La realidad del grupo y la identidad social

La realidad del grupo

5. Respecto a la creencia de que el grupo es una falacia, encontramos distintos puntos de vista. Desde el científico, solo identificamos como realidad, aquella que distinguimos a través de los órganos de los sentidos. Es por esto mismo que se dice que el grupo tiene una realidad, una existencia más allá de la que tienen los individuos que lo forman.

A medida que pasa el tiempo, la prueba de realidad del grupo pasa de ser un hecho físico (el grupo está formado por individuos), a convertirse en un hecho social de primer orden, en el que los individuos se constituyen, perciben y organizan en una categoría social cuya razón de ser se aleja de los elementos que la componen.

El indicador de realidad en los grupos, son las consecuencias que éste tiene para sus componentes, para los que forman y componen otros grupos, y para el entorno en el que suceden y se insertan todas estas relaciones grupales.

Para destacar algunos de los rasgos falsos que se han creído durante mucho tiempo, encontramos:

  • Es un paradigma que se ha considerado al individuo como la única unidad de análisis en la investigación grupal. (INDIVIDUALISMO PSICOLOGISTA).
  • Ha centrado su interés en los estímulos inmediatos obviando el contexto y las consideraciones históricas (PRESENTISMO AHISTORICISTA).

Ha mostrado claramente su preferencia por indicadores y datos observables (EMPIRICISMO).

  • Se ha inclinado por factores explicativos únicos más que por factores múltiples (MOLECULARIDAD). Este es un paradigma que sólo concede realidad a aquello que se deja observar, medir, cuantificar y manipular. Para de esta manera demostrar que lo único real que hay en un grupo son sus individuos, todo lo demás es pura fantasía.

Lo más peligroso de estas ideas, es que cuando nos centramos solo en el individuo, podemos correr el riesgo de negar evidencias palmarias, olvidarnos del contexto, obviar la situación, responsabilizar sólo al sujeto de sus aventuras/desventuras, olvidándonos de que todas estas tienen influencia sobre nosotros.


Cuando Allport analiza la mente colectiva o conciencia de un grupo distinta y separada de las mentes de los individuos que forman parte de este, no existe, solo existen ideas, pensamientos y hábitos que se repiten en cada mente de manera individual.

Decir que el grupo tiene una realidad y una existencia más allá de la que tienen los individuos que lo conforman, solo aclara dudas a aquellos que todavía siguen creyendo que desde el punto de vista científico, la única realidad es la que percibimos mediante los sentidos. Todas las preguntas acerca de la conducta social humana se sitúan a lo largo de un continuo que va desde lo biológico a lo sociológico, a través de lo psicológico y lo psicosociológico respectivamente.

“Decir que un grupo se define por la interacción no equivale a decir que la interacción lo es todo en la vida del grupo”.

La identidad de grupo

6. La identidad de grupo se refiere a la percepción de uno mismo y de los demás como miembros de un mismo conjunto de individuos, el reconocimiento de esa identidad y la consiguiente transformación del comportamiento anteriormente individual a uno colectivo en línea con la perspectiva de la identidad social.

1) se define la pertenencia al grupo o categoría por compartir una serie de propiedades.

 2) el miembro individual representa a la categoría y posee una serie de características críticas que definen al grupo.

 3) el grupo es la suma de sus miembros individuales, no puede tener características que no posean los individuos.

 4) la existencia del grupo se da en la mente de los individuos que lo perciben.

5) implica una simplificación del mundo social pero también se da una ganancia en la información. Así esta última característica tiene dos consecuencias contrarias: por una parte se pierden los detalles individuales, pero se añade información adicional a través de las expectativas asociadas a la categoría social


6. En la estructura de los grupos, las expectativas, los roles y la dominancia juegan un papel importante en la dinámica y el funcionamiento de los mismos. Las expectativas son fundamentales para que los miembros puedan prever el comportamiento de los demás y tomar decisiones en consecuencia. Los roles, por su parte, definen las conductas esperadas de cada miembro en función de su posición en el grupo. Y la dominancia, se refiere al poder y control que algunos miembros pueden tener sobre otros. La teoría de las expectativas nos indica que la esperanza y la posibilidad de cada persona en el desempeño de sus tareas dependen de las características del grupo y de sus miembros. Por lo tanto, es importante que los miembros sean conscientes de estas características para poder actuar en consecuencia y cumplir con sus expectativas. Según Shaw (1979) el rol es «el conjunto de conductas esperadas, que se vinculan con una determinada posición en el grupo, constituyendo el rol social o, simplemente, el rol del ocupante en dicha posición». Es decir, el rol define las conductas esperadas de cada miembro según su posición en el grupo. Dentro de los roles, la dominancia puede analizarse desde diferentes perspectivas. Desde el modelo biosocial etológico de Mazur (1985), se considera la dominancia en función de las características físicas, fuertes o débiles. También se pueden analizar los rasgos de personalidad que influyen en la predominancia de alguien o algo, como el deseo de ganar o perder. Existen diferentes tipos de roles en los grupos, como los de tarea, socioemocionales e individuales. Además, existen roles prescritos, impuestos, realizados, ideales, informales, desempeñados, funcionales, formales, generales, específicos, espontáneos, individuales y grupales. Sin embargo, a veces surgen problemas con los roles, como la ambigüedad en su definición, el conflicto de roles debido a expectativas contradictorias o la falta de auto reflexión personal.

En conclusión, las expectativas, los roles y la dominancia son aspectos clave en la estructura de los grupos. Los miembros deben ser conscientes de estas dinámicas para poder actuar en consecuencia y cumplir con las expectativas del grupo. Además, es importante tener en cuenta que pueden surgir problemas relacionados con los roles, y es necesario abordarlos para garantizar un funcionamiento óptimo del grupo.


7. Las normas son un pilar fundamental de la estructura social (Forsyth, 1999), como tal cumplen con una variedad de funciones; desde funciones organizativas y conductuales, hasta funciones motivacionales, emocionales o cognitivas. A su vez estas surgen por medio de distintas vías, su rechazo supone consecuencias y se relacionan con otros conceptos, como la cultura grupal o la identidad social. Asimismo, muchos significados distintos son atribuidos a las normas; pudiendo ser entendidas, por ejemplo, como: expectativas, demandas o lo que es apropiado, verdadero o saludable. Pero, dentro de la variedad de significados, que construye nuestro entendimiento de las normas, Rommeveit (1965) considera tres como los más importantes: a) la norma social como uniformidad de conducta, b) la norma como presión social, y c) la norma como interpretación de la realidad. La norma social como uniformidad de conducta hace referencia a que los miembros de un grupo se manifiestan de manera similar, tanto verbal como conductualmente, y se relaciona con las consecuencias de las normas. La norma como presión social, por su parte, puede ser entendida como un conjunto uniforme de direcciones, que se impone a la fuerza sobre el grupo (Festinger et al., 1950). Desde este significado las normas se relacionan con los mecanismos de poder, que configuran a los grupos, y los factores que propician su mantenimiento. Por último, la norma como interpretación de la realidad quiere decir que la norma actúa como un “marco de referencia”; cumpliendo de este modo una función cognitiva, al ser un modelo preestablecido de como percibir los fenómenos del mundo.

Volviendo al tema de las funciones que cumplen las normas; en primer lugar, a nivel conductual, nos encontramos con la influencia directa, modificándola, e indirecta, influyendo en las actitudes, que ejercen sobre la conducta (Fishbein y Ajzen, 1975). También, hay que decir que las normas prescriben las actitudes y comportamiento que uno tiene que mantener, para formar parte de un grupo y no otro (Terry y Hogg, 1996); relacionándose con los significados antes presentados. Claro está, la existencia de normas contradictorias en los grupos (como “ayudar a los demás” y “no meterse en los asuntos de los demás”), lleva a dudar de la intervención de las normas en nuestra conducta. A esta duda responden Cialdini y sus colaboradores (1991), quienes ponen el grado de atención focalizada, que alguien tiene sobre una norma, como el principal motivo para su cumplimiento.


Por otro lado, muy relacionada con la conducta, tenemos la función organizativa de las normas; las cuales permiten la correcta coordinación de actividades, entre los miembros del grupo, y la regulación de la conducta productiva. Con respecto a esto último, Goodman et al. (1987) comenta que son varios los aspectos que regulan las normas; siendo estos: los resultados, el esfuerzo, los procedimientos para realizar una tarea, el mantenimiento del grupo y la interacción entre los miembros. También, es necesario mencionar que las normas pueden atenuar los conflictos entre los miembros, ayudando con la interacción, de igual modo, reducen el miedo y la inseguridad de los miembros; todo esto desde su función emocional. Yendo con otro tema, hay que hablar de los procesos de creación de las normas; en relación con estos, Opp (1982) distingue tres tipos de normas: las institucionales, impuestas por un líder grupal o una autoridad externa, las voluntarias, que son el resultado de una negociación grupal, y las evolutivas, que suelen surgir a partir de la influencia reciproca entre los miembros del grupo. Añadiendo a esto, tenemos que la mayoría del corpus de investigación muestra que las personas que no aceptan las normas grupales son rechazadas por el resto de los miembros del grupo. Queriendo explicitar la relación de las normas con otros conceptos, hablamos de la cultura grupal. La cual es definida como un conjunto de normas, que se han desarrollado con el tiempo y son mantenidas, pero no necesariamente compartidas, por los miembros de un grupo; estas son usadas para dar sentido y estructura a las accione propias y ajenas (Golden, 1992). La cultura grupal está caracterizada por el conocimiento que las personas tienen del sistema social al que pertenecen y por las costumbres, que sirven para comunicar y validar ese conocimiento. Con todo resulta un tema muy poco estudiado. En conclusión, las normas son esenciales en el mantenimiento y creación de los grupos, hasta el punto de que no se puede hablar de grupos sin normas. Las funciones que cumplen son muchas, al igual que las formas de entenderlas. También, son variadas las vías para su creación y unánime es la idea de que su incumplimiento no se ve positivamente