Del proteccionismo al librecambio: políticas comerciales en el siglo XIX

Las políticas comerciales: del proteccionismo al librecambio

Entre 1820 y 1913, la época del libre cambio se caracterizó por una gradual liberalización de los controles sobre los flujos de bienes, capital y mano de obra, lo que ligó más estrechamente las economías de todos los países a medida que avanzaba el siglo XIX. A principios del siglo XIX existían dos tipos de obstáculos: una barrera natural, que era la lentitud y dependencia climática del transporte, y una barrera artificial, el conjunto de gravámenes y controles sobre importaciones y exportaciones de cada país.

La defensa de Smith del comercio internacional libre se basa en la diferencia en los costes de producción absolutas. Para la difusión del comercio hay dos etapas: implantación primero en Inglaterra, es decir, a nivel nacional, y otra de difusión internacional. A nivel nacional también hay dos etapas: la explicación teórica y la puesta en práctica por el gobierno, las reformas del gobierno de esos principios, esas recomendaciones, lo cual, tenía que entender el beneficio que iba a reportar.

Las dos reformas esenciales fueron abolir en la década de 1840 la “Corn Law” o “Leyes de Grano” que protegían la agricultura inglesa, y la otra gran ley proteccionista era la ley que protegía su transporte “Navigation Act”. Así se rompe la fuerte tradición proteccionista que había existido entre ambos países, los contactos entre Cobden y Chevalier obedecen a la idea ya asumida en Inglaterra de que la difusión de los beneficios derivados de las prácticas librecambistas eran tan obvias que todos los demás países reconocerían sus ventajas y las adoptarían espontáneamente.
Un elemento importante en esa difusión fue la cláusula que incluía el tratado, esta cláusula se llama “Nación Más Favorecida (NMF)”, por ella, existe un acuerdo por el cual si alguno de los dos países firma otro acuerdo con terceros, las ventajas comerciales de los primeros se aplican y amplían a dichos terceros, es decir, se amplía el tratamiento de nación más favorecida.

Los tratados propician una reorganización industrial como consecuencia de la mayor competencia, las empresas obsoletas que habían sobrevivido gracias a la protección de aranceles y prohibiciones, tuvieron que reorganizarse, mejorar su tecnología.

Promovieron de esta forma la eficacia técnica, la difusión tecnológica y el aumento de la productividad porque la cláusula NMF impedía la discriminación en política comercial ya que la reducción de aranceles de un país significaba que automáticamente se reducían para todos los países con el tratamiento NMF.
La fase de mayor aumento entre 1840-1870, el crecimiento neto hasta 1914 fue de unas 25 veces, en tanto que la producción mundial no llega a triplicarse y el valor de ese comercio se multiplica por 11. De estas cifras se pueden extraer algunas conclusiones;

La continua aparición de nuevas naciones que participan en ese comercio, la propensión a comerciar que tienen todos los países durante estos años y por último la actitud favorable de apoyos institucionales y tecnológicos que refuerzan los intercambios exteriores (cuantificación).
La dirección del comercio estaba dominada por Europa en el comercio mundial, porque en este periodo la mayor parte de los intercambios consistía fundamentalmente en relaciones de intercambios intraeuropeas y complementariamente de Europa con los países de ultramar, en especial los colonizados por países europeos;
En cuanto a la composición del comercio mundial, el rasgo más destacable es la evolución por la cual tiende a descender la participación de los productos primarios y manufacturas tradicionales textiles y al contrario una mayor cuantía de los productos industriales de los sectores modernos, siderurgia, química, ingeniería, bienes de equipo… que lleva consigo un valor creciente en el balance económico, de todas esas participaciones el caso más negativo es el de Inglaterra que a causa del fenómeno conocido como dimaterio inglés, lleva a cabo una pérdida en la participación por una pérdida en la capacidad competitiva de sus empresarios y empresas, favorece a ese comercio las mejoras en los transportes terrestres (ferrocarril) y marítimo (navegación a vapor con barcos de hierro en vez de madera) con muchas ventajas, reducción del tiempo, reducción del coste, más capacidad de cargas, independencia climática, los economistas han elaborado el concepto de ahorro social que pretende calcular esas ventajas cuantificables como otras más difícil de calcular, por ejemplo, el ahorro de tiempo.
Esto se puede traducir en el concepto de ahorro social, que se define como el ahorro conseguido por un medio de transporte más eficaz con relación a otro alternativo con otro menos eficiente, por ejemplo el ferrocarril respecto a los canales interiores y que puede suponer un margen apreciable del producto nacional, ese ahorro se puede destinar a la reinversión.

Problemas cambiarios. El sistema monetario internacional y el patrón oro.

En el siglo XIX lleva un conjunto de operaciones de financiación que adquiere más complejidad que el tráfico anterior, por lo que era imprescindible mejorar y adaptar el sistema monetario internacional para cubrir las exigencias de unos intercambios con mayor ritmo que en épocas precedentes y los flujos de valores de capital ascendentes en mayor medida. La novedad más importante en la modernización fue la adopción primero por Inglaterra y después de una manera más internacional de un sistema monetario interno monometálico, basado en el oro y que se conoce como Gold Bullion Standard, esa evolución empieza en Inglaterra en el siglo XVIII. Se confirma con dos decisiones: en 1717 cuando se fija la libra esterlina a un precio en oro, la guinea oro; por esta medida la plata que desde fines del siglo XVII estaba subvalorada en su apreciación en las acuñaciones, fue desapareciendo y se convierte en moneda subsidiaria, a partir de aquí la plata como unidad monetaria perdió todo su valor y en cambio el oro se asegura la supremacía en el sistema. Otra ley de 1774, confirmó esa realidad dándole el protagonismo como referencia al oro,

Se pudieron diferenciar dos corrientes de opinión distintas: 1. El Banco de Inglaterra negaba que su comportamiento de expandir la emisión de moneda fiduciaria durante el conflicto napoleónico fuese la razón que originara el sobreprecio y la inflación. Afirma que esa expansión era necesaria por la expansión del comercio y otras solicitudes del gobierno, se origina la escuela bancaria. Para el banco la explicación de la inflación era como consecuencia de problemas de la balanza de pagos, subsidios a aliados, salida del capital hacia otras plazas, etc.

2. No se dio validez a su razonamiento, creía que la responsabilidad estaba en la expansión de billetes resultante de la extensión del descuento. Esta era la hipótesis de la escuela de disciplina monetaria. Esta piensa que incrementos independientes, exógenos, excesivos, en la emisión de billetes conduce a la depreciación del tipo de cambio más que la opinión de que fuese la depreciación del tipo la que originase los precios más altos. En el estudio de David Ricardo “El elevado precio del metálico” que publica en 1811; con este análisis se toman decisiones en 1819, se reanuda la convertibilidad de los billetes

Hacia 1823 ya se cumplían en el país las condiciones para la vigencia del patrón oro completo o de pleno funcionamiento conocido técnicamente como Gold Union y que cumple 5 condiciones: 1. La unidad de cuenta debe estar ligada a cierto peso de oro. Las monedas de oro debían ser de libre circulación interior y los billetes de banco en circulación totalmente convertibles en oro con la única condición de que se solicitara por el poseedor del billete. Cualquier otra moneda en circulación debía estar subordinada al oro. No debían imponerse restricciones legales a la libre conversión de las monedas en lingotes.

1 Extensión internacional.

En Francia el patrón existente era monometálico y este sistema sufrió una fuerte tensión a partir de la entrada de gran cantidad de oro como consecuencia de los descubrimientos de las minas. Francia absorbió grandes cantidades de oro y la ley Gresham=en una circulación la buena moneda tiende a desaparecer y la de menor valor es la más frecuente., Francia lideró un tratado monetario entre las naciones que utilizaban el franco como divisa internacional. En 1865 creó la llamada Unión Monetaria Latina formada por Francia, Bélgica, Italia y Suiza, con el acuerdo de regular conjuntamente sus divisas. Por tanto, mientras que en Inglaterra la implantación se puede situar hacia 1770, su ampliación hacia Europa se sitúa un siglo después. Durante la década de 1870 se aceleró hacia el patrón oro y la plata vio descender rápidamente su papel en las transacciones internacionales.

Su implantación en países con importantes relaciones comerciales; Alemania cambió de un sistema de patrón plata a un patrón oro influido por dos circunstancias: en el mercado de Londres existía el sistema oro era más fácil para funcionar adoptarlo e igualar condiciones monetarias. Dispone del volumen de metal necesario para su vigencia.. A principio del siglo XX se completa ese sistema internacional, en 1914 China era el único de los grandes países que todavía operaba en un patrón plata.

2 Funcionamiento

En este periodo la libra se convierte en divisa internacional al ser Inglaterra el país más comercial y fuente de capital, así esta consigue una permanente estabilidad por su estrecha ligazón al oro.

Si un país incurre en un déficit de la balanza comercial a causa de un exceso de importaciones y para saldar esta deuda está obligado a exportar oro, esa disminución de oro tiene como consecuencia directa una reducción en la oferta y circulación monetaria en el interior del país y ello lleva a un descenso en los precios de sus mercancías; ese descenso hace que sus productos sean más competitivos, por ello, se incrementan las exportaciones, aumentan las reservas y se restablece el equilibrio. En el caso de incurrir en un superávit el proceso sería inverso. Con todo, a pesar de que el conocimiento teórico del sistema monetario era rudimentario y a pesar de la ineficiencia de la política fiscal como instrumento complementario, el mecanismo regulador de ajuste del patrón oro, funcionó con un elevado grado de perfección y desde luego con mucha mayor eficacia que cualquiera de los sistemas que le sucedieron en el siglo XX.

La crisis finisecular: origen, difusión y consecuencias

El origen está en la competencia inesperada y desfavorable para Europa por la entrada en explotación agraria, ganadera y de materias primas, de los nuevos países de ultramar y sus exportaciones a Europa en un contexto de libre cambio casi absoluto. Hay así una rivalidad entre la competitividad de la agricultura europea con la agricultura de ultramar que favorece la disminución del coste del transporte y la caída del precio de los productos. Esta crisis es la primera gran crisis de la economía capitalista y sus efectos no son sólo económicos sino que socava la unanimidad sobre el beneficio del libre comercio y la libre inversión internacional. En la crisis de 1870 el descenso de los precios por el aumento de la oferta en el mercado internacional originó una tendencia de abaratamiento intensa y prolongada, fue un cambio de coyuntura inesperado que hizo entrar en grandes dificultades a estos sectores en Europa. Hasta 1870 la coyuntura había sido optimista debido a la tendencia de la demanda por tanto el valor de la tierra se mantenía alto, los precios de la producción en alza, el precio de los arrendamientos bien cotizados y la renta agraria aumentaba; esa evolución tan favorable se invierte en Europa, el precio de la tierra desciende hasta niveles no conocidos, la renta decae, los precios se hunden y el precio de los arrendamientos se debilita. La competencia estaba entre una agricultura extensiva de bajo coste y producción masiva favorecida por un transporte que abarata los costes frente a una agricultura intensiva de altos costes, difícil de bajar en gastos y de producción más moderada que quedó en desventaja evidente, las importaciones tuvieron unos años de aumento continuo como se puede comprobar en el valor de la llegada de importaciones de EE.UU de trigo y harina,. Esta crisis se transmitió al sector financiero e industrial porque los agricultores están impedidos para aumentar pedidos de manufacturas, el sector financiero afectado por la contracción, en concreto en Viena. Esta primera crisis capitalista se la conoce como  “crisis finisecular” es la crisis más aguda sufrida hasta entonces por la economía internacional por su intensidad y duración. Otro grupo de países, sobre todo los nórdicos y países bajos quisieron especializarse y optan por renovar los artículos agrarios estableciendo una industria transformadora