Factores y Consecuencias del Síndrome de Desgaste Profesional o Burnout

Factores que Propician el Síndrome de Desgaste Profesional o Burnout

Existen determinados factores que propician el burnout:

La Variable Organizacional e Institucional

Se refieren a la organización de la institución, en este caso a las circunstancias que se generan por la propia estructura de la Universidad:

  • La falta de tiempo dedicado a la preparación del material de trabajo hace que, muy frecuentemente, la jornada no finalice a su hora y que muchas veces tengan que llevarse el trabajo a casa.
  • La falta de previsión en las suplencias, la posibilidad de que se presenten urgencias no previstas, lleva a la sensación de un trabajo en cadena con la consiguiente falta de control sobre el mismo.
  • El exceso de burocratización sin el apoyo del personal específico repercute en el tiempo que se debería dedicar a las tareas profesionales.

La Variable Interpersonal

Colegas, familia, amigos, redes de apoyo social:

Existe una relación entre nuestras expectativas y la realidad cotidiana y el grado de adaptación personal al potencial desajuste. Existen expectativas de logro; por ejemplo, el deseo de obtener prestigio social, de ser reconocido como un profesional competente. Otras son expectativas altruistas o idealistas, como por ejemplo el poder ayudar a otros a aprender, a mejorar sus condiciones sociales, mejorar la sociedad o el sistema educativo, etc. Cuantas más expectativas y más altas sean estas, mayor riesgo de generar burnout existirá.

El sentimiento de competencia, saberse competente, es uno de los que mayor satisfacción produce. Este sentimiento se fundamenta en el binomio saber lo que hay que hacer y poder hacerlo. El saber hace referencia a la formación del profesional y a su permanente actualización y el poder hacer depende de las condiciones laborales y dónde esté ubicado el centro en el que se trabaje.

La Variable Individual

Características del profesional como edad, sexo, experiencia, rasgos de personalidad.

Consecuencias del Síndrome de Burnout

El concepto más importante es que el burnout es un proceso (más que un estado) y es progresivo (acumulación de contacto intenso con consultantes). El proceso incluye:

  1. Exposición gradual al desgaste laboral.
  2. Desgaste del idealismo.
  3. Falta de logros.

Además, existen una serie de efectos provocados por este fenómeno:

  • Afecta negativamente la resistencia del trabajador, haciéndolo más susceptible al desgaste por empatía (Compassion Fatigue).
  • Favorece la Respuesta Silenciosa (Danieli, 1984; Baranowsky, 1997) que es la incapacidad para atender a las experiencias de los consultantes, que resultan abrumadoras.
  • Gradualmente el cuadro se agrava en relación directa a la magnitud del problema. Inicialmente, los procesos de adaptación protegen al individuo, pero su repetición les agobia y a menudo agota, generando sentimientos de frustración y conciencia de fracaso, existiendo una relación directa entre la sintomatología, la gravedad y la responsabilidad de las tareas que se realizan.
  • El sentirse usado, menoscabado o exhausto debido a las excesivas demandas de energía, fuerza o recursos personales, crea además intensas repercusiones en la persona y en su medio familiar.
  • Estados de fatiga o frustración son el resultado de la devoción a una causa, estilo de vida, o relación que fracasó al intentar obtener una recompensa esperada.
  • La progresiva pérdida del idealismo, de la energía y el propósito que experimentan muchos profesionales que trabajan ayudando a otras personas son el resultado de sus condiciones de trabajo.
  • El síndrome de agotamiento, es el último paso en la progresión de múltiples intentos fracasados de manejar y disminuir una variedad de situaciones laborales negativas.

La lista de síntomas psicológicos que puede originar este síndrome es extensa, pudiendo ser leves, moderados, graves o extremos. Uno de los primeros síntomas de carácter leve pero que sirve de primer escalón de alarma es la dificultad para levantarse por la mañana o el cansancio patológico. En un nivel moderado se presenta distanciamiento, irritabilidad, cinismo, fatiga, aburrimiento, progresiva pérdida del idealismo que convierten al individuo en emocionalmente exhausto con sentimientos de frustración, incompetencia, culpa y autovaloración negativa. Los graves se expresan en el abuso de psicofármacos, absentismo, abuso de alcohol y drogas, entre otros síntomas. Es la repetición de los factores estresantes lo que conforma el cuadro de crónico, que genera baja de la autoestima, un estado de frustración agobiante con melancolía y tristeza, sentimientos de impotencia, pérdida, fracaso, estados de neurosis, en algunos casos psicosis con angustia y/o depresión e impresión de que la vida no vale la pena, llegando en los casos extremos a ideas francas de suicidio.