Dinámicas Psicosociales Individuales: Atribución, Autoeficacia y Sesgos Cognitivos
Procesos Psicosociales Individuales
4.2. Atribución Causal
La atribución causal es un concepto desarrollado por WEINER. Las explicaciones sobre la propia conducta que más desmotivan son aquellas que atribuyen el fracaso a factores que están más allá del control del sujeto (falta de habilidad, dificultad de la tarea, etc.), que HEIDER denominaría causas situacionales, en contraposición a la atribución a factores más controlables como el propio esfuerzo, a los que este autor denominaría causas disposicionales.
Errores y Sesgos Atribucionales
- Error fundamental de la atribución: Tendencia de la gente a usar factores internos (de personalidad) para explicar la conducta de los otros. Cuando tratamos de explicar la conducta ajena, subestimamos el impacto que puede causar una situación. Este error es reversible cuando se instruye en ello al sujeto, por lo que se supone que es más perceptivo que motivacional.
- Error actor-observador: Cuando, además de cometer el error fundamental de la atribución, el sujeto tiende a explicar su propia conducta por medio de causas situacionales (se tiende a sobrestimar el impacto de lo externo).
- Sesgo de autoasistencia: La gente tiende a hacer una atribución interna a continuación de un éxito, pero hace una atribución externa a continuación de un fracaso. El objetivo de este sesgo es motivacional, proteger la autoestima.
- Ilusión de control: Distorsionar la realidad de manera que se mejore la autoestima y se mantengan las creencias en la eficacia personal, al tiempo que se promueva una visión optimista del futuro. Este proceso de internalización de éxitos y externalización de fallos genera una auto-concepción de que uno tiene más control sobre los resultados del que realmente tiene. ALLOY y ABRAMSON concluyen que tanto el sesgo de autoasistencia como la ilusión de control requieren una autoestima positiva y buscan protegerla.
4.3. Autoeficacia
La autoeficacia se refiere a las creencias sobre la propia capacidad para alcanzar las metas. BANDURA desarrolló el concepto y explica que “no hace referencia a los recursos de que se disponga, sino a la opinión que uno tenga sobre lo que se puede hacer con ellos”. Un sujeto será autoeficaz cuando, al encarar una tarea, se dice a sí mismo que se siente capaz de realizarla. La persona autoeficaz tiene un estilo de comportamiento y, sobre todo, mental, muy distinto de la persona que se juzga ineficaz, pero conviene recordar que la percepción de autoeficacia no es un “rasgo” de personalidad.
Características de la Autoeficacia
- Juzgarse capaz no es lo mismo que ser capaz.
- La autoeficacia no es lo mismo que la ejecución.
- La autoeficacia no es un rasgo de personalidad.
Asimismo, un alto nivel de autoeficacia mejora el autocontrol ante las dificultades y amenazas, reduce la ansiedad, el estrés y la depresión que produce el enfrentamiento con las diferentes situaciones vitales.
Funciones Clásicas de la Autoeficacia
- Elección de la tarea o conducta que la persona se juzga capaz de realizar.
- Realización del esfuerzo necesario para lograrlo.
- Perseverancia en las tareas elegidas cuando se presentan dificultades.
Fuentes de la Autoeficacia
- La propia ejecución: Realizar una tarea con éxito.
- El modelado: Observar a otros ejecutar una tarea.
- La persuasión: Ser persuadidos de que somos capaces de hacer una tarea.
- La inferencia: Interpretar de forma positiva la ansiedad o la fatiga unidas a nuestros éxitos.
4.4. Indefensión Aprendida
Cuando un individuo es consciente de que, haga lo que haga para cambiar de situación, no puede lograr nada positivo, aparece lo que SELIGMANN denominó la indefensión aprendida. La indefensión será, pues, el sentimiento de la propia incapacidad para hacer frente a las situaciones problemáticas. Se trata de un proceso que tiene lugar cuando un organismo aprende que sus respuestas y los reforzamientos son independientes, llevando al organismo a un estado de incapacidad percibida de resolver las situaciones de amenaza. La indefensión tendría lugar cuando se pierde el control de las consecuencias del propio comportamiento.
Las consecuencias más evidentes de la indefensión aprendida son dos:
- La distorsión cognitiva: Creerse más incapaz e indefenso de lo que realmente se está.
- La falta de motivación: No esforzarse para conseguir algo si se sabe (o se cree) que no se va a lograr.
Lo interesante es que, como hemos visto, la indefensión aprendida es un sentimiento que se aprende y, por lo tanto, y aquí está la clave, puede “desaprenderse”; es posible trabajar con quien la sufre para ayudarle a reducirla o a hacerla desaparecer.
4.5. Disonancia Cognitiva
La Teoría de la Disonancia Cognitiva fue enunciada por Leon FESTINGER en 1957, considerándose desde entonces una de las más importantes y de mayor aplicación dentro del campo de la Psicología Social. Siempre que tenemos dos ideas, actitudes u opiniones que se contradicen, estamos en un estado de disonancia cognitiva. La elección entre dos alternativas factibles pero excluyentes es una de las situaciones en las que siempre aparece disonancia: cada vez que una persona decide entre conductas alternativas, existen cogniciones que justificarían el haber hecho lo contrario: aparece la disonancia. En ocasiones, la disonancia cognitiva se origina a partir de una falta de armonía entre lo que uno hace y lo que uno cree. En ese caso, existirá una presión para cambiar o bien la propia conducta o bien la creencia. Se tiende a cambiar las creencias antes que las acciones.
La Teoría de la Disonancia Cognitiva se basa en dos hipótesis básicas:
- La disonancia es psicológicamente incómoda, por lo que la persona trata de reducirla y de lograr la consonancia.
- Cuando la disonancia está presente, además de intentar reducirla, la persona evita activamente las situaciones e informaciones que podrían aumentarla.
4.6. Efecto Pigmalión
El Efecto Pigmalión o profecía autocumplida (ROSENTHAL) dice que, consciente o inconscientemente, hacemos que las personas actúen a partir de las expectativas que tenemos de ellos. Se trata del proceso por el cual las creencias y expectativas de una persona afectan de tal manera a su conducta, que esta provoca en los demás una respuesta que confirma esas expectativas. De este modo, influimos para que las personas se ajusten a lo que esperamos de ellas o les impedimos que actúen de otra forma, provocando que la expectativa se cumpla. Puede ser, por tanto, de dos tipos:
- Efecto Pigmalión positivo: Produce un efecto positivo en el sujeto, de forma que afianza el aspecto sobre el cual se produce el efecto, provocando un aumento de la autoestima del sujeto y del aspecto en concreto.
- Efecto Pigmalión negativo: Produce que la autoestima del sujeto disminuya y que el aspecto sobre el que se actúa disminuya o incluso desaparezca.
Si, por ejemplo, un profesor espera buenos resultados de sus alumnos, el rendimiento se aproximará mucho a la capacidad que estos tengan, pero si lo que espera son malos resultados, el rendimiento de sus alumnos se corresponderá poco con la capacidad que posean. El profesor comunica sus expectativas a sus alumnos de muchas maneras, principalmente por medio de conductas rutinarias de las cuales generalmente no tienen conciencia y, por lo tanto, no puede controlar voluntariamente.