Comprendiendo el Mobbing: Fases, Intervención Empresarial y Repercusiones
Fases del Mobbing
Fase 1: Estigmatización
En este periodo, el acosador pone en práctica toda la estrategia de acoso, utilizando sistemáticamente y durante un tiempo prolongado una serie de comportamientos perversos para ridiculizar y apartar socialmente a la víctima. Esta es la etapa más intensa del proceso.
El acosador busca apoyo entre los demás compañeros desacreditando a la víctima e incluso utilizando estrategias que implican represalias para los colegas que no le apoyen. La víctima se siente culpable y puede llegar a preguntarse qué es lo que hace mal. Niega las evidencias ante la pasividad, rechazo o ignorancia del resto del grupo al que pertenece. Es una fase muy duradera y acaba por minar la moral del acosado. Si la víctima no cuenta el problema a sus compañeros o no habla con el acosador para aclarar la situación, se pasa a la siguiente fase.
A pesar de que estas conductas tienen formas de expresión muy variadas, presentamos a continuación algunas de las más habituales:
- Ataque a la víctima a través de medidas organizacionales:
- Designar los trabajos peores o más degradantes.
- Designar trabajos innecesarios, monótonos o repetitivos.
- Designar tareas por debajo de sus cualificaciones o habilidades.
- No asignar ningún tipo de trabajo.
- Exceso de trabajo (presión injustificada o establecimiento de plazos imposibles de cumplir).
- Tácticas de desestabilización: cambios de puesto sin previo aviso, intentos persistentes de desmoralizar o retirar ámbitos de responsabilidad sin justificación.
- Aislamiento social:
- Restringir las posibilidades de comunicación por parte del superior o de los compañeros.
- Traslado a un puesto de trabajo aislado.
- Ignorar a la persona o no dirigirle la palabra.
- Ataques a la vida privada de la persona:
- Críticas constantes a la vida privada.
- Terror mediante llamadas telefónicas.
- Atribución de fallos psicológicos y enfermedades falsas.
- Burlas sobre algún defecto personal.
- Imitación de los gestos o la voz de la víctima.
- Ataques a las actitudes y creencias políticas y/o religiosas.
- Violencia física:
- Acoso o violencia sexual.
- Amenazas de violencia física.
- Maltrato físico.
- Agresiones verbales:
- Gritar o insultar.
- Críticas permanentes al trabajo de la persona.
- Amenazas verbales.
- Difusión de rumores falsos o difamación de la persona.
Fase 2: Intervención desde la Empresa o Institución
El problema trasciende a la dirección de la empresa o institución, y esta puede actuar de varias formas a través del departamento de recursos humanos o desde la dirección de personal.
Solución Positiva del Conflicto
Tras conocer el problema, la empresa realiza una investigación exhaustiva del mismo. Puede decidir que el trabajador/a afectado/a o el acosador sea cambiado de puesto de trabajo, descubre la estrategia de hostigamiento y articula los mecanismos para que no se vuelva a producir, sancionando, en su caso, al hostigador.
Solución Negativa
Normalmente, y sin tener un conocimiento exhaustivo del caso debido a su nula o escasa investigación, la dirección suele ver a la víctima como el problema a combatir. Se enfoca en sus características individuales, a menudo tergiversadas y manipuladas, sin reparar en que el origen del problema está en otra parte. De esta manera, la dirección se suma al entorno que acosa activa o pasivamente a la víctima.
Fase 3: Marginación o Exclusión de la Vida Laboral
Es la última fase, que suele concluir con el abandono de la víctima de su puesto de trabajo, muy probablemente tras haber pasado por largas temporadas de baja. Los trabajadores de las administraciones públicas o las universidades suelen pedir la permuta de la plaza, que, sin embargo, en pocas ocasiones se materializa. Mientras tanto, en la empresa privada, parte de las víctimas deciden aguantar estoicamente en su puesto de trabajo y atraviesan un calvario que tiene consecuencias muy negativas para su salud. Unos y otros sufren un agravamiento del problema, tanto dentro como fuera de la empresa.
En esta fase, los subalternos dentro de la empresa aprovechan para infligir todo tipo de humillaciones, faltar el respeto al acosado, crear rumores malignos y comentarios vejatorios, falsedades y calumnias, con el fin de hacer méritos ante el acosador y evitar que este arremeta contra ellos.
La víctima es colocada en el sitio más incómodo posible, invisible al público, aislada de los compañeros y realizando tareas inútiles y lo más rutinarias posibles, para que el sentimiento de fracaso se vaya apoderando de ella. Suele imputársele la responsabilidad de todo lo malo que pueda ocurrir en la empresa.
La mayoría de las veces, las personas acosadas tienen una alta preparación profesional, lo que agrava la situación porque la envidia es mayor.
En los casos más extremos, el suicidio puede ser una consecuencia trágica.
Debido a que el mobbing es cada vez más conocido, existen personas en el entorno laboral que se niegan a participar en la agresión y que ayudan a la reparación del daño recibido. Si la situación persiste, lo más adecuado es acudir a los tribunales de justicia con toda la documentación acumulada y con un buen asesoramiento legal, para que estos diluciden sobre la situación y la remedien.
Consecuencias del Mobbing
El acoso psicológico puede considerarse como una forma característica de estrés laboral, con la particularidad de que no se origina por causas directamente relacionadas con el desempeño del trabajo o con su organización. En cambio, tal y como señala Heinz Leymann, se trata de un «temor psicológico en el trabajo que implica una comunicación hostil y amoral, dirigida sistemáticamente por una o varias personas, casi siempre contra otra que se siente acorralada en una posición débil y a la defensiva».
El mobbing no tiene las mismas consecuencias ni provoca las mismas reacciones en todas las personas, debido fundamentalmente a que las diferencias entre las habilidades, capacidades y recursos para afrontarlas pueden ser muy distintas. No obstante, sus efectos suelen ser devastadores en la mayor parte de los casos.
Para la víctima, el mobbing se manifiesta, ante todo, a través de problemas de salud relacionados con la somatización de la tensión nerviosa. La persona afectada puede presentar diversas manifestaciones de patologías psicosomáticas, desde dolores y trastornos funcionales hasta trastornos orgánicos, tales como:
- Palpitaciones
- Temblores
- Desmayos
- Dificultades respiratorias
- Gastritis y trastornos digestivos
- Pesadillas
- Sueño interrumpido
- Dificultad para conciliar el sueño
- Dolores de cabeza y/o de espalda