Fundamentos Esenciales del Trabajo Social: Conceptos Clave y Métodos de Intervención Profesional
Evolución y Comparación de las Definiciones de Trabajo Social
La evolución de las definiciones internacionales de Trabajo Social muestra un proceso de ampliación y profundización del sentido de la profesión. La primera definición, en Brighton (1982), tenía un enfoque funcionalista y general, centrado en el cambio social, sin referencias explícitas a los valores ni a los marcos teóricos. En Montreal (2000/01), se incorpora una visión más relacional y ética, al destacar la resolución de problemas humanos y la importancia de los derechos humanos y la justicia social. Finalmente, la definición de Montreal/Melbourne (2014) representa una concepción integral, al presentar al Trabajo Social como una disciplina académica y profesión basada en la práctica, comprometida con el cambio, la cohesión social, el empoderamiento y la liberación de las personas. Se fundamenta en teorías del trabajo social, las ciencias sociales, las humanidades y los conocimientos indígenas, y establece como principios centrales la justicia social, los derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto por la diversidad. Esta evolución refleja una creciente profesionalización, una perspectiva crítica y transformadora, y una apertura hacia saberes diversos.
Definición de la FITS y la AIETS
“La profesión de trabajo social promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación del pueblo para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre comportamiento humano y sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los derechos humanos y la justicia social son fundamentales para el trabajo social.”
Objeto del Trabajo Social
El objeto del Trabajo Social es la interacción entre la persona en situación de necesidad y/o en situación-problema y su entorno social. Este sujeto (que puede ser individual o colectivo, y busca desarrollar su potencial humano y social) debe ser siempre estudiado, comprendido y tratado en su situación de necesidad y/o en su situación-problema o de cambio. Tanto el sujeto en su situación como el entorno han de ser entendidos como sistemas relacionales interretroactuantes que intentan dar respuesta a las necesidades y problemas (los cuales, a su vez, deben ser aprehendidos en su carácter sistémico).
Principios del Trabajo Social
El Trabajo Social se fundamenta en los valores indivisibles y universales de la dignidad humana, la libertad y la igualdad, tal como se contemplan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, las instituciones democráticas y el Estado de Derecho. En ellos se basa la actuación profesional, por medio de la aceptación de los siguientes principios.
Principios Básicos
Entre los principios básicos se encuentran: la dignidad, que reconoce a cada persona como única, inviolable y con valor propio; la libertad, entendida como la capacidad de actuar sin coacciones externas; y la igualdad, que afirma que todos poseen los mismos derechos y deberes, respetando sus diferencias.
Principios Generales
Además, se establecen principios generales que desarrollan estos valores en la práctica. Por ejemplo, el respeto activo sitúa a la persona, grupo o comunidad como el centro de toda intervención; la individualización implica adaptar la ayuda a las particularidades de cada caso; y la promoción integral busca desarrollar todas las capacidades de la persona, superando miradas parciales. También destacan la justicia social, que impulsa una sociedad más equitativa, y la solidaridad, entendida como compromiso con la inclusión y la oposición a toda forma de exclusión o estigmatización. Estos principios no solo orientan la acción profesional, sino que definen el compromiso ético del Trabajo Social con los derechos humanos, la autonomía de los sujetos y la transformación social.
Ámbitos de Intervención del Trabajo Social
Los ámbitos de intervención del Trabajo Social son amplios y pueden clasificarse según diferentes criterios. Una primera distinción es entre el ámbito público, que incluye todos los niveles de la Administración (europeo, estatal, autonómico, local), y el ámbito privado, que puede ser con ánimo de lucro (empresas) o sin ánimo de lucro (ONG, asociaciones, fundaciones). También se puede clasificar según los sectores de población atendidos:
- Infancia, juventud, familias, personas mayores, mujeres.
- Personas con diversidad funcional, colectivos LGTBIQ+, inmigrantes.
- Situaciones como violencia de género, sinhogarismo o trata.
Otra clasificación se basa en los sistemas de protección social, que son públicos y están vinculados a las políticas sociales. Dentro de estos sistemas se encuentran los servicios sociales generales (como los centros municipales) y los especializados (como los dedicados a la dependencia, la atención a menores o la violencia de género). Además, el Trabajo Social interviene en ámbitos como:
- Salud: atención primaria, salud mental, adicciones.
- Educación: centros educativos, orientación.
- Vivienda: alquiler social, rehabilitación.
- Justicia: juzgados, centros penitenciarios.
- Seguridad Social: pensiones, ingreso mínimo vital.
- Empleo: programas de inserción y formación.
Esta diversidad refleja el carácter integral del Trabajo Social y su compromiso con la inclusión y la justicia social.
Las Personas en el Trabajo Social: Terminología y Perspectivas
Usuario/Beneficiario/Cliente
Richmond (1922)
“El caso del trabajador social es la situación o el problema social, no la/s persona/s involucrada/s. Para nombrar a la persona y distinguirla de su problema, el término utilizado generalmente, hoy en día, es el de cliente.”
De Roberts (2003)
En los orígenes de la profesión, los trabajadores sociales denominaban a sus clientes “casos”, en la línea del modelo médico. Finalmente, se inclina por el uso del término “ciudadano”, por considerar que es más adecuado en un contexto democrático, garantizado por la existencia de derechos subjetivos.
Mústieles (2007)
En la línea de Kisnerman, el cliente es aquel que paga por un servicio, hecho que no sucede en la intervención entre trabajador social y persona atendida (excepto en el libre ejercicio de la profesión). Utiliza los términos “usuario” y “cliente” dependiendo de si existe contraprestación económica; se ajusta a las características de las personas sujetas de la acción del trabajo social.
Zamanillo (1999)
- Individuo y/o situación: del funcionalismo al interaccionismo simbólico: Gracias a las aportaciones de Richmond y el funcionalismo, que incluyen aspectos ambientales, el cliente es visto como un individuo desadaptado.
- El hombre oprimido: una perspectiva dialéctica: A partir de los años 60, el objeto del trabajo social no es la inadaptación, sino la tensión en la que coexisten el individuo oprimido y la sociedad opresora.
- Las necesidades sociales, un enfoque de planificación: La satisfacción de las necesidades sociales que deben ser cubiertas por el Estado cuando trascienden a los individuos. Aquí comienza a relacionarse el trabajo social con el sistema público de servicios sociales, marco en el que los vocablos “usuario” o “beneficiario” encuentran todo su sentido.
Ander-Egg (1987)
Recoge como acepción únicamente el término “cliente”, “para designar a la persona que recurre al asistente o trabajador social con el fin de requerir un servicio al que tiene derecho”.
Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Málaga
Recoge los términos “cliente” y “usuario”. Cliente: “persona que solicita la ayuda de un trabajador social u otro profesional que esté en condiciones de prestársela”. Usuario: “persona destinataria de la acción profesional de los trabajadores sociales”.
Diccionario Internacional de Trabajo Social y Servicios Sociales
“Individuo, grupo, familias o comunidades destinatarias de los servicios provistos por los trabajadores sociales. Cuando hablamos de clientes podemos comprobar que pueden ser voluntarios o involuntarios. Los primeros son los que solicitan o acceden a los servicios. Los segundos son quienes no desean serlo y reciben los servicios bajo coacción (individual, familiar, organizativa) u orden (ejemplo: del juez).”
ISO 9000:2000
Según la ISO 9000:2000, cliente o ciudadano es la organización o persona que recibe un producto o servicio. Se distinguen dos tipos de clientes:
- El externo: Es la persona o entidad externa a la organización que mantiene con ella una relación comercial; realiza pedidos y paga por ellos.
- El interno: Es la persona que, dentro de la organización, demanda de otras la producción de un bien o servicio. Dentro de la organización, todos los trabajadores son clientes o proveedores.
El Concepto de Modelo en Trabajo Social
Un modelo es una construcción simplificada de la realidad, que surge de la teoría y que, como tal, puede ser constatada empíricamente en la práctica. Ofrece una explicación de la realidad y guía la práctica, y estos describen en general lo que sucede durante la actividad práctica. Cada modelo privilegia una o varias teorías, que le proporcionan los conocimientos y las bases sobre las que pueden apoyarse las hipótesis de trabajo y el desarrollo de la intervención, y cada modelo en Trabajo Social es una miniteoría, una categoría operacional y un instrumento de análisis.
El Modelo Crítico o Radical en Trabajo Social
El modelo crítico o radical en Trabajo Social surgió en los años 60 y 70 como respuesta a las desigualdades del sistema capitalista, basado en las ideas de Karl Marx sobre la lucha de clases y la alienación. Este modelo enfatiza la igualdad, la libertad humana y la participación activa de los oprimidos en los procesos de cambio social. Se divide en tres variantes principales:
- El Trabajo Social marxista, que busca el cambio estructural centrado en las causas económicas y sociales.
- El Trabajo Social feminista, que lucha contra el patriarcado y promueve la liberación de las mujeres desde diversas corrientes feministas.
- El enfoque problematizador de Paulo Freire, que impulsa una educación dialógica y crítica como herramienta para la transformación social.
El Trabajo Social crítico rechaza el individualismo, entiende que los problemas sociales tienen causas estructurales y busca cambiar las condiciones opresivas en lugar de adaptar a las personas a ellas. Su método dialéctico se basa en la interconexión, el cambio constante, la progresión histórica y la lucha de contradicciones internas. Aunque destaca por su enfoque liberador y su promoción del pensamiento crítico, ha sido criticado por su falta de una metodología clara y su escaso abordaje de aspectos emocionales.
La Cuestión Social: Zonas, Factores y Dimensiones
La cuestión social se refiere a los espacios sociales donde las personas transitan entre la inclusión y la exclusión, según Subirats (2003).
Las Tres Zonas de la Cuestión Social
Se distinguen tres zonas principales:
- La zona de integración, caracterizada por seguridad económica y estabilidad social, con empleo y protección social garantizados.
- La zona de vulnerabilidad, donde existe precariedad e inestabilidad, y un riesgo de exclusión debido a la fragilidad en ingresos y recursos.
- Y la zona de marginación y exclusión, que implica una ruptura con el sistema laboral y social, llevando al aislamiento y dependencia de ayudas externas.
Factores que Afectan la Cuestión Social
Diversos factores afectan a la ciudadanía en este proceso, entre ellos:
- El marco sociopolítico, que incluye la existencia o ausencia de redes de seguridad social.
- El marco económico, influido por la globalización y la precarización laboral.
- El marco normativo, relacionado con la igualdad y los derechos.
- Y el marco cultural, que involucra factores identitarios, discriminación y multiculturalismo.
Grados de Exclusión Social
Según el grado de exclusión social, las zonas pueden clasificarse en ámbitos como laboral, relaciones sociales, protección social, ciudadanía y comunidad, donde se observa una progresión desde la inclusión plena hasta la exclusión total, con pobreza moderada vinculada a la vulnerabilidad y marginación, y pobreza severa asociada a la exclusión total.
Diferencia entre Pobreza y Exclusión Social
Se distingue la pobreza de la exclusión social en que la primera es un fenómeno unidimensional y personal, mientras que la segunda es multidimensional y estructural; la pobreza se entiende como un estado, mientras que la exclusión social es un proceso de ruptura con la sociedad que afecta a colectivos excluidos y refleja la fragmentación social en sociedades postindustriales.
Dimensiones de la Exclusión Social
Las dimensiones de la exclusión social incluyen:
- La económica, con la exclusión del trabajo formal y la dificultad para cubrir necesidades básicas.
- La política, con el acceso limitado a derechos y servicios sociales.
- Y la social o relacional, donde la ausencia de lazos sociales y la integración en redes marginales generan aislamiento, conflictividad social y violencia intrafamiliar.
Diferencia entre Necesidad y Problema Social
La necesidad se entiende como una condición inherente al ser humano, ya que las personas somos seres con múltiples necesidades interdependientes que no deben concebirse de forma aislada, sino como un sistema interrelacionado. Estas necesidades no siguen una jerarquía lineal fija, sino que se manifiestan en simultaneidad, complementariedad y compensación: varias necesidades pueden presentarse al mismo tiempo, la satisfacción de una puede influir en otras, y en ocasiones una necesidad puede paliarse parcialmente a través de otra. Existe un umbral mínimo, llamado presistema, por debajo del cual la insatisfacción de una necesidad se vuelve crítica o urgente, asociándose a situaciones de precariedad o pobreza extrema. Las necesidades humanas fundamentales son universales, finitas e inherentes a todos, y su satisfacción define la calidad de vida. Además, aunque las necesidades son constantes, los medios para satisfacerlas varían según la cultura, la cantidad y calidad de recursos disponibles, por lo que no basta con cubrirlas, sino que importa cómo se satisfacen.
Por otro lado, el problema social, aunque relacionado, es un concepto distinto y más complejo, con una tradición importante en la sociología. Mientras que la necesidad es una condición básica, el problema social surge cuando las desigualdades en recursos y poder impiden la satisfacción adecuada de esas necesidades. Desde una perspectiva objetiva, basada en las teorías del conflicto social, los problemas sociales nacen de la desigualdad y se hacen visibles cuando ciertos grupos logran mostrar que sus necesidades no son atendidas. Desde una perspectiva subjetiva, el problema social es resultado de un proceso colectivo de definición, que ocurre cuando ciertos grupos obtienen el poder necesario para visibilizar que sus intereses están siendo ignorados. Así, necesidad y problema social son conceptos relacionados pero con especificidades propias que conviene diferenciar para su adecuado abordaje.
La Relación de Ayuda en Trabajo Social
La relación de ayuda es un tipo de vínculo característico del Trabajo Social, aunque también compartido con otras disciplinas como la sociología o la terapia ocupacional. Se basa en el acompañamiento a personas en situación de necesidad, proporcionando apoyo, orientación, toma de conciencia, protección de derechos y fomento de su autonomía. Esta relación se entiende como un proceso participativo y ético, donde la persona es vista en su contexto social y se valora su manera de estar en el mundo, sus redes de apoyo y su papel en la sociedad.
Perspectivas de Autores Clave
Diversos autores han definido esta relación desde diferentes perspectivas:
- Gordon Hamilton (1969) la describe como un procedimiento de responsabilidades compartidas, que reconoce derechos y ayuda a las personas a asumir los propios, estableciendo una relación recíproca.
- Payne (1995) destaca la bidireccionalidad del vínculo, señalando que las emociones y pensamientos del profesional también influyen en el proceso.
- Por su parte, Escartín (1993) subraya la importancia de una interacción cálida y accesible, con una fuerte implicación participativa, que constituye el núcleo central del encuentro entre profesional y usuario.
Elementos Clave de la Relación de Ayuda
Los elementos clave de esta relación incluyen:
- El estudio y conocimiento de la realidad social de la persona, que se lleva a cabo a través de entrevistas directas y la valoración de su situación (diagnóstico social).
- Posteriormente, se planifica la intervención mediante una evaluación inicial, la identificación de necesidades y la toma de decisiones.
- La relación puede ser establecida de forma voluntaria o involuntaria, pero siempre bajo el principio de que el usuario tiene derechos y el profesional debe actuar con ética y responsabilidad.
El Método Básico o Unitario en Trabajo Social
El método básico o unitario en Trabajo Social es un proceso metodológico que orienta la intervención profesional de manera sistemática y estructurada. Se compone de cinco etapas:
Conocimiento de la Realidad
En la primera fase, el conocimiento de la realidad, se recopila información relevante sobre la situación, el contexto y los sujetos implicados, utilizando técnicas como entrevistas, observación o visitas.
Diagnóstico Social
Esta información se analiza en la etapa de diagnóstico social, donde se identifican las causas y consecuencias del problema, estableciendo así una comprensión profunda que permita orientar la intervención.
Planificación de la Intervención
En la planificación de la intervención se definen los objetivos, acciones, recursos y tiempos, elaborando un plan realista y participativo.
Ejecución
Luego, en la ejecución, se desarrollan las acciones previstas, adaptándose a las circunstancias y promoviendo la participación activa de los usuarios.
Evaluación
Finalmente, la evaluación permite valorar los resultados alcanzados, identificar logros y dificultades, y extraer aprendizajes para futuras intervenciones. Este método garantiza una intervención coherente, reflexiva y centrada en la mejora de las condiciones sociales de las personas, grupos o comunidades con las que se trabaja.
El Diagnóstico Social: Conocer para Actuar
El diagnóstico social es un proceso fundamental del Trabajo Social que consiste en “conocer para actuar”. Es un puente entre el estudio y la intervención, ya que permite comprender las situaciones sociales para planificar acciones concretas.
Fundamentos del Diagnóstico Social
Se basa en la acumulación de datos, la interpretación de situaciones y el análisis de hechos, a menudo entendidos como síntomas sociales. Inspirado en el modelo médico (anamnesis, diagnóstico, pronóstico y tratamiento), fue introducido por Mary Richmond (1917) y responde a preguntas clave como: ¿qué sucede?, ¿qué hacer?, ¿cómo actuar?
Proceso del Diagnóstico Social
El proceso del diagnóstico social incluye tres fases:
- La recolección de información y datos (personales, sociales, económicos).
- La interpretación de las situaciones (analizando vínculos, consecuencias y contexto).
- El análisis de hechos críticos, necesidades y problemáticas.
Características de un Diagnóstico Útil
Para que un diagnóstico sea útil, debe ser:
- Completo: con toda la información relevante.
- Claro: lenguaje accesible y objetivo.
- Preciso: identificación clara de factores y soluciones.
- Oportuno: actualizado y útil para la intervención.
Funciones Principales del Diagnóstico Social
Sus funciones principales son:
- Informar sobre problemas y necesidades.
- Explicar sus causas y efectos.
- Detectar fortalezas y oportunidades.
- Identificar recursos disponibles.
- Establecer prioridades de intervención.
- Proponer estrategias.
- Evaluar viabilidad.
- Reunir la información necesaria para actuar.
Requisitos para un Buen Diagnóstico
Un buen diagnóstico requiere:
- Cercanía con la persona.
- Identificación de indicios.
- Toma sistemática de notas.
- Una adecuada programación de entrevistas.
Procesos Complementarios
Además, se desarrollan procesos complementarios como:
- La primera entrevista.
- Los contactos con la familia.
- La búsqueda de información en el entorno.
- La interpretación de evidencias.
Niveles Secuenciales del Diagnóstico Social
Existen tres niveles secuenciales en un diagnóstico social:
- El nivel descriptivo (presenta y sintetiza el problema).
- El nivel causal (explora relaciones causa-efecto).
- El nivel evaluativo (analiza recursos, potencialidades y limitaciones para la intervención).
Niveles del Diagnóstico Social
Los niveles secuenciales de un diagnóstico social permiten organizar y profundizar en el análisis de una situación social compleja.
Nivel Descriptivo
El nivel descriptivo es el primer paso y consiste en detallar la situación del usuario, el contexto y el problema planteado. Es una síntesis clara que recoge los aspectos principales de la realidad analizada, en diálogo con la persona implicada, estableciendo conjuntamente la prelación y priorización de los problemas detectados.
Nivel Causal
A continuación, el nivel causal se centra en interpretar las relaciones posibles de causa-efecto presentes en el problema o situación evaluada. Su objetivo principal es identificar las causas estructurales, sociales o individuales que originan o mantienen las necesidades o problemáticas detectadas.
Nivel Evaluativo
Finalmente, el nivel evaluativo tiene como propósito valorar los recursos disponibles, tanto personales como del entorno, así como las potencialidades y limitaciones existentes para una intervención efectiva. Este nivel permite anticipar el alcance y las condiciones de la acción profesional.
Instrumentos en Trabajo Social
En Trabajo Social, el instrumento o herramienta se define como un medio tangible y concreto que facilita la intervención y acción social, tanto a nivel individual como colectivo. A diferencia de las técnicas, que son procedimientos intangibles basados en normas y habilidades, los instrumentos se utilizan de forma práctica y directa para registrar, analizar y comunicar información relevante durante todo el proceso de intervención. Ejemplos comunes incluyen el diario de campo, las fichas e informes sociales, el genograma, las escalas de valoración o los expedientes del caso. El uso adecuado de estos instrumentos es fundamental, ya que influye directamente en la calidad del diagnóstico y en la eficacia de las decisiones tomadas. Su dominio permite al profesional trabajar de forma rigurosa y sistemática en diferentes ámbitos como el familiar, grupal, comunitario o institucional.
El Informe Social
Entre los instrumentos más destacados se encuentra el informe social, una herramienta profesional con valor técnico y jurídico, que recoge de forma estructurada información clave del caso, incluyendo datos de identificación, diagnóstico, fortalezas, debilidades y un análisis integral de la situación del usuario en áreas como salud, vivienda, educación, relaciones sociales, economía y participación comunitaria. En definitiva, los instrumentos son componentes esenciales que, integrados con las técnicas, permiten una intervención profesional fundamentada, eficaz y adaptada a las necesidades reales de las personas y comunidades.
La Entrevista en Trabajo Social
Mary Richmond, Diagnóstico Social (1917)
La Primera Entrevista
La primera entrevista con un “cliente” puede sufrir modificaciones según diversas circunstancias, tales como la naturaleza o tipo del cometido, el origen de la solicitud de intervención o diagnóstico, el lugar donde se realiza la entrevista, y la experiencia disponible como punto de partida.
La Personalidad del Trabajador Social en la Entrevista
La personalidad del trabajador o trabajadora social en la entrevista es fundamental. Entre las características importantes destacan la objetividad y firmeza, la periodicidad y las técnicas empleadas, así como la comprensión mutua entre entrevistador y entrevistado. Para lograr el éxito en la entrevista, el trabajador social debe tener la actitud adecuada para obtener resultados, predisposición a escuchar y una discreta determinación para buscar más allá de la evidencia, es decir, “leer entre líneas”. También debe orientar al cliente hacia objetivos claros, teniendo en cuenta la visión del cliente y la de las personas que le conocen.
Objetivos de la Entrevista
Los objetivos principales son:
- Escuchar al usuario con atención y paciencia.
- Establecer una buena relación y entendimiento mutuo.
- Conseguir indicios sobre otras fuentes que ayuden a comprender mejor sus dificultades y posibles soluciones.
- Iniciar un proceso de autoestima y autoayuda en el usuario.
Finalidad y Componentes de la Entrevista
La finalidad de la entrevista es obtener datos cualitativos que expliquen cómo la persona vive y entiende su situación, permitiendo que el sujeto relate su historia de forma libre, orientada y con sentido. Esto sirve como base para elaborar un diagnóstico social, diseñar intervenciones ajustadas a su realidad, evaluar procesos de cambio o seguimiento, y sistematizar información en investigaciones sociales.
Los tres componentes básicos de la entrevista son:
1. Propósitos
Clarificar el objetivo de la entrevista (diagnóstico, intervención, seguimiento, etc.) y la direccionalidad del diálogo.
2. Planificación y Encuadre
Preparar el lugar, duración, tipo de preguntas y el registro de la información, considerando si la entrevista se realizará en el domicilio o en la institución.
3. Relación Entrevistador-Entrevistado
Crear un vínculo profesional basado en la ética y el respeto mutuo, considerando emociones, contexto y disposición de la persona.
Tipos de Entrevista en Trabajo Social
Entrevista Profesional
Tiene como finalidad la intervención para provocar cambios en personas o grupos. Se define como la relación interpersonal entre quien solicita un servicio y un profesional competente (Egg, 2003). Puede orientarse a asesoría social, selección y admisión, intervención terapéutica, evaluación y seguimiento, o promoción e inserción laboral.
Entrevista Biográfica
Su objetivo es explorar profundamente la vida del entrevistado, proporcionando información suficiente para mostrar transiciones y conexiones entre eventos importantes de su vida. Busca comprender emociones como gustos, miedos, satisfacciones, angustias, zozobras y alegrías, descifrando la experiencia subjetiva del entrevistado en su contexto vital.
Entrevista Semiestructurada
Se diseña una guía de temas que se usa de forma orientativa, permitiendo apertura e improvisación para alcanzar el objetivo de la investigación. Da libertad para formular nuevas preguntas y respuestas, facilitando un diálogo que traza relaciones temáticas e implica escucha activa para captar matices.
Entrevista de Investigación
Su finalidad es conocer en sentido amplio, usada en disciplinas como antropología y sociología, especialmente en Trabajo Social de investigación.
Implicación del Entrevistador
La implicación del entrevistador puede ser directiva, lo que implica un alto grado de intervención y conducción por parte de quien realiza la entrevista, o no directiva, cuando el grado de intervención y conducción es escaso.
Análisis Documental en la Entrevista
El análisis documental, fundamental en este proceso, se realiza mediante informes, memorias, documentos o evaluaciones, y en él participan los actores implicados, siendo principalmente el entrevistador o profesional del trabajo social. Los niveles de análisis que se contemplan son el nivel consultivo, el nivel informativo, el nivel analítico y el nivel reflexivo.
Pautas para el Trabajador Social Entrevistador
Para el trabajador social que entrevista, se recomiendan ciertas pautas como:
- Generar confianza y empatía con el usuario.
- Escuchar activamente sin interrumpir.
- Usar un lenguaje claro y cercano.
- Evitar juicios y opiniones personales.
- Respetar y valorar toda la información que se recibe.
- Fomentar la participación del usuario.
- Actuar siempre sin prejuicios y con sensibilidad intercultural.
Métodos Clásicos de Intervención: Casos, Grupos y Comunidad
El Trabajo Social de Casos, Grupos y Comunidad se basa en métodos clásicos según niveles de intervención.
Trabajo Social de Casos
El Trabajo Social de Casos, impulsado por Mary Richmond (1917), es un método científico que ayuda al cliente a comprender sus problemas y potenciar su autonomía, pasando por etapas de estudio, diagnóstico y tratamiento.
Trabajo Social Grupal
El Trabajo Social Grupal, desarrollado por Grace Coyle y otros, utiliza la dinámica de grupo para fomentar cohesión, aprendizaje y solución de problemas, beneficiando a los participantes y promoviendo el cambio social. Este método incluye distintos tipos de grupos, como grupos dirigidos, de ayuda mutua y psicoterapéuticos, y sigue fases como planificación, trabajo y evaluación.
Trabajo Social Comunitario
El Trabajo Social Comunitario, reconocido desde el Informe Lane (1939), se enfoca en organizar recursos y fomentar la participación comunitaria para mejorar el bienestar social, especialmente en regiones con desigualdad. Sus objetivos son desarrollar comunidades, impulsar la participación junto a autoridades y gestionar recursos sociales. Entre sus modelos destacan la colaboración entre agentes públicos y privados, la acción política y la planificación social, y contempla la comunidad tanto como objeto de servicios como sujeto activo de cambio. Los procesos incluyen estudio social, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación.
La Supervisión en la Práctica del Trabajo Social
La supervisión, según Berasaluze et al. (2023), basándose en Zamanillo y Puig Cruells, se concibe como una metodología orientada al cuidado profesional y a la mejora continua de la praxis. Esta metodología se basa en situaciones que generan inquietud en los profesionales, ofreciendo un espacio horizontal de diálogo, aprendizaje, investigación y reflexión crítica, que ayuda a comprender mejor los conocimientos, aprender colectivamente, mejorar la toma de decisiones en lo social y transformar la realidad. Puig Cruells (2015) señala que, desde una orientación relacional, el principal objetivo de la supervisión es el conocimiento y manejo de las relaciones. La supervisión puede ser individual, grupal o dirigida a equipos profesionales, y utiliza diversas metodologías, técnicas y herramientas específicas. Se realiza en sesiones planificadas con una periodicidad definida, generalmente quincenal o mensual. En cuanto al perfil del supervisor, este debe contar con formación específica en supervisión, y existen acreditaciones oficiales a nivel europeo, español y por parte de colegios profesionales.
Sistematización de la Práctica en Trabajo Social
La sistematización de la práctica, según Rocío Cifuentes (2019), es un dispositivo para generar conocimiento a partir de la experiencia práctica, con un enfoque participativo y procesual que busca la transformación social. Su objetivo es analizar y aprender de las propias prácticas, ya sean académicas, profesionales o sociales, generando aprendizajes, saberes, conocimientos y conclusiones. En Trabajo Social, esta metodología surgió en Latinoamérica en los años setenta y llegó a España en los noventa, desarrollándose con una diversidad de enfoques y opciones metodológicas. Como forma de trabajo, aunque puede realizarse individualmente, suele llevarse a cabo en grupo o equipo con la presencia de un facilitador o coordinador. Su enfoque es participativo, crítico y analítico, y requiere objetivos claros, ejes de trabajo definidos, así como planificación y temporalidad en la práctica. Como modalidad investigativa, demanda buenos registros de la práctica y la elaboración de un producto final que se comparte, como un informe o dossier.
Satisfactores de Necesidades Humanas Fundamentales
Un satisfactor es un medio o mecanismo que una sociedad utiliza para cubrir una necesidad humana fundamental. Existen distintos tipos de satisfactores según su efecto sobre la satisfacción de esas necesidades.
Satisfactores Violadores o Destructores
Los violadores o destructores son aquellos que anulan la satisfacción de una necesidad y suelen ser impuestos; un ejemplo claro es el machismo.
Pseudosatisfactores
Los pseudosatisfactores generan una falsa sensación de satisfacción y son inducidos, generalmente, por la propaganda, como ocurre con la limosna.
Satisfactores Inhibidores
Los inhibidores son satisfactores cuya satisfacción limita la de otras necesidades y suelen estar ritualizados, como la familia patriarcal.
Satisfactores Singulares
Por otro lado, los satisfactores singulares cubren únicamente una necesidad sin afectar otras, y suelen estar institucionalizados, como los bancos de alimentos.
Satisfactores Sinérgicos
Finalmente, los satisfactores sinérgicos no solo satisfacen una necesidad, sino que además ayudan a cubrir otras, revirtiendo la competencia o la coacción, como sucede con las organizaciones comunitarias.
Clasificación y Tipología de Personas en Trabajo Social
La clasificación y tipología de las personas en Trabajo Social se realiza según varios criterios, entre ellos el desarrollo evolutivo, la naturaleza del problema y el sistema afectado o de intervención. En cuanto a la tipología, se identifican tres grupos principales.
Clientes o Familias en Crisis
Primero, los clientes o familias en crisis, que atraviesan una perturbación temporal causada por un evento estresante que afecta su funcionamiento habitual. Las crisis pueden ser normalizadas, como parte del ciclo vital, o sobrevenidas, es decir, imprevistas. Su intervención se centra en la resolución puntual, contando con redes de apoyo estables.
Clientes o Familias en Exclusión Social
Segundo, los clientes o familias en exclusión social, quienes enfrentan una acumulación de factores de desventaja y vulnerabilidad que dificultan el acceso a recursos. Estos procesos suelen ser multifactoriales y la exclusión puede manifestarse en distintos grados: integración, vulnerabilidad o exclusión total. La intervención en estos casos debe ser amplia y prolongada, debido a la duración y complejidad de las dificultades familiares, y generalmente existe escasez de recursos materiales.
Clientes o Familias Multiproblemáticas
Finalmente, los clientes o familias multiproblemáticas presentan múltiples problemas psicosociales de larga duración, con desajustes en normas, conflictos constantes y dependencia crónica de los servicios. Habitualmente, hay carencias en las redes de apoyo y recursos, lo que genera una alta demanda de servicios y una disfuncionalidad familiar extrema.