto supone un proceso continuo de aprendizaje que permita el desarrollo de recursos personales que favorezcan la actividad profesional.
  • Principio de la solidaridad profesional: El educador social debe mantener una actitud activa, constructiva y solidaria en lo referente a la práctica de su profesión y a la autoorganización de la educación social en las estructuras organizativas de referencia.
  • Principio de respeto a los sujetos de la acción socioeducativa: El educador social debe respetar la autonomía y la libertad de las personas adultas con las que trabaja.
  • Principio de coherencia institucional: El educador social tiene que conocer y respetar el proyecto educativo y el reglamento de régimen interno de la institución donde trabaja.
  • Principio de la participación comunicativa: El educador social debe trabajar siempre en equipo y en red, de manera coordinada, para enriquecer su tarea.

Diferencias Clave entre Ética y Deontología

Ética y deontología son dos conceptos claramente distinguibles. La ética se entiende como un campo de producción de principios que orienta las estrategias de acción y da sentido a sus formas. Por otro lado, la deontología se ocupa de las reglas relacionadas con los comportamientos dentro de una profesión. En este sentido, la reflexión del sujeto es sustituida por la obediencia de las normas.

La mayoría de profesionales tienen códigos deontológicos que pueden tener o no una base ética, en función de los usos que se hagan. La ética no tiene un campo propio y aparece transversalmente, ya que es difícil de identificar, extraer y tipificar al estructurar la acción humana y las situaciones en las que se desarrolla. La ética está incrustada en la acción humana, en las actividades profesionales, en todos los ámbitos laborales y relacionales.

La deontología es un concepto de origen griego, ‘deontas’, que significa ‘lo que se debe hacer’, ‘lo útil y conveniente’. Es un campo de reflexión sobre lo que se tiene que hacer y lo que es justo hacer. La deontología se ocupa de las reglas relacionadas con los comportamientos dentro de una profesión.

Programas de Educación para Personas Adultas (Ejemplo: Islas Baleares)

La Ley de Educación y Formación de Personas Adultas de las Islas Baleares establece los tipos y programas de esta formación, distinguiendo entre enseñanza formal e informal. Estos programas de formación son:

  • Programas de orientación: Para favorecer el análisis del tiempo libre disponible, el reconocimiento de las capacidades propias, del nivel de formación alcanzado, de las necesidades y de las posibilidades de itinerarios formativos para la inserción social, cultural, educativa o laboral.
  • Programas de enseñanza: Para adquirir, actualizar, completar o ampliar la educación básica y facilitar la obtención de títulos que posibiliten el acceso al mundo laboral y a diferentes niveles educativos.
  • Programas destinados al Bachillerato y a la Formación Profesional: Estos programas disponen de una oferta específica y organizada atendiendo a las características específicas de las personas adultas.
  • Formación para el acceso a la Universidad para mayores de 25 años: A partir de materias comunes y optativas.
  • Formación para el acceso a ciclos formativos de grado medio y de grado superior.
  • Programas de formación ocupacional y continua: Que faciliten la inserción, actualización, la promoción laboral o la adaptabilidad a los cambios del sistema productivo.
  • Programas para promover el conocimiento de la lengua catalana y la cultura propias de las Islas Baleares.
  • Programas dirigidos a impulsar el conocimiento de la realidad del Estado español y de la Unión Europea, especialmente de sus lenguas y culturas.
  • Programas para ampliar el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
  • Programas que favorecen la integración social de las personas con discapacidad o con necesidades educativas especiales, mediante la formación y el desarrollo de sus habilidades sociales y profesionales.
  • Programas que favorecen la integración de inmigrantes y personas en situación social desfavorecida con riesgo de exclusión sociolaboral, a partir de la formación básica, lingüística y cultural.
  • Programas específicos de integración social y laboral para mujeres, con especial atención a mujeres víctimas de maltrato.
  • Programas para promover la mejora de la salud y la calidad de vida en todos los aspectos, la participación sociocultural, la superación de todo tipo de discriminaciones y la igualdad de oportunidades.
  • Programas que orientan y preparan para vivir el ocio de manera creativa.
  • Programas que fomentan el conocimiento del patrimonio histórico-artístico y la formación medioambiental.
  • Programas para promover el autoconocimiento, la inteligencia emocional y la capacidad educadora.

Conceptos Esenciales en la Formación: Continua, Ocupacional y a lo Largo de la Vida

Formación Continua

La Formación Continua está destinada a personas ocupadas para facilitar la adaptación permanente de sus competencias y cualificaciones a los requerimientos del cambio tecnológico y la competitividad. Estas personas buscan mejorar su empleabilidad o adaptarse a nuevos sistemas productivos. Su finalidad es favorecer la formación a lo largo de la vida de los trabajadores, proporcionándoles conocimientos y prácticas adecuadas a las competencias profesionales requeridas, mejorar la estabilidad laboral y promover su desarrollo profesional.

Formación Ocupacional

La Formación Ocupacional comprende un amplio conjunto de acciones formativas dirigidas a la inserción y reinserción profesional de personas desempleadas con dificultades para encontrar trabajo. También está adaptada para personas con discapacidad, buscando mejorar su capacidad de incorporación o reincorporación a la actividad laboral. Finalmente, se dirige a jóvenes que han finalizado sus estudios y necesitan apoyo en su transición al mundo laboral. Su objetivo es ofrecer a las personas desempleadas una cualificación profesional vinculada a las exigencias del mercado laboral, mejorando sus oportunidades de acceso al empleo.

Formación a lo Largo de la Vida (Aprendizaje Permanente)

La Formación a lo Largo de la Vida (o aprendizaje permanente) se define como toda actividad útil realizada de manera continua para mejorar cualificaciones, conocimientos y aptitudes. Cubre cualquier actividad de aprendizaje deliberada (formal e informal) realizada de forma continua para mejorar conocimientos y competencias.

La Adultez

El término adultez se asocia con la etapa vital más larga de una persona (aproximadamente el 60% de la vida), vinculándose a las funciones psicosociales más importantes del ser humano. Desde el punto de vista psicológico, al llegar a la adultez, cada persona alcanza una definición singular de sí misma, manifestada a través de su conducta y personalidad. La etapa adulta suele iniciarse entre los 18 y 22 años, pero no se alcanza únicamente por la edad, sino como resultado de la incorporación a un modo de vida socialmente tipificado como adulto.

Características de una Persona Adulta

Ser una persona adulta implica:

  • Asumir el propio cuerpo y tener una autoimagen equilibrada.
  • Ser consciente de la importancia de la experiencia, los valores y la cultura adquirida.
  • Ser autónomo, responsable, realista y tolerante.
  • Ser capaz de afrontar los cambios sociales, culturales, económicos, políticos y laborales.
  • Estar predispuesto a participar activamente en la vida de su entorno.
  • Buscar la mejora y el perfeccionamiento de su propia realidad.
  • Tener en cuenta los sentimientos e intereses de los demás.