Concurso de Acreedores: Procedimiento Legal y Gestión de Insolvencia Empresarial y Personal
El Concurso de Acreedores: Un Procedimiento Legal ante la Insolvencia
El Concurso de Acreedores es un procedimiento legal fundamental en el ámbito mercantil y civil, diseñado para gestionar situaciones de insolvencia. Cuando una persona o entidad debe algo, responde con la totalidad de su patrimonio, tanto el presente como el futuro. Sin embargo, el problema surge cuando el deudor es insolvente y, además, tiene múltiples acreedores. Esta concurrencia de varios acreedores sobre un deudor insolvente genera la preocupación de que solo algunos logren cobrar sus deudas, lo que subraya la importancia de garantizar la igualdad de trato entre los acreedores para evitar favoritismos. La base de este procedimiento radica en el principio de igualdad.
Evolución Histórica del Derecho Concursal en España
Hasta el año 2003, el ordenamiento jurídico español contemplaba dos procedimientos concursales principales: la quiebra y la suspensión de pagos. Con la aprobación de la Ley Concursal en 2003, estos términos fueron reemplazados por el concepto unificado de Concurso de Acreedores. Esta ley modernizó y unificó la normativa, ampliando su ámbito de aplicación.
Definición Actual de Insolvencia
Es crucial entender que la insolvencia, en el contexto actual, no implica necesariamente que el pasivo sea mayor que el activo. Una situación de insolvencia puede presentarse incluso cuando el activo supera al pasivo, siendo en este caso un problema de liquidez. Anteriormente, estos procedimientos estaban reservados exclusivamente para empresarios; sin embargo, la Ley Concursal de 2003 extendió su aplicación a todos los deudores, sean empresarios o no.
Tipos de Declaración del Concurso
La declaración judicial del concurso puede iniciarse de dos maneras:
- Concurso Voluntario: Solicitado por el propio deudor.
- Concurso Necesario o Forzoso: Solicitado por los acreedores.
El Concurso Voluntario: Obligación del Deudor
Aunque se denomina «voluntario», la solicitud del concurso por parte del deudor no es un derecho discrecional, sino una obligación legal en determinadas circunstancias. El deudor que es consciente de su insolvencia y tiene más de un acreedor está obligado a solicitar el concurso de acreedores ante el juez en un plazo de dos meses desde que conoció o debió conocer su estado de insolvencia.
Las consecuencias de no declarar el concurso voluntario pueden ser graves:
- Si se trata de un empresario individual, este responde con la totalidad de su patrimonio personal.
- En el caso de un empresario social (sociedad), la falta de declaración en concurso puede acarrear la responsabilidad personal de los administradores por las deudas contraídas con posterioridad al momento en que la sociedad se encontraba en situación de insolvencia.
La ley establece presunciones de insolvencia, que son indicios claros de esta situación. Se considera que una empresa está en situación de insolvencia, entre otros, en los siguientes casos:
- Impago de 3 cuotas a la Seguridad Social.
- Impago de 3 cuotas a la Hacienda Pública.
- Impago de 3 meses de salarios a los trabajadores.
El Preconcurso: Un Escudo Protector
La ley también contempla la figura del preconcurso, que actúa como un escudo protector. Durante su vigencia (un plazo de tres meses), evita que los acreedores puedan solicitar el concurso necesario. En este periodo, el deudor informa al juez sobre su situación de insolvencia, pero aún no se le declara en concurso, buscando alcanzar un acuerdo con sus acreedores para evitar el procedimiento concursal pleno.
El Concurso Necesario: Iniciativa de los Acreedores
Un acreedor puede solicitar el concurso del deudor, lo que se conoce como concurso necesario. Ante esta situación, el deudor tiene la posibilidad de oponerse, demostrando al juez que realmente no se encuentra en estado de insolvencia.
El acreedor que desencadena el proceso forzando el concurso necesario recibe un crédito privilegiado, lo que significa que cobrará el 50% de la deuda con preferencia sobre otros acreedores.
El Administrador Concursal: Figura Clave
El administrador concursal es un auxiliar del juez y desempeña un papel principal en el desarrollo del concurso. Para ejercer esta función, debe ser un abogado o un economista inscrito en el Registro Mercantil (RM).
Efectos de la Declaración de Concurso
La declaración de concurso tiene diversas implicaciones:
Continuidad de la Actividad Empresarial
Una empresa declarada en concurso de acreedores puede continuar con su actividad. Los administradores habituales de la empresa siguen en sus funciones, pero bajo la estricta supervisión del administrador concursal.
Impacto en los Acreedores
Desde el momento en que se declara el concurso, los acreedores pierden sus iniciativas individuales de reclamación. A partir de entonces, todas las reclamaciones deben realizarse de manera colectiva, dentro del procedimiento concursal.
Existe una excepción importante: los acreedores hipotecarios. Durante el primer año desde la declaración del concurso, estos no pueden ejecutar la hipoteca. Si, transcurrido este año, la insolvencia no se ha solucionado, podrán ejecutar la hipoteca individualmente.
Deberes Contractuales y Tipos de Deudas
Si la empresa continúa su actividad, seguirá contrayendo deudas. Es fundamental diferenciar entre:
- Deudas concursales: Aquellas contraídas antes de la declaración del concurso y que siguen el procedimiento concursal.
- Deudas de la masa (o contra la masa): Aquellas contraídas después de la declaración del concurso. Estas son deudas preferentes y deben ser pagadas con prioridad.
Si la empresa no puede hacer frente a las deudas preferentes (de la masa) y, por tanto, no puede continuar con su actividad, se procederá a la liquidación de la empresa en el marco del concurso.
La Masa Activa del Concurso
La masa activa del concurso es el conjunto de bienes y derechos que posee la empresa. Es con esta masa activa con la que se podrá mantener la actividad para pagar las deudas preferentes y, en la medida de lo posible, las deudas concursales.