Reflexiones Críticas sobre ‘Viaje a la Libertad Económica’: Economía, Estado y Empleo según Lacalle (Parte III)
TERCERA PARTE DEL LIBRO: VIAJE A LA LIBERTAD ECONÓMICA
El autor realiza una pequeña introducción en la que expresa que para él lo más importante es crear o emprender individualmente antes que trabajar para el colectivo, y que las cosas las tienes que cambiar tú mismo, o nadie lo hará. También explica sus vivencias en diferentes países, donde ha aprendido mucho de todos ellos. Estoy de acuerdo con el autor en este pequeño resumen de su introducción.
CAPÍTULO 25
El autor expone que el gasto público en inversiones de gran coste es una ruina para la población; al principio parece un beneficio para el ciudadano, pero a largo plazo genera más deuda. También sostiene que la sanidad pública no es gratuita, porque la pagamos con antelación mediante impuestos. Afirma que España gasta mucho dinero en funcionarios y empleados públicos en comparación con otros países. Asimismo, contamos con una administración de justicia lenta y cara. Sostiene que el intervencionismo solo ha generado más corrupción en la Administración y el mal uso del dinero público.
Estoy de acuerdo con el autor en que las grandes inversiones sin pensar en el largo plazo son un suicidio económico. Aunque puedan ofrecer beneficios inmediatos, si se realizan sin una planificación adecuada o sin considerar todas sus consecuencias, a medio o largo plazo acabarán generando deuda que pagarán todos los ciudadanos por culpa de la mala gestión de los gobernantes, quienes a menudo actúan con un objetivo electoralista.
No me parece muy correcta la reflexión del autor sobre la sanidad. Considero que cuando pagas impuestos, el objetivo es que se te garanticen una serie de derechos inherentes al ser humano, como lo es la salud pública y universal. Ésta sólo se consigue financiándola con impuestos. El autor compara este sistema con países como Suiza, donde todo funciona muy bien con seguros médicos privados hasta que alguien no puede pagárselo y tiene que acudir al Estado para que le cubra la asistencia médica. Para mí, esa es la hipocresía del sistema capitalista. Si el Estado no se hace cargo, como sucede en Estados Unidos, el paciente queda desatendido porque es tratado como un cliente y no como una persona con un derecho fundamental.
Tiene razón el autor al afirmar que el Estado gasta mucho dinero en empleados públicos, quizás no tanto en funcionarios de carrera, sino en cargos políticos o de confianza en ayuntamientos, el Congreso, etc., donde hay personas cobrando un sueldo muy elevado para la poca o nula labor que realizan para el conjunto de los ciudadanos. A menudo, los funcionarios son los más perjudicados, a quienes les reducen el salario.
El intervencionismo no tiene por qué traer consigo la corrupción. Si quienes mandan y ocupan los cargos son personas responsables y trabajan para el pueblo, no debería haber corrupción. Pero si se produce un sistema clientelista y de amiguismo en la administración, dirigido por personas sin escrúpulos, la corrupción tiene lugar. Considero que los pueblos que votan a corruptos y ladrones son cómplices de ello.
CAPÍTULO 26
El autor, Daniel Lacalle, opina que emigrar para trabajar en otros países no es un fracaso, sino algo enriquecedor que beneficia a las personas y a los países en general. Según el autor, en España tenemos miedo a crear nuestro propio trabajo o emprender debido a una cultura que nos enseña a «colocarnos» en un puesto fijo y a no arriesgar. Sostiene que la administración no debe intervenir en el mercado de trabajo y que bajar impuestos es una medida adecuada para reducir el desempleo, porque las familias aumentan el consumo y ello activa la economía. Además, Daniel considera que implantar el salario mínimo es una medida antisocial y condena al paro a muchos trabajadores.
En mi opinión, emigrar a otros países para trabajar porque en tu propio país no hay empleo es algo frustrante, y nadie quiere dejar atrás a su familia y amigos. En España es cierto que no es algo muy común crear nuestro propio trabajo, pero no todo es emprender. El empleo es un derecho fundamental y no un juego con el que arriesgar. No estoy de acuerdo con el autor, ya que pienso que la administración sí que tiene que intervenir en el mercado laboral para facilitar la tarea de encontrar trabajo y ofrecer diversas soluciones al empleado o desempleado. Además, el salario mínimo es una garantía que tienen los trabajadores para recibir un sueldo digno, aunque en algunas ocasiones debería ser más elevado.
CAPÍTULO 27
Según Daniel Lacalle, el intervencionismo y las llamadas políticas de crecimiento no funcionan y solo generan más pobreza; afirma que el liberalismo es el sistema más eficaz. También expone que la crisis no se soluciona dando más crédito ni subiendo impuestos, sino atrayendo inversores y convirtiendo deuda en capital.
No estoy de acuerdo con el autor. La actividad del Estado en la economía y las políticas públicas, si se llevan a cabo y se gestionan bien, tienen como objetivo único mejorar el bienestar de los ciudadanos. Si no se concede crédito, no se beneficia la creación del propio empleo que el propio Daniel defiende. La subida de impuestos tiene sentido si esos impuestos sirven para asegurar una serie de servicios públicos a la población y si tienen carácter progresivo: a más renta, más impuestos, como es lógico.
CAPÍTULO 28
La idea principal que explica el autor es que, para el buen funcionamiento de la economía, es necesario y fundamental que los impuestos sean bajos, atrayendo así a inversores y empresas de otros países. Ello facilita también que las empresas locales no se vean incentivadas a abandonar el país.
Los impuestos, a mi juicio, no deben ser ni muy altos ni tampoco muy bajos. Si son muy altos, se ahoga a empresas y familias, reduciendo el consumo; si son muy bajos, se reduce consecuentemente la calidad de los servicios públicos. Por otro lado, está claro que unos impuestos más bajos atraerán a empresas del extranjero.
CAPÍTULO 29
El autor establece que en España es muy complejo y difícil crear una empresa o negocio propio, con un amplio proceso burocrático de por medio. La creación de empleo debe venir del sector financiero o de servicios y de la creación de pymes. La administración tiene que facilitar, y no obstruir, la inversión en nuestro país.
Estoy de acuerdo con el autor. En España, políticos, economistas, etc., proclaman que se debe emprender y crear el propio negocio, pero luego las barreras son amplias y el riesgo de fracaso es altísimo por las pocas ayudas para salir adelante. La creación de pymes es muy importante y, de hecho, son uno de los pilares de nuestra economía que dan empleo a muchos trabajadores. Por supuesto, la administración y los gobiernos tienen que facilitar la inversión y la creación de empleo.