Great trade union

Las Consecuencias Sociales (7)


La industrialización y la llegada del capitalismo no trajo la felicidad a todo el mundo como parecía previsible al principio de las revoluciones burguesa e industrial. Los economistas más clásicos como Adam Smith escribieron que el aumento de producción sería beneficioso para la humanidad. Kropotkin (uno de los pensadores del Anarquismo) en la »conquista del pan» escribía que la industrialización, la maquinaria, etc. iba a traernos un tiempo a los seres humanos en los que habría que trabajar dos o tres horas al cabo del día pues supuestamente las máquinas harían que los hombres trabajaran menos. La reducción de la jornada de trabajo y el reparto de beneficios no vendría con la maquinaria, el aumento de producción, etc. Vemos pues que el capitalismo supone un  factore negativo para la población. Hay historiadores que consideran que con la llegada del industrialismo mejoraron las condiciones de vida de la clase obrera. Otros, sin embargo, consideran que las condiciones empeoraron a consecuencia de la industrialización en Inglaterra. Los trabajadores en Inglaterra vivían principalmente en los sótanos de las casas, que eran alquilados a esta gente que venía normalmente del medio rural. Las crónicas nos cuenta que en algunos de esos sótanos vivían 7 u 8 familias con sus respectivos niños y que las epidemias, la hambruna, el frío, afectaban muchísimo a estas gentes. Se sobrepasaba bastante la jornada laboral de 10 horas. El opio era barato y no solo lo tomaban los obreros sino que se lo daban a los niños para que no llorasen. Ante estas consecuencias sociales surgirán una serie de pensadores, la mayoría franceses aunque también algunos ingleses, que entrarán en lo que se llama el socialismo utópico, llamado así porque eran ideas difíciles de poner en práctica. Graco Babeuf con el »Manifiesto de los Iguales». Se considera un comunista primitivo la historia del pensamiento social. Todos sus seguidores acabaron siendo guillotinados en la época de la reacción thermidoriana. Francia e Inglaterra albergan casi la totalidad de los pensadores utópicos que son críticos contra la burguesía y el capitalismo. Analizaban como la burguesía se enrriquecía con la explotación de los trabajadores. Engles fue uno de los que también estudiaron este pensamiento utópico que había sido en cierta medida una de las fuente de las que bebió el marxismo. Es uno de los grandes escritores del siglo XIX de las condiciones de vida de la clase obrera y también por la importancia que tiene a la hora de analizar el socialismo utópico.
Los pensadores:

Owen (1771-1858):

Era un empresario que vivió los acontecimientos de la revolución francesa y la consolidación del capitalismo en los primeros decenios del XIX. creía en la virtud de la educación, en la filantropía patronal, en el cooperativismo, el socialismo mutialista, etc. Es un empresario que en su planta de producción pone bibliotecas, guarderías, etc. Consideraba que un trabajador formado, que descansaba y comía bien, tendría una actitud mejor y estaría mejor. Es el menos utópico de todos porque puso en práctica todas estas apreciaciones en su propia empresa. Influyó en la organización sindical posterior en Inglaterra. El utopismo de Owen radicaba en que intentaba influir en los empresarios no en los obreros, pero claro, los empresarios querían el máximo de beneficios, lógicamente.

El conde Saint Simon (1769-1825)

era un aristócrata del que destacamos su pasión por la ciencia, las ingenierías y el progreso humano que vendría de la mano de empresarios y trabajadores muy laboriosos pero nunca enfrentados como clase social. Defendía la indutrialización. El antagonismo lo entendía como conflicto entre »trabajadores» y »ociosos». Publicó en 1821 »Sobre el sistema industrial».

Charles Fourier (1772-1837)

Exponía una doctrina de interpretación universal, una crítica aguda al capitalismo y una alternativa de asociación voluntaria. Aspiraba a que comunidades llamadas falansterios trajeran la trasformación social por sus formas de vida comunales y cooperativas. Publicó »El nuevo mundo industrial». Los falansterios eran verdaderos palacios. Se parecen a las construcciones actuales de los bloques de viviendas, es decir, muchas viviendas en poco espacio. Criticaba y detestaba la estructura de familia en la sociedad por ser algo burgués y no tener nada que ver con el socialismo. Por eso habla de planta de comedor, planta de invitados, planta  para gente que trabajaría en el comedor, planta para los niños, etc.

El luddismo


un movimiento espontáneo que llevaría a destruir las máquinas que estaban por una parte provocando el paro y beneficiando a los patronos. En un primer momento hablamos de robos y acciones individuales. Se reunían trabajadores y se escribían unas cartas anónimas que firmaban como Swing, un mítico capitán exigiendo utilizar menos máquinas, aumentos de sueldo, etc., diciendo además que quemarían sus casas, fábricas si no lo hacían.

Las Consecuencias Sociales


La industrialización y la llegada del capitalismo no trajeron la felicidad a todo el mundo como parecía visible al principio de las revoluciones burguesas y de la revolución industrial. Hubo gente desplazada y en todo caso muy afectada por estos nuevos procesos políticos y económicos. Los economistas más clásicos habían explicado y analizado que el aumento de la producción sería beneficioso para la humanidad. Algunos escritores como Kropotkin en “La conquista del pan”, hablaba que ya habría tiempo para ir al cine, ir al teatro, ir a formarse, etc., ya que el aumento de la producción y de la maquinaria disminuía el trabajo del hombre.

Los utópicos:


 Babeuf con su “Manifiesto de los iguales” pretendía acabar con el Directorio y restablecer la Constitución de 1793 y la abolición de la propiedad privada. Fue ejecutado cuatro años más tarde. En Francia y en Inglaterra es donde se encuentran la totalidad de los pensadores utópicos. Son sobre todo críticos con el capitalismo, contra la burguesía que ven como se beneficia de la explotación de los trabajadores.

Ludismo:


se trataba primero de robos, incendios, amenazas escrita, realizadas en acciones individuales. Se pasa a la destrucción de máquinas de forma más o menos coordinada. En el primer cuarto del siglo XIX fue una práctica común en Inglaterra y a partir de 1830 se produce una oleada ludista.

El nacimiento del sindicalismo:


partió de los núcleos de artesanos y obreros cualificados. De 1799 y 1800 en Inglaterra estaban prohibidas las asociaciones y hasta 1824 no se producen los primeros sindicatos del tipo Trade Unions. Los sectores más conservadores presionan para que la legislación laboral limite esa libertad de asociación aprobada en 1824. Cinco años después, en 1829, Owen, de regreso de América empezó a impulsar los sindicatos: la Unión de Hiladores surgió en 1830 y la Unión de las Clases Obreras de 1831.

El cartismo:


aparece en una fecha (1838) en la que ya se han constituido los primeros sindicatos modernos como tal. La reivindicación es una carta, conocida como la Carta del Pueblo, con unos puntos y unos objetivos fijos. Funcionó durante 10 años, coincidiendo con la revolución del 48 en Francia, siendo muy reivindicativa.