Reportaje de interes noticioso

CRONICA:

es una informacion de hechos noticiosos ocurridos en un periodo de tiempo por un cronista que los ha vivido como testigo investigador o incluso como protagonista y que al mismo tiempo que los narrra los analiza e interpreta Crónicas de sucesos o crónica negra.

Narran hechos delictivos, de violencia, accidentes, catástrofes..

Crónicas políticas

En este tipo se agrupan los relatos del mundo político, ya sea de carácter nacional o internacional. Una noticia, por ejemplo, de la asunción al poder de un nuevo presidente, puede ser convertida en una crónica si se narra todos los pormenores, curiosidades y otros datos relacionados a dicho evento político.

Crónicas deportivas

Las crónicas deportivas son aquellas que se encargan de narrar cuidadosamente cómo se llevó a cabo un particular evento deportivo o bien otras noticias de este tipo.

Crónicas sociedad

Relatan secuencialmente como se produjo un determinado evento social o cultural.

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Crónicas de corresponsal y envidado especial

Aquellas crónicas que cuentan en forma pormenorizada lo que significó el viaje a un lugar determinado y la experiencia que supuso, la descripción del paisaje, etc.

cronica de espectaculos la mas cercana a la opinion.

Cronica politica, cronica de guerra, cronica de sucesos, cronica de tribunales

PERFIL

La semblanza o perfil es un género periodístico que se encuentra a medio camino entre la entrevista y el reportaje. Comparte con el reportaje que se trata de una investigación con la que se intenta profundizar en algún aspecto de la actualidad, en este caso una persona. Martínez Albertos (1993) habla de reportajes biográficos que tratan sobre la vida del entrevistado en un relato que alterna narración y diálogo. Se parece a la entrevista en que una conversación con el personaje suele ser uno de los pilares en los que el periodista apoyará su historia. Pero difiere de ella en que se centra más en la persona misma que en lo que dice, ya que es, sobre todo, una investigación sobre el personaje. Con este tipo de reportaje, que básicamente no es más que, como dice García Márquez, la ampliación y profundización de una noticia, se intenta ofrecer al lector un perfil completo de un personaje a partir de una exhaustiva investigación que incluye opiniones del protagonista y otros puntos de vista. Cuando un periodista acomete un perfil de una persona su objetivo será responder a las siguientes preguntas: ¿quién es? ¿qué ha hecho? ¿Qué relevancia social tiene? ¿Cómo ha llegado a ser lo que es o a conseguir lo que ha conseguido? El lector, después de leer la historia, debe tener la sensación que conoce mejor al personaje en cuestión, que ahora es algo más que un nombre en un titular de periódico. Para lograr ese objetivo se investigará su forma de ser, sus actos, sus opiniones, lo que los otros piensan de ella, su entorno privado y público, etc. Se consigue así un retrato con algo más que las declaraciones propias del personaje. El resultado es que se resalta su personalidad dentro de un marco social. Sus orígenes se sitúan en los años 20, como un género que, junto a la entrevista y el reportaje, se adaptaban bien al periodismo interpretativo que intenta atraer la atención del lector y brindarle interpretaciones de la realidad que tengan unidad narrativa, contexto y significación social (Benavides/Quintero, 2004). El perfil, en palabras de Harris (Rosendo, 1997), contribuye a comprender los sucesos de la actualidad y ayuda a los lectores a entender lo que significan las noticias y cómo deben ser interpretadas. La prestigiosa revista The New Yorker fue pionera en el auge del perfil e incluso a ella se atribuye el bautizo del género con el nombre profile. Esta revista apostó desde los años 20 por retratos de personalidad que incluían mucho material aparte de las declaraciones del personaje: anécdotas, vivencias, información biográfica, descripciones de su entorno (hogar, familia, barrios, lugar de trabajo), testimonios de amigos y enemigos. Según lo que hemos visto hasta aquí la semblanza tiene una serie de características que la convierten en un género distinto de la entrevista y del reportaje: El perfil pretende mostrar la personalidad del personaje. El resultado final del retrato es una interpretación profunda de su carácter, de su vida y de su mundo. Es un género interpretativo porque el objetivo es ofrecer al lector una visión personal sobre un personaje a partir de la observación y la investigación del periodista. El contexto, la relevancia social y política o su importancia en su entorno privado, es un aspecto importante en las semblanzas porque revela significados desconocidos del protagonista. El retrato del personaje se hace a través de un relato en el que se combinará la narración, la descripción, el diálogo y la exposición de datos informativos. El lector conocerá al personaje por sus acciones y declaraciones. Como cualquier otro género periodístico la actualidad es un requisito. Una persona despierta la curiosidad o el interés por algo que ha hecho, lo que lleva al lector a querer conocerla. El objeto de la investigación, el protagonista del perfil, es una persona actual. La persona tal y como es ahora es la noticia, aunque para conocerla, investigarla e interpretarla tengamos que recurrir a episodios del pasado. No obstante, también es cierto que algunos perfiles son intemporales porque hay personajes que suscitan interés por lo que son más que por lo que hayan hecho. La actualidad del género se refiere por lo tanto a que se escribe sobre alguien que está en el presente y nos interesa conocerlo. Hay un tipo especial de semblanza que es el obituario o necrológica. Es un perfil póstumo en el que se recuerda a un personaje destacado con motivo de su fallecimiento. Normalmente se hace un repaso interpretativo de su vida a partir de la documentación disponible. Muchos de ellos son preparados con antelación e incluso se puede llegar a entrevistar al personaje antes de su muerte para dejar lista la semblanza. En el mundo anglosajón el obituario moderno nació en los años 60 en el New York Times con Alden Whitman, que en una decena de años publicó más de 400 obituarios, algunos de ellos redactados después de mantener conversaciones confidenciales con los personajes que podían hablar sabiendo que sus palabras no saldrían a la luz hasta después de su muerte. Debe escribirse en caliente puesto que, en palabras de Blas Matamoros, busca convertirse en el documento de la vivencia que produce la muerte, y en el testimonio de cómo la muerte convierte a una persona en un nombre