Teorías de la adolescencia

INTRODUCCIÓN A pesar de lo cotidiano que nos parece en la actualidad el término adolescencia este no siempre formó parte de la clasificación de las etapas de la vida del ser humano. De acuerdo con lo que plantea Lutte (1991) los romanos no identificaron la adolescencia como una etapa de la vida, identificando solo infancia, edad adulta y vejez. Entre los siglos XVI y XIX se completó el proceso en el cual aparecen la infancia y la adolescencia de manera separada. Se puede afirmar que la evolución de la adolescencia está estrechamente relacionada con la historia de las sociedades humanas. Siendo este un tema que puede ser enfocado desde muy distintas perspectivas, hemos querido aprovechar el conocimiento propio de las áreas en que cada uno de los autores se desempeña para presentar aspectos de interés en cuanto a la adolescencia como proceso integrador y formativo de la identidad.
LA ADOLESCENCIA, UNA PERSPECTIVA BIOLÓGICA Para tratar el tema de la adolescencia y la formación de la identidad, nos parece que primero veamos los caminos en que el ser humano niño se desarrolla, con su capacidad cerebral y las influencias de su entorno social, que son los que en definitiva los elementos que darán forma a todo el proceso de maduración a la etapa adulta. Nos adentraremos muy superficialmente en el pensamiento positivo. Las lecturas de los electroencefalogramas (EEG) muestran que los cerebros de los adultos tienen una actividad que se corresponde con los diferentes estados de la conciencia: Delta (O,5-4 Hz), que corresponde a dormido o inconsciente; Theta (4-8Hz), que corresponde a un estado de imaginación/ensueño; Alfa (8-12 Hz) que corresponde a la conciencia en calma; BETA (12-35), que corresponde conciencia con concentración Gamma (mayor de 35), que corresponde a máximo rendimiento. Es así como formamos nuestra identidad y programamos nuestra adolescencia. LA FORMACIÓN DE LA IDENTIDAD La identidad, definida principalmente desde la Psicología, se comprende como aquel núcleo del cual se conforma el yo. Según algunos autores, la identidad se comporta como algo relativo, como un núcleo plástico capaz de modificarse a lo largo de la vida y el desarrollo, lo que permitiría al ser humano tener la capacidad de comportante de formas diferentes según el contexto en el que deba actuar. Como es posible intuir, el contexto sociocultural en el que el individuo se encuentra inserto es fundamental y decisivo en la formación de su identidad. Como vemos, la formación de la identidad sólo se realiza en función de la interacción con el medio externo, ya que, en una situación de aislamiento, las carácterísticas individuales resultan absolutamente irrelevantes y transparentes. La imagen que a lo largo de la vida se forma el ser humano de su persona ha sido objeto de análisis en la investigación por parte de numerosos teóricos de la personalidad y la motivación. Entre los primeros estudiosos de este tema se encuentra William James, quien denominó “yo” a dicha formación, concibiendo su organización en distintos niveles jerárquicos; es decir, el “yo material”, el “yo social” y el “yo espiritual”. Hoy en día se observa que nuestros adolescentes están siendo consumidos y hasta nosotros mismos por la globalización. Otro aspecto a considerar son las relaciones sociales que se llevan a cabo en esta etapa, porque dentro de éstas se encuentran inmersas las amistades, cabe mencionar y relacionar que las opiniones y aceptación de las amistades en un grupo son de gran importancia, ya que al sentirse aceptado por uno o varios grupos, el adolescente sentirá alivio, esto significa que sus acciones son las adecuadas o eso suele creer, pero dichas relaciones de amistad no siempre son las idóneas ya que dependen en gran medida de las actitudes de estas mismas amistades y el cómo se desenvuelven. Para Erikson (1993) el adolescente requiere de una moratoria psicológica, un periodo de tiempo sin excesivas responsabilidades u obligaciones que limiten la prosecución de su descubrimiento propio. La autoestima es otro de los aspectos que están muy presentes en la formación de la identidad. La sociedad va a ser un factor importante en la formación de la identidad del adolescente, porque como bien sabemos los familiares, los amigos y las personas cercanas a ellos, son los que van a orientar al joven a adquirir una identidad, pero debemos tener en cuenta que cuando pasan por la etapa de la adolescencia son muy fáciles de moldear y por lo tanto pueden cambiar repentinamente de decisión. Cuando no se logra conseguir una verdadera identidad, el adolescente puede sufrir problemas psicológicos, conflictos con las demás personas, inclusive baja autoestima, lo que va a provocar que el adolescente se vuelva rebelde, drogadicto, delincuente incluso puede llegar a provocar su muerte y esto hace que el joven se vaya en contra de él mismo o en contra de la sociedad. Como nos dice Hernández & Sancho (2000) “la adolescencia implica asumir su diversidad y no olvidar que son difíciles de homogeneizar”.       LA INFLUENCIA DE LA TECNOLOGÍA EN EL DESARROLLO DEL INDIVIDUO EN LA ETAPA DE ADOLESCENTE El adolescente, en cada época ha recibido y ha sido receptivo a lo nuevo. Hay que tener en cuenta que en cada generación adolescente ha habido desafíos en relación a la tecnología de la época. A estos trastornos hay que agregar los riesgos a los que se ven expuestos los adolescentes. En este entorno se encuentran riesgos asociados al ciberbullying (el más frecuente y riesgoso), grooming conductas realizadas por un adulto para ganarse la confianza de un menor, fingiendo empatía y cariño, sexting consiste en el envío de contenidos de tipo sexual producidos generalmente por el remitente, a través de celulares, dando origen a la sextorsión, un procedimiento delictivo mediante el cual se amenaza con la publicación de fotos o vídeos para obtener algún beneficio, como medio de presión, chantaje o explotación.   De acuerdo con lo que plantea Sánchez et al.       ALGUNOS CONCEPTOS Y NOCIONES DE LA ADOLESCENCIA EN EL DERECHO Y POLÍTICAS PÚBLICAS Nuestro Código Civil hace una diferenciación de las personas de acuerdo a la edad, así, señala el Art. En nuestro país, la preocupación por el bienestar de los niños se establece desde comienzos del Siglo XX. Además, se abordaron problemas como la mortalidad infantil, las epidemias de enfermedades transmisibles y la desnutrición que afectaba severamente a los sectores empobrecidos. Como ven, la preocupación por el desarrollo o humano desde la niñez hasta la adolescencia se materializa y mejora sustancialmente. Entre los años 1973 y 1989, la acción social del Estado se centró en la entrega de subsidios estatales para los sectores pobres. Legislación especial sobre responsabilidad penal adolescente (Ley N° 20.084 del año 2005). Sobre la diferenciación en el tratamiento legal respecto de los niños y adolescentes se destaca la Ley sobre responsabilidad penal juvenil, Ley N° 20.084 del año 2005, que establece un sistema de responsabilidad para los jóvenes entre 14 y 18 años que cometan delitos. Las penas privativas de libertad sólo se establecen para delitos más graves. En la normativa anterior los menores entre 14 y 16 años no eran imputables penalmente, es decir, no se les podía aplicar una pena a pesar de haber cometido un delito. Hoy en cambio, todos los adolescentes entre 14 y 18 años son responsables ante la ley penal, tienen derecho a defensa gratuita, y de ser condenados a encierro, no son derivadas a recintos carcelarios adultos, sino a centros especiales. Mientras se determina su culpabilidad, tiene derecho a ser tratado como inocente. La pena para los delitos graves puede llegar hasta los 10 años como máximo. ¿QUÉ ROL JUEGA EL SERVICIO NACIONAL DE MENORES (SENAME) EN ESTA NORMATIVA?       ADOLESCENCIA Y MASONERÍA La adolescencia, a diferencia de otras etapas de la vida, se muestra con menos claridad y exactitud. ¿Cuándo se es realmente un adolescente? Esto obliga a los jóvenes, que, aun cumplida la mayoría de edad, deben mantenerse al alero de sus padres que son quienes financian el proceso universitario o técnico-profesional. La emancipación ideológica, por otra parte, contiene en sí misma un escenario distinto, aun cuando dificultado por la dependencia material que se tiene hasta aproximadamente los 23-25 años en nuestro país.   EL MARCO EDUCATIVO Y LA FORMACIÓN DE LOS Y LAS ADOLESCENTES. El seno de la adolescencia es vivido por casi todos los/las jóvenes en espacios educativos, en los cuales por cierto pasan mayor parte de sus días y dedican parte importante de sus energías. La educación cívica y los espacios de pensamiento y reflexión política son fundamentales puesto que se entiende que los jóvenes que se están educando, están ad portas de convertirse en ciudadanos adultos y miembros activos del desarrollo o de la sociedad. Y no sólo sus años venideros como adultos son los relevantes para la sociedad, pues si se asume que los adolescentes y jóvenes constituyen un número importante de la población pensante de nuestra sociedad, se asume también que son sujetos con agencia. De esta manera, se prefigura la libertad y la tolerancia desde la adolescencia misma, dando la posibilidad desde el currículum educativo para que los jóvenes se sientan con la facultad y el poder de construir sus propias convicciones de manera consciente y consecuente. Implícitamente se les niega el reconocimiento como sujetos sociales”. La construcción y docencia valórica es otro aspecto relevante en la formación adolescente, pues de qué sirven las convicciones si no se saben transmitir con benevolencia. De esta manera y a lo que se trata de apuntar, es que como masones y asumiendo nuestra labor docente en la sociedad, la atención que se le debe prestar a esta etapa formativa en nuestras vidas es fundamental.       PALABRAS FINALES Este es un tema muy interesante y hemos tenido la oportunidad de abordarlo desde las perspectivas; biológica, en su relación con la tecnología, en el marco del derecho y las políticas públicas y, desde luego, en relación con la masonería. Sin duda es un tema complejo, no solo por las diferentes formas en que puede ser abordado, sino que también por la profundidad del análisis que se haga en cada caso. A modo de conclusión se puede indicar que la adolescencia es un período privilegiado, como ningún otro en la etapa de la vida, pues permite poner las primeras piedras en relación a “quién ser”, “dónde quiero llegar”, “qué hacer” y con “quién hacerlo”. Esta etapa del ciclo vital corresponde a tiempos de descubrimiento y desarrollo, en que las personas construyen y eligen un modelo de vida, aprenden a ejercer sus derechos y también aprenden a asumir y compartir sus responsabilidades. Los principios Libertad, Igualdad y Fraternidad nos señalán que todo francmasón debe poseer una clara orientación altruista y también debiera mantener el espíritu del joven adolescente que cuestiona las graves arbitrariedades de la sociedad, complementándolo con el encomiable espíritu de entrega y sacrificio debe caracterizar a los miembros de la Orden. Durante este período, en que los jóvenes se encuentran con gran capacidad e interés para incorporar nuevos conocimientos y valores, existe la posibilidad cierta de que la masonería pueda influir positivamente en ellos. Para los Maestros Elegidos de los Nueve, obreros del pueblo y la patria, eslabones de enseñanza perenne, amantes de la ciencia y verdugos de la ignorancia, el tema de la adolescencia no puede quedar