Discriminación Subjetiva hacia la Población Gitana y Contextos de Intervención Social
Discriminación subjetiva: Qué es y ámbitos
Se refiere a la percepción de discriminación expresada por la población gitana.
Ámbitos principales de discriminación percibida:
- Búsqueda de empleo
- Acceso a servicios o locales públicos (piscinas, bares, discotecas, etc.)
- Alquiler de vivienda
- Tiendas y grandes almacenes
- Interacción con la Policía
- Compra de vivienda
- Centros de enseñanza
- Sistema de Justicia
- Servicios de salud
La búsqueda de empleo es el ámbito en el que claramente se recoge un sentimiento de discriminación más elevado. Actividades cotidianas como acceder a un bar, una discoteca, una piscina o una tienda se convierten en el segundo grupo de ámbitos donde se percibe discriminación. La vivienda (tanto alquiler como compra) se constituye en el tercer gran ámbito de discriminación.
Imagen de la Comunidad Gitana en la Sociedad Mayoritaria
A pesar de los avances alcanzados en los últimos años, la población gitana es todavía uno de los grupos sociales más desfavorecidos y afectados por los procesos de exclusión social. La principal barrera social es la de los prejuicios, que se acrecientan en territorios donde la falta de interacción social es mayor.
La imagen social de la comunidad gitana es frecuentemente anacrónica y estereotipada, y no se ajusta a la realidad de esta población. Los cambios profundos que se han producido en todas las esferas de la vida social (el papel emergente y activo de las mujeres, la diversificación de su actividad económica, el acceso a la vivienda, la educación, etc.) son notorios, aunque persisten diferencias notables en relación con la población general.
Los medios de comunicación constituyen uno de los elementos más significativos a la hora de proyectar y mantener la imagen estereotipada de la comunidad gitana española. En general, difunden un mensaje que refuerza los prejuicios existentes sobre los gitanos y gitanas, que no se corresponden con la realidad actual de esta población. Mientras que la comunidad gitana ha evolucionado por su propio esfuerzo y por la inercia de la sociedad, los medios de comunicación no solo no retratan este avance, sino que omiten los cambios positivos y los sustituyen por una imagen relacionada con posiciones de marginación y exclusión social.
La aspiración de una sociedad avanzada no debe ser la homogeneidad en todas las formas y estilos de vida, sino la asunción de la diversidad real, con la única limitación que establezca la ley y la garantía del ejercicio efectivo de los derechos humanos, tanto en el ámbito público como en el privado.
Percepciones según el Barómetro del CIS (Diciembre 2008)
El barómetro de diciembre de 2008 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) recogió algunas características sobre la imagen que la sociedad mayoritaria tiene sobre la comunidad gitana. Se muestra que:
- Un porcentaje de la población opina que los gitanos no se mezclan con el resto de la sociedad.
- Identifican a la población gitana como un grupo que no quiere relacionarse, tendiente a aislarse.
- Esta percepción refuerza argumentos racistas y xenófobos que dificultan los esfuerzos de interacción e integración.
- Un sector importante de la población muestra incomodidad ante la posibilidad de compartir espacios con personas gitanas.
Dicha opinión se encuentra en todos los sectores de la sociedad, aunque se observa más en las personas ideológicamente más situadas a la derecha y en las personas mayores.
A la vez que existe este rechazo hacia la convivencia con personas gitanas, persiste la representación social que identifica a esta población como «personas que no quieren mezclarse».
Conceptos Clave en Intervención Social (Basado en Cardona & Vidal, 2009)
Referencia: Cardona, J. C., & Vidal, J. F. C. (2009). Cómo determinar un contexto de intervención: Inventario para el análisis de la relación de ayuda entre el Trabajador/a Social y el Cliente durante la fase de estudio y evaluación de la situación problema. Portularia: Revista de Trabajo Social, (9), 17-35.
Definiciones Fundamentales
Necesidades
Entendemos por necesidad la situación problema, definida objetiva o subjetivamente, en la cual se pone en peligro la supervivencia material de las personas afectadas. Lo que está en juego será, fundamentalmente y de forma hegemónica, la insatisfacción de las necesidades de reproducción de la vida material.
Dificultades
Entendemos por dificultad la situación problema, definida objetiva o subjetivamente, en la cual las personas o familias no encuentran los medios (internos o externos) y/o las estrategias de afrontamiento adecuadas para transformar dicha situación, sea por falta de conocimiento, información, recursos personales, acceso a medios externos o cualquier otra fuente. Desde esta perspectiva, una dificultad es una situación problema que puede ser superada, modificada o transformada, aunque circunstancialmente el cliente no encuentre los mecanismos para dicha transformación.
Problemas
Entendemos por problema la situación problema definida objetivamente que no tiene, en el momento presente, ningún tipo de solución y, en consecuencia, es irreversible e inamovible. Desde esta perspectiva, los problemas generan múltiples y combinadas dificultades, necesidades y conflictos vinculados a las características singulares de la situación problema.
Conflictos
Entendemos por conflicto la situación problema, definida objetiva o subjetivamente, en las cuales dos o más personas o sistemas significativos implicados manifiestan visiones divergentes sobre la naturaleza de la situación generadora de malestar y, en consecuencia, pugnan simétricamente sobre la manera más favorable de resolución, manteniendo visiones unilaterales que satisfacen sus intereses particulares.
¿Qué es un contexto de intervención profesional?
Entenderemos por “contexto” el significado que da a dicho término la Real Academia Española: Entorno físico o de situación, ya sea político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el cual se considera un hecho.
En el marco de las profesiones orientadas a las relaciones de ayuda, y por tanto, desde la perspectiva del Trabajo Social, la definición del contexto de intervención profesional pasa necesariamente por explicitar la finalidad, los propósitos, las expectativas y las disposiciones, y que estos sean compartidos por las personas que integran una relación de ayuda, permitiendo, a su vez, la creación de una relación colaborativa de confianza en el marco de un servicio.
Tipos de Contextos de Intervención
Contexto Informativo
Presupone una demanda puntual sobre algún tipo de información y, en este sentido, no es una demanda que dé pie a establecer una relación de ayuda estable en el tiempo. Sin embargo, la demanda de información puede tener una función de ‘enganche’. Es conocido que la demanda inicial no siempre coincide con la demanda prioritaria, pero puede tener la función de cuña o sondeo del terreno para que el cliente contacte con los servicios y decida después si plantear demandas más delicadas. En este sentido, el contexto informativo tiene una función preventiva.
Contexto de Asesoramiento
Se caracteriza por una demanda de ayuda con vistas a la solución de un problema o el cambio de alguna situación. Generalmente son situaciones debidas al cambio o desajuste de parámetros fundamentales de relaciones ligadas a los cambios del ciclo vital. El sistema cliente acude por su propia iniciativa y esto permite establecer desde el inicio una relación mutua de colaboración.
Contexto de Formación
Se caracteriza por una demanda relacionada con la necesidad de desarrollar competencias personales vinculadas a la vida diaria del cliente. En consecuencia, se trata de proporcionar un marco de trabajo en el cual el sistema de ayuda opera para introducir y fijar nuevos aprendizajes ligados al «cómo hacer» o a «nuevas formas de hacer».
Contexto de Control
Se caracteriza por una demanda que no parte del propio cliente, sino de otro servicio que puede estar en el mismo nivel (escuela) o en una instancia superior (juez de menores). Por tanto, la motivación inicial para trabajar es extrínseca. Por otro lado, es imposible no intervenir en la situación; la intervención debe ir acompañada de una evaluación por parte de los servicios implicados en la situación. En otras circunstancias, este contexto puede surgir de la evaluación y detección de situaciones de riesgo.
Contexto Clínico
Se caracteriza a través de un marco que se estructura en torno a la relación paciente-terapeuta, cuando el paciente formula al terapeuta una demanda de ayuda relacionada con su salud mental o un malestar existencial, basada en la relación de trabajo que el terapeuta propone. Lo que se pretende es producir cambios o modificaciones en el comportamiento, la adaptación al entorno, la salud mental o física, la integridad de la identidad psicológica y el bienestar biopsicosocial del paciente.
Contexto de Evaluación
Se caracteriza por una demanda realizada no espontáneamente, sino a partir de la obligación de cumplir con una formalidad necesaria para acceder a una opción de vida. Generalmente son evaluaciones para la idoneidad en procesos de adopción o el acceso a algún tipo de servicio. Al colaborar con el cliente, se transforma lo que inicialmente parte de una instancia burocrática, en una situación de crecimiento.
Contexto de Mediación
Se caracteriza por una demanda realizada ante un conflicto de intereses o confrontación de pareceres en temas que les afectan personalmente. Es una demanda voluntaria. Generalmente se da en conflictos de desacuerdos intrafamiliares o en situaciones de separación y divorcio.