Infraestructura Hídrica y Saneamiento en Perú
La transforman rápidamente en una fuente de agua altamente contaminada que es muy difícil de tratar. El agua es llevada hasta la planta La Atarjea dentro de los límites de la Ciudad de Lima. La Atarjea es una completa planta de tratamiento, diseñada para tratar 15 metros cúbicos de agua por segundo. Debido a la naturaleza de las dificultades en el tratamiento de la fuente de agua, esta planta queda limitada a 9 metros cúbicos por segundo, es decir, el 60 por ciento de su capacidad real. Esto es preocupante, dado que la planta provee el 60 por ciento del agua para Lima.
Proceso de Tratamiento en La Atarjea
El pretratamiento consiste en una succión con filtro, sedimentación primaria y precloración antes de que el agua pase a través de un gran depósito de almacenamiento con una capacidad de 50.000 metros cúbicos. Luego el agua de la reserva va a instalaciones de sedimentación primaria y secundaria, es filtrada a través de arena, clorada y se dirige a los depósitos de almacenamiento antes de entrar en el sistema de distribución. La operación de esta planta de tratamiento es extremadamente difícil.
Sistema de Distribución y Pérdidas
El sistema central tiene grandes conductos de alimentación que van hacia diferentes áreas, que luego son divididos en cañerías de servicio para áreas individuales separadas. Tal como se mencionó, las pérdidas de agua están entre el 20 y el 40 por ciento. La mayoría de estas pérdidas, probablemente se deban a griferías, válvulas y conductos primarios rotos o con pérdidas dentro de la ciudad, que tienen entre 40 y 60 años de antigüedad y son deficientes. Al conducir por la ciudad, resulta común ver áreas inundadas debido a conductos rotos. Parece que se le presta poca atención a su reparación.
De las 765.000 conexiones totales existentes, solo 400.000 reciben actualmente un servicio diario regular. Los otros están sujetos a frecuentes cortes y limitaciones. Hay pocos esfuerzos o incentivos para conservar el agua y no hay ningún esfuerzo directo ni inspecciones que aseguren la ausencia de interconexiones en instalaciones hogareñas, empresariales o comerciales.
Almacenamiento y Suministro Alternativo
Debido a la frecuente escasez de agua, casi todos los servicios hídricos tienen algún tipo de instalación de almacenamiento, desde la más sencilla y pobre hasta la construcción más amplia y mejor realizada. Están abiertas y no están protegidas y están sujetas a la contaminación local. Los servicios de camiones cisterna son comunes y es muy probable que ocasionen problemas. Los camiones cisterna públicos y privados llenan sus tanques de agua en puntos de almacenamiento designados en el sistema, y luego los transportan a las áreas periféricas. Generalmente este es el servicio hogareño en estas zonas, donde cada persona tiene que comprar su agua. El servicio de transporte de agua puede ser un peligro para la población suministrada, debido a la posible contaminación del contenido del tanque o del contenedor del dueño de casa.
Saneamiento y Uso de Aguas Residuales
En el sur de Lima, hay un uso extensivo de agua residual sin tratamiento y de afluentes de lagunas para diferentes tipos de riego, incluso para jardines. Se desconoce si estas aguas residuales son utilizadas en el hogar.
En los poblados jóvenes de la costa, hoy al igual que en el periodo de la epidemia, la gente se provee de agua mediante camiones de distribución, y sus desechos son enterrados, donde y cuando sea posible.
Abastecimiento de agua y necesidades de tratamiento en Perú (pesos en toneladas métricas)
En las áreas urbanas de las grandes ciudades peruanas, los sistemas de cloacas tienen una serie de deficiencias, y la descarga de los colectores generalmente es utilizada como fuente de agua de riego sin tratamiento y prácticamente sin ningún control. Como resultado, hay un alto nivel de contaminación en los productos agrícolas alimenticios, especialmente los vegetales.
En las áreas marginales de las ciudades y en áreas rurales, los habitantes sin acceso a sistemas de remoción de excrementos defecan al aire libre, y sus heces, de una u otra forma, se convierten en puntos de contaminación de alimentos.
Contexto de la Epidemia de Cólera: Informe USAID
No es de sorprender entonces, que un informe especial preparado por una misión en Perú de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) en mayo de 1991 (Water and Sanitation for Health, (WASH), Haratani y Hernández, 1991) a partir de la epidemia de cólera en Perú, que analizaba la infraestructura, el abastecimiento de agua, la remoción de excrementos y el alcantarillado en Perú, resumiera y confirmara esta situación con las siguientes palabras claras y verdaderas:
Las condiciones del suministro y tratamiento del agua en Perú han sido descriptas y caracterizadas como a la espera de que suceda un desastre en cualquier momento. La epidemia de cólera que Perú y otros países están sufriendo solo le pone un nombre al desastre. En cierto sentido, la naturaleza, según su propio sentido evolutivo, frío y deliberado, se está cobrando su parte de una deuda que el mundo no ha pagado, una deuda en la forma de inversiones inadecuadas en las infraestructuras de agua y de tratamiento y en la educación sanitaria, que es una parte inseparable de ellas (Haratani y Hernández, 1991)
Esta dolorosa pero justa observación describe la condición del suministro de agua y de disposición de los excrementos en las áreas urbanas y rurales del país. La responsabilidad por estos programas cae sobre el Ministerio de Salud y el Ministerio de Vivienda y Construcción.
Cloración y Calidad del Agua Antes del Brote
Antes del comienzo del brote de cólera, se hacía una cloración regular solamente en Cajamarca. En todas las otras ciudades, o no había desinfección o era esporádica y realizada sin control de calidad, con equipos inadecuados y falta de dinero y suministros. Más aún, el deterioro del sistema público, la baja presión y los continuos cambios de presión en el sistema de distribución, las muchas conexiones encubiertas y las prácticas inadecuadas de almacenamiento de agua en los hogares, exponían al agua a un riesgo de contaminación de largo plazo.
El nivel más bajo de cloración antes del brote de cólera se daba en la ciudad de Iquitos, con 0,1 mg/l. La condición del tratamiento del agua potable y del sistema de distribución era muy similar al de Lima: alta contaminación de la fuente de agua; dificultad para administrar y mala calidad del sistema; falta de control de procesos; aplicación irregular del cloro; una red en malas condiciones, con roturas, pérdidas y la combinación de aguas tratadas y usadas; la falta de control de calidad previo al brote; la creación de conexiones encubiertas, la descarga de drenajes sin ningún tipo de tratamiento.
La parte más importante del informe de USAID acerca del agua potable en Lima y otras ciudades costeras fue que, antes del brote de cólera, no había ningún monitoreo regular del sistema en busca de residuos de cloro para fines bacteriológicos, y aparentemente ninguna organización era responsable, y que (y esto es lo más grave de todo) esto ya se había manifestado en un informe interno de la autoridad sanitaria (DIGESA, 1984). Este informe encontró que en Chimbote, por ejemplo, había 15 pozos operacionales y una fuente a la superficie. Solo dos pozos estaban correctamente clorados. Asimismo, la planta de tratamiento de Chimbote, completamente equipada, no funcionaba correctamente debido a un diseño y construcción deficientes, funcionamiento inapropiado y la falta de control de calidad y registros.
Todos los estudios de la provisión de agua promovidos por el brote, confirmaron que justo antes de la epidemia de cólera, los sistemas urbanos de abastecimiento de agua no funcionaban apropiadamente en las ciudades costeras (Trujillo, Chimbote y Lima, entre otras ciudades analizadas) y selváticas (principalmente Iquitos), lo que resultaba en la producción y distribución de agua potable de mala calidad (ver también Alfaro Alvarez et al., 1994; Aurazo, 1991; Vázquez, 1991). Es decir, el agua estaba desinfectada de forma insuficiente, o sencillamente no desinfectada, antes de su distribución a la población.