Juan Luis Vives y la Reforma de la Asistencia Social: Un Legado para el Trabajo Social Moderno
Juan Luis Vives: El Socorro de los Pobres y la Génesis de la Asistencia Social Moderna
Juan Luis Vives (Valencia, 1492 – Brujas, 1540) fue un célebre humanista y pensador. Es reconocido como el primer tratadista en abordar la pobreza desde una perspectiva sociológica, revelando las limitaciones de la concepción medieval de la caridad en la asistencia a los necesitados.
Su obra fundamental, El Socorro de los Pobres (1526), formula la imperiosa necesidad de la secularización de la asistencia a los menesterosos. Esta obra se estructura en dos libros:
Libro I: Tratado sobre la Pobreza
- La Indigencia Humana: Material, Espiritual y Moral. Vives atribuye la pobreza del ser humano a la carencia de recursos morales, que, a su juicio, provienen de la indigencia. Esta carencia moral se manifiesta en la falta de criterios éticos, lo que agrava el problema de la pobreza. En este contexto, Vives apela a la solidaridad de los ricos, fundamentada en los principios del cristianismo.
- Exhortación a la Caridad y la Justicia Social. El autor ruega por la caridad de los ricos ante la necesidad de los pobres. Sostiene que la ayuda a los desfavorecidos debe provenir tanto de la tradición católica, a través de la caridad, como de una modernización en la forma de abordar la pobreza, incorporando la justicia social. Por primera vez, se aborda la función social de la riqueza, justificando la asignación de recursos para ayudar según las necesidades individuales. Vives también exhorta a los pobres a aceptar su situación de precariedad económica.
- Amonestación y Reeducación de los Pobres. Vives concibe la pobreza como un problema social que requiere no solo ayuda, sino también la reeducación de los pobres. La educación es vista como un medio para fomentar la acción social de los desfavorecidos, mediante el acompañamiento y la acogida en sus procesos. Sin embargo, también los exhorta a conformarse con su pobreza, al considerar que esta les es enviada por un Dios justísimo a través de un juicio oculto.
- El Deber al Trabajo de los Pobres. Para que las personas puedan sostenerse con sus propios recursos y actividades, Vives enfatiza el trabajo como el camino hacia el sustento propio y la integración plena en la sociedad como participantes activos.
En resumen, en el primer libro, Vives reflexiona sobre la indigencia material, espiritual y moral como una característica inherente al hombre, atribuyéndola al desorden introducido por el pecado original.
Libro II: Normativo y Programa de Acción Social
- Intervención de los Poderes Públicos Municipales. Este libro propone una respuesta a la pobreza de carácter político, solicitando la implicación de los ricos a través de la caridad, pero, fundamentalmente, responsabilizando a las autoridades municipales. Vives aboga por que los pobres trabajen en organismos bajo la supervisión de estas autoridades como solución.
- Identificación de los Pobres. Se propone la creación de un censo de asilados, mendigos y pobres. El objetivo de esta identificación era tanto satisfacer las necesidades de los desfavorecidos como ejercer un control sobre ellos. En la época de Vives, esta tarea comenzaba a ser asumida por organizaciones civiles.
- Mantenimiento de los Pobres: El Trabajo Obligatorio. Se establece que el trabajo obligatorio debe ser una característica central, donde cada individuo realice una actividad para la cual esté capacitado. La escolarización se presenta como un elemento clave para apartar a los niños de la calle y evitar que sean explotados por mendigos.
- Colegios de Censores. La escuela es concebida como un potente espacio socializador y un segundo hogar para el cuidado de los niños. Se promueve la intervención de compañeros, la profesionalización y la creación de instituciones preparadas para abordar los problemas de la infancia.
En esta segunda parte, Vives expone una propuesta de acción social como solución al problema de la pobreza, lo que representa una reforma significativa respecto a las acciones previas. Defiende la intervención de los poderes municipales en la asistencia a los menesterosos, responsabilizando a las autoridades públicas de la resolución de este problema. La clave de su sistema de reforma residía en el trabajo obligatorio para todo aquel que pudiera trabajar. Estas estrategias debían ir precedidas de un control que permitiera distinguir entre pobres «verdaderos» y «falsos». Con la implementación de estas estrategias, la limosna dejaría de ser necesaria y, por ende, lícita, ya que aquellos que no pudieran trabajar recibirían ayuda municipal.
Libro II: Normativo y Programa de Acción Social
(Sección duplicada del documento original)
- Intervención de los Poderes Públicos Municipales. Este libro propone una respuesta a la pobreza de carácter político, solicitando la implicación de los ricos a través de la caridad, pero, fundamentalmente, responsabilizando a las autoridades municipales. Vives aboga por que los pobres trabajen en organismos bajo la supervisión de estas autoridades como solución.
- Identificación de los Pobres. Se propone la creación de un censo de asilados, mendigos y pobres. El objetivo de esta identificación era tanto satisfacer las necesidades de los desfavorecidos como ejercer un control sobre ellos. En la época de Vives, esta tarea comenzaba a ser asumida por organizaciones civiles.
- Mantenimiento de los Pobres: El Trabajo Obligatorio. Se establece que el trabajo obligatorio debe ser una característica central, donde cada individuo realice una actividad para la cual esté capacitado. La escolarización se presenta como un elemento clave para apartar a los niños de la calle y evitar que sean explotados por mendigos.
- Colegios de Censores. La escuela es concebida como un potente espacio socializador y un segundo hogar para el cuidado de los niños. Se promueve la intervención de compañeros, la profesionalización y la creación de instituciones preparadas para abordar los problemas de la infancia.
En esta segunda parte, Vives expone una propuesta de acción social como solución al problema de la pobreza, lo que representa una reforma significativa respecto a las acciones previas. Defiende la intervención de los poderes municipales en la asistencia a los menesterosos, responsabilizando a las autoridades públicas de la resolución de este problema. La clave de su sistema de reforma residía en el trabajo obligatorio para todo aquel que pudiera trabajar. Estas estrategias debían ir precedidas de un control que permitiera distinguir entre pobres «verdaderos» y «falsos». Con la implementación de estas estrategias, la limosna dejaría de ser necesaria y, por ende, lícita, ya que aquellos que no pudieran trabajar recibirían ayuda municipal.