Conceptos y Métodos Fundamentales en Traducción

Introducción

Desde mediados de los años 60 y hasta la década de los 80, diferentes orientaciones teóricas (escuelas alemana, británica y francesa) redefinen el marco de reflexión en traductología, considerando al texto (y no ya simplemente a las oraciones) como objeto de la actividad traductora. En este contexto, se someten a revisión algunos conceptos clásicos de la teoría de la traducción (como el de fidelidad y equivalencia) o se introducen nuevos conceptos (como el de unidad de traducción). Presentamos aquí (apartado 6.2) una información básica sobre estos conceptos que ha sido extraída de Hurtado Albir (2001).

Otra cuestión abordada durante esos años es la de los métodos de traducción. A diferencia de los procedimientos de traducción, que se refieren a soluciones concretas en el nivel microtextual (léxico u oracional), los métodos de traducción tienen que ver con el enfoque genérico que asume el traductor a la hora de traducir un texto. Ofrecemos (apartado 6.3) una versión comentada de la propuesta que nos presenta Newmark (2006).

Conceptos Básicos en Traducción

Fidelidad

“Históricamente, el término fidelidad en traducción se ha identificado con sujeción al texto original (traducción literal) y opuesto a libertad (traducción libre); ahora bien, como indicamos en La notion de fidélité en traduction (Hurtado Albir, 1990), no debería ser así, ya que, estrictamente hablando, fidelidad expresa únicamente la existencia de un vínculo entre un texto original y su traducción, pero no la naturaleza de ese vínculo; hace falta, pues, caracterizarlo” (Hurtado Albir, 2001, en adelante HA: 202)

La fidelidad expresa de manera genérica la existencia de un vínculo entre texto original y traducción, de cuyo mantenimiento el traductor se hace responsable. La noción se ha entendido históricamente ligada a la idea de “subordinación” y, como señala Hurtado Albir, como opuesta a la noción de libertad. En realidad, tanto fidelidad como libertad son conceptos revisables. La fidelidad debe redefinirse reconociendo en el traductor un sujeto que atiende a vínculos complejos dentro de un espacio de toma de decisiones donde interviene una pluralidad de factores (véanse los ya señalados en el tema 1 de la asignatura). El término lealtad puede en algunos casos captar mejor que el de fidelidad la actitud y práctica profesional del traductor.

El concepto de libertad se opone también comúnmente al de fidelidad. La libertad se plantea, desde este punto de vista, como una opción a la hora de resolver un problema traductológico: ser libre implicaría no ser fiel. Es posible entender, sin embargo, la libertad no como una opción circunstancial, sino como algo consustancialmente asociado a la práctica de la traducción. El traductor está obligado a tomar decisiones, esto es, a realizar un ejercicio de libertad dentro de un marco más o menos amplio de posibilidades. Esta idea de libertad obligada no se corresponde tampoco con lo que convencionalmente se entiende como “traducción libre” (método de traducción al que nos referimos seguidamente).

Campo Asociativo de la Noción de Fidelidad

  • Fiel (del latín “fidelis”, de “fides” FE). Se aplica a la persona cuyo comportamiento corresponde a la confianza puesta en ella o a lo que exige de ella el amor, la amistad, el deber, etc. ‘Fiel a sus convicciones (a su rey, a su mujer). Un fiel cumplidor de su deber’. Se aplica también a cosas en cuyo servicio se puede confiar: ‘Una balanza fiel. Una memoria fiel’. Honrado: ‘Un administrador fiel”. Verídico: ‘Un relato fiel’ (Maria Moliner)
  • Leal. (del latín “legalis”). Se aplica a la persona incapaz de cometer falsedades, de engañar o de traicionar, así como a sus palabras o actos; también puede aplicarse a animales; particularmente, al caballo (…). Se aplica al que no abandona a alguien determinado: ‘Se mantuvieron leales al gobierno legítimo’ (…) Noble. Sincero (María Moliner)
  • Confidente. Persona con la que se suelen tratar las cosas íntimas. Persona que lleva noticias de otras con quien convive o entre las que se mueve a alguien a cuyo servicio está; por ejemplo a la policía o a los enemigos en la guerra (espía). (María Moliner)
  • Confidencial. Reservado, secreto. (María Moliner)

Equivalencia

“La noción de equivalencia empieza a plantearse para explicar la traducción por los primeros teóricos de la Traductología moderna, siendo Vinay y Darbelnet (1958), Nida (1959) y Jakobson (1959) los primeros en utilizar este término. Para Vinay y Darbelnet, la equivalencia es sólo un procedimiento de traducción más entre otros (la transposición, el calco, etc.). Nida (1959) utiliza el término equivalencia para definir el principio básico de la traducción: conseguir el equivalente natural más cercano en una situación determinada (1959: 20). Jakobson (…) incide en la importancia de esta noción: “La equivalencia en la diferencia es el problema cardinal del lenguaje y la cuestión central de la lingüística” (1959 / 1975: 70)” (HA, 2002: 203)

La Equivalencia Dinámica (Nida, 1964)

Como en el caso de la fidelidad, el problema estriba en definir respecto a qué aspecto dos mensajes pueden considerarse equivalentes. En cualquier caso, se entiende en traductología a partir de Nida (1964) que el equivalente traductológico de un texto nunca se encuentra prefijado y es competencia del traductor el proponerlo. “El carácter dinámico de la equivalencia traductora es enunciado por primera vez por Nida (1964) con su propuesta de equivalencia dinámica, que supone una prioridad de la conformidad contextual y de la adecuación a las necesidades de los receptores. Esta caracterización rechazará de plano la existencia de equivalencias fijas, transcodificables, preestablecidas de antemano fuera de contexto y que puedan servir a la hora de traducir textos” (HA, 209)

“La equivalencia dinámica (…) se centra en el principio de efecto equivalente en el receptor (…) la relación entre el receptor de la traducción y el mensaje traducido ha de ser sustancialmente la misma que la que existía entre el receptor original y el mensaje original (Nida, 1964, 159) (HA, 216)

Unidad de Traducción

“El segmento textual mínimo que ha de traducirse de modo unitario” (Rabadán, 1991: 300, citado en HA: 224)

“La unidad de traducción está directamente relacionada con la noción de equivalencia. Hemos definido la equivalencia traductora como dinámica y contextual por naturaleza, pero ¿cuál es la unidad con la que trabaja el traductor en la búsqueda de equivalencias?, ¿de qué unidad partimos para comparar una traducción con su texto original?” (HA, 224).

Como en el caso de la noción de equivalencia, existen numerosas propuestas a la hora de definir la unidad de traducción. En algunos casos, el concepto unidad de traducción se ha venido confundiendo con determinado segmento textual (palabra, oración, párrafo, texto completo). Pero la manera más adecuada de entender esta noción es la que se refiere al procesamiento cognitivo asociado a la actividad traductológica. La unidad de traducción debe entenderse además, una vez asumida la perspectiva cognitivo-procesual, como una realidad binomial, esto es, la que combina unidad de comprensión de texto origen con unidad de formulación en el texto traducido.

“Rabadán defiende (…) el traslema como unidad de traducción y, basándose en Santoyo, propone una redefinición del término. La autora opina que todos los enfoques, a excepción del translema, presentan la deficiencia de ser segmentaciones textuales, identificables en la fase previa a la operación traductora y, por tanto, unilaterales y apriorísticas, ya que solo tienen como objeto de análisis el texto original, concluyendo que “es estéril discutir acerca de distintos modelos de unidades de traducción si su definición no contempla la relación básica y fundamental que hace que un texto Y sea una traducción del texto X: la equivalencia” (Hurtado Albir, 1991: 195)

Rabadán (1991: 195) establece los siguientes principios en torno a la caracterización del traslema (o unidad de traducción):

  • 1) No tiene existencia real a priori. Son abstracciones que unen material lingüístico-textual (original y traducción).
  • 2) Las unidades resultantes de un análisis textual del texto original no pueden ser consideradas traslemas, siendo únicamente unidades textuales de determinadas características, según el modelo de análisis que se utilice.
  • 3) Solo pueden establecerse a posteriori, mediante la comparación del texto original y el texto traducido, y serán válidos única y exclusivamente para ese binomio textual.
  • 4) Han de conducir al descubrimiento de la jerarquía relacional que define el modelo de equivalencia subyacente, y, en cualquier caso, a la norma inicial adoptada por el traductor. (Nota: En otras palabras, dependen del método de traducción adoptado)
  • 5) No tienen existencia real en ninguno de los dos textos por separado: su realización es intertextual y sus manifestaciones bitextuales” (HA, 232-233).

Los Métodos de Traducción

Recordamos aquí la afirmación de Schleiermacher (Sobre los diferentes métodos de traducir, 1813) según la cual solo existirían dos grandes opciones básicas para el traductor:

Pero, entonces, ¿qué caminos puede emprender el verdadero traductor, que quiere aproximar de verdad a estas dos personas tan separadas, su escritor original y su propio lector, y facilitar a este último, sin obligarle a salir del círculo de su lengua materna, el más exacto y completo entendimiento y goce del primero? A mi juicio, solo hay dos. O bien el traductor deja al escritor lo más tranquilo posible y hace que el lector vaya a su encuentro, o bien deja lo más tranquilo posible al lector y hace que vaya a su encuentro el escritor (Apud Vega, 2005: 231)

Esta afirmación puede básicamente mantenerse a día de hoy, pese a los muchos matices que se pueden introducir y que tal vez conviene hacer a la luz de las aportaciones teóricas en traductología durante los años 70 y 80 del pasado siglo. La reflexión sobre diferentes modalidades de traducción (oral, escrita y audiovisual / técnica, institucional, social, periodística, etc.) puede justificar la introducción de matices o diferentes grados o formas en que se concretan las opciones básicas presentadas por Schleiermacher. Peter Newmark (2006: 69-80) nos ofrece una versión, entre otras muchas propuestas por diferentes escuelas:

(Nota: Siendo estrictos, solo la traducción semántica y comunicativa del siguiente esquema corresponden a los dos métodos de la ‘verdadera’ traducción según Schleiermacher. El resto, en la visión de este autor, serían solo prácticas aproximativas a alguno de estos dos métodos)

4kUAalUA4lURalUR4lUialUialQABAQAAAOw==

Traducción palabra por palabra

“Este es un tipo de traducción interlineal que consiste en colocar las palabras de la LT (lengua término) inmediatamente debajo de las palabras de la LO (lengua origen) (…) La principal utilidad de la traducción palabra por palabra es o bien entender la mecánica de la lengua original o bien analizar un texto difícil como un primer paso para su posterior traducción”. El producto final es una mezcla de un orden construccional sintáctico propio de LO y un léxico propio de LT

Traducción literal

“En la traducción literal, las construcciones gramaticales de la LO se transforman en sus equivalentes más cercanos en la LT, pero de nuevo las palabras léxicas se traducen una por una por su significado fuera de contexto. Como proceso de pretraducción, este método puede servir para ver los problemas que presenta un texto”. El producto final es un texto donde las unidades léxicas se usan de manera anormal o con acepciones inusuales para la LT, pudiéndose observar por este motivo incongruencias semánticas o faltas de sentido en el texto meta.

Traducción fiel

“La traducción fiel trata de reproducir el significado contextual exacto del original dentro de las coacciones impuestas por las estructuras gramaticales de la LT”. Aunque la traducción fiel nos ofrece un producto sintáctica y semánticamente correcto en LT, contiene, sin embargo, anormalidades estilísticas. El producto final contiene la sintaxis y semántica propia de la LT, pero el estilo o norma expresiva propia de la LO.

Traducción semántica

“La traducción semántica se distingue de la “traducción fiel” únicamente en que debe tener más en cuenta el valor estético –o sea, el sonido bello y natural- del texto de la LO, lo que quiere decir tener que contemporizar, donde convenga, con el “significado” de tal forma que ni la asonancia, ni el juego de palabras, ni la repetición produzcan un efecto desagradable en la versión final”. El traductor trata de buscar equivalentes estilísticos entre LO y LT, pero intentando adaptar los recursos propios de la LT a las demandas del texto original. El traductor piensa su labor como aquella que aproxima al lector de la traducción al espacio propio de la escritura original (primer método de Schleiermacher)

Adaptación

“Esta forma de traducción es la más “libre” y se usa principalmente en obras de teatro (comedias) y poesía. Se mantienen, por lo general, temas, personajes y argumentos, se pasa la cultura de la LO a la cultura de la LT y se vuelve a escribir el texto” Puede decirse que en este caso la traducción supone un acto completo de reescritura, guiado tan solo por la temática y estructura argumental básica del texto original.

Traducción libre

“La traducción libre reproduce el contenido del original sin la forma. Este método de traducción (…) es normalmente una paráfrasis mucho más extensa que el original, prolija y pretenciosa muchas veces, pero nunca traducción”. La traducción libre pretende dar cuenta de los contenidos del original, pero sin considerar en absoluto la forma en que esos contenidos se expresan. La traducción libre obvia uno de los problemas que se le presentan habitualmente al traductor, el de la dependencia entre sentidos y formas del texto original y la reformulación de esta dependencia, con nuevos medios expresivos, en el texto meta.

Traducción idiomática

“La traducción idiomática reproduce el “mensaje” del original, pero tiende a distorsionar los matices del significado dando preferencia a coloquialismos y modismos, aunque éstos no aparezcan en el original”. El traductor crea aquí efectos estilísticos propios de LT, que carecen de equivalentes en el texto original.

Traducción comunicativa

“La traducción comunicativa trata de reproducir el significado contextual exacto del original, de tal forma que tanto el contenido como el lenguaje resulten fácilmente aceptables y comprensibles para los lectores”. El traductor trata de buscar equivalentes estilísticos entre LO y LT, pero intentando acomodar la expresión a las demandas propias de una nueva comunidad lectora, la del texto traducido. El traductor piensa su labor como aquella que aproxima el original al espacio propio de su nueva lectura en LT (segundo método de Schleiermacher).

Traducción semántica

“La traducción semántica se distingue de la “traducción fiel” únicamente en que debe tener más en cuenta el valor estético –o sea, el sonido bello y natural- del texto de la LO, lo que quiere decir tener que contemporizar, donde convenga, con el “significado” de tal forma que ni la asonancia, ni el juego de palabras, ni la repetición produzcan un efecto desagradable en la versión final”. El traductor trata de buscar equivalentes estilísticos entre LO y LT, pero intentando adaptar los recursos propios de la LT a las demandas del texto original. El traductor piensa su labor como aquella que aproxima al lector de la traducción al espacio propio de la escritura original (primer método de Schleiermacher)

Adaptación

“Esta forma de traducción es la más “libre” y se usa principalmente en obras de teatro (comedias) y poesía. Se mantienen, por lo general, temas, personajes y argumentos, se pasa la cultura de la LO a la cultura de la LT y se vuelve a escribir el texto” Puede decirse que en este caso la traducción supone un acto completo de reescritura, guiado tan solo por la temática y estructura argumental básica del texto original.

Traducción libre

“La traducción libre reproduce el contenido del original sin la forma. Este método de traducción (…) es normalmente una paráfrasis mucho más extensa que el original, prolija y pretenciosa muchas veces, pero nunca traducción”. La traducción libre pretende dar cuenta de los contenidos del original, pero sin considerar en absoluto la forma en que esos contenidos se expresan. La traducción libre obvia uno de los problemas que se le presentan habitualmente al traductor, el de la dependencia entre sentidos y formas del texto original y la reformulación de esta dependencia, con nuevos medios expresivos, en el texto meta.

Traducción idiomática

“La traducción idiomática reproduce el “mensaje” del original, pero tiende a distorsionar los matices del significado dando preferencia a coloquialismos y modismos, aunque éstos no aparezcan en el original”. El traductor crea aquí efectos estilísticos propios de LT, que carecen de equivalentes en el texto original.

Traducción comunicativa

“La traducción comunicativa trata de reproducir el significado contextual exacto del original, de tal forma que tanto el contenido como el lenguaje resulten fácilmente aceptables y comprensibles para los lectores”. El traductor trata de buscar equivalentes estilísticos entre LO y LT, pero intentando acomodar la expresión a las demandas propias de una nueva comunidad lectora, la del texto traducido. El traductor piensa su labor como aquella que aproxima el original al espacio propio de su nueva lectura en LT (segundo método de Schleiermacher).