Ética Profesional en Psicología: Bioética y Principios Clave para una Atención Responsable

Bioética: La Ética Médica y sus Principios Fundamentales

La bioética surge como respuesta a la necesidad de regular los poderes y capacidades de las investigaciones biomédicas y biotecnológicas para proteger la vida humana, especialmente en sus estados más vulnerables. En 1974, el Congreso de EE. UU. planteó la necesidad de aplicar principios éticos a la ciencia y creó un comité institucional en el Instituto Nacional de Salud con la misión de identificar los principios éticos básicos que deberían dirigir la investigación con seres humanos. El resultado de esta comisión fue el conocido INFORME BELMONT, que enunció tres principios fundamentales:

Principio de Autonomía

Este principio destaca que las personas deben ser tratadas como seres autónomos y proteger a aquellas cuya autonomía está disminuida. En ética médica, se formula como que las acciones autónomas no deben ser controladas ni limitadas por otros, siempre que sus ideas o acciones no supongan un grave perjuicio para terceros. Además, la autonomía implica que cada individuo debe determinar sus propios fines y tomar decisiones por sí mismo, en oposición a cualquier presión externa.

Principio de Beneficencia

Implica el deber de tratar a las personas de manera ética, lo que no solo incluye respetar sus decisiones y protegerlas de cualquier daño, sino también esforzarse por asegurar su bienestar. Este principio extiende la beneficencia al principio de utilidad, introduciendo el concepto de no-maleficencia, que subraya la obligación de maximizar los beneficios y minimizar los perjuicios.

Principio de Justicia

Este principio responde a la pregunta de quién debe recibir los beneficios de la investigación y quién debe asumir sus cargas. Busca asegurar que los criterios de prioridad en la atención sanitaria sean justos y equitativos, sin discriminación ni agravios graves. Esto incluye decisiones sobre si incluir la terapia y atención de salud mental en los servicios públicos de salud y si estas deben ser cubiertas por seguros públicos o privados. La bioética, al aplicar estos principios, proporciona un marco normativo que guía las prácticas médicas y de investigación, asegurando que se respeten los derechos y la dignidad de los individuos y que las intervenciones se realicen de manera ética y equitativa.

Los Principios Bioéticos Aplicados en Psicología

La psicología, como ciencia de la salud, adopta los principios bioéticos que guían las prácticas médicas y de investigación. Estos principios son esenciales para asegurar que las intervenciones psicológicas se realicen de manera ética, respetando la dignidad y los derechos de los pacientes. Estos tres principios bioéticos, aplicados en psicología, son los siguientes:

Principio de Autonomía

Este principio destaca que los seres humanos deben ser tratados como fines en sí mismos y no como medios para otros fines. En psicología, esto implica respetar la capacidad del paciente para tomar decisiones informadas sobre su tratamiento. El principio de autonomía requiere que los psicólogos obtengan el consentimiento informado de los pacientes antes de cualquier intervención. Este consentimiento debe ser voluntario, informado y dado por una persona competente. La autonomía en la atención sanitaria garantiza que los individuos tengan el derecho a decidir sobre su tratamiento, fomentando la autodeterminación y el respeto por la libertad personal.

Principio de Beneficencia

Este principio obliga a los psicólogos a actuar en el mejor interés del paciente, promoviendo su bienestar y evitando causar daño. La beneficencia implica un compromiso con la ayuda efectiva, lo que incluye no solo evitar el daño (no-maleficencia) sino también tomar medidas activas para mejorar la salud mental del paciente. En psicología, esto se traduce en el deber de proporcionar intervenciones que sean beneficiosas y que respeten la dignidad y los derechos del paciente. Los psicólogos deben esforzarse por satisfacer las necesidades humanas de sus pacientes, ayudándolos a recuperar o mantener su autonomía y capacidad para vivir de manera armónica con los demás.

Principio de Justicia

Este principio se refiere a la distribución equitativa de los beneficios y cargas de la atención psicológica. En psicología, el principio de justicia requiere que los psicólogos traten a todos los pacientes con igualdad y respeto, evitando cualquier forma de discriminación. Los criterios de prioridad en la atención psicológica deben ser justos y equitativos, asegurando que todos los pacientes tengan acceso a los servicios necesarios sin prejuicios basados en edad, género, raza, condición social o cualquier otra característica. La justicia en psicología también implica abogar por políticas que promuevan la inclusión de la atención mental en los servicios públicos de salud y en los seguros, tanto públicos como privados.

Principios Específicos en la Atención Psicológica: Confidencialidad, Veracidad, Consentimiento Válido y Fidelidad

Además de los tres principios bioéticos fundamentales (autonomía, beneficencia y justicia), existen principios específicos que rigen la práctica psicológica para asegurar una atención ética y efectiva. Estos principios son:

  1. Confidencialidad

    La confidencialidad es el derecho de los pacientes a que su información personal se mantenga en secreto, salvo en situaciones excepcionales donde la divulgación sea necesaria para proteger al paciente o a terceros. En psicología, la confidencialidad es esencial para construir una relación de confianza entre el terapeuta y el paciente. Los psicólogos deben asegurar que toda la información obtenida en el contexto terapéutico sea tratada con la máxima discreción, protegiendo la privacidad del paciente y garantizando que solo se revele información cuando sea absolutamente necesario y con el consentimiento del paciente.

  2. Veracidad

    La veracidad implica la obligación de ser honestos y transparentes con los pacientes. En psicología, esto significa que los terapeutas deben proporcionar información precisa y completa sobre el diagnóstico, el tratamiento y los posibles resultados. La veracidad es fundamental para mantener la confianza en la relación terapéutica y para asegurar que los pacientes estén plenamente informados sobre su situación y las opciones disponibles. Además, el principio de veracidad se deriva del compromiso de fidelidad a los acuerdos y promesas hechas al paciente.

  3. Consentimiento Válido

    El consentimiento válido es un componente esencial del principio de autonomía. Para que el consentimiento sea considerado válido, debe ser dado por una persona competente, informada y voluntaria. En psicología, esto significa que los pacientes deben recibir toda la información relevante sobre su tratamiento, incluyendo los riesgos y beneficios, y deben tener la capacidad de tomar una decisión libre de coerción. El consentimiento informado asegura que los pacientes participen activamente en su tratamiento y que sus derechos y autonomía sean respetados.

  4. Fidelidad

    La fidelidad se refiere al compromiso del psicólogo de mantener las promesas hechas al paciente y de actuar con lealtad y consistencia. En la práctica psicológica, la fidelidad implica cumplir con los acuerdos establecidos con el paciente, proporcionando el nivel de atención y apoyo prometido. La fidelidad es crucial para establecer y mantener una relación de confianza, donde el paciente se sienta seguro y apoyado en su proceso de tratamiento. Este principio también incluye la obligación de actuar con integridad y de adherirse a los estándares éticos y profesionales de la psicología.

Estos principios específicos son fundamentales para la práctica ética de la psicología y aseguran que los pacientes reciban una atención respetuosa, justa y basada en la confianza mutua. Al adherirse a estos principios, los psicólogos pueden promover el bienestar de sus pacientes y contribuir a una práctica profesional ética y responsable.