Economía del Desarrollo: Evolución, Conceptos Clave y Nuevas Perspectivas
Economía del Desarrollo: Conceptos Fundamentales y Evolución Histórica
1. La Economía del Desarrollo como Disciplina
La disciplina económica, tal como la conocemos hoy, comenzó a consolidarse con la publicación de «La riqueza de las naciones» de Adam Smith en 1776. Sin embargo, la Economía del Desarrollo como campo específico nace después de la Segunda Guerra Mundial (1945), un período marcado por la desintegración de los imperios coloniales. Este contexto dio origen a numerosos estados independientes con la aspiración de acercarse a los modelos de desarrollo occidentales. En aquel entonces, se hablaba de «países insuficientemente desarrollados» o «países subdesarrollados».
Esta rama de la economía surgió como una materia práctica, orientada a resolver los problemas del subdesarrollo y a ofrecer asesoramiento a los gobiernos para que estos países pudieran mejorar su situación socioeconómica.
Tuvo un auge muy importante en las décadas de 1950 y 1960. No obstante, en las décadas de 1970 y 1980, comenzó a perder relevancia como consecuencia de la crisis de 1970, lo que llevó a una disminución en la importancia otorgada a los países subdesarrollados. En la década de 1990, la situación empeoró aún más, y las ayudas a estos países comenzaron a descender de forma drástica.
Existen diversas opiniones sobre si la Economía del Desarrollo es una rama independiente de la economía general o si actúa de forma propia. Lo cierto es que sí es una parte de esta ciencia económica, pero posee sus particularidades: se ocupa específicamente de los países subdesarrollados, orientándose hacia ellos y desarrollando estrategias para que superen su situación de subdesarrollo. Es crucial ser conscientes de que el desarrollo de un país, si bien está intrínsecamente ligado a la economía, también depende de muchos otros factores determinantes, ya que cuestiones como la institucionalidad y la racionalidad no pueden ser explicadas únicamente por la economía.
2. Teoría Económica y Desarrollo
La economía es una ciencia social en la que las leyes de comportamiento que se establecen difieren de otras leyes científicas, ya que no son universalmente válidas ni en tiempo ni en espacio. Uno de los grandes errores ha sido considerar que estas leyes son universalmente válidas espacial y temporalmente. Muchas teorías que se han ido desarrollando no se pueden aplicar a grandes modelos, ya que están concebidas para un contexto específico.
La Economía del Desarrollo posee una característica que la distingue de la teoría económica convencional: tiene un carácter normativo, mientras que la teoría económica tiene un carácter positivo.
La relación entre la teoría económica y el desarrollo no siempre encaja bien. Es fundamental comprender dónde, cómo y cuándo se aplican los conceptos económicos. Otro pilar fundamental de la teoría económica es la competencia perfecta, cuya esencia es la eficiencia económica (IMg = CMg). Sin embargo, la teoría económica no es aplicable a todos los aspectos, por lo que es crucial discernir su utilidad y aplicarla solo donde sea válida, dada su aplicación a menudo limitada en el contexto del desarrollo.
3. Concepto de Desarrollo
3.1. Desarrollo y Crecimiento Económico
El desarrollo económico inicialmente se identificó con el crecimiento económico. Esta identificación se puso de manifiesto en uno de los principales libros de Economía del Desarrollo, «Teoría del Crecimiento Económico» de Arthur Lewis. El propio Lewis afirmó que el tema central de su libro era el crecimiento de la producción por habitante. Otros autores, como Meier, Baldwin o Bauer, planteaban la misma perspectiva.
Meier y Baldwin también identificaron el crecimiento con el aumento de la renta real y definieron el desarrollo económico como un proceso mediante el cual la Renta Nacional (RN) real aumenta durante un largo período en la economía. Por su parte, Bauer, en 1971, habló de un «adelanto material» y un «progreso material».
No obstante, hubo excepciones, como la de Jacob Viner, quien planteó perspectivas distintas. Sostuvo que en cada momento la economía es algo diferente. En 1953, afirmó que el crecimiento de la Renta Nacional (real o per cápita) no necesariamente se correlaciona con el desarrollo, ya que no es un buen indicador; también deberían considerarse las cifras de disminución de la renta real.
Con el tiempo, se empezaron a introducir matices. Por ejemplo, el propio Lewis hablaba de cambios en los valores, en concreto de un cambio institucional que favoreciese el desarrollo.
3.2. Críticas a la Identificación Crecimiento-Desarrollo
Según Pablo Bustelo, la identificación entre desarrollo y crecimiento se basaba en tres razones principales:
- El crecimiento era la vía para salir de la pobreza y favorecer el desarrollo.
- Estaban en auge los modelos keynesianos, relacionando los modelos a corto plazo (C/P) con los modelos a largo plazo (L/P).
- Este planteamiento de identificación satisfacía a todas las partes.
A medida que el tiempo avanzaba, surgieron matices. Aunque el desarrollo se medía en términos de crecimiento, en la década de 1960 nacieron críticas importantes, como las de Mishan, Galbraith o Myrdal.
Mishan publicó «Los costes del desarrollo económico», donde abordó los efectos de desbordamiento, identificables hoy en día con las externalidades negativas que afectan al medio ambiente. Sostuvo que el crecimiento económico no es ni necesario ni suficiente para reducir la pobreza, ya que, aunque se incremente la renta per cápita y esta se distribuyera equitativamente, la brecha entre ricos y pobres podría persistir. Por tanto, era partidario de reducir la pobreza mediante la redistribución de la renta.
Galbraith, en 1964, escribió un libro sobre los tipos de desarrollo que habían existido hasta ese momento:
- Modernización simbólica (apariencia del desarrollo).
- Crecimiento económico maximizado: Maximizar el crecimiento, aunque no impida reducir las diferencias entre renta y riqueza. Se financiaba mediante impuestos de las clases más bajas.
- Crecimiento selectivo: Todos los sectores quedan insatisfechos.
Myrdal, en 1984, afirmó que el concepto de crecimiento que se había venido utilizando no era adecuado para afrontar los problemas del desarrollo. Defendió las reformas institucionales radicales (como expuso en «El drama de Asia»). Además, criticó las formulaciones estadísticas y cuantitativas, así como el transvase de unos sectores a otros.
3.3. El «Otro Desarrollo»
Frente a estas críticas, surgió otro concepto: el «otro desarrollo». Este enfoque surgió a finales de la década de 1960, marcando una nueva fase en la historia del pensamiento económico sobre el desarrollo.
Los proponentes del «otro desarrollo» se preocuparon por los fines del desarrollo, siendo el objetivo principal mejorar la calidad de vida de la población. Este cambio implicó una concepción muy distinta de todo el proceso de desarrollo.
Dudley Seers, en 1969, presentó las «líneas maestras» de este nuevo concepto, preocupándose por el desempleo, la pobreza y la desigualdad, concebidas como indicadores de necesidades básicas. Propuso cuestionar tres aspectos fundamentales:
- ¿Qué ha ocurrido con la pobreza?
- ¿Qué ha ocurrido con el desempleo?
- ¿Qué ha ocurrido con la desigualdad?
Si estas variables se han reducido, se puede considerar que ha habido desarrollo; pero si, por el contrario, han empeorado, no puede considerarse desarrollo por mucho que haya crecido la renta. Desde principios de la década de 1970, se plantearon propuestas como la de superar el economicismo, aumentando el número de variables a considerar al hablar de desarrollo. Destacan autores como Osvaldo Sunkel y Jorge Graciarena.
Estos autores coincidían en que:
- Conciben el desarrollo de una forma absolutamente distinta y rechazan abiertamente el estilo de vida de las economías desarrolladas, ya que consideran que exportan su modelo al mundo subdesarrollado.
- Es necesario definir los objetivos del desarrollo y no solo hablar de crecimiento.
- Los valores existentes no son los adecuados; por tanto, es preciso cambiarlos y orientarse hacia nuevas perspectivas.
- Creen que el tipo de desarrollo alcanzado por los países desarrollados no es alcanzable, ni satisfactorio, ni sostenible, porque su éxito no es replicable para todo el mundo, ya que este desarrollo se consiguió a costa de generar más subdesarrollo en otros países.
- Argumentan que es inalcanzable porque, aunque se consiga ese crecimiento, no es posible responder a las tres cuestiones (pobreza, desempleo, desigualdad). Es insatisfactorio porque conduce al deterioro humano de la persona. Y es insostenible a largo plazo (L/P) porque el crecimiento económico ilimitado conduce al deterioro de los recursos naturales. Por ello, es imperativo buscar otras vías que permitan superar el modelo de desarrollo actual.
3.3.1. Principios que Inspiran el «Otro Desarrollo»
José Ángel Moreno, en 1985, expuso en el «Trimestre Económico» una serie de principios que inspiran esta idea del «otro desarrollo»:
- Hincapié en la satisfacción de las necesidades básicas: Satisfacerlas a todos los niveles, pensando en el desarrollo integral de las personas. Para conseguirlo, será necesario cambiar la lógica del consumo por la lógica de la producción orientada a las necesidades.
- Necesidad de intensificar el esfuerzo interno: Es imprescindible que toda la sociedad se implique en este esfuerzo interno, aprovechando al máximo los recursos propios.
- Movilización popular y participación social: Directamente relacionado con el segundo principio. La población se implicará cuando se le permita establecer los objetivos y se moverá si cree en lo que está haciendo. Es fundamental que acepte y esté de acuerdo con sus gobernantes.
- Rearme cultural: Concede mucha importancia a la política cultural.
- Reorientar la producción hacia las necesidades básicas: Es necesario reasignar los recursos para que se orienten a satisfacer las necesidades básicas. Esto se relaciona con el primer principio y se traduce en producir bienes baratos, duraderos y sencillos.
- Máxima creación de empleo: Se centra en cómo se produce y si se utilizan las tecnologías adecuadas que permitan maximizar la producción, los costes o el empleo. Es crucial emplear una tecnología que genere empleo, no que lo destruya.
- Atención al sector tradicional: Priorizar el sector agrario o artesanal.
- Tecnología adecuada a cada país: Producir pensando en maximizar el empleo y no tanto en minimizar costes.
- Cuestiones relacionadas con el medio ambiente: Es fundamental tener en cuenta los problemas ambientales, como el creciente deterioro ecológico o el agotamiento de los recursos naturales. Estos problemas no son sostenibles. Por tanto, es necesario desarrollar una actividad menos agresiva con la naturaleza.
- Autonomía colectiva: Los países deben llevar a cabo una estrategia conjunta.
Este «otro desarrollo» persigue, además, mejorar el nivel y la calidad de vida del ser humano. Se podría denominar con diferentes términos, como desarrollo sostenido o ecodesarrollo.
François Perroux afirmó que el desarrollo debe ser:
- Global: Debe ofrecer una visión en conjunto de las dimensiones del ser humano.
- Endógeno: Debe referirse a las fuerzas y recursos internos de un país o una región, y emplear esos recursos de una forma coherente. Esto contrasta con la idea de inversiones extranjeras predominantes.
- Integrado: Debe plantearse a todos los niveles: regionales, sectoriales y de clases sociales.
La UNESCO, en una de sus reflexiones, afirmó: «Se concibe cada vez más el desarrollo como la dinamización de la sociedad en su propio ser.»
3.3.2. Objetivos del «Otro Desarrollo»
Los principales objetivos del «otro desarrollo» son:
- Aumentar los niveles de vida de la población para que puedan satisfacer sus necesidades básicas (alimentación, vivienda, salud, protección a los miembros de la sociedad, etc.).
- Reducir las desigualdades entre países, zonas, regiones e individuos dentro del mismo país.
- Mejorar la calidad de vida mediante esfuerzos en educación, conservación de medios naturales, respeto al medio ambiente, etc.
- Aumentar las posibilidades de elección tanto económicas como sociales de los individuos.
- Mejorar la dignidad y autoestima individual, fomentando la creatividad y haciendo que las sociedades sean menos vulnerables y confíen más en sí mismas.
Todos estos objetivos están relacionados entre sí y dependen en gran medida del uso de la tecnología. Los países deben utilizar la tecnología intermedia, ya que el objetivo es crear el máximo empleo. Esto plantea el problema de que, si se produce con una tecnología mucho más avanzada que la disponible en estos países, no se corregirá el problema de la desigualdad. Por tanto, el objetivo último es la reducción de la pobreza, e incluso de la desigualdad.
Este tipo de desarrollo ha sido muy criticado por su enfoque tecnológico y sus deficiencias conceptuales. En cualquier caso, todas las críticas responden a teorías alternativas que, aunque confluyen con otras perspectivas, ninguna ha conseguido resolver completamente el problema del subdesarrollo.