Estudio retroprospectivo

INTRODUCCIÓN

La población anciana, definida en este estudio como pacientes mayores o iguales a 80 años, es considerada la más frágil y predispuesta a sufrir EA debido al acúmulo de factores de riesgo intrínsecos a la edad. Una intervención protocolizada en pacientes ancianos que ingresan en un hospital de agudos, consistente en detectar los riesgos y el despliegue de medidas preventivas, puede disminuir las consecuencias tradicionalmente percibidas como inherentes a la hospitalización . El presente estudio se ha realizado en Povisa Hospital, centro privado concertado con la Consejería de Sanidad de la Junta de Galicia. Pacientes de Vigo y su área metropolitana.

Además, se trata de un hospital de referencia en cirugía maxilofacial, Unidad de Quemados y Cirugía de la Mano para el área sur de la Provincia de Pontevedra y Orense.

OBJETIVOS



El objetivo principal de este estudio es elaborar un programa específico para la prevención de eventos adversos en el paciente anciano frágil , determinando cuáles son sus factores de riesgo intrínsecos y extrínsecos, para establecer estrategias de seguridad que minimicen o eliminen esos posibles EA, según la prioridad de riesgo establecida en el AMFE.


MATERIAL Y MÉTODOS



Hemos seleccionado todos los pacientes ingresados en el hospital haciendo tres cortes separados por un mes entre ellos, eligiendo tres días al azar. Las evaluaciones fueron realizadas por enfermeras expertas en el cuidado del paciente anciano y colaboradoras en los programas de calidad del hospital. El material utilizado consiste en la hoja de valoración de enfermería del hospital al ingreso. Una hoja de registro de elaboración propia en el que recogemos todos los datos mencionados anteriormente, basados en protocolos del hospital, como prevención del riesgo de infección urinaria en pacientes sondados, prevención de eventos adversos relacionados con catéter intravascular, errores de medicación, prevención de caídas, adecuación de la contención mecánica y prevención de úlceras por presión.

Nos hemos basado en el análisis modal de fallos y efectos, herramienta muy útil para priorizar los problemas potenciales de estos pacientes según sus factores de riesgo.


RESULTADOS



Hemos valorado un total de 133 pacientes a partir de 80 años ingresados en el hospital.
Descartamos servicios como las unidades de observación de urgencias, de cuidados intensivos, de cuidados intermedios, de quemados u hospitalización a domicilio. El total de la muestra fue de 88 pacientes ya que, además, durante los días de evaluación, a algunos les dieron el alta y otros fueron trasladados a otros centros o fallecieron.
La muestra estudiada presenta una distribución por sexos de 61,4% de mujeres frente a 38,6% de hombres. La frecuencia por edades y sexos se muestra en la Fig. 1. Con todos estos resultados hemos tomado un perfil de muestra en base a los factores de riesgo.
Una vez detectados todos estos riesgos mediante el análisis modal de fallos y efectos, hemos establecido un plan de acciones de mejora incidiendo en los factores con más índice de riesgo que resultaron ser los siguientes
Errores de medicación relacionados con la plurifarmacia. Riesgo de broncoaspiración relacionado con disfagia, ACV, deterioro cognitivo.
Riesgo de caída relacionado con déficit sensorial.
Síndrome confusional agudo relacionado con deterioro cognitivo.
Riesgo de padecer úlceras por presión relacionado con encamamiento, incontinencia urinaria.


DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES



Este estudio nos ha ayudado a detectar los factores de riesgo que tienen nuestros pacientes ancianos y, así, permitirnos desplegar todo tipo de medidas para prevenir cualquier evento adverso. Al examinar las valoraciones, hemos visto que algunas de ellas estaban incompletas, pero las existentes coincidían con nuestra valoración y, efectivamente, la gran mayoría tenía desplegadas las medidas de seguridad. En nuestro caso, ha sido útil para orientarnos en qué casos funcionan las medidas que tomamos y, sobre todo, en cuáles debemos incidir más.

Esto llevo a :

1: Elaborar una nueva hoja de valoración mas acorde con las necesidades de los pacientes, donde se incluyan los FR, que sea concreta y directa.

2: Elaborar un protocolo que contenga criterios con estándares de cumplimiento junto con un sistema de monitoreo para desarrollar acciones de mejoras.

3. Desarrollar un taller formativo mensual

Podemos concluir diciendo que es necesario utilizar herramientas de trabajo como es en este caso el AMFE que nos ayuden a actuar directamente sobre los problemas más prioritarios y evitar eventos adversos.