Impacto Empresarial y Tecnologías Verdes: Estrategias para la Sostenibilidad Global
Introducción
El sector empresarial juega un papel fundamental en la problemática ambiental, pues actúa como agente activo en el mercado de bienes y servicios (finales, intermedios y de producción), presentando una doble acción: por un lado, toma recursos naturales y ambientales para valorizarlos económicamente e introducirlos en el mercado, influyendo en los consumidores para su adquisición en contextos comerciales globalizados, con indicadores de alta competitividad, sostenibilidad y productividad. Por otro lado, la aplicación de tecnología, en su mayoría no amigable, conduce a la biosfera a una devolución de residuos y desechos tóxicos, convirtiéndose en una entropía que, lógicamente, deteriora su capacidad útil.
En este sentido, el medio ambiente se ha concebido como uno de los elementos definitorios de la supervivencia. Este factor delimita las funciones empresariales en cuanto a la productividad de los recursos, la implementación en la obtención de bienes y servicios, y las consecuencias cuantitativas y cualitativas en torno a la utilización de materias primas, entre otros aspectos, que reducirán o ampliarán su campo de acción dentro de un sector determinado (Montoya, 2006).
En esta tarea titánica, diversos organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales (ONG) se han abocado, entre otros, a la adopción de Tecnologías Medioambientales (TMA) para reducir las emisiones atmosféricas industriales. Esto incluye regulaciones y políticas de orden ecológico en la búsqueda de sinergias o círculos virtuosos que faciliten un desarrollo sostenible, minimizando el impacto ambiental del crecimiento económico en países abiertos al comercio internacional.
Según la Comisión Europea, las tecnologías medioambientales incluyen las tecnologías integradas, que impiden la generación de contaminantes en el proceso de producción, y las tecnologías de final de proceso, que reducen la emisión al medio ambiente de los contaminantes ya producidos. También pueden incluir nuevos materiales, procesos de producción eficientes en cuanto a recursos y energía, conocimientos medioambientales y nuevos métodos de trabajo.
La mejora constante de la protección medioambiental no solo supone un reto que las empresas deben afrontar, sino una necesidad que obliga a una búsqueda continua de nuevos sistemas de organización, procesos y tecnologías aplicadas, con el propósito de obtener el máximo nivel de calidad y eficacia en la estrategia empresarial, minimizando el impacto negativo en el ecosistema.
Muchos países latinoamericanos se están enfrentando rápidamente a problemas de este tipo. Con la creciente demanda de energía y de servicios de transporte, industria o agricultura, entre otros, se ven obligados a tomar decisiones importantes sobre tecnología, como la sustitución de sus reservas de capital para proporcionar esos servicios.
Por lo tanto, la transferencia de estas tecnologías y prácticas ocurre constantemente a nuestro alrededor, principalmente a través de negociaciones e inversiones directas del extranjero. El papel del sector empresarial es clave en este proceso, pero los gobiernos pueden desempeñar un rol importante al influir en la calidad y cantidad de la transferencia de tecnología.
La transferencia de tecnologías amigables con el medio ambiente incluye herramientas y servicios “blandos”, como consultoría, asesoría técnica y legal, y entrenamiento, entre otros. Esto resulta en una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y ayuda a evitar los impactos del calentamiento global.
Este artículo pretende contrastar el impacto de las tecnologías en el medio ambiente, considerando algunos fundamentos teóricos y el comercio internacional. Asimismo, busca estimar la transferencia y difusión de tecnologías amigables en mercados mundiales, con el fin de lograr: crear un entorno atractivo para la inversión en proyectos relacionados con tecnologías amigables con el medio ambiente; aumentar la conciencia sobre las opciones de tecnología amigable; y buscar oportunidades de inversión que involucren estas tecnologías, combinando el desarrollo de las naciones con las agendas ambientales, y asegurando que la dotación de recursos naturales disponibles en el planeta se mantenga.
1. Caracterización de las Tipologías de las Empresas ante la Variable Ambiente
Es conveniente ubicar la postura de las organizaciones frente al posicionamiento ambiental. Para ello, Fundación Entorno (2001), citada por Azqueta (2002, p. 270), menciona las siguientes tipologías actitudinales:
- Negativas: En este grupo se encuentran aquellas empresas que consideran la preocupación con respecto al medio ambiente, y las medidas que genera, como un elemento de distorsión que dificulta sus operaciones convencionales, reduciendo la obtención de beneficio. En este particular, los empresarios consideran que el medio ambiente se convierte en un verdadero detractor de la rentabilidad del negocio, apareciendo como una amenaza a sus resultados financieros. Siguiendo a Welford (1996), las caracteriza como “ostras” o “resistentes”.
- Positiva-indiferente: El medio ambiente no es una variable relevante para la empresa, aunque de vez en cuando se ve obligada a tomar algún tipo de medidas forzada por la situación. En ella entran aquellas corporaciones que solo actúan frente a los problemas ambientales cuando se ven obligadas a hacerlo. Serían las “Why me” (¿por qué yo?) y las “lagarto” (conscientes de los retos ambientales pero incapaces de hacerles frente).
- Reactiva: Empresas que se ven directamente afectadas por la normativa ambiental, debido al hecho de pertenecer a un sector sensible, pero a pesar de ello no adoptan un comportamiento activo en relación al asunto. Este tipo de organización actúa a favor del medio ambiente fundamentalmente para cumplir la legislación aplicable y responder a las demandas de las administraciones y regulaciones competentes. Son las llamadas empresas “pensativas”.
- Proactiva: En este caso la empresa integra la variable ambiente a sus procedimientos de gestión, ya sea para adelantarse a los acontecimientos o para explorar lo que percibe como ventajas de mercado. A este grupo se le conoce como empresas anticipativas.
- Líder: De este lado entran las empresas que ven la preocupación social con respecto al medio ambiente como una oportunidad de potenciar su propia línea de negocios. Es decir, estas corporaciones pretenden continuar ocupando el sitial preponderante en el sector al que pertenecen, a través de la implementación de sistemas de gestión cónsonos con el ambiente. Ellas reciben el nombre de empresas “entusiastas”.
Las tres primeras tipologías corresponden a las que adoptan posturas pasivas ante el medio ambiente, mientras que las dos últimas mantienen una conciencia ambiental, pues reaccionan de manera positiva, activa y proactiva ante esta situación de cambio.
1.1. Posicionamiento Ambiental de la Empresa
Entre los vectores relacionados con la actitud positiva frente a la variable medio ambiente, Azqueta (2002) considera los siguientes:
- Ahorro de costos: Al minimizar el daño ecológico, las empresas pueden lograr una posible reducción de los costos de producción, al mejorar la eficiencia de los procesos productivos y la utilización de materias primas y energía. Sin embargo, en ciertas ocasiones, este ahorro no es percibido como tal, pues algunas empresas consideran que adoptar medidas que benefician el ambiente representa un costo adicional. Por el contrario, dicho ahorro sustancial en ocasiones se produce ya sea por un rediseño del proceso productivo que reduce la utilización de materias primas, agua y energía, así como la producción de residuos.
La implementación de medidas de prevención de la contaminación o “Producción Más Limpia”, y la certificación ISO 14001, han representado ahorros para las empresas, sin contar el grado de conciencia y estímulo para los involucrados, así como los beneficios ambientales por reducciones importantes en el volumen de aguas residuales, combustibles fósiles y, en general, un mejor aprovechamiento de materiales.
Cumplimiento de la normativa: Al adoptar una serie de prácticas de protección del medio ambiente, se hace necesario cumplir con normas establecidas de carácter nacional e internacional, a fin de evitar sanciones que implican no solo un costo monetario, sino también la pérdida de imagen corporativa y credibilidad institucional, lo que se traduce en la caída del valor de sus acciones y activos en el mercado. Esto puede desintegrar la gestión estratégica del negocio con el desarrollo medioambiental. Reducción de riesgos: La empresa, al invertir en minimizar los riesgos ambientales, puede concebirse como una decisión encaminada a reducir sus costos, pues debe ser previsiva en cuanto a las posibles eventualidades que puedan surgir en materia ambiental. Presión de los demandantes: La empresa puede verse impelida por las exigencias de sus propios clientes. Por un lado, las empresas pueden verse empujadas a adoptar medidas ambientalistas por la presión de las empresas que contratan con la afectada, ya sea para el suministro de materias primas e insumos productivos, o para el suministro de servicios, y que desean mostrar una imagen positiva frente al medio ambiente. Los consumidores pueden demandar un comportamiento responsable ante las exigencias del entorno, y por último, el sector público puede ejercer presión dentro de sus políticas de contratos y concesiones, introduciendo criterios transparentes de responsabilidad ambiental en el proceso de selección de proveedores, contratistas y subcontratistas.A modo de explicación, las grandes empresas son al mismo tiempo socios comerciales de las empresas más pequeñas, ya sea en calidad de clientes, proveedores, subcontratistas o competidores. Estas deben ser conscientes de que sus resultados sociales pueden verse afectados por las prácticas de sus socios y proveedores a lo largo de toda la cadena de producción.
Una apuesta de futuro: Mantener una imagen ambientalista ante sus clientes, proveedores, comunidad y demás grupos de interés, permite ganar terreno de acuerdo con la segmentación del mercado y las preferencias de los consumidores finales en relación con las de sus competidores, evitando así la pérdida de mercado.Bajo la creciente presión de ONG y grupos de consumidores, cada vez más empresas y sectores adoptan códigos de conducta en materia de condiciones laborales, derechos humanos y aspectos medioambientales, dirigidos en particular a sus subcontratistas y proveedores. Lo hacen por diversas razones, especialmente para mejorar su imagen empresarial y reducir el riesgo de que los consumidores reaccionen negativamente.
Presión de los trabajadores: El impacto ascendente de las políticas ambientalistas puede lograr en la masa laboral un mayor índice de identificación con los objetivos organizacionales, así como atraer y retener el talento humano dentro de los parámetros de productividad efectiva. Por otro lado, si la empresa asume medidas de atenuación de los impactos negativos, las fuerzas clave con respecto a las presiones ambientales de tipo legislativo y normativo que atenten contra la integridad e imagen corporativa se verán fortalecidas.En términos generales, las empresas interactúan con el entorno físico local. Algunas dependen de un entorno limpio (aire puro, aguas no contaminadas o carreteras descongestionadas) para su producción u oferta de servicios. Puede existir también una relación entre el entorno físico local y la capacidad de las empresas para atraer trabajadores a la región donde están radicadas.
Por otro lado, las empresas pueden ser responsables de diversas actividades contaminantes: polución acústica, lumínica y de las aguas; contaminación del aire y del suelo; y problemas ecológicos relacionados con el transporte y la eliminación de residuos. Por ello, las organizaciones con mayor conciencia de las cuestiones ecológicas realizan a menudo una doble contribución a la educación medioambiental de la comunidad.
2. Tecnologías Medioambientales
En el contexto de la globalización actual, ninguna política industrial, comercial o de servicios, al igual que la social, tendrá éxito si desconoce la necesidad de incorporar los principios del desarrollo sostenible como guías del crecimiento económico. Atrás quedaron las épocas en las cuales se usufructuaban los recursos naturales y se producía al máximo sin considerar el impacto ambiental que se generaba. En estos tiempos, es necesario adoptar métodos apropiados de gestión del medio ambiente como respuesta a los drásticos cambios en los sistemas de producción de las industrias, en los canales de comercialización de productos y en las redes de distribución de servicios, así como la afectación que produciría cualquier inserción tecnológica en el colectivo social en el presente siglo y en los venideros.
Aunque no existe punto de discusión sobre la necesidad de aplicar en cualquier cálculo económico los efectos de implementar una política de desarrollo sostenible, se plantea un dilema básico sobre la ventaja que poseían los países desarrollados para impulsar su proceso de industrialización, dada la flexibilidad de la política ambiental reinante en ese entonces, frente a los requerimientos que deben enfrentar los países en desarrollo en términos de sacrificios de crecimiento económico para garantizar la supervivencia del planeta. Esto es parte de la denominada “deuda ecológica”.
Acosta (1997), en su conferencia titulada “El medio ambiente, víctima de la ciencia y tecnología moderna”, sostiene: “Nos corresponde vivir una época de prosperidad que hemos llamado moderna por los últimos descubrimientos científicos y tecnológicos en las ciencias biológicas, bioquímicas y biofísicas, que han hecho posible al hombre lograr lo que antes no dejaba de ser un sueño, una ilusión. Es así como hemos podido llegar a encauzar la naturaleza, a explorar el porqué de los acontecimientos, así como su interrelación”.
En ese particular, la tendencia hacia la globalización se manifiesta en el aumento del comercio internacional y la libre circulación de bienes, servicios y capitales; en la creciente importancia de las inversiones extranjeras; en la interconexión de los mercados financieros; y en el papel preponderante que asumen las empresas multinacionales en el conjunto de la economía mundial.
Esta economía global se caracteriza por mercados financieros, transferencias internacionales de capital y tecnologías, innovaciones, adquisición de materia prima, capital humano calificado y competencia abierta entre empresas mundiales. En ella, las organizaciones recorren fronteras en busca del equilibrio entre la ciencia y la aplicación de la tecnología, yendo más allá de la rentabilidad económica que implica ese proceso, procurando reducir la posibilidad de efectos negativos en el entorno que frenen la aceptación social de sus actividades.
La tecnología es, en general, la causa de diversos problemas medioambientales y, a la vez, la clave que permite solucionarlos. Las tecnologías contaminantes están minando nuestros recursos vitales básicos: el agua limpia, el aire fresco y el suelo fértil. Sin embargo, en todos los sectores (económicos, transporte, energía, industria y agricultura), hay nuevas tecnologías medioambientales disponibles o están naciendo para remediar esta situación. En la última década, gracias a nuevas soluciones técnicas, se ha podido eliminar gradualmente materiales peligrosos, nocivos o escasos y sustituirlos por otros menos escasos y más seguros (Cotec, 2003).
Las tecnologías ambientales son aquellas que preservan la biodiversidad del ecosistema a través de la aplicación tanto de alta como de baja tecnología, cuya utilización sea menos dañina desde el punto de vista medioambiental que las alternativas pertinentes. En el marco del desarrollo sostenible, potenciar el grado de tecnología inherente a las aplicaciones de baja tecnología es tan importante como potenciarlo en las aplicaciones que ya son de alta tecnología.
Las tecnologías medioambientales son tan comunes y diversas en nuestra economía que es muy difícil definirlas con precisión. Su definición varía con el tiempo, debido a que toda tecnología que mejora la actuación medioambiental existente es una tecnología medioambiental. Las tecnologías medioambientales se ven principalmente impulsadas por planteamientos medioambientales, entre ellos la legislación.
Toda inversión supone, sin embargo, una elección entre tecnologías más o menos medioambientales. Esto es cierto incluso tratándose de tecnologías cuya finalidad principal no es el medio ambiente. Las tecnologías medioambientales son, a menudo, doblemente positivas y permiten a la vez un aumento de la actuación medioambiental y una mejora del rendimiento económico.
La disminución del consumo de recursos o de los desechos, como las emisiones contaminantes, puede reducir el impacto sobre el medio ambiente. También puede resultar ventajosa para la empresa al reducir sus gastos energéticos y de eliminación de residuos, disminuyendo así los insumos y los gastos de descontaminación. Distintas empresas han determinado que un menor consumo de materias primas puede redundar en un aumento de la rentabilidad y competitividad.
Informes emitidos por Cotec (2002) presentan que, para la reducción de emisiones atmosféricas industriales, se disponen de tecnologías medioambientales (TMA), algunas ya implantadas comercialmente y otras en desarrollo, que se podrían catalogar en dos grandes bloques:
- TL (tecnologías limpias): Actúan sobre el proceso o sobre las materias primas; por ello, a veces, se denominan también medidas primarias.
- TC (tecnologías de corrección): Actúan sobre las emisiones propiamente dichas; sobre los gases de escape o residuales (medidas secundarias, sin que ello signifique que sean menos importantes).
2.1. Mercados Medioambientalistas
En los países industrializados como Estados Unidos, Japón y Alemania, en los últimos años se ha incrementado el mercado medioambiental, aportando un mayor porcentaje al PIB (Producto Interno Bruto).
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a escala internacional, el mercado ambiental durante el año 2000 alcanzó los 347 mil millones de euros, de los que un tercio corresponde al mercado de la Unión Europea. En la distribución geográfica del mercado medioambiental, se destaca que el 90% del mercado mundial se concentra en tres grandes zonas: Estados Unidos, Europa y Japón.
De ese conglomerado, se desglosa que Norteamérica representa el 40% del mercado medioambiental mundial, y el europeo el 32%. La alta cuota de mercado de estos países se ha debido al temprano desarrollo de normativa medioambiental y al control ejercido por las administraciones para su cumplimiento. Esto ha supuesto una ventaja competitiva, pues se desarrollaron tecnologías medioambientales innovadoras exportables a otros países.
Un dato aportado por la organización antes mencionada arroja que, en los mercados medioambientales menos desarrollados, las actividades relacionadas con la gestión del agua tienen mayor peso relativo, mientras que en los mercados más desarrollados la prevención de la contaminación o la gestión de residuos son más importantes.
El mercado europeo se ubica en un lugar preponderante dentro del sector de la gestión de la contaminación y las tecnologías y productos más limpios, donde la ecoindustria está bien situada para continuar disfrutando del crecimiento macroeconómico del mercado mundial, tal como lo apunta la Comisión Europea, especialmente en renglones como las infraestructuras de tratamiento de agua, las aguas residuales, las tecnologías de control de la contaminación atmosférica y los bienes y servicios relacionados con las energías renovables.
El fomento de la nueva tecnología medioambiental en Europa contribuye al desarrollo sostenible en el mundo, si se comparten estas nuevas tecnologías. Tal como lo plantea la Comisión Europea (CE), la ecoindustria de la Unión Europea puede ayudar a los países candidatos a resolver sus propios problemas medioambientales. Sin embargo, la CE alerta sobre “el hecho de que las tecnologías obsoletas (las de la fabricación ‘llave en mano’) no vayan a parar a países en desarrollo, cuya legislación medioambiental sea más permisiva y pueda resultar perjudicial para otros países. Por lo tanto, es conveniente difundir las soluciones tal como se establece mediante el Protocolo de Kioto. También hay posibilidades para promover centros de tecnología “apropiada” y “medioambiental” que pueden ayudar a difundir tecnologías medioambientales adecuadas a las necesidades locales”.
2.2. Evaluación del Impacto Ambiental dentro de los Acuerdos Comerciales
A nivel mundial, América Latina ha sido obviada en cuanto a las políticas de comercio y ambiente bajo la modalidad de tratados internacionales. Es menester evaluar los efectos negativos y positivos que se manifiestan en la liberalización comercial. Como primera distinción, es conveniente presentar brevemente la Revisión del Impacto Ambiental (RIA) y la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) a través de documentos oficiales emitidos por los organismos competentes.
En ese sentido, el Proyecto Integración, Comercio y Ambiente (INCA, 2000) contempla que el enfoque de la RIA se refiere a una revisión ex ante a la entrada en vigencia de los tratados comerciales, donde se estiman impactos potenciales del acuerdo propuesto con el fin de identificar medidas correctivas ya desde la etapa de negociación del acuerdo. Esta revisión intenta adelantarse a los efectos ambientales adversos para minimizarlos o eliminarlos, así como identificar aquellos efectos positivos para potenciarlos con las disposiciones dentro o paralelas al tratado.
Sin embargo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, 2000) cuestiona el proceso de evaluación y apunta que frecuentemente las revisiones se realizan para cumplir con requerimientos mínimos y en respuesta a la opinión pública, más que como un medio para identificar prioridades e integrar los resultados en el proceso de toma de decisiones.
2.2.1. Elementos Generales de las Revisiones de Impacto Ambiental (RIA)
Al realizarse la revisión, cada país establece los criterios para definir aquellos casos en que un acuerdo comercial será sujeto de revisión ambiental. De la misma manera, la naturaleza y el alcance de las revisiones diferirán entre los países según sea el tipo de políticas comerciales o acuerdos.
Las revisiones enfrentan una serie de retos metodológicos debido a su carácter anticipado a la ejecución completa del acuerdo comercial (OCDE, 1999):
- Existe una gran incertidumbre sobre las consecuencias económicas de los acuerdos de libre comercio, tanto a nivel económico (ampliamente definido) como sobre los efectos dentro y entre sectores, y la distribución geográfica de los cambios en la asignación de recursos.
- Las revisiones, dado su carácter específico al abordar un acuerdo particular, enfrentan el reto de trazar dos tipos de vínculos de causalidad:
- Relación causal entre las nuevas obligaciones comerciales y los efectos económicos específicos ligados a esas obligaciones.
- Relación causal entre los cambios económicos inducidos por el comercio y el correspondiente impacto o cambio ambiental.
- Desafío de identificar correlaciones convincentes entre los datos económicos y los impactos ambientales.
Los pasos a seguir en la RIA son los siguientes:
- Notificación Oficial: El primer paso consiste en hacer una notificación oficial de que una Revisión Ambiental tendrá lugar, con el objetivo de recibir comentarios y sugerencias por parte de la sociedad civil, comités y organizaciones interesadas.
- Delimitación: Se lleva a cabo la identificación de los temas a ser evaluados en profundidad, seguida de una priorización de los asuntos identificados, donde se seleccionan aquellos que serán objeto de una evaluación de impacto ambiental detallada, y se eliminan los temas poco relevantes para el caso específico. Para realizar la delimitación se sugiere usar tanto análisis cualitativos (luego de identificar los flujos de comercio entre los países participantes y con el resto del mundo) como cuantitativos (determinación de las principales categorías de exportación e importación entre los países a partir de datos disponibles para realizar un análisis de equilibrio parcial sobre el impacto del Tratado de Libre Comercio (TLC)).
- Evaluación de los efectos económicos: Una vez hecha la delimitación de los sectores, se realiza una estimación de los efectos económicos del TLC en aspectos como importaciones, exportaciones, producción y empleo, comparado con una base de lo que ocurriría en ausencia del acuerdo. Esta fase del proceso generalmente incorpora la utilización de modelos de equilibrio general computarizado.
- Análisis del Impacto Ambiental de la RIA: El análisis de impacto ambiental considera los efectos provocados por los cambios en la política comercial en tres aspectos:
- Efectos Regulatorios: La Revisión Ambiental debe determinar los impactos que el acuerdo comercial tiene sobre las leyes y regulaciones ambientales. Como ejemplos de estos impactos se citan: la habilidad de mantener, fortalecer y aplicar leyes, regulaciones y políticas sobre el control de la contaminación; el control de materiales y desechos peligrosos; la protección de los recursos naturales, especies silvestres y en peligro de extinción; los estándares de productos relevantes para la salud humana, la sanidad y el ambiente; el control y regulación de pesticidas; la seguridad alimentaria; y la capacidad otorgada al público para obtener información en relación con el ambiente.
- Efectos Ambientales relacionados con los cambios económicos: La revisión debe examinar hasta qué punto los impactos ambientales pueden derivarse de cambios económicos resultantes del acuerdo comercial. Los impactos ambientales se deben analizar en comparación con una base. Lo anterior significa que la comparación debe considerar los cambios que probablemente ocurrirían en la economía y el ambiente, aun en ausencia del acuerdo. Una vez identificados los impactos ambientales significativos, debe realizarse un análisis de opciones para mitigar los impactos negativos y crear o ampliar los impactos positivos. Las opciones deben incluir cambios en las posiciones negociadoras y medidas fuera del acuerdo comercial, incluyendo posibles cambios o adiciones a leyes ambientales relevantes, regulaciones, políticas y otras medidas existentes. Además, se deben evaluar los costos y beneficios asociados a cada opción de mitigación del impacto ambiental.
- Efectos Transfronterizos y sobre los Recursos Comunes: El análisis abarcará (cuando el país lo considere oportuno) el impacto sobre recursos comunes como la calidad del aire, el agua, las áreas protegidas, las especies en peligro de extinción, las aves migratorias e impactos transfronterizos.
Instituto de Investigación Universidad del Zulia (LUZ) Maracaibo- Venezuela.
La estrategia de Ciencia y Tecnología se ha considerado fundamental e importante para sentar las bases de una nueva articulación entre todos los sectores, incluyendo el ambiental. Por tanto, el desarrollo científico y tecnológico debe orientarse a mejorar la situación socioeconómica existente, utilizando el potencial humano y los recursos naturales disponibles con una visión de largo plazo e integral. En este proceso, es importante la intervención del Estado en cuanto al manejo de políticas transparentes y bien explícitas que controlen y regulen el cumplimiento de las negociaciones que se materializan a través de los Tratados de Libre Comercio y todo lo que a ordenanza ambiental se refiere, a corto, mediano y largo plazo.
Banco de Preguntas Ambientales
2. ¿Qué contenidos principales debe tener un plan de manejo?
Diagnóstico, propuesta de zonificación, programas y proyectos, indicadores de impacto y gestión y modelo de gestión propuesto para el área protegida.
3. ¿Qué es un diagnóstico?
Son las condiciones actuales: sociales, económicas, políticas, ambientales; entre otras del área en protección. En conclusión, es la línea base.
4. ¿Qué es el ambiente?
Es el espacio que nos rodea, donde se desarrolla la vida, abarca también seres vivos, y elementos no vivientes como el agua, suelo, aire, estableciendo relaciones entre ellos y los elementos intangibles como es la cultura.
5. ¿A qué se denomina ecosistema?
Es una unidad formada por factores bióticos o seres vivos y abióticos o componentes que carecen de vida, en la que existen interacciones vitales, fluye la energía y circula la materia.
6. ¿Qué es biodiversidad?
Bio: significa vida. Diversidad: significa variedad. Por lo tanto, biodiversidad o diversidad biológica es la variedad o riqueza de seres vivos de un ecosistema.
7. ¿Qué es la restauración ecológica?
La restauración ecológica es el proceso de ayudar al restablecimiento de un ecosistema que se ha degradado, dañado o destruido, trata de devolver al ecosistema perturbado a un estado lo más parecido posible a su condición natural y sin que necesite en el futuro de más intervenciones humanas.
8. ¿Qué es la conservación?
Son las diferentes formas de proteger y preservar el futuro de la naturaleza, el medio ambiente o específicamente algunas de sus partes como flora, fauna, ecosistemas, los valores paisajísticos, entre otros.
9. ¿Qué es el uso sostenible?
Es el uso racional de los recursos naturales y el ambiente, garantizando la persistencia de las especies y los ecosistemas y mejorando la calidad de vida de las poblaciones, para el beneficio de la presente y futuras generaciones.
10. ¿A qué se denomina área natural protegida?
Son porciones del territorio nacional, terrestres o acuáticas, representativas de los diferentes ecosistemas donde el ambiente original no ha sido modificado en su esencia por la actividad del hombre y que están sujetas a regímenes especiales de protección, conservación, restauración y desarrollo.
11. ¿Qué son los recursos naturales?
Los recursos naturales son aquellos bienes que pueden obtenerse de la naturaleza sin mediar la intervención de la mano del ser humano. Estos tienen una influencia positiva en la economía local al ayudar a su desarrollo y satisfacer las necesidades de la población.
12. ¿En qué se clasifican los recursos naturales?
Se clasifican en renovables y no renovables.
13. ¿Qué son los recursos naturales no renovables?
Son aquellos que, una vez consumidos, no pueden regenerarse de forma natural en una escala de tiempo humana.
14. ¿Qué son los recursos naturales renovables?
Son los recursos que pueden regenerarse mediante procesos naturales, de manera que, aunque sean utilizados, pueden seguir existiendo siempre que no se sobrepase su capacidad de regeneración.
15. ¿Qué es un problema ambiental?
Un problema ambiental es cualquier alteración que provoca desequilibrio en un ambiente dado, afectándolo negativamente. En nuestros días, el principal factor de deterioro ambiental es la actividad no planificada del ser humano.
16. ¿Qué es la gestión ambiental?
Es una serie de actividades, estrategias y políticas dirigidas a manejar de manera integral el ambiente de un territorio determinado y así contribuir con el desarrollo sostenible del mismo.
17. ¿Qué es la contaminación?
La contaminación es el deterioro del ambiente como consecuencia de la presencia de sustancias perjudiciales o del aumento exagerado de algunas sustancias que forman parte del medio.
18. ¿Qué es un contaminante?
Son las sustancias que causan el desequilibrio del ambiente y pueden encontrarse en el aire, en el agua y en el suelo.
19. ¿Qué es un desecho?
Es todo aquello que resta de lo que utiliza el ser humano para su beneficio propio y que posteriormente es vertido de alguna manera en el ambiente; se le conoce también como basura.
20. Mencione 3 tipos de desechos y dé un ejemplo de cada uno de ellos.
- Peligrosos: Desechos de origen biológico, por ejemplo, material radiactivo y residuos médicos infecciosos.
- Electrónicos: Provienen de artefactos tecnológicos que han agotado su vida útil o se han vuelto obsoletos. Ejemplo: un computador dañado.
- Domiciliarios: Producidos por la familia en su propia casa. Ejemplo: desechos de cocina.
21. ¿Qué es la zonificación del área protegida?
Es la identificación de categorías para macrozonas, subzonas y microzonas para la conservación, protección, restauración y uso sostenible de la tierra.
22. ¿Qué son los programas y proyectos de un área protegida?
Son las acciones que se van a implementar para el manejo adecuado del área protegida.
23. ¿Qué significan los indicadores de impacto del área protegida?
Es lo que se va a monitorear o evaluar para verificar el manejo adecuado del área protegida (flora, fauna, agua, carbono).
24. ¿Qué son los servicios ambientales?
Son bienes y servicios que las personas obtenemos a partir de los recursos de la naturaleza, a los cuales estamos directamente vinculados ya que en su mayoría son requerimientos para la vida, tales como: recreación, provisión de agua, aire y alimentos. Además, brindan otros servicios vinculados a la protección contra desastres naturales como huracanes, el control de plagas, inundaciones y deslizamientos.
25. ¿Qué es la capacidad de carga?
Es la existencia de un umbral poblacional a partir del cual las relaciones con el medio ambiente se convierten en insostenibles, afectando así los procesos de la naturaleza.
26. ¿Qué es el agua?
El agua es fuente de vida. El 80% del planeta es agua, pero menos del 1% de esta es agua dulce, es decir, apta para uso doméstico, industrial o comercial y turístico. El agua es importante: el 70% de nuestro peso corporal es agua, por ello el ser humano, las plantas y los animales serían incapaces de crecer sin ella.
27. ¿Cuáles son las consecuencias de contaminar el agua? Cite 3 aspectos.
- Destrucción de ecosistemas acuáticos debido a la extrema toxicidad de los desechos industriales.
- Generación de enfermedades en la población humana, como hepatitis, cólera y disentería.
- Efectos nocivos en el desarrollo de las especies debido a la debilitación de su sistema inmunológico.
28. ¿Cómo podemos aportar al cuidado y conservación del agua? Cite 3 aspectos.
- Usar el agua de manera adecuada: cierra la llave si no la estás usando.
- No verter al drenaje sanitario: solventes, productos químicos, aceites comestibles y automotrices usados, gasolina, diésel, pinturas y otros líquidos corrosivos.
- Aplicar las “R” de la cultura ambiental.
29. ¿Qué es el suelo?
Son las diferentes capas de material orgánico y no orgánico que componen la corteza terrestre y sobre las cuales se desarrolla la mayor parte de los ciclos vitales conocidos. Puede estar cubierto por agua, como en los océanos o mares.