Corrientes del Pensamiento en Relaciones Internacionales: Tradiciones, Debates y Paradigmas Clave

Las Tres Grandes Tradiciones del Pensamiento en la Teoría de las Relaciones Internacionales

El Realismo Político

Se deriva de la teoría política general y de la historia de las ideas políticas. Ve en la guerra algo inevitable, inherente a la condición humana. Está orientada por la fuerza más que por el derecho, y consiste en eliminar de manera progresiva a los más débiles, considerando el ámbito de las RI como «teatro bélico de operaciones», ya que los actores no reconocen una instancia superior a ellos. En consecuencia, los tratados internacionales tienen un valor y validez limitados, con cláusulas tipo «rebus sic stantibus».

El Racionalismo Político

Entiende que las situaciones de violencia y necesidad inherentes a la vida pueden mejorarse mediante el ejercicio de la razón, la sociabilidad y la cultura. Está orientada por el derecho más que por la fuerza, concibiendo la política internacional como una negociación constante de intereses, ventajas y expectativas entre los actores que resultan de acuerdos estables, con mecanismos de consenso y conciliación sobre la base de actos de mutua fe, con cláusulas de tipo «pacta sunt servanda».

El Revolucionarismo Político

Se distingue de los idealistas por ser, en cierto modo, utópico y optimista acerca de la posibilidad de transformar la sociedad con métodos drásticos y radicales. Describe la realidad con definiciones dogmáticas entre el bien y el mal. Sus objetivos están orientados a un futuro de paz y a la solución de todos los conflictos. Dan poca validez a los tratados internacionales por ser vistos como compromisos solo por interés, así como poco valor al papel de la diplomacia.

Los Debates Fundamentales en las Teorías de las Relaciones Internacionales

Primer Debate: Realismo versus Idealismo

Este primer debate se extiende entre 1919 y 1949, es decir, desde el final de la Primera Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría. Puede ser resumido de la siguiente forma: el realismo ve a la sociedad internacional como una estructura jerarquizada del poder; el idealismo, como una organización cosmopolita de equilibrio de poder.

Segundo Debate: Ciencias versus Humanidades

Opone a los académicos estadounidenses y británicos. Los primeros son partidarios de la aplicación del positivismo científico a las ciencias sociales y los segundos, de mantenerse fieles a las tradiciones de las humanidades. Los positivistas sostienen que una función básica de la ciencia es su capacidad de predecir comportamientos. Recurren a nuevas tecnologías, y la sociedad internacional se define en su concepción como un sistema, lo que modifica el concepto tradicional de estructura internacional, vista como una estructura anárquica, interactiva e interdependiente, según los humanistas. El poder se mide con nuevos parámetros como la economía y el progreso científico y tecnológico; aunque el Estado es el centro del sistema internacional (SI), comparte con otros actores la regulación del mismo.

Tercer Debate: Globalidad versus Estatocentrismo

Este debate trata de determinar la colisión entre estructuras tradicionales y las emergentes, más dinámicas en la economía, en las ciencias, en la nueva agenda internacional, la opinión pública internacional, los asuntos humanitarios y el ascenso de movimientos religiosos y fundamentalistas. Es por ello que los teóricos renuevan sus concepciones y aparecen las teorías de la interdependencia, los regímenes internacionales, la gobernabilidad y el concepto de la «posmodernidad», entre otros.

Los Regímenes Internacionales

La teoría de los regímenes internacionales es una evolución del funcionalismo y una adaptación del realismo, estrechamente vinculada con la «gobernanza internacional». Su objetivo está centrado en el estudio de la regulación de procesos políticos y sociales y se preocupa especialmente por la manera de obligar a los actores a que cooperen entre sí, en ausencia de una autoridad central o superior. Los regímenes internacionales funcionan sobre la base de cuatro criterios:

  • Principios: Representan conjuntos de creencias o valores comunes y compartidos como, por ejemplo, la soberanía o la reciprocidad.
  • Normas: Son esquemas de comportamiento definidos en términos de derechos u obligaciones como, por ejemplo, la no intervención en los asuntos internos de un Estado o el respeto a la integridad territorial.
  • Reglas: Son las prescripciones particulares respecto de la actuación en casos específicos como la abstención del uso de armas químicas en caso de conflicto armado.
  • Procedimientos: Son las prácticas vigentes, habituales y convencionales que tienen que ver con la elaboración de procesos de decisión colectiva como puede ser el principio general del consenso o la votación unánime o mayoritaria para la toma de decisiones.

Teorías Estructuralistas: Dependencia, Sistema-Mundo y la Integración Latinoamericana

Las realidades de la integración latinoamericana no son siempre explicables a través de las teorías construidas en función de las realidades de la integración europea. Razón por la cual se han tenido en cuenta otras teorías como la interpretación hecha de un «sistema-mundo» o del subdesarrollo de los países de América Latina según las relaciones entre «centro y periferia» y la «teoría de la dependencia».

Teoría «Centro y Periferia»

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), preocupada por la desigualdad del comercio existente entre el hemisferio norte y el hemisferio sur que provocaba una degradación de los términos de intercambio, desarrolló desde finales de los años cuarenta y a partir de los años cincuenta, en un contexto propio, la teoría sobre las relaciones centro-periferia, según un análisis «estructuralista latinoamericano». Los centros o metrópolis cuentan con economías homogéneas en cuanto a producción, modernas, más complejas, tecnológicas y diversificadas, mientras que las periferias cuentan con economías más heterogéneas, no diversificadas en producción o exportación, con poca tecnología y generalmente monoexportadoras.

Teoría de la «Dependencia»

De acuerdo con la teoría de la «dependencia» de los años 60, existe un vínculo entre la teoría de la interdependencia y la de la «dependencia». El estudio de las interacciones se relaciona con el de la dependencia de la periferia respecto al centro. Las interacciones entre actores que no tienen el mismo poder constituyen una fuente de dominación.

Los términos «centro» y «periferia» en una economía mundial son distintos; se refieren a procesos y no a regiones o Estados. Los procesos de centro consisten en relaciones con salarios altos, tecnología moderna y producción diversificada; no así en la periferia.

Existe una semiperiferia que combina ambos procesos: es una estructura donde el centro es explotador, la semiperiferia es explotada por el centro y, a su vez, explota a la periferia, y la periferia es explotada.

El contexto actual es el de un mundo muy globalizado, con fuerte interdependencia y asimetrías en las RI que conducen a la subordinación del mundo en desarrollo respecto al desarrollado.

Teoría del «Sistema-Mundo»

La integración es un instrumento para el mundo en desarrollo para compensar las diferencias con el desarrollado. Permite tener algo más de poder de negociación que si se actúa aisladamente. Para ello, es necesario construir teorías que tengan en cuenta el contexto latinoamericano y que logren una integración profunda que vaya más allá de los TLC, con una concepción de productividad y competitividad.

La tesis de la CEPAL del «Regionalismo abierto» es una adaptación conceptual de América Latina al modelo de apertura económica de la globalización, por la que se pretende lograr una inserción competitiva en la escena internacional.

Los Paradigmas Clave de las Relaciones Internacionales

Paradigma Realista

Está motivado por las aspiraciones de los Estados de mantener la paz.

Paradigma Transnacionalista

Hace énfasis en la política transnacional y en los aspectos económico-científico-técnicos de las RI. Su esencia no reside en la lucha por el poder, sino en la cooperación, argumentando la inutilidad de la fuerza, aunada a la proliferación de las organizaciones internacionales y el surgimiento de la interdependencia. Destaca que el Estado-nación ha perdido importancia ante los nuevos actores internacionales no estatales.

Paradigma Estructuralista

Asigna gran importancia a las relaciones económicas internacionales, pero, en lugar de una relación de interdependencia, postula una de dependencia en las relaciones económicas internacionales, ya que la interdependencia significa para este paradigma dominación, explotación, desigualdad y subdesarrollo. Por ello, postula la existencia de un único sistema económico: el capitalismo transnacional, que no fomenta la cooperación ni la integración.