Teoría Freudiana: Diferencias en Neurosis, Mecanismos de Defensa y Estructura Psíquica

Neurosis Actuales y Neuropsicosis de Defensa: Clasificación y Etiología Freudiana

Clasificación Nosológica Freudiana

La primera nosología freudiana separa las neurosis en dos grupos:

  • Las Neurosis Actuales: Neurastenia y Neurosis de Angustia.
  • Las Neuropsicosis de Defensa: Histeria, neurosis obsesiva, paranoia.

La nosología freudiana no es una mera clasificación; a Freud le interesaba cómo el padecimiento toma la forma de un síntoma, cómo se forma el síntoma (etiología). Supone que ambos grupos tienen una etiología sexual, pero lo sexual significa cosas muy distintas en estos dos campos.

Etiología Sexual en las Neuropsicosis de Defensa

En todos los casos de neurosis hay una etiología sexual. La etiología sexual en las neuropsicosis de defensa corresponde a sucesos e injerencias ocurridas en la primera infancia, es por ello que el enfermo los ha olvidado.

Lo sexual en las Neuropsicosis de Defensa es sexual representacional. Las neuropsicosis de defensa son modos defensivos frente a una representación sexual inconciliable infantil. En estas opera un mecanismo psíquico y tienen origen en las huellas de la sexualidad infantil.

Las psiconeurosis de defensa nacen bajo un mecanismo psíquico de la defensa a raíz del intento de reprimir una representación inconciliable para el yo. Los síntomas de la neuropsicosis de defensa van a suponer ese movimiento defensivo que prontamente toma el nombre de represión en la obra de Freud. Es decir, se va a reprimir la representación inconciliable y eso va a dar lugar, por la vía del retorno de lo reprimido, a los síntomas neuropsicóticos.

Sus síntomas suponen la separación de la representación y su afecto (el síntoma trata de olvidar un recuerdo de una representación sexual infantil inconciliable; en su lugar, se separan representación y afecto). La representación pasa a formar parte del grupo psíquico separado. El síntoma es un representante de la representación disociada.

  • En la histeria, el afecto se inerva a una parte del cuerpo (conversión).
  • En las obsesiones y fobias, se enlaza a una representación nimia (desplazamiento).
  • En la paranoia, el afecto se desplaza por proyección.

Etiología Específica de la Histeria

En la histeria, en primer lugar, tiene que haber una vivencia sexual infantil de carácter pasivo; esta tiene que ser anterior a la pubertad y consistir en una efectiva irritación en los genitales. Esta vivencia infantil no es en sí la que posee el efecto traumático, sino que es necesario que se reanime su recuerdo después de que el sujeto ingrese en la maduración sexual. Para que estalle la histeria, tiene que haber una vivencia posterior a la pubertad, en la vida adulta, que despierte la huella mnémica que dejó la vivencia infantil. Esa huella no deviene consciente, sino que conduce al desprendimiento de afecto y a la representación (el monto de afecto es separado de la representación traumática). La representación va al inconsciente (grupo psíquico separado) y queda debilitada; el monto de afecto va a la representación del cuerpo a través de la conversión. Esta es la manera de actuar de la defensa en la histeria.

Etiología Específica de la Neurosis Obsesiva y Paranoia

Para que se dé un caso de neurosis obsesiva, no solo se tienen que dar las mismas condiciones que en la histeria, sino que además tiene que haber una vivencia sexual infantil vivida de manera activa, es decir, una agresión sexual vivida con placer. Una vivencia de agresión sexual infantil presupone una vivencia de seducción anterior. La defensa en la neurosis obsesiva actúa de la misma manera que en la histeria, pero, si bien la representación va al inconsciente, el monto de afecto se desplaza a otra representación a través del falso enlace.

En el caso de la psiconeurosis alucinatoria (paranoia), la defensa desestima tanto la representación displacentera como su afecto; esto provoca que retorne como alucinación y, por lo tanto, se pierde una parte de la realidad.

Etiología Sexual en las Neurosis Actuales

Las Neurosis Actuales se caracterizan por no tener mecanismos psíquicos y su origen se halla en circunstancias actuales. La etiología de las Neurosis Actuales también es sexual, pero es actual; no corresponden a una vivencia infantil. Tampoco comprenden un mecanismo psíquico; no hay represión ni retorno de lo reprimido.

Las neurosis actuales se componen de:

  • Las neurastenias, en las que hay un menos de energía sexual somática por descarga excesiva (masturbación), que se manifiesta con presión intracraneana, fatiga y falta de energía.
  • Las neurosis de angustia, en las que hay un exceso de energía sexual somática por ausencia de descarga; hay satisfacción sexual sustitutiva, irritabilidad, ataques de angustia, terror nocturno, vértigo, expectativa angustiada, etc.

En las neuropsicosis de defensa, el síntoma «habla»; el síntoma de las neurosis actuales no «habla», es mudo.

Funcionamiento de la Defensa en Histeria y Neurosis Obsesiva (Según Freud, 1894-1896)

Mecanismo de Defensa Común

Según el texto de Freud de 1894, Las neuropsicosis de defensa, este reúne a la histeria y a las representaciones obsesivas bajo ese título porque encuentra un componente de origen común: ambas nacían bajo el mecanismo psíquico de la defensa. Sus pacientes se encontraban con plena salud hasta que se presentaba una vivencia tan displacentera y penosa que el paciente prefería olvidar. Estos pacientes no lograban olvidar, sino que en su lugar se producían reacciones patológicas que provocaban una histeria o una representación obsesiva.

La representación inconciliable es insoluble para el yo, y el afecto adherido a la representación no puede ser olvidado ni quitado. La defensa (inconsciente) actuaría para evitar el displacer de una representación inconciliable por parte del yo del enfermo. El «yo», al cual consideramos como el conjunto de representaciones psíquicas y como conciencia, englobaría los valores, la moral y las costumbres determinadas de una persona; se ve ante situaciones que le generan displacer y que le son intolerables. Ante estos episodios, se produce un proceso que Freud va a llamar defensa/represión, en el cual la representación psíquica, que está cargada de un monto de afecto, se separa por acción de la defensa. La representación psíquica se reprime, creando lo que el autor va a llamar un grupo psíquico separado, el cual es la anticipación de la futura concepción de inconsciente.

El monto de afecto que ha sido separado de la representación no puede ser tramitado ni eliminado de la conciencia, por lo que se liga a otra representación.

Diferencias en la Manifestación de la Defensa

  • En el caso de la histeria, el monto de afecto se traspone a lo corporal, lo que Freud denomina conversión, provocando, por ejemplo, una parálisis total o parcial en alguno de sus miembros.
  • En el caso de las representaciones obsesivas, el afecto es ligado por enlace falso a un objeto exterior, volviendo en forma de reproche.

Nuevas Conceptualizaciones (Freud, 1896)

En un texto posterior de 1896, Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa, Freud agrega nuevas conceptualizaciones. En este escrito, va a plantear que en todos sus casos no basta con que se produzca un momento displacentero que roce de alguna manera la vida sexual y devenga en patógena por la sofocación del afecto penoso.

Antes de estas situaciones, es necesario que se produzca un trauma sexual en la niñez, donde se produce una excitación de los genitales. Debemos aclarar que no es la vivencia misma la que posee el carácter traumático, sino su reanimación como recuerdo después de que el individuo haya llegado a la madurez sexual.

En un primer momento, se produciría la vivencia sexual en la niñez que no será significada. Habrá un periodo de latencia en el que no se presentarán síntomas y, finalmente, un segundo momento en el cual se produzca otra vivencia que reanimará y significará el recuerdo, produciéndose el síntoma.

Lo que diferenciará que ese suceso devenga en una manifestación histérica u obsesiva dependerá del rol que tenga el sujeto en la vivencia sexual:

  • En el caso de la histeria, encontramos una pasividad sexual, un «me hacen».
  • En las representaciones obsesivas, ya no se trata de una pasividad sexual, sino de acciones hechas con placer o de una participación placentera.

En todos los casos de neurosis obsesivas, Freud encuentra un trasfondo de síntomas histéricos, que se deben a una escena de pasividad sexual anterior a la acción placentera.

El Método Freudiano de Interpretación Onírica

Crítica a Métodos Preexistentes

Freud, en el capítulo II de su libro La interpretación de los sueños (1900), se propone dar explicación de su método interpretativo de los sueños. En el ámbito de las ciencias, no encuentra ninguna explicación para el sentido de los sueños, sino que estos son tomados como meros procesos somáticos sin sentido. Diferente es con los profanos, que sí dieron lugar a la interpretación de los sueños y recurrieron a dos métodos diferentes:

1. Interpretación Simbólica

El primero es la interpretación simbólica, donde tomaban todo el sueño, todo el contenido onírico, para sustituirlo con otro contenido comprensible y, en algunos aspectos, hasta análogo. Sostenían los profanos que el sueño se ocuparía del futuro, prediciéndolo y situándolo en la interpretación en un «será». Por otra parte, la interpretación era llevada a cabo por quien tuviera una intuición aguda o las dotes para interpretarlo, quedando ligada la interpretación más a la práctica de un arte, unido inseparablemente a las dotes del interpretador. Tal como en el caso de la Biblia, en que José analizó el sueño del Faraón, el sentido del sueño descubierto tenía que ver con anticipar lo que ocurriría en el futuro.

2. Método del Descifrado

En segundo lugar, encontramos el «método del descifrado», que trata al sueño como una escritura cifrada, donde cada signo ha de traducirse, mediante una clave fija, en otro de significado conocido. Queda del lado del soñante integrar todo ese descifrado en una trama, que también remitirá al futuro.

Variación de Artemidoro Daldino

Una variación interesante que nos presenta Freud en el texto es la de Artemidoro Daldino, que parecería superar el carácter mecánico y fijo de la interpretación. En esta variación, se tendría en cuenta no solo el contenido del sueño, sino a la persona, con lo que un mismo elemento onírico tendría distintos significados según el soñante. Sin embargo, lo más importante de este método es que no tomaría al sueño como totalidad, sino que presta atención a cada uno de sus fragmentos, como si cada parte tuviera una significación particular.

Críticas de Freud a los Métodos Tradicionales

Las críticas más importantes que hace el autor a estos dos métodos son que, para el tratamiento científico del tema, estos dos métodos son inservibles. Al método de interpretación simbólica, va a criticarle que es de aplicación restringida, que nunca podría llevarse a cabo de forma general y que no puede quedar ligado a las dotes del interpretador. Al método de descifrado, la interpretación quedaría fijada a una clave, igual para todas las personas, y dependería del libro de los sueños, con lo cual no habría ninguna garantía.

El Método Freudiano de Interpretación

En un primer momento, Freud propone al paciente relatar su sueño; luego, lo compromete a que le diga todas las ideas que aparecen en su mente con respecto a lo acontecido en el sueño. Utiliza para analizarlo los mismos métodos que emplea para el análisis de síntomas.

En la aplicación de este método, no debe tomarse todo el sueño, lo que permite hacer una fuerte diferenciación del método de interpretación simbólica, donde se toma todo el contenido del sueño. Sino que en este deben tomarse fragmentos singulares del sueño; en este caso, Freud se acerca al método de descifrado, con la diferencia de que no va a presentar una clave fija, sino que va a depender de la persona, debiendo ser analizado en contexto y bajo el dispositivo del psicoanálisis.

Freud se basó en los jeroglíficos, en los que cada signo tenía significado en relación con los demás signos; prosiguió a analizar cada fragmento y cada representación, relacionándola con el resto. No las tomaba como una totalidad aislada, como lo hacía el método de descifrado, sino que ponía en relación cada elemento para descubrir el significado del sueño. En este método, tampoco tendrán un carácter predictivo como el simbólico, sino que se relacionan con situaciones tanto del pasado remoto como del pasado más reciente. Al presentarle los fragmentos del sueño, el paciente deberá decir lo que se le ocurra, lo que el autor denomina «segundos pensamientos» sobre el contenido onírico.

Límites de la Interpretación Onírica

En este capítulo, donde analiza uno de sus sueños, también hace mención a que no todo el contenido del sueño es interpretable. Sino que la interpretación se detiene al llegar a cierto punto, no por falta de interpretación, sino porque se acerca a lo desconocido, a lo que él denominará el «ombligo del sueño», donde hay ausencia de significado. Así como también hay un punto de especial nitidez, que contendría un contenido de mucha intensidad pulsional, que llama «hipernítido». Ambos puntos marcarían el límite del sueño.

El ombligo del sueño es el punto donde se detiene la cadena asociativa, no por resistencia, sino por falta de significante. Lo hipernítido también va a carecer de ausencia de significado por parte del soñante, ya que es un punto de alto carácter pulsional que contendría el deseo sexual infantil indestructible.

Trabajo del Sueño y Trabajo de Interpretación: Una Relación Inversa

Elementos para la Producción del Sueño

Para la producción de un sueño se necesitan dos elementos:

  1. Un resto diurno: un suceso, un objeto, una palabra, un hecho que haya sucedido recientemente y que no se haya entramado en el aparato psíquico. Como no está entramado, aparece como perturbador.
  2. El deseo sexual infantil indestructible.

Al dormir, la censura preconsciente-consciente rebaja su vigilancia. Se presenta el resto diurno que, por ausencia de significado, tiene valor perturbador; entonces, el deseo intenta darle un significado para entramarlo y que no se produzca el despertar.

Ahora bien, la realización del deseo sexual infantil indestructible también puede ser perturbadora para el soñante y despertarlo. Por lo que el sueño debe disfrazar su contenido para no ser perturbador. Es ahí, en ese disfraz, que opera el trabajo del sueño. La desfiguración onírica es una de las herramientas del trabajo del sueño y es la que haremos desaparecer mediante el trabajo interpretativo.

El trabajo del sueño es la desfiguración, indicada por la censura, del contenido latente (que es el deseo sexual infantil indestructible) para que este pueda ser expresado precisamente en el contenido manifiesto.

Operadores del Trabajo del Sueño

El trabajo del sueño tiene cuatro operadores puestos al servicio de la desfiguración:

  1. Desplazamiento: Opera mediante la alusión; se da cuando un contenido latente es sustituido por otro más alejado en el contenido manifiesto. Se traspasa a una representación insignificante.
  2. Condensación: Los elementos latentes son fundidos en una unidad. Puede darse que varios elementos del contenido latente se condensen en un elemento. A modo de ejemplo: se produce condensación cuando una persona contiene características de otras, o se forma una persona con características provenientes de otros individuos.
  3. Figurabilidad: Da cuenta de que los sueños se presentan en forma de imágenes. Esto tiene que ver con el hecho de que el sueño toma el camino retrógrado al polo perceptual. Es el pasaje de la escritura por signos a la escritura por imágenes, en donde el sentido de estas está dado por la asociación que tienen con otras representaciones.
  4. Elaboración secundaria: Sería el relato del soñante de su sueño. Está al servicio de la desfiguración en la medida en que el relato del sueño le da una coherencia y una lógica que en verdad no tenía, llenando ciertos vacíos con cosas que piensa el soñante en su actividad consciente.

El Trabajo de Interpretación

El trabajo de interpretación por parte del analista, en el dispositivo de análisis, es sobre la elaboración secundaria, es decir, sobre el relato del sueño por parte del soñante, ya que el sueño como tal está perdido y es inaccesible. Se pedirá que el soñante relate y se lo interrogará sobre el mismo, recortando ciertos aspectos o momentos del sueño para que se lleve a cabo la asociación libre de los mismos. Así también, se prestará mayor atención sobre los lapsus y los equívocos que se realicen en el relato, indagando sobre ellos.

Freud lo llama el arte de la interpretación, pensando en hacer consciente lo inconsciente. Aunque va a encontrarse con dos puntos en los que no pueden hacerse conscientes: los va a llamar el ombligo del sueño y lo hipernítido. Ambos van a constituir el límite del sueño, ya que no todo el sueño puede ser interpretado.

El ombligo del sueño es el punto donde se detiene la cadena asociativa, no por resistencia, sino por falta de significante. Lo hipernítido también va a carecer de ausencia de significado por parte del soñante, ya que es un punto de alto carácter pulsional que contendría el deseo sexual infantil indestructible.

Relación Inversa entre Trabajo del Sueño y Trabajo de Interpretación

Se podría establecer una relación entre trabajo del sueño y trabajo de interpretación, sosteniendo que realizan caminos totalmente inversos.

El trabajo del sueño traspone el contenido latente en manifiesto para disfrazar el contenido de deseo del soñante y que este no sea perturbador del dormir y se despierte. El trabajo del sueño sigue un camino regrediente, de trasponer a imágenes sensibles los pensamientos latentes vertidos en palabras.

Mientras que el trabajo de interpretación actuaría en dirección contraria al sueño manifiesto: se quiere alcanzar el latente. Podríamos decir que el trabajo de interpretación quiere cancelar el trabajo del sueño. En el trabajo interpretativo, el sueño manifiesto pierde importancia y se presenta como incoherente; posee una apariencia con sentido, pero en realidad allí obró la desfiguración onírica. Una de las causas por las cuales este contenido manifiesto se nos presenta incoherente y totalmente desfigurado es por la llamada elaboración secundaria del trabajo del sueño. El sueño es sometido a condensar, desplazar, figurar plásticamente y someter después todo eso a la elaboración secundaria. Aquí, los contenidos latentes son más o menos modificados y adaptados a la lógica de la trama. En el trabajo interpretativo, se harán evocar las ocurrencias al soñante, e identificaremos elementos que actúan como sustitutos de lo genuino. De este modo, comparando el contenido manifiesto del sueño con el sueño latente, hallamos la interpretación.

El Aparato Psíquico en «La Interpretación de los Sueños»: El Esquema del Peine

Naturaleza y Estructura del Aparato Psíquico

Basándose en la comprensión del famoso «esquema del peine», el sueño se despliega en una escena particular que es diferente a la escena de la vigilia. La escena del sueño se produce en otra localidad psíquica. El componente psíquico no está en ningún lugar anatómico. Para explicar el aparato psíquico, utiliza una analogía; lo explica como si fuese un microscopio o un aparato fotográfico.

Basándonos en el esquema del peine, podemos decir que el aparato está compuesto por sistemas y no posee una localización física, sino una localización psíquica. No hay una localización espacial, sino que debemos pensarlo como la producción de una secuencia fija de sistemas, que son recorridos por una excitación. La localidad psíquica se encuentra en algún lugar del interior de este aparato, en uno anterior a las imágenes. A los componentes del aparato psíquico los llama sistemas.

Funcionamiento y Componentes del Aparato Psíquico

Este aparato tiene una dirección: toda actividad psíquica parte de estímulos internos o externos y termina en inervaciones; por eso, se le asigna al aparato un extremo sensorial (polo perceptual) y un extremo motor.

El proceso psíquico transcurre desde el extremo de la percepción hasta el de la motilidad. El aparato psíquico está continuamente movido por estímulos del interior y exterior; el aumento de excitaciones va del polo perceptivo al polo motor; el primero tiene una existencia momentánea. La actividad psíquica no se reduce a la recepción de un estímulo y su descarga, sino que interviene la memoria.

De las percepciones que llegan a nuestro aparato psíquico, queda una huella que podemos llamar huella mnémica, y a la función referente a esa huella mnémica la llamamos memoria. El sistema delantero del aparato recibe los estímulos perceptivos, pero no los conserva; por lo tanto, carece de memoria. Tras este aparato delantero, hay un segundo sistema que transporta la excitación momentánea del primero a huellas permanentes.

El aparato psíquico está compuesto por diferentes elementos que cumplen diferentes funciones. Los sistemas mnémicos son los sistemas de huellas que, en lo psíquico, son permanentes. Las huellas mnémicas son el modo en que se inscriben las representaciones en el aparato. Tienen la función de la memoria y se asocian por simultaneidad o por semejanza (analogía). Además, están ordenadas temporalmente y están cargadas con gran intensidad sensorial.