Evolución del Balance Bancario en España (1992-2012): Expansión y Crisis

Evolución de la Actividad de las Entidades de Depósito (1992 – 2007): La Etapa de Expansión

A partir de 1995, se inició un ciclo prolongado de crecimiento económico en España, en el que el PIB real creció a un ritmo nunca inferior al 3% anual. Sin embargo, este crecimiento vino acompañado de desequilibrios: el déficit externo llegó a alcanzar el 10% del PIB, junto con una inflación persistentemente por encima de la media europea. Esta situación estuvo en parte amparada por la incorporación al Euro y el marco de su política monetaria única.

El sector de la construcción, y sobre todo la promoción de vivienda residencial, fue el principal motor de esta expansión económica, ya que su crecimiento fue considerablemente más elevado que el de la industria y los servicios.

La sostenibilidad del elevado endeudamiento del sector privado durante este periodo estuvo condicionada fundamentalmente a dos pilares:

  • La constante revalorización de la vivienda, activo que servía de garantía principal en los préstamos hipotecarios.
  • La disponibilidad de financiación internacional abundante y a tipos de interés históricamente bajos.

La actividad bancaria, medida en términos de tamaño del balance, aumentó a tasas muy altas, superando significativamente el crecimiento del PIB nominal, con una expansión media de casi el 12% anual en el periodo 1994 – 2007.

Impulso del Crédito y Cambios en la Financiación

La actividad crediticia al sector privado residente (OSR: Otros Sectores Residentes, es decir, familias y empresas no financieras) fue el principal motor de este crecimiento, con una Tasa Media Anual Acumulada (TMAA) del 15,8%. Dentro de esta, destacó especialmente la modalidad de crédito hipotecario, con una TMAA del 20,1%.

Aunque con menor peso relativo en el balance, la adquisición de valores emitidos por el resto del mundo (principalmente renta fija y acciones) también experimentó un crecimiento notable, por encima de la media del balance agregado.

Por el lado del pasivo, se observaron cambios significativos en la estructura de financiación:

  • La participación de los depósitos totales sobre el balance descendió a lo largo del periodo en 12 puntos porcentuales.
  • Los depósitos procedentes del resto del mundo aumentaron sensiblemente su participación, reflejando la dependencia de la financiación exterior.
  • Los depósitos de familias y empresas residentes (OSR) descendieron ligeramente su peso relativo, pasando del 49% en 1994 al 46,5% en 2007 (con un mínimo del 44,5% en 2004).

Esta creciente brecha entre el fuerte crecimiento del crédito y una captación de depósitos domésticos más moderada obligó a las entidades a recurrir de forma intensiva a los mercados mayoristas. Esto se tradujo en un incremento de la financiación obtenida vía emisión de valores distintos de acciones (principalmente renta fija como cédulas hipotecarias y bonos de titulización), cuyo peso en el balance se incrementó en casi 12 puntos porcentuales (pasando del 2,4% al 14%). La financiación captada a través de estos instrumentos tuvo una TMAA del 28%.

Cambios Clave en la Estructura del Balance (1994 – 2007)

  • Concentración del activo en crédito a OSR: Pasó de representar el 38% del balance en 1994 al 60% en 2006 y 2007.
  • Auge del crédito hipotecario: Los préstamos hipotecarios a familias y empresas ganaron un peso enorme dentro del crédito total a OSR, pasando del 37% en 1994 a cerca del 60% al final del periodo. En 2007, esta modalidad concentraba el 36% de toda la actividad bancaria (medida por el activo total).
  • Mayor exposición internacional en el activo: La tenencia de deuda y acciones emitidas por el resto del mundo aumentó su importancia relativa, situándose en el 6% del activo en 2007, frente a solo el 2% en 1994.
  • Reestructuración del pasivo: Se produjo un menor peso relativo de los depósitos totales (del 84% en 1994 al 72% en 2007). Esto estuvo ligado, en parte, a una fuerte caída relativa de la actividad con el sistema crediticio residente y, como contrapartida, a un incremento del peso de la financiación procedente del resto del mundo (depósitos y valores).
  • Depósitos de OSR: Aunque cayeron ligeramente en términos relativos, se mantuvieron como la principal fuente de financiación estable, representando cerca de la mitad del pasivo.
  • Capital y Reservas: Apenas lograron mantener su peso en el balance, descendiendo en 2 puntos porcentuales. Su crecimiento fue inferior (en casi 2 puntos porcentuales) al crecimiento medio del balance total y significativamente por debajo del crecimiento del crédito, lo que implicó un aumento del apalancamiento.

Evolución de la Actividad de las Entidades de Depósito (2007 – 2012): El Impacto de la Crisis

Este periodo está fuertemente condicionado por el impacto de la crisis financiera global iniciada en 2007-2008 y la abrupta ruptura de la etapa de intenso crecimiento económico anterior, ligada al boom inmobiliario.

A nivel internacional, la severa crisis de confianza en los mercados financieros interbancarios y de capitales limitó drásticamente las posibilidades de las entidades españolas de financiarse en los mercados mayoristas, rompiéndose así uno de los pilares clave que habían sustentado la expansión previa.

Contracción del Crédito y Aumento de la Morosidad

La evolución de los balances bancarios cambió radicalmente:

  • El crédito total dejó de ser el motor de crecimiento, registrando un descenso medio anual del 1,1%.
  • El crédito hipotecario al sector privado residente, que había sido el gran protagonista de la expansión, experimentó una contracción media anual del 3,3%.
  • La partida más dinámica del activo pasó a ser la inversión en valores representativos de deuda, en especial los emitidos por agentes residentes (fundamentalmente deuda pública española), que creció a un ritmo medio anual del 13,8%, reflejando tanto una estrategia de refugio como el apoyo al soberano.
  • El cambio más drástico fue el espectacular crecimiento de la tasa de morosidad de los créditos concedidos a OSR, que escaló desde niveles mínimos (1% en 2007) hasta alcanzar el 10,6% a finales de 2012.

Reducción de la Brecha Créditos-Depósitos

Con respecto al sector OSR (familias y empresas), se produjo una notable reducción de la brecha entre créditos y depósitos. Si en 2007 los depósitos captados de OSR apenas cubrían el 78% del crédito concedido a este mismo sector, en 2012, debido tanto a la contracción del crédito como a un cierto aumento del ahorro precautorio, la cobertura de los créditos con depósitos subió hasta el 85%. Esto alivió parcialmente la necesidad de financiación mayorista en un entorno de mercados cerrados.