Comunicación Efectiva y Habilidades Sociales en la Era Digital
Comunicación y Habilidades Sociales
Introducción
La comunicación es la piedra angular que permite relacionarse con las demás personas, siendo fundamental tanto en la vida privada como en el entorno laboral, donde el trabajador interacciona con compañeros, usuarios o clientes, otros profesionales y el resto de la sociedad. Las herramientas y habilidades específicas de la comunicación son elementos que se manejan y/o adquieren continuamente para que la tarea profesional sea más fructífera.
Las habilidades sociales tienen una utilidad primordial para que la comunicación sea lo más eficaz posible y se adapte a cada situación social concreta. La entrevista, las reuniones, el trabajo en equipo, las conferencias, hablar en público… como actos comunicativos en sí mismos, serán más o menos eficaces en función de que seamos más o menos habilidosos socialmente. En determinadas profesiones en las que las relaciones interpersonales forman parte imprescindible del trabajo se hace necesario enfatizar la adquisición de determinadas habilidades sociales que, unidas a las destrezas técnicas propias de la profesión, proporcionarán un trabajo de mayor calidad y eficacia, que resultará, de esta manera, más satisfactorio.
Habilidades Sociales: Concepto y Definición
Como punto de partida, podemos definir las habilidades sociales como aquellas competencias específicas que capacitan a una persona para ejecutar una tarea de índole interpersonal de modo exitoso. Sin embargo, definir con precisión qué es una habilidad social no resulta sencillo por dos razones fundamentales: porque dentro del concepto de habilidad social se incluyen muchas conductas; y porque las distintas habilidades sociales dependen del contexto social, que es muy variable. A pesar de ello, son muchas las definiciones que se han dado, siendo los siguientes algunos de los elementos y características comunes a la mayor parte de ellas:
- Las habilidades sociales son conductas aprendidas, socialmente aceptadas y que, a su vez, posibilitan la interacción con los demás.
- Son conductas instrumentales necesarias para alcanzar una meta.
- En ellas se unen aspectos observables y aspectos de naturaleza cognitiva y afectiva no directamente observables.
- La evaluación, interpretación y entrenamiento de las habilidades sociales debe estar en consonancia con el contexto social.
Las Habilidades Sociales y el Contexto Situacional
Para estudiar la conducta socialmente competente y definir los elementos que la componen necesitamos conocer dicho contexto social y cultural de la persona, ya que existen normas sociales que gobiernan lo que se considera conducta social apropiada. En una misma cultura nos encontramos que distintas situaciones requieren conductas diferentes, influyendo, al mismo tiempo, variables como la edad, el sexo o el estatus social. En determinadas culturas, por ejemplo, la humildad, la subordinación y la tolerancia son más valoradas que la asertividad, especialmente en el caso de las mujeres. Así, tanto la cultura como las variables sociodemográficas son imprescindibles a la hora de evaluar y entrenar las habilidades sociales.
La Adquisición de Habilidades Sociales
No existen datos definitivos sobre cómo y cuándo se adquieren las habilidades sociales. Aunque no hay duda de que la infancia es un periodo crítico, se ha comprobado que pueden ser adquiridas o implementadas en las diferentes etapas del desarrollo humano. Las habilidades sociales se adquieren normalmente como consecuencia de varios mecanismos básicos de aprendizaje, tales como el reforzamiento positivo directo de las habilidades, el modelado o aprendizaje observacional, el feedback y desarrollo de expectativas cognitivas respecto a las situaciones interpersonales, etc. Aceptar que las habilidades sociales son aprendidas implica que, como todo lo que es aprendido, son susceptibles de ser modificadas. El entrenamiento de las habilidades sociales persigue precisamente esta finalidad: enseñar a las personas habilidades sociales para un mejor funcionamiento interpersonal. Lógicamente, y esto es importante hacérselo comprender a la persona que es entrenada en habilidades sociales, el entrenamiento facilita la competencia social, pero no la asegura.
Habilidades para una Comunicación Eficaz
A la hora de ejecutar de manera eficaz las diferentes habilidades sociales se pone en juego una serie de competencias transversales de la comunicación, tales como las que se citan a continuación.
Utilización del Lenguaje Verbal y No Verbal
Para expresarse con eficacia es necesario tener presente el lenguaje verbal (hablar con entusiasmo, hacer inflexiones con la voz evitando la monotonía, destacar las palabras importantes con pausas, hablar relajadamente, evitar las muletillas…) y no verbal (puede actuar como reforzador, sustituto o contrario al lenguaje verbal).
Empatía
La empatía es la capacidad de sentir y comprender las emociones ajenas a través de un proceso de identificación con el otro. Es el factor más importante para una comunicación eficaz porque implica escuchar con eficacia, es decir, reconocer y comprender los deseos de los demás. Además, implica reconocer sus sentimientos, motivaciones, ideas y conductas.
Escucha Activa
La escucha activa supone comprender la comunicación situándonos en la perspectiva de la persona que emite el mensaje, centrándonos en sus emisiones verbales y no verbales. A través de ella, el hablante percibe muestras de que el oyente ha entendido sus palabras y también sus ideas y sentimientos. Escuchar activamente requiere todo nuestro interés, mayor esfuerzo físico y mental que el necesario para hablar y, obviamente, para oír sin interpretar lo oído.
Asertividad
La asertividad implica hacer uso de una conducta comunicativa consciente, coherente, clara, directa y equilibrada, mediante la que la persona es capaz de expresar ideas y sentimientos autoafirmando sus derechos y convicciones sin dejarse manipular por los demás, actuando desde la confianza y la seguridad en sí misma. La persona asertiva se defiende bien en las interacciones sociales; es tolerante; acepta los errores y propone soluciones y alternativas; y además sabe respetar los derechos y las necesidades de otras personas. El estilo de comunicación asertivo se opone a los estilos agresivos (que tienden a expresar sus sentimientos e ideas de forma inapropiada e impositiva, sin respetar los derechos de los demás) y pasivo (no pueden expresar sus pensamientos y opiniones de forma adecuada; no son capaces de defender sus derechos e intereses personales).
Comunicación y Nuevas Tecnologías
La implantación y expansión de las Nuevas Tecnologías ha traído consigo una serie de cambios en el modo que en que nos comunicamos y relacionamos con los demás. En la actualidad han proliferado nuevos canales de comunicación (internet, teléfonos móviles o smartphones a nivel general; correo electrónico, chats, videoconferencias, redes sociales, SMS o WhatsApp, de modo específico), cuya utilización conlleva ajustarse a una serie de normas tanto explícitas como implícitas y establece nuevas formas de relación que tienen que ver con la distancia y la presencia física, la inmediatez, la intimidad o la privacidad, entre otras cuestiones que afectan directamente a nuestra percepción e interpretación de la realidad social, así como a nuestras actitudes y comportamientos.