La Configuración Jurídica del Patrimonio: Deudas, Activo, Pasivo y Teorías Fundamentales
Las Deudas en el Patrimonio
Se debate doctrinalmente si las **deudas** deben considerarse integradas en el **patrimonio** o si deben calificarse como un elemento externo a él, previo a su determinación concreta. En todo caso, evidentemente, las deudas constituyen un factor de disminución del valor económico del conjunto patrimonial que, restado de este, daría el resultado correspondiente.
En términos teóricos, lo más razonable es defender que las deudas, aunque sea como mero elemento pasivo, forman parte del patrimonio y que, por consiguiente, la determinación de este requiere distinguir entre **“patrimonio bruto”** y **“patrimonio neto”** o, lo que es lo mismo, distinguir entre **“activo”** y **“pasivo”** del conjunto patrimonial de que se trate.
Mas, en definitiva, la cuestión planteada solo tiene consecuencias prácticas al preguntarse sobre qué debe ocurrir en el caso de que se transmita un conjunto patrimonial a otra persona: ¿se transmiten también las deudas? La regla general debe ser la respuesta afirmativa, pues, en rigor, el valor real de cualquier conjunto patrimonial no puede venir dado solo por los **bienes y derechos** de una determinada persona, sino también por las **deudas y obligaciones** que tengan que ser afrontadas por el titular del patrimonio. A tal efecto, es indiferente que se trate de un **patrimonio personal**, o de cualquier **patrimonio separado** o **colectivo**; el activo correspondiente quedará vinculado, desde el punto de vista de la responsabilidad, a las correspondientes deudas.
Regulación de la Transmisión de Deudas en el Derecho Español
Sin embargo, la posición que se adopte desde la teoría debe ser contrastada con las opciones normativas que tome el legislador en relación a conjuntos patrimoniales concretos y así, en nuestro Derecho:
La **herencia** se contempla como transmisión *mortis causa* de un conjunto patrimonial en el que suceden los herederos tanto en los **bienes y derechos** cuanto en las **deudas y obligaciones** que no tengan **carácter personalísimo**.
En la **donación** de todos los bienes del donante, nuestro Código sienta la premisa de que las deudas inherentes a tales bienes solo se entenderán transmitidas al donatario si las deudas fueron contraídas antes de la donación o si esta se hizo en **fraude de acreedores**.
El Patrimonio Personal: Emanación de la Personalidad
En el siglo XIX se populariza la teoría de que toda persona tiene un patrimonio y que todo patrimonio requiere la existencia de un titular, lo que permite hablar de **patrimonio personal** o general de la persona. Así, el **patrimonio personal** es el conjunto de **bienes y derechos** de cualquier persona (o, mejor, de toda persona) por el mero hecho de serlo, sin requerirle atributo complementario alguno. La posición de estos autores es conocida como la **teoría clásica** (o, también, **personalista** o **subjetiva**), y parte de la base de que “la idea de patrimonio se deduce directamente de la de personalidad”, en cuanto es “una **emanación de la personalidad** y la expresión del **poder jurídico** de que una persona, en cuanto tal, es investida”.
El acercamiento entre la personalidad (o **capacidad**, incluso en el sentido de **capacidad para adquirir** o **capacidad patrimonial**) y el patrimonio es de tal naturaleza e intensidad que estos autores formulan una serie de proposiciones concatenadas que pueden enunciarse así: únicamente las personas propiamente dichas o jurídicas tienen patrimonio, un **patrimonio necesario** y **no transmisible** y solo tienen uno; no hay ninguna persona que tenga más de un patrimonio.
Teoría del Fin u Objetiva del Patrimonio
Otros autores, los defensores de la **teoría del fin** u **objetiva**, tratan de resaltar el aspecto objetivo o la consideración objetivista del patrimonio. Consideran que este no puede confundirse con la propia **capacidad patrimonial** de las personas, sino que es necesario atender no solo al **patrimonio general** de la persona, al **patrimonio personal**, sino también a cualesquiera otros conjuntos de **bienes y derechos** a los que legalmente se les otorgue **autonomía e independencia**. La **noción de patrimonio** debe quedar en una posición subordinada respecto del sujeto de la persona. Los conjuntos patrimoniales atribuidos a una persona no tienen por qué ser **ni uno ni intransmisibles** tal y como pretende la teoría clásica.