Región Funcional en Geografía: Concepto, Evolución y su Impacto Territorial

La Región Funcional: Concepto, Evolución y su Impacto Territorial

A partir de la década de 1950, la ciencia geográfica experimenta una profunda mutación tanto teórica como metodológica, afectando los contenidos y enfoques clásicos de la disciplina y otorgándoles un sentido más especulativo y deductivo. Esta nueva orientación, conocida como Geografía Teorética o Nueva Geografía, impulsa una renovación en el planteamiento de los estudios regionales.

El influyente artículo de Schaefer, «Exceptionalism in Geography», marcó el punto de partida para esta renovación conceptual. En este contexto, la Geografía Regional se justifica al servir como fuente de información y ámbito de experimentación o verificación de leyes y modelos teóricos elaborados por la Geografía Teórica.

La región se define como un espacio individualizado donde se combinan elementos físicos y humanos. Sin embargo, el papel de la actividad humana resulta el más destacado como modelador y conformador de la región, pudiendo incluso aparecer como un factor exclusivo o casi exclusivo.

En este contexto, la región se caracteriza por las funciones expresas de las estructuras que dirigen o influyen en la organización del territorio. En definitiva, mientras que en épocas pasadas el concepto de región se establecía por la existencia de uniformidad física y humana, en esta nueva etapa el elemento determinante es la presencia de interrelaciones que enlazan diversos componentes de un territorio, creando una red de flujos a partir de la cual se organiza una determinada estructura espacial.

Así, surge la región funcional, donde el criterio de unidad cobra especial importancia. Se busca individualizar la superficie o el espacio terrestre en conjuntos que presenten unidad, cohesión entre sus partes y un claro principio de organización y funcionamiento.

El Rol de la Ciudad en la Región Funcional

El proceso de crecimiento urbano, iniciado a partir del siglo XVIII y derivado de la Revolución Industrial en los países occidentales, se ha generalizado hasta el presente, constituyendo uno de los rasgos más característicos de nuestra sociedad. En estas áreas, la ciudad ha adquirido un papel creciente en todos los órdenes. Su importancia radica en que alberga un elevado número de personas y se ha convertido en el ente ordenador y organizador de los espacios circundantes, vinculados a ella.

Este hecho fue puesto de manifiesto por Dickinson hace varias décadas, quien afirmó que la verdadera originalidad del carácter urbano radica en su función de servicio a un área tributaria. Las ciudades no crecen por sí mismas, sino gracias a las regiones que las crean con el fin de realizar ciertas tareas en lugares centrales. El trabajo y la organización de la sociedad civilizada requieren la existencia de centros de servicio. Por tal motivo, las fuerzas centrípetas adquieren singular importancia en la localización y estructura de la comunidad urbana, al ser esta la sede de la industria, el comercio, la cultura y la administración.

Con estos planteamientos, la región se identifica, en ocasiones, con el área de influencia de uno o varios polos o nodos donde la población y las actividades se concentran y actúan como centros dominantes, mientras que el resto del territorio es funcionalmente dependiente y actúa como abastecedor de factores productivos.

Implicaciones y Evolución Conceptual

Los estudios regionales, bajo estos planteamientos, se inician con la exploración de los vínculos de interdependencia. Por un lado, se consideran las relaciones entre elementos ubicados en el territorio y, por otro, las de estos con los recursos físicos; ambos aspectos constituyen el eje del estudio geográfico. Es precisamente el reconocimiento de las conexiones existentes en el interior de un espacio regional lo que permite individualizarlo de los circundantes, es decir, distinguir unas regiones de otras.

La adopción de esta nueva sistemática ha propiciado el acercamiento de la ciencia geográfica a las formulaciones de otras disciplinas sociales. Básicamente, son los criterios socioeconómicos los que adquieren prioridad al caracterizar e individualizar la región, evidenciando el destacado papel de los economistas en la definición de este concepto. De hecho, algunos autores han optado por el término región económica en lugar de región funcional.