Conectores logicos del lenguaje

Cuando se considera la filosofía del lenguaje de B. Russell lo primero que hay que tener en cuenta es que sus opiniones lingüísticas están inextricablemente entrelazadas con otras tesis epistemológicas u ontológicas, que forman en conjunto su sistema filosófico. Según Bertrand Russell, los análisis lingüísticos eran inútiles cuando no estaban dirigidos propiamente a la solución teórica de problemas lógicos o filosóficos de carácter sustantivo. Una tesis filosófica que Russell compartió con Wittgenstein es la de que el análisis de la estructura del lenguaje constituye una vía válida para la comprensión de la realidad. Y era eso la razón de que en muchas ocasiones los problemas lógico-semánticos se hallen expuestos y resueltos en contextos epistemológicos u ontológicos. En particular, la concepción medular de la filosofía de Bertrand Russell en su periodo maduro, la del atomismo lógico, impregna las tres disciplinas, semántica lógica, teoría el conocimiento y ontología. Por lo que concierne a la teoría del lenguaje, Russell mantuvo dos tesis generales referentes 1) A la realidad del lenguaje con la realidad y 2) al aprendizaje de este. Estas tesis son: el realismo semántico y el principio de aprendizaje por familiarización, (acquitance), respectivamente. El realismo semántico consiste en su identificación de la teoría del significado con la teoría de la referencia, identificación que implica que el significado de una expresión es la entidad a la cuál sustituye. El principio de aprendizaje por familiarización postula que el significado de una expresión es la entidad a la cual sustituye. El principio de aprendizaje por familiarización postula que el significado de una expresión se aprende cuando se conoce a la entidad a la que esta sustituye. Saber el significado de una expresión (teoría semántica) está estrechamente relacionado con el conocimiento de la realidad (epistemología) y este a su vez con la misma estructura de esto (ontología)

La teoría del significado depende de las teorías ontológicas y epistemológicas en el sentido de que según sea la estructura de la realidad y nuestro conocimiento de ella, así será la estructura lógica del lenguaje y su significado. El atomismo de Russell: postulaba que la realidad es descomponible en elementos últimos, no tienen carácter físico sino lógico, son entidades inalcanzables por el pensamiento y constituyen los significados genuinos de las expresiones denominadas puras. El resto de los significados será compuesto a partir de ellas, en un lenguaje ideal. Se ha discutido si Russell propuso su teoría como un conjunto de afirmaciones aplicables a cualquier lengua o solamente ciertas tesis sobre una particular idealización. (Los estudiosos de Russell se han inclinado por esta última opción)

2. La noción de forma lógica

El interés de Russell por el análisis lingüístico tenía dos aspectos. Por un lado, tiene una motivación lógico-matemática, pues ese análisis podría según él, contribuir a resolver problemas de fundamentación de las ciencias formales. Por otro, una motivación filosófica puesto que según Russell, edificios enteros (como la ontología de Leibniz) están basados en un análisis lógico gramatical deficiente. El análisis correcto del lenguaje (de su estructura lógica) tendrá pues un doble efecto: aclarará los fundamentos lógicos de la matemática y conducirá a una teoría ontológica adecuada. Del mismo modo que Frege, Russell consideró que el lenguaje ordinario es un lenguaje imperfecto, no sólo porque es inútil para la expresión precisa del pensamiento, sino también porque es engañosos. Las deficiencias del lenguaje común se distribuyen en dos niveles, el sintáctico y el léxico. En el caso de este último el lenguaje común es ambiguo (diversas opciones del verbo ser), vago (contiene predicados de alcance indeterminado) y contundente (hacen aparecer como significativas oraciones, que analizadas lógicamente no lo son en absoluto). Pero sus deficiencias sintácticas son mucho más perniciosas que las léxicas, son las que conducen a errores filosóficos graves, sustentando sistemas equivocados como el monismo, o induciéndonos a errores categoriales, como el considerar a los cuantificadores como parte del sujeto enunciado.

La principal tarea d la
filosofía es el análisis del lenguaje para poner de relieve su auténtica estructura lógica. El análisis ha de estar dirigido a mostrar la forma lógica del enunciado. El método para obtener la forma lógica de un enunciado es el de descomponerlo en sus genuinos elementos y luego sustituir esto por variables (individuales o predicativas). El resultado es un esquema enunciativo expresado en lenguaje lógico (habitualmente de primer orden).Pero, para aplicar este método, es preciso tener una teoría sobre que es un componente último de un enunciado y sobre los tipos de enunciados posibles. Comenzando por lo segundo, Russell dividió a los enunciados (o proposiciones como el las denominaba) en atómicos y moleculares. Los enunciados atómicos son los enunciados inanalizables, esto es, aquellos cuyos componentes y sus relaciones son tan simples, que es imposible descomponerlos. Las proposiciones atómicas no incluyen conectivas lógicas, pero mediante ellas pueden unirse para formar proposiciones complejas. Es preciso distinguir, en cuanto proposiciones atómicas los nombres propios ordinarios de los nombres lógicamente propios. Los primeros denominan entidades complejas.