Restauración Crítica y Objetiva: Principios y Enfoques en la Conservación del Patrimonio
Restauración Crítica
Movimiento que surge como crítica y protesta frente a la proliferación de actuaciones poco profesionales que seguían argumentos metodológicos básicos.
PANE, BONELLI Y BRANDI proponen un “no-método” que atienda a la realidad completa de los edificios y, en especial, a su valor como obra de arte. La restauración pasa a ser un proceso crítico y un acto creativo, no siendo válidos los principios generales, sino los particulares que demanda cada obra según sus propias características, que serán individuales e intrínsecas al edificio.
Los edificios deben ser estudiados con sensibilidad histórico-crítica y conocimientos técnicos.
La estética espiritualista de los edificios establece que la misión del restaurador debe atender a dos principios:
- Identificar el valor del monumento reconociendo su calidad artística.
- Recuperar, restituir y librar la “obra de arte”, que es el total de elementos que constituyen la espiritualidad de la obra y su valor expresivo.
Carta de Venecia 1964
O Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración de Monumentos y Sitios. Se supera el concepto de monumento de la Carta de Atenas de 1931 para abarcar otros más amplios, como los ámbitos urbanos y rurales, y también elementos más modestos que hayan adquirido significado cultural con el tiempo -patrimonio menor-.
Restauración Objetiva
Restauración que parte de los principios de la restauración crítica defendida por Bonelli o Pane y que pone su mirada en el objeto, estudiando el edificio como objeto documental y haciendo, a su vez, una valoración del objeto arquitectónico, siendo ambas las que definen las hipótesis críticas que llevan al proyecto de restauración.
Se trata de un procedimiento integral de proyecto que abarca desde la génesis de la definición del monumento y pasa por profundos estudios para llegar al proyecto que va a atender también al uso y previsiones de futuro.
Asume la trascendencia de la estética y el valor artístico y espiritual de la obra arquitectónica del monumento, pero sin negar la necesidad del documento histórico, estableciendo una vía equilibradora entre el conservacionismo y la actuación crítica.
Antoni González Moreno i Navarro plantea los siguientes criterios “objetivados”:
- Valor de conservación como documento histórico del monumento. Investigación de su carácter para garantizar el mantenimiento de toda la información que proporciona, intentando, si cabe, que la intervención a realizar pueda hacer más evidente o comprensible su mensaje.
- Valor arquitectónico. Trata de mantener lo que quiso el autor y el significado que tuvo en la sociedad en la que surgió, pero considera la posibilidad de nuevos usos si es posible la adaptación tipológica, manteniendo vivo el monumento.
Restauración Analógica
Identificar en el edificio a restaurar sus principios y sus formas arquitectónicas o instrumentos con el fin de comprenderlos e intervenir de una forma analógica para generar una obra “nueva” que recoja y preserve los valores antiguos, añadiéndole otros nuevos en semejanza y armonía con los antiguos.
La analogía se utiliza en aquellos casos en los que han de ejecutarse adiciones o terminaciones de lo incompleto o en las que ha de alterarse de modo notorio alguna parte del monumento o de su imagen. La restauración en estos casos supone una transformación visual que unifica el concepto de restauración y de intervención nueva. El valor del resultado es su metamorfosis.
Se busca la analogía entre los datos que se consideraron relevantes en la estructura antigua y las formas que se proponían para la nueva ampliación. La diferencia y la repetición se daban simultáneamente a través de la controlada dosificación de las relaciones entre semejanza y diversidad propias de toda operación analógica.
En este caso, el procedimiento analógico no se basa en la simultaneidad visible de órdenes formales interdependientes, sino en las asociaciones que el espectador establece a lo largo del tiempo y mediante las cuales se producen situaciones de afinidad, por las que –mediante la capacidad connotativa de los lenguajes evocados en la intervención– se establecen conexiones o enlaces entre el edificio histórico-real y/o imaginario y los elementos de diseño que sirven para acondicionarlo eficazmente.