Concepto de educación

Concepto de motivación


La motivación suele definirse como un estado interno que incita, dirige y mantiene la conducta.
Para
explicar por qué la gente hace lo que hace, necesitamos una teoría de la motivación.

 El estudio de la motivación se refiere a aquellos procesos que dan energía y dirección al
comportamiento. Energía implica que la conducta tiene fortaleza, que es relativamente fuerte,
intensa y persistente.

1.2 Historia de la motivación


Las raíces intelectuales del estudio de la motivación les deben sus orígenes a los antiguos griegos:
Sócrates, Platón y Aristóteles. Platón (alumno de Sócrates) propuso que la motivación fluía de un
alma (o mente, psique) tripartita dispuesta en forma jerárquica. Al nivel más primitivo, el aspecto
apetitivo contribuía a los apetitos y deseos corporales, como hambre y sexo. El aspecto competitivo
contribuía a estándares de referencia social, como sentirse honrado o avergonzado. Al nivel máximo, el aspecto calculador contribuía a las capacidades de toma de decisiones, como la razón y la
lección.

1.2.1 Teoría de la voluntad


La esperanza de Descartes era que una vez que se comprendiera la voluntad, inevitablemente se
desarrollaría un entendimiento de la motivación. Comprender la motivación se reducía al
entendimiento de la voluntad y se convirtieron en conceptos sinónimos. Por esta razón, se dedicó
gran cantidad de energía filosófica a este fin. Se hizo cierto progreso cuando los actos de la voluntad
se identificaron como de elección (es decir, decidir si actuar o no) (Rand, 1964), esfuerzo (es decir, crear el impulso de actuar) (Ruckmick, 1936) y resistencia (es decir, sacrificio o resistencia a la
tentación).


1.2.2 Teoría de los instintos


El determinismo biológico de Charles Darwin tuvo dos efectos principales sobre el pensamiento
científico. Para Darwin, gran parte de la conducta animal parecía innata, automatizada y mecanicista
(Darwin, 1859, 1872). Con o sin experiencia, los animales se adaptaban al ambiente predominante. A fin de explicar esta conducta adaptativa aparentemente preprogramada, Darwin propuso el
instinto. El logro de Darwin fue que su concepto motivacional podía explicar lo que la voluntad de los
filósofos no podía; a saber, de dónde provénía la fuerza motivacional de primera instancia (Beach, 1955). Los instintos surgían a partir de una sustancia física, de la herencia genética; por ende, eran
reales en términos físicos. Esta sustancia heredada y material (genes) llevaba al animal a actuar de
maneras específicas. El estudio de la motivación abandonó a la filosofía y las humanidades e
ingresó a la fisiología y las ciencias.

1.2.3 Teoría de las pulsiones


El concepto motivacional que surgíó para reemplazar al instinto fue la pulsión (introducida por
Woodworth en 1918). La pulsión surgíó a partir de una biología funcional, una que comprendía que
la función de la conducta era satisfacer las necesidades corporales. A medida que se daban los
desequilibrios biológicos (p. Ej., falta de alimento, agua, sueño), los animales experimentaban estas
deficiencias corporales, en términos psicológicos, como “pulsiones”. La pulsión motivaba cualquier
conducta que sirviera para satisfacer las necesidades del cuerpo (p. Ej., comer, beber, aproximarse). Las dos teorías de la pulsión más ampliamente aceptadas provinieron de Sigmund Freud (1915) y
Clark Hull (1943). Teoría de la pulsión de Freud
Freud, capacitado como fisiólogo, creía que toda conducta era motivada y que el propósito de la
conducta era estar al servicio de la satisfacción de las necesidades. Su perspectiva del sistema
nervioso era que los impulsos biológicos (p. Ej., el hambre) eran condiciones recurrentes constantes
e inevitables que producían acumulaciones de energía dentro del sistema nervioso.


Teoría de la pulsión de Clark Hull


Para Hull (1943, 1952), la pulsión era una fuente de energía de reserva compuesta de todas las
deficiencias/alteraciones actuales del cuerpo. En otras palabras, las necesidades particulares de

alimento, agua, sexo, sueño y demás se sumaban para constituir una necesidad corporal total. Para
Hull, al igual que para Freud, la motivación (es decir, pulsión) tenía una base puramente fisiológica y
las necesidades corporales eran la fuente máxima de la motivación (es decir, una gran teoría de la
motivación).

Ocaso de la teoría de la pulsión


A lo largo del decenio de 1950, algunas pruebas empíricas de estas suposiciones revelaron tanto
sustentaciones como limitaciones. Primero, la motivación podía surgir a partir de fuentes distintas de
las propias alteraciones corporales. Segundo, las investigaciones reconocieron que había fuentes
externas (es decir, ambientales) que podían energizar la conducta.

1.2.4 Teorías contemporáneas


Como disciplina, el estudio de la motivación ha participado en el auge y caída de tres corrientes
significativas de pensamiento: voluntad, instinto y pulsión. Cada uno de estos conceptos
motivacionales obtuvo una amplia aceptación, pero a medida que surgieron nuevos datos, cada
concepto resultó ser demasiado limitado como para sustentar un progreso adicional.


Teorías conductuales de la motivación


Los conductistas utilizan conceptos como «recompensa» e
«incentivo» para explicar la motivación. Una recompensa es un objeto o acontecimiento atractivo que
aparece como consecuencia de una determinada conducta.

Planteamientos humanistas de la motivación


A la postura humanista se la conoce también como la
«tercera fuerza» de la psicología porque surgíó (en la década de los cuarenta) como reacción a las
dos fuerzas dominantes en esa época: el conductismo y el psicoanálisis freudiano. Los defensores
de la psicología humanista, como Abraham Maslow y Cari Rogers, pensaban que ni la psicología
conductual ni la freudiana daban una explicación adecuada del proceder de la gente. Las interpretaciones humanistas de la motivación acentúan las fuentes intrínsecas.

Teorías cognoscitivas de la motivación


A su manera, también las teorías cognoscitivas de la
motivación aparecieron como reacción al punto de vista conductual. Los teóricos cognoscitivos
creen que la conducta está determinada por el pensamiento y no únicamente por el reforzamiento o
el castigo recibidos (Schunk, 1996; Stipek, 1993) .

Aproximaciones del aprendizaje social a la motivación


Las teorías del aprendizaje social de la
motivación son integraciones de las corrientes conductual y cognoscitiva. Toman en consideración
tanto la atracción del conductismo por los efectos o resultados de la conducta como el interés
cognoscitivista por el impacto de opiniones e interpretaciones del individuo.


1.3 Estudio de la motivación


El paradigma que ha surgido durante el Siglo XXI para el estudio de la motivación está poblado de
múltiples perspectivas (miniteorías de la motivación) y de una variedad de voces, cada una de las
cuales contribuye con una pieza distinta del rompecabezas al estudio de la motivación y la emoción. El nuevo paradigma de la motivación es uno en el que la conducta se ve energizada y dirigida no por
una única gran causa, sino, en lugar de esto, por una multitud de influencias de diversos niveles
interrelacionadas.

1.4 Motivación, formación y desarrollo profesional


A los maestros les interesa que sus alumnos adquieran la motivación para aprender. Jere Brophy
(1988) define la motivación del estudiante para aprender como «la tendencia del alumno a encontrar
actividades académicas significativas y valiosas y a tratar de derivar de ellas los beneficios
académicos pretendidos. La motivación para aprender puede interpretarse a la vez como un rasgo
general y como un estado específico de la situación». La motivación para aprender está formada por muchos