Cuestionario de calidad educativa

LA  CALIDAD  EDUCATIVA  Y   SUS  IMPLICACIONES  EN  LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO     La educación venezolana a finales del Siglo XX   El proceso educativo en Venezuela siempre ha estado en crecimiento y a la búsqueda de alternativas que aseguren el derecho de la población a una educación con calidad. En el año de 1873, el Sistema Educativo sólo atendía 3.744 alumnos en 100 escuelas públicas. Pero en 1874, cuando se crean la Dirección de Instrucción Pública y la Dirección de Instrucción Secundaria, el sistema se fortalece con la construcción de 336 escuelas federales y 383 escuelas municipales y particulares. En 1881 se crea el Ministerio de Instrucción Pública lo cual representó otro aporte al desarrollo del sistema. Entre 1890 hasta 1935, Venezuela se encuentra dominada por sistemas dictatoriales y la educación sufre un estancamiento. Reflejo de ello es la paralización casi total de la educación superior, son clausuradas las Universidades del Zulia, Carabobo y la Universidad de Caracas fue cerrada por 8 años. En la década de los años 50 del siglo pasado, estaban inscritos en el nivel de educación primaria 471.799 alumnos, lo que representaba solo el 10% de la población total. Este período se inicia con una nueva dictadura que finaliza en 1958. Durante esos diez años, el sistema educativo sufre un nuevo estancamiento, había más de dos millones de adultos analfabetas, más de medio millón de niños en edad escolar fuera del sistema, pocas construcciones escolares, apenas seis mil estudiantes en escuelas técnicas y artesanales y un alto déficit de maestros y profesores. Es en los años 60, cuando se inicia la gran expansión del sistema educativo venezolano con un crecimiento de la matrícula espectacular. Para este momento se encontraban inscritos 1.074.434 estudiantes, lo que representaba el 14% de la población. La caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, impulsó grandes cambios favorables en la educación, entre los que destaca el proceso conocido como la “Democratización de la Enseñanza”, que favorecíó la creación de nuevas escuelas en todo el territorio nacional y el empleo de maestros y profesores para atender a la población escolar, inclusive en los sitios más remotos del país. A este proceso se le reconoce como de masificación de la educación, paralelo al cual se modernizaron los modelos de alfabetización de adultos existentes. En la década de los años 70, la educación se encontraba ligada al entorno económico favorable que se vivía en el país, como producto de la renta petrolera y se inicia una política agresiva sustentada en la teoría del capital humano, la cual aparecíó reflejada en el V Plan de la Nacíón. Posteriormente en la década de los 80, se aprueba una nueva Ley de Educación y se decreta la creación del nivel de Educación Básica con nueve años de duración. En este proceso, la educación privada venezolana tuvo un papel muy importante. Para finales de los años 80, de acuerdo con la Memoria y Cuenta del Ministerio de Educación, la educación privada atendía más de medio millón de estudiantes. También se actualizan los programas de Educación Primaria donde participan docentes de todas las zonas educativas del país. Estos nuevos programas se implantan en todas las escuelas primarias del territorio venezolano. Estas acciones nos demuestran el gran impulso que recibíó la educación durante estos años, pese a que algunos fantasmas, como el de la deserción, la repitencia y la pérdida progresiva de calidad, habían comenzado a manifestarse. Al inicio de la década de los años 90, el número de niños en Educación Preescolar era de 695.320; y en educación básica 4.052.947, la cantidad de escuelas de educación primaria había crecido a 15.984 y al finalizar esta década (1999) se estaba atendiendo una matrícula de 4.448.422 de los cuales 757.940 cursaban en colegios privados. (Datos publicados por Ministerio de Educación Cultura y Deportes: Plan Educación para Todos Venezuela, 2003). En estos diez años, las escuelas de educación secundaria, media y diversificada subieron a 1.774, en las cuales se registraron 377.384 alumnos y 37.791 profesores. 344 estudiantes cursaban estudios en más de cien instituciones de educación superior: universidades públicas y privadas, institutos   pedagógicos,   politécnicos    y   militares,   con    un   personal   de    49.760    docentes e investigadores. Entre 1996 y 1999, se reconoce que a pesar de los esfuerzos realizados, el problema de la calidad educativa continúa siendo un dolor de cabeza. Se acepta que se requiere de una transformación del sistema educativo que garantice la permanencia de  los alumnos en el sistema, beneficiándose de su oferta. De esta manera se inicia una Reforma Educativa que por un lado siguió los lineamientos de los organismos internacionales (UNESCO; Unicef; Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo) y por otro los estudios realizados en el país en relación con la calidad de la educación: a) la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado C.O.P.R.E.1989, b) El diagnóstico del Banco Mundial 1992, c) Calidad de la Educación Básica en Venezuela. Estado del Arte 1992, d) La reforma educativa: una prioridad nacional 1994, e) El Plan de Acción del Ministro de Educación 1995, f) Proyecto Educativo Educación Básica: reto, compromiso y transformación 1996, impulsaron la reforma de la educación. El Ministerio de Educación promulga la reforma curricular, sustentada en la política educativa formulada en el IX Plan de la Nacíón y Plan de Acción (1995), los cuales promueven la transformación de la práctica escolar a partir del análisis y reconsideración de la educación, sus objetivos, sus actores y sus implicaciones para el individuo, la  familia, la comunidad y la vida social en general. Se reconoce la innegable la  necesidad de emprender una profunda transformación en el sector educativo que conduzca a verdaderos cambios. De esta manera, por primera vez, se realizó un proceso de consulta y trabajo mancomunado con distintas organizaciones del país (universidades, iglesias, Fuerza Armada, docentes de todo el país). En 1997, se publican los programas de la primera y la segunda etapas de la educación básica hoy educación primaria. Desde 1999 hasta la fecha, no hemos podido avanzar para atender, al menos lo prioritario, que son los diseños curriculares de educación secundaria y media. Es por ello que desde CAVEP, una de las organizaciones más sólidas que agrupa a los planteles privados en Venezuela, vemos con profunda preocupación el deterioro que ha experimentado la educación oficial en los últimos años y la pérdida de tiempo que ha representado la insistencia gubernamental por querer imponer en Venezuela un plan de   desarrollo fundamentalista, basado en una perniciosa demagogia política-ideológica que ha recibido distintos nombres: Plan Bolívar 2000, Plan Simón Bolívar y recientemente  Plan de la Patria. Esta insistencia de incluir el asunto político-partidista dentro del proceso educativo, por considerarlo el semillero de donde surgirán “los socialistas del futuro”, ha generado una gran polémica y una negativa de los sectores profesionales del país a enajenar el pensamiento de nuestros niños y jóvenes con una única corriente de pensamiento, que además de ser inconstitucional, no ha sido exitosa en ningún país del mundo. Pero lo más lamentable ha sido la pérdida de tiempo en un país que necesita urgentemente re-direccionar su sistema educativo en la búsqueda de hacerlo más eficiente y pertinente. La calidad educativa y sus implicaciones en el Siglo XXI   Los miembros de CAVEP como todos los venezolanos, queremos optimizar la calidad de la educación en nuestro país, sabemos que es un proceso que requiere de tiempo y voluntad política, por tal motivo Intentamos aproximarnos desde el punto de vista teórico a la conceptualización y significado de la educación de calidad, para ello consideramos que es importante comenzar este aspecto haciendo referencia a lo que significa para nosotros la educación. La educación no sólo posibilita el desarrollo de las personas sino también el de las sociedades, por ello es un bien público y un derecho humano, del que nadie puede  quedar excluido. La importancia del derecho a la educación radica, en que nos abre las puertas para el goce de otros derechos humanos permitiendo el pleno ejercicio de la ciudadanía. Pero a su vez, el derecho a la educación requiere hacer efectivos otros derechos como el de la salud, la nutrición, o el derecho de los niños a no trabajar. La indivisibilidad e interdependencia de los derechos exige el desarrollo de políticas intersectoriales y mecanismos de coordinación interinstitucional que permitan el ejercicio integral de todos los derechos humanos. El pleno ejercicio del derecho a la educación exige que ésta sea de calidad, promoviendo el máximo desarrollo de las múltiples potencialidades de cada persona, a través de aprendizajes socialmente relevantes y experiencias educativas pertinentes a las   necesidades y carácterísticas de los individuos y de los contextos en los que se desenvuelven. La calidad de la educación es crucial para el logro de los objetivos de educación para todos, porque influye de forma determinante en los resultados de aprendizaje y la universalización de la educación. Ofrecer una educación de calidad implica la articulación gobierno, educación, sociedad y familia, y se caracteriza por la transmisión de formas de actuar democrática, de fraternidad, basada en la pedagogía del aprendizaje significativo, donde se enseñe y se aprenda en y desde la libertad, que genere calidad de vida con visión de país a partir de un proyecto de Nacíón que es compartido por las mayorías. Cecilia Braslavsky (2005) señaló que una educación de calidad “es aquella que  les permite a todas las personas aprender lo necesario para aprovechar las sorpresas inevitables y evitar las anticipaciones y profecías descartables”. Dicho en otros términos se trata de formar personas que puedan distinguir mejor entre lo que puede suceder y se desea alentar y lo que está sucediendo y se presenta como “natural”, cuando en realidad son tendencias que se podrían evitar. Continúa alegando la autora que la educación le tiene que servir a las personas y a los grupos para operar en el mundo y para sentirse, bien operando en ese mundo: conocíéndolo, interpretándolo, transformándolo en una relación fértil y creativa entre sí y con el entorno. Esto implica un cierto conocimiento del mundo, tal como es hoy y como será en el futuro y cuál es la capacidad que se atribuyen de cambiarlo y de hacerse un lugar en él. Braslavsky (op.Cit.) enumera diez factores para una educación sea de calidad: Foco en la pertinencia personal y social La convicción, la estima y la autoestima de los involucrados La fortaleza ética y profesional de los maestros y profesores La capacidad de conducción de los directores e inspectores El trabajo en equipo dentro de la escuela y de los sistemas educativos La cantidad, la calidad y disponibilidad de los materiales educativos La pluralidad y calidad de las didácticas Los mínimos materiales y los incentivos socioeconómicos y culturales   Es importante destacar, que la mejora en la calidad educativa no ocurre como consecuencia de un mandato político, tampoco se puede confiar en que el cambio se dé, de manera espontánea en las escuelas, sin estímulos o apoyos de la administración educativa y de la comunidad como ha sucedido tantas veces en Venezuela. En CAVEP hemos experimentado por experiencia propia que las medidas centralizadas, tomadas desde los ministerios, tienen un rotundo rechazo de los profesores y frenan la capacidad para avanzar hacia mayores niveles de calidad. Es cierto que la transformación de la práctica pedagógica requiere del soporte de los procesos administrativos, como son el diagnóstico, la planificación, la organización, la ejecución, el control, el acompañamiento y la evaluación, los cuales necesitan ser revisados y transformados para hacer más eficiente la labor escolar. En el caso de las escuelas públicas, la titularidad de directivos y profesores, la concentración del personal en las escuelas, la creación de un sistema de bandas para la evaluación de la gestión administrativa y académica y la creación y mantenimiento de la planta física, son asuntos que requieren atención y negociación. Estamos conscientes que estos procesos son muy complejos y conllevan tiempo sin embargo y afortunadamente, pueden perfeccionarse con voluntad, políticas coherentes y trabajo. Pero lo urgente, lo indispensable en la actualidad es la transformación de los procesos de enseñanza y aprendizaje, los cuales deben sustentarse en un currículo innovador, articulado y flexible, administrado por docentes capacitados y motivados. Sabemos que no basta con tener al alcance el mejor currículo del mundo, es necesario que el docente sepa cómo utilizarlo en el marco contextual de la realidad en la cual se desarrolla el proceso de enseñanza y aprendizaje, de allí que la formación de los docentes, la evaluación constructiva y oportuna del aprendizaje y el perfeccionamiento de los actos de acompañamiento a las aulas, son prioritarios para lograr lo que entendemos como calidad de la educación. La educación de calidad debe caracterizarse por la transmisión de formas de actuar democrática, cargada de amor tal y como lo señala Pérez Esclarín (2014): “Educar a través del amor, como herramienta aplicada en la familia y en el aula, y en la formación del individuo.” Querer al alumno significa aceptarlo como es, ver sus potencialidades más que sus fallas, siempre estar dispuesto a brindarle una nueva oportunidad. Los indicadores de la calidad educativa   Los miembros de CAVEP, ante el debate que ha generado una consulta nacional por la calidad a partir de diez temas puntuales, coincidimos en que hay una serie de aspectos o elementos que caracterizan y sirven de plataforma para que la educación sea de calidad. Desde hace algunos años, ante la caída que ha sufrido la calidad educativa en Venezuela, venimos reflexionado al respecto y compartimos los planteamientos que hace Ramírez (2013) cuando señala que se reconocen algunas carácterísticas básicas para que una educación sea de calidad, entre las que se encuentran las siguientes: La equidad como requisito de la calidad   El principio de igualdad de oportunidades ha representado un pilar fundamental sobre el que se basa la calidad de la educación. Dependiendo del significado que se le atribuya a la igualdad de oportunidades nos estaremos refiriendo a prioridades e indicadores diferentes. Por ejemplo, cuando nos referimos al acceso y a las condiciones de entrada y a la necesidad de nivelar a todos, nos referimos a estrategias igualadoras de las desigualdades de partida, lo que implica el desarrollo de políticas compensatorias dirigidas a quienes más lo necesitan. En este sentido, es importante que la educación pública tenga presente esta realidad y se propongan alternativas orientadas a nivelar a toda la población escolar previniendo la exclusión. Es necesario recordar que la escuela es generadora de fracaso escolar, cuando no se atienden las necesidades evidentes. Los sistemas políticos democráticos tienen dentro de sus planes estratégicos, la necesidad de garantizar acceso de todos al sistema educativo, su permanencia y egreso con un nivel de calidad similar para todos. La Equidad es un valor de connotación social, por lo tanto la educación, debe asegurar que todos tengamos unos buenos niveles educativos, que se ayude más a los más desfavorecidos, para conseguir que la inmensa mayoría de los alumnos alcancen al menos los niveles mínimos de formación, establecidos en la legislación vigente. Pero no se trata solo de brindar acceso para que las personas ingresen, es necesario que el estado provea todo lo que los estudiantes necesitan para mantenerse dentro del sistema: escuelas confortables, docentes preparados en todas las áreas y disciplinas del conocimiento, alimentos, ropa, bibliotecas escolares y de aulas dotadas, transporte, atención médica y psicológica, entre otros. Es del conocimiento público, que muchos alumnos abandonan la escuela pública porque sus padres no pueden costear el gasto que implica mantenerlos en el sistema. Es absolutamente necesario que el Ministerio del Poder Popular para la Educación desarrolle estudios que le permitan saber a qué alumnos tiene que apoyar económicamente. El Estado tiene que garantizar que todos los niños y jóvenes en edad escolar estudien, independientemente de su poder adquisitivo, de lo contrario generaremos una brecha social que será el punto de partida a multitud de conflictos. La atención individualizada en el marco de los grupos sociales   Las escuelas deben desarrollar programas que atiendan las necesidades académicas y psicológicas de los estudiantes y proporcionen a cada alumno lo que necesita. Esta carácterística ha de ser prioritaria, el trato diferencial a cada alumno, el apoyo afectivo, y el acompañamiento a cada uno para explorar las necesidades de cada uno en su proceso educativo, hará que el paso por la educación tenga sentido para él o   ella y además le estimulará para que colabore y coopere con el resto de sus compañeros. Una educación que sea valorada por la comunidad a la que sirve   Motivar a los alumnos para que valoren la educación como un proceso de expansión de las libertades reales que disfruta la gente, puede garantizar el éxito escolar. La educación es el paso seguro para superar importantes fuentes que generan ausencia de libertad, como son la pobreza y la tiranía, oportunidades económicas escasas y privaciones sociales sistemáticas. Que todos valoremos la educación como algo imprescindible para nuestra sociedad hará que cada individuo tenga más oportunidades de empleo en una época en la que el trabajo escasea. Tanto para garantizar la inserción en el mundo laboral, como para la continuidad en el mundo del conocimiento y de la investigación, hemos de dotar al  sistema de buenas prácticas y mejores ayudas para que nadie deje de explotar su potencialidad y tenga oportunidades para hacerlo. En este sentido, la propuesta es desarrollar políticas en el sector educativo para conectar los ámbitos académicos y científicos tecnológicos, con el sector productivo. Una educación motivadora   Las escuelas del Siglo XXI, tienen el compromiso de transformarse para generar  un ambiente que motive e ilusione a los alumnos. Tanto la escuela de este siglo, como la del Siglo XVI, han estado siempre programadas y los docentes se han venido convirtiendo en los ejecutores de una programación preestablecida. Muchos alumnos tienen iniciativas tales como escribir un libro o realizar experimentos en sus hogares pero eso lamentablemente “no forma parte del programa” por lo tanto  no sirve para la escuela y no le genera valor a la evaluación. Es necesario que las escuelas y los equipos de profesores le den importancia al clima en el cual se desarrolla la educación para que los alumnos la entiendan como un proceso que genera oportunidades e ilusiona para alcanzar las metas, de esa manera reduciremos el número de alumnos que se quedan por el camino educativo, y mejoraremos las alarmantes tasas de abandono escolar temprano que se generan en la educación pública. Formadora de hombres y mujeres críticos   Señala Moreira (2005) que en estos tiempos de cambios rápidos y drásticos el aprendizaje debe ser no solo significativo sino también “subversivamente significativo”. La teoría de este autor es que el aprendizaje significativo subversivo, es una estrategia necesaria para sobrevivir en la sociedad contemporánea, pero tal vez el aprendizaje significativo crítico sea más apropiado para este tipo de subversión. Postman y Weingartner (1969) en su libro Teaching as a subversive Activity sostienen que aunque se debía preparar al alumno para vivir en una sociedad caracterizada por el cambio cada vez más rápido de conceptos, valores, tecnologías, la escuela aún se ocupa de enseñar conceptos fuera de foco. Otros afirman que vivimos en una sociedad sin valores; otros que han aparecido nuevos valores asociados al nuevo paradigma socioeconómico y cultural. La modernidad se caracteriza por su creencia en el progreso, asociado a la explosión del conocimiento científico y las promesas de la tecnología y la búsqueda de principios organizadores que contienen valores universales. Los miembros de CAVEP ubicamos a la educación venezolana del Siglo XXI y su calidad en un movimiento de postmodernidad, la cual se teje en un contexto de cambios,   de abolición de los órdenes anteriores, de cuestionamiento y de búsqueda. No podemos seguir permitíéndonos que los modelos pedagógicos en los que se base nuestra educación sean concebidos en teorías anteriores a la modernidad, focalizadas en asuntos positivistas e ideológicos     Condiciones                que    debe    reunir     la    educación    de    calidad (OREAL/UNESCO) Es importante señalar que no son suficientes los esfuerzos que se hagan para aumentar el acceso a la educación y mejorar la infraestructura, el problema de la calidad educativa no se resuelve sino con acciones concretas, orientadas a mejorar la eficacia y eficiencia del proceso de aprendizaje considerando la educación, como un servicio que tiene que satisfacer a sus usuarios. La calidad de la educación es un derecho  fundamental y desde la perspectiva de la OREAL/UNESCO debe reunir las siguientes condiciones: respeto de los derechos, relevancia, pertinencia, equidad y eficacia. Una educación es de calidad si ofrece los recursos y ayudas que cada quién necesita para   estar en igualdad de condiciones de aprovechar las oportunidades educativas y ejercer el derecho a la educación.” (Unesco 2007, p. La calidad desde el enfoque de los Derechos Humanos   Los miembros de CAVEP proponemos ubicar el tema de la calidad educativa en Venezuela, en el marco de los derechos humanos y considerar las tres dimensiones fundamentales propuestas en el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo (2005ª): respeto a los derechos, equidad y pertinencia. En ellos se establece que la educación primaria debe ser gratuita y obligatoria y que  la enseñanza secundaria técnica y profesional debe ser generalizada y progresivamente gratuita. Solo en Venezuela se registran 1.700.000 jóvenes fuera del sistema educativo entre 14 y 22 años, lo  que representa una verdadera tragedia para el país. Estos grupos poblacionales representan el grueso de la población activa de los países para las próximas décadas por lo que esta situación no solo representa una privación de oportunidades educativas sino también “un fenómeno con fuerte impacto en las posibilidades de desarrollo humano de los países. La educación es relevante si en verdad desarrolla en el estudiante competencias para participar en las diferentes actividades de la sociedad, afrontar los desafíos de la actual sociedad del conocimiento, acceder a un empleo digno, y desarrollar el proyecto de vida en relación con los otros; esto es, si permite el desarrollo social e individual de todos los seres humanos. Una de las finalidades de la educación, junto con el desarrollo integral de las personas, es fomentar el respeto de los derechos y libertades fundamentales, por lo que la educación será relevante si los estudiantes tienen la oportunidad de conocerlos y vivenciarlos, lo cual significa aprender no sólo conocimientos y habilidades sino sobre todo valores, actitudes y comportamientos. Nos remite a la necesidad de que la educación sea significativa para personas con diferentes necesidades y motivaciones, de manera que puedan apropiarse de los contenidos de la cultura, mundial y local, y construirse como sujetos en la sociedad, desarrollando su autonomía, autogobierno, su libertad y su propia identidad. La pertinencia, en coherencia con un enfoque de derechos, significa que el centro de la educación es el alumnado, por lo que es ineludible considerar su propia idiosincrasia en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Es en proyecto de plantel donde el currículo tiene pertinencia, de allí que es muy importante que los planteles cuenten con autonomía para realizar sus adaptaciones a la vez que cumplan con el mandato nacional. “Si bien existe un consenso generalizado en la regíón respecto de la necesidad de adaptar el currículo y la enseñanza a las carácterísticas individuales y socioculturales del alumnado, esto requiere traducirse en mecanismos y procedimientos más ajustados para llevar a cabo los procesos de diversificación curricular y adaptación de la enseñanza, en cada regíón o localidad, escuela, aula y parta cada individuo que así lo requiera”.(UNESCO, 2007, Cap. La educación implica serios gastos y eso es lo que el Estado Venezolano no ha tenido presente. En este caso, nos referimos al diseño y ejecución de actividades de enseñanza y aprendizaje, utilizando diversas estrategias y gestionando un trabajo de aula que promueva la mayor cantidad y calidad de los aprendizajes en todos los estudiantes. Esta desarticulación entre un currículo integrado en los primeros niveles educativos y   un currículo totalmente desintegrado a partir del primer año de bachillerato, causa un impacto perverso en los alumnos de secundaria causando porcentajes de aplazados impredecibles en las escuelas. En los colegios de CAVEP hemos venido tomando las previsiones necesarias pero aún así, la construcción de aprendizajes se ve afectada. En este sentido, los sistemas curriculares actualizados deben incorporar la tecnología desde niveles de educación temprana a la par que desarrollan habilidades interdiscipinarias que estimulen el pensamiento crítico y la capacidad para resolver problemas. La obsolescencia del conocimiento será cada vez más rápida obligando a las personas a adquirir nuevos conocimientos a lo largo de sus vidas, en vista de lo cual el sujeto necesitará aprender a seleccionar, organizar y procesar información para poder utilizarla de manera autónoma.