Fundamentos de la Acción Humana y la Función Empresarial en la Economía
Definición de la Función Empresarial
La función empresarial coincide con la acción humana. Ejerce la función empresarial cualquier persona que actúa para modificar el presente y conseguir sus objetivos en el futuro. El término empresa procede etimológicamente del latín in prehendo-ensum, que significa ‘descubrir, ver, percibir, atrapar’, y la expresión latina in prehenda conlleva la idea de acción. El sentido de empresa como acción está unido a una actitud emprendedora que consiste en descubrir nuevos fines y medios. El empresario es aquel que inicia la acción. Es el concepto central de la ciencia económica. La economía es la ciencia que estudia los procesos de creación y transmisión del conocimiento empresarial. El sentido de empresa como acción está necesaria e inexorablemente unido a una actitud emprendedora, que consiste en intentar continuamente buscar, descubrir, crear o darse cuenta de nuevos fines y medios (todo ello de acuerdo con el significado etimológico ya visto de in prehendo).
La Acción Humana: Fin, Valor, Medio y Utilidad
La acción humana es todo comportamiento o conducta deliberada (el actor tiene que ser consciente; los actos no son instintivos). Todo ser humano, al actuar, pretende alcanzar o lograr un determinado fin (goal) con cada acción, siendo este fin subjetivo e infinito, aquello que el actor se propone lograr con su acción. El valor es la apreciación subjetiva, propia de cada actor, que este da al fin y que no puede medirse. El medio es escaso y es todo aquello que el actor, subjetivamente, cree que le permitirá alcanzar su fin. La utilidad es la apreciación subjetiva que el actor da al medio en función del valor del fin que cree que aquel medio le permitirá alcanzar. Los seres humanos perseguimos fines que descubrimos que tienen valor para nosotros.
Escasez, Plan de Acción y Acto de Voluntad
La escasez consiste en que el actor considera subjetivamente que los medios a su disposición son insuficientes para conseguir sus fines. Los medios deben ser escasos e insuficientes, ya que, si no lo fueran, no se tendrían en cuenta a la hora de actuar. Por ello, es difícil alcanzar los fines, pero la escasez es necesaria porque, si no, no se llevaría a cabo la acción. Donde no hay escasez no hay acción humana. Los fines y medios jamás están dados; son resultado de la actividad empresarial. Cuando la escasez se generaliza, la creatividad del ser humano intenta superarla empleando aquellos medios que no son escasos, los denominados bienes libres.
El actor siempre planifica y lleva a cabo un plan de actuación: una representación mental que el actor se hace sobre las distintas etapas, elementos y circunstancias relacionadas con la acción. Después, hay que realizar dicha acción (movimiento) e impulsarla con nuestra fuerza de voluntad. (Este es el conocimiento por introspección de los elementos de la acción humana).
Las valoraciones son subjetivas, determinadas por el sujeto en su contexto, y no pueden medirse objetivamente. Solo los bienes escasos se consideran medios, mientras que los bienes no escasos, como el aire, son bienes libres y no influyen en la acción. Los seres humanos actúan para producir lo escaso, lo que requiere asignación de derechos de propiedad y mercado. Se describen dos elementos de la acción humana:
- El plan de actuación: Representación mental prospectiva que organiza la información práctica disponible y descubierta en el contexto de la acción.
- El acto de voluntad: Movilización personal para perseguir un fin, integrando fines y medios en un plan que se ejecuta como resultado de la decisión voluntaria.
El Tiempo Subjetivo: Pasado, Presente y Futuro
La acción humana se desarrolla en el tiempo, entendido este como una experiencia subjetiva del actor dentro del contexto de cada acción. Se produce en la mente del actor una fusión entre las experiencias del pasado que recoge en su memoria y su proyección hacia el futuro en forma de expectativas. Toda acción humana requiere de tiempo. El tiempo se presenta como una dicotomía:
- Cronos: Tiempo físico, analógico y determinado.
- Kairós: Tiempo específico para la Economía; es el tiempo experimental que se crea conforme a la actuación del actor.
Octavo elemento de la acción humana: el tiempo. Se destaca el carácter subjetivo del tiempo en la acción humana, en contraste con el tiempo físico y determinista. La acción ocurre en un tiempo subjetivo, experimentado por el actor según sus percepciones y contexto. En economía, el tiempo relevante no es el cronológico, sino el tiempo tal como lo vive el individuo, integrando memoria del pasado y expectativas creativas hacia un futuro no determinado. Mientras que en la física el futuro es un «porvenir» implícito en el presente, en la acción humana el futuro es un «por hacer», abierto y moldeado por la creatividad del actor.
Creatividad, Sorpresa e Incertidumbre en la Acción Humana
El futuro es incierto, es un ‘por hacer’; el futuro se construye actuando. Proyectamos en nuestro futuro las expectativas que deseamos alcanzar. El futuro está abierto a todas las posibilidades creativas del ser humano; el actor se enfrenta a una incertidumbre inerradicable. El carácter abierto e ilimitado de la incertidumbre hace que no sean aplicables al campo de la acción humana las nociones de probabilidad, ni las sorpresas que esta pueda deparar. No se conocen todas las alternativas o casos posibles; el actor solo posee unas determinadas creencias subjetivas: probabilidades de casos o eventos únicos. Medios para afrontar la incertidumbre: las instituciones y la función empresarial.
Las Instituciones: esquemas pautados de comportamiento que adoptan los seres humanos para conseguir sus fines. Las instituciones son esquemas de comportamiento que los seres humanos adoptan para alcanzar sus fines. Entre estas, la moral y el derecho juegan un papel crucial al reducir la incertidumbre y mejorar la eficiencia en los procesos sociales. Por su parte, el dinero destaca como la institución social más importante porque permite el cálculo económico y amplifica las interacciones humanas. En economía y en la acción humana se distinguen dos tipos de probabilidad:
- Probabilidad de clase (frecuencia): típica de las ciencias naturales y basada en la causalidad.
- Probabilidad de caso: propia de las ciencias de la acción humana, regulada por la teleología, enfocada en eventos únicos e irrepetibles (single events), según Mises.
Estos eventos no pertenecen a fenómenos homogéneos, lo que implica que cada uno es singular y único en su contexto. Además, se introducen los conceptos de:
- Sorpresa: El descubrimiento empresarial cambia inesperadamente nuestro conocimiento del entorno.
- Serendipia: Capacidad de identificar oportunidades no buscadas y actuar sobre ellas.
Finalmente, se critica a los modelos neoclásicos por su enfoque estático y determinista, que no consideran el tiempo subjetivo ni la creatividad empresarial. Representar momentos como t1, t2, t3… implica asumir que el futuro está predefinido en el presente, dejando fuera la dinámica e imprevisibilidad de la acción humana.
Coste Subjetivo y Beneficio Empresarial
El actor desea un cierto fin y selecciona unos determinados medios para alcanzarlo, y simultáneamente renuncia a lograr otros fines distintos que para él tienen un valor menor, lo que implica un coste.
Noveno elemento, el coste: valor subjetivo que el actor da al fin al que tiene que renunciar cuando decide utilizar los medios a su disposición para lograr otro fin que valora más. Es un concepto subjetivo: el coste de oportunidad. Todo ser humano actúa porque subjetivamente considera que el fin propuesto tiene un valor superior al coste en el que piensa incurrir; es decir, espera obtener un beneficio empresarial. La obtención de dicho beneficio le incitará a seguir actuando.
El beneficio es la ganancia que se obtiene de la acción humana y es el incentivo que motiva a actuar. Por tanto, lo que pretenderá el actor es que el beneficio que vaya a conseguir supere al beneficio que hubiera podido conseguir con el coste del fin al que ha renunciado. Así, fin y beneficio son sinónimos. Cuando hay pérdidas, se produce un daño a la sociedad.
- Beneficio empresarial: Medios dedicados a los fines más valorados (incentivo a actuar).
- Pérdida empresarial: Medios desaprovechados (incentivo a abandonar la acción).
Los beneficios y pérdidas empresariales son indispensables para dirigir nuestra acción. Todos perseguimos el lucro (fines que subjetivamente valoramos más). El capitalismo permite el cálculo económico gracias a los precios de mercado.
Racionalidad, Error y Pérdida Empresarial
Toda acción humana es racional. El actor busca y selecciona los medios que cree adecuados para alcanzar los fines que le merecen la pena.
Puede ocurrir que el actor descubra que cometió un error empresarial: incurrir en pérdidas empresariales al elegir determinados fines o medios sin darse cuenta de que existían otros de mayor valor para él. El observador exterior nunca puede calificar de irracional una acción, dado el carácter subjetivo que tienen los fines, costes y medios. Mises identifica cuatro situaciones que, a menudo malinterpretadas, no constituyen irracionalidad:
- La acción de otros que no compartimos (ni en fin ni en medio).
- La falta de constancia, que no debe confundirse con irracionalidad.
- El comportamiento de una máquina.
- La acción de una persona con información limitada.
Según Ludwig von Mises, la racionalidad en la acción humana significa que las personas actúan buscando que el valor de sus fines supere el coste de lo que sacrifican, incluso en condiciones de incertidumbre. Aunque puede haber errores, toda acción basada en la información disponible es racional. Mises critica a los economistas matemáticos por llamar «irracional» a las acciones creativas que no encajan en sus modelos estáticos. Para él, la subjetividad de fines, medios y costes hace que la economía sea una ciencia objetiva aplicable a cualquier acción humana.
Utilidad Marginal y Preferencia Temporal
Los medios, por definición, son escasos; el actor tenderá a lograr primero los fines que para él tengan más valor y después otros menos importantes. Esta acción se desarrolla en un tiempo determinado con una duración concreta, y cuanto antes alcance su fin, más realizado se sentirá y más eficaz será su acción. Cada unidad de medio de la que disponga será valorada por el actor en función de la importancia que le dé al fin que quiera conseguir mediante dichas unidades. Esto se conoce como la Ley de la Utilidad Marginal. El actor procurará alcanzar su fin cuanto antes, por lo que valorará más los fines temporalmente más próximos y solo estará dispuesto a emprender acciones de mayor duración temporal si con ello cree que podrá conseguir fines que para él tienen un mayor valor. Esto se conoce como la Ley de la Preferencia Temporal.