Leasing vs. Renting: Diferencias, Ventajas y Cuál Elegir para Financiar Activos
¿Qué es el Leasing?
El leasing es un contrato de arrendamiento financiero en el que una entidad adquiere un bien y lo pone a disposición de un tercero, en este caso, una empresa. Este contrato permite financiar el 100% del importe de adquisición del bien. Se pagan intereses mensuales por la cantidad financiada y, una vez agotado el plazo del contrato, se ofrece una opción de compra al arrendatario.
Estos contratos de leasing suelen requerir la formalización de un préstamo asociado, a un tipo de interés más elevado que la referencia de los tipos de interés hipotecarios. Además, en la mayoría de los casos, se exige la formalización de seguros que cubran la integridad y el funcionamiento del bien.
Desventajas del Leasing
- La propiedad del bien no se transfiere hasta que se ejercita la opción de compra.
- El coste financiero es mucho más elevado que otras fórmulas habituales.
- Las ventajas fiscales que ofrece el leasing, como la amortización acelerada del inmovilizado, simplemente difieren el Impuesto de Sociedades o el IRPF a futuros ejercicios, por lo que no existe un ahorro fiscal neto.
- Si la empresa realiza una actividad sujeta al IVA, esta fórmula encarece la operación, dado que el leasing siempre va sujeto a IVA. Por ejemplo, el leasing nunca será un buen método de financiación para una academia de idiomas.
La cuota residual que permite la compra definitiva del bien se ejercita en un plazo superior a los dos años en todos los casos y suele calcularse en función de la vida útil del elemento. Por ejemplo, comprar equipos informáticos mediante leasing no tiene sentido para adquirirlos después de cuatro años, dado que el desfase tecnológico provocará que la opción de compra genere inmovilizado inútil para la empresa.
¿Qué es el Renting?
Por contra, el renting es un contrato de alquiler de inmovilizado que se puede llevar a cabo con una entidad financiera o bien con la propia empresa fabricante de dicho inmovilizado. Los contratos de renting tienen unas características de «llave en mano». En el caso de vehículos, por ejemplo, se incluye en el coste del alquiler el importe del seguro, reparaciones, posibilidades de sustitución y otro tipo de ventajas adicionales, como la sustitución inmediata en caso de avería.
Dado que las coberturas de los contratos de renting son mucho mayores, su coste monetario es superior, pero no se está pagando en ningún momento carga financiera, aunque, como cualquier alquiler, también está sujeto a IVA.
¿Por qué el Renting Puede Ser una Opción Más Adecuada?
Actualmente, adquirir un contrato con una deuda asociada y obligarse al pago mensual de un inmovilizado no es una buena idea en muchos casos. Especialmente cuando compramos inmovilizado que se deteriora y devalúa con el tiempo, la opción de compra y la propiedad final no tiene ningún sentido. El riesgo y ventura del bien que adquirimos va a determinar claramente qué opción es mejor.
Por ejemplo, si financiamos maquinaria, equipos informáticos o vehículos mediante leasing, en caso de rotura o avería, la responsabilidad de la reparación es nuestra y no tendremos ningún tipo de posibilidad de cambio del bien. Por contra, en el caso de un renting, el riesgo y ventura de la avería pasa al arrendador, por lo que si se avería un coche, una máquina o un equipo informático, se tendrá derecho al cambio automático del bien por otro o a no pagar la reparación.
Los avances tecnológicos y las necesidades de la empresa se cubren mejor con un contrato de renting, dado que aumenta la flexibilidad en los cambios. Imaginemos que se necesita cambiar de coche en dos años por uno superior. Un contrato de renting lo permite sin problemas, uno de leasing no, dado que la resolución anticipada del leasing tiene condiciones muy restrictivas.
Conclusión: Leasing vs. Renting
Como conclusión, en caso de necesitar adquirir inmovilizado, siempre recomiendo estudiar las alternativas posibles al leasing, como el renting, por ejemplo, dado que es una vía de financiación del inmovilizado más segura y con mayores garantías para todas las partes.
Partes que Intervienen en un Contrato de Leasing
Dador
Es el propietario del bien dado en leasing. Puede ser una entidad financiera, una sociedad o un conjunto de ellas. Siempre puede ceder los créditos actuales o futuros, por canon o precio de ejercicio de la opción de compra. Esta cesión no altera, de ningún modo, los derechos del tomador.
Tomador
Es el usuario del bien, el que dispone del uso del objeto dado en el leasing, teniendo la facultad de optar por la compra de acuerdo con lo establecido en el contrato. Posee los siguientes derechos y obligaciones:
- Los gastos ordinarios y extraordinarios de conservación y uso, incluyendo seguros, impuestos y tasas que recaigan sobre los bienes.
- El tomador puede usar y disfrutar del bien objeto del leasing, conforme a su destino, pero no puede venderlo, ni disponer de él. Puede arrendar el bien objeto del leasing, salvo pacto en contrario. En ningún caso puede pretender derechos sobre el bien que impidan o limiten alguno de los derechos del dador.
- Solo puede trasladarlos con conformidad expresa del dador, otorgada en el contrato o por acto escrito posterior.
- El tomador no puede sustraer los bienes muebles del lugar en que deben encontrarse, de acuerdo con lo estipulado en el contrato.