Crecimiento económico 1920

1.2 Las fluctuaciones entre 1919-1921. Las dificultades de la normalización de la economía La inmediata posguerra en Europa y la ayuda exterior
El principal problema de Europa fue la ayuda.
La mayor parte del continente se empobrecíó. La actividad económica era reducida, el hambre era inminente, la oferta de capital y materia primas era desesperadamente escasa, los sistemas de transporte estaban completamente desorganizados y los mecanismos monetarios y financieros estaban fuera de control. Las condiciones eran peores en Europa central y orientas ya que en algunos países los sistemas económicos se encontraban al borde del colapso (Rusia). Las posibilidades de recuperación en esos países eran muy limitadas sin una fuente de ayuda exterior. A finales de 1918 el alimento escaseaba porque la producción agrícola fue una tercera parte inferior a los niveles de antes de la guerra, y porque, los países tenían medios de pago limitados. Algunos países aliados se movilizaron para proporcionar ayuda a estos países, la cuál se efectuó a través de organizaciones norteamericanas, American Relief Administration, creada en 1919, este organismo canalizó una corriente de entregas de alimentos a Europa. Los países aliados y los liberados generalmente obtuvieron sus provisiones mediante créditos, en tanto que los países enemigos tuvieron que pagar al contado. Después de mediados de 1919, las ayudas se limitaron a organizaciones privadas y semioficiales. La ayuda contra el hambre fue solo el primer paso en el proceso de reconstrucción, pero nunca se concibió un plan en conjunto de ayuda para la reconstrucción y los esfuerzos internacionales. Muchos países tuvieron que aumentar su endeudamiento para poder importar materias primas y bienes de equipo, lo cual redundó en una menor capacidad para alcanzar la reconstrucción económica.

La fase expansiva de 1919-1920

Mientras algunos países padecían de hambre otros conocieron un extraordinario auge económico. Meses después del armisticio hubo una recesión suave, pero esta pronto dejo paso a un auge  de grandes dimensiones. Duró un año. Una carácterística más notable fue el crecimiento muy brusco de los precios.  El auge fue más notable en EEUU, Gran Bretaña, Japón y en algunos países neutrales, porque sus economías estaban más preparadas para hacer frente al repentino aumento de la demanda.
Se había creado una gran demanda reprimida de mercancías que se vio favorecida por los activos financieros acumuladas durante el periodo de las hostilidades.  Esta demanda fue liberada en un momento en que los stocks eran bajos y la capacidad productiva se estaba recuperando. La inflación fue agravada por varios factores. La incapacidad del transporte marítimo y la dislocación de los sistemas de transporte interiores en la posguerra tendieron a crear escaseces artificiales. Por otro lado, se dio un volumen de considerable de compras especulativas de stocks.  Las políticas gubernamentales desarrolladas también contribuyeron al auge. Las políticas fiscales y monetarias laxas bombearon fondos a la economía y expansionaron el crédito. La espiral inflacionista se aceleró y el auge económico terminó por frenarse de forma brusca.

La fase recesiva desde 1920-1921

A comienzos de 1920 la actividad económica empezó  a disminuir en Estados Unidos. Durante la primavera, un cierto número de países registraron coyunturas criticas en la actividad económica, y en el otoño hubo pocas dudas de que la burbuja había estallado. La producción, las exportaciones y los precios cayeron mucho y muy deprisa, mientras que el paro subía.  Pocos países se salvaron del fuerte freno a la actividad entre 1920 y 1921. Dicha recesión fue profunda pero breve. A la hora de interpretar la aparición de esa brusca contracción hemos de considerar varios factores. El crecimiento continuado de los precios agotó el aumento de la demanda. Las políticas fiscales y monetarias restrictivas sirvieron para frenar la expansión y reducir el flujo de créditos hacia el extranjero.La brusca contracción monetaria y la reducción fiscal de este periodo conllevaron el  movimiento a la baja una vez que había comenzado. Las perspectivas de una transición regular y rápida se quebraron. La escasez de dólares que sufríó Europa alejó las posibilidades de realizar una estabilización monetaria y las tensiones inflacionistas se agravaron. Los problemas estructurales heredados y las nuevas realidades surgidas después de la guerra se convirtieron en importantes obstáculos para alcanzar el objetivo de la reconstrucción económica europea.