Trabajo Social Comunitario: Claves para la Intervención, Formación de Equipos y Grupos de Acción Social

La Participación y el Cambio en el Trabajo Social Comunitario

Según Marchioni, la «no participación» está estrechamente ligada al fenómeno de «no cambio». El Trabajo Social Comunitario (TSC) intenta crear las premisas de un cambio desde las necesidades personales y cotidianas, con la participación de las personas interesadas en su abordaje. En este proceso, es fundamental considerar los siguientes aspectos:

  • El problema del desarrollo en la comunidad radica en superar la fase de estancamiento: las personas deben llegar a percibir que el cambio es posible con la participación de la gente, pudiendo transformar su situación. Por ello, en la planificación de actividades, es crucial evitar situaciones de fracaso en la fase inicial del trabajo y asegurar que el proceso sea gradual.
  • Marchioni plantea, como una Ley de la Acción Comunitaria, el PRINCIPIO DE LA REACCIÓN EN CADENA; según el cual, cada realización, por pequeña que sea, es importante si se produce con la participación de las personas y no limita sus efectos al hecho realizado, sino que trasciende mucho más allá.

Características del Trabajo Social Comunitario

A continuación, se señalan algunas características que diferencian el Trabajo Social Comunitario del trabajo social individual:

  • El trabajo colectivo se desarrolla públicamente y con otras personas (profesionales y población), desde una perspectiva global. Esto exige compartir información, elaborar proyectos, definir tareas a desarrollar, compartir el conflicto o el éxito, y compartir la evaluación de resultados.
  • Este carácter público de la intervención colectiva limita considerablemente el poder del/de los profesional/es del Trabajo Social Comunitario. Expuesto a las críticas eventuales y obligado a compartir información y a tomar decisiones grupales, ¿será capaz de asumir esa pérdida de poder? (a diferencia del trabajo individual), ¿encontrará suficiente seguridad y confianza en sí mismo y en sus capacidades profesionales? Esto le exige saber situarse en un papel de colaborador, no directivo, saber manejar el conflicto, estar en una actitud de diálogo y contar con un entrenamiento en habilidades sociales de relación y comunicación (saber argumentar, hablar en público o expresarse por escrito, etc.).
  • La última característica hace referencia a la larga duración y desarrollo en el tiempo de la intervención comunitaria. Exige, por tanto, una organización planificada en el tiempo, un calendario de reuniones, el establecimiento de plazos y constancia.

El Equipo en el Trabajo Social Comunitario

Para dirigirse a poblaciones amplias, el TSC es una tarea interprofesional que no puede realizarse en solitario, sino que exige la constitución de un equipo de trabajo (así como la formación de intergrupos constituidos por representantes de distintos colectivos y organizaciones).

Según Isabel Trigueros, el equipo es el término que se utiliza para denominar al grupo organizado, bien por la iniciativa de la entidad interesada o por las personas que lo integran, con el objetivo de realizar un trabajo en común para conseguir determinados objetivos que no se podrían realizar o alcanzar, al menos en su totalidad, por medio del trabajo individual.

Es preciso tener presente que trabajar juntos no es siempre trabajo en equipo. Para que esto último suceda, es necesario que se cumplan unas condiciones esenciales, que según Ander Egg son las siguientes:

  • Estructura participativa: Cada uno de los miembros del equipo participa activa y responsablemente para conseguir los objetivos.
  • Delimitación y distribución de funciones.
  • Complementación humana e interprofesional.
  • Coordinación y colaboración horizontal, por lo que plantea que un equipo lo que requiere es un buen coordinador/a capaz de facilitar la aportación de habilidades y conocimientos de los miembros del grupo, procurando que nadie se sienta inhibido/a o se dedique a lucirse.
  • Capacidad para integrar posiciones-afinidades de los miembros del grupo. Si entre los miembros de un equipo de trabajo no existe madurez emocional y profesional para tolerar las diferencias personales o de enfoque, no es posible el trabajo en conjunto.
  • Atención a las personas, búsqueda de «espíritu de equipo».

Coordinación y colaboración horizontal, por lo que se plantea que un equipo lo que requiere es un buen coordinador/a capaz de facilitar la aportación.

Grupos de Acción Social

Los Grupos de Acción Social son grupos centrados en una tarea: el desarrollo social. Están dirigidos a realizar una acción que produce cambios sociales frente a problemas, necesidades o aspiraciones colectivas dirigidas al cambio social. Por lo tanto, no buscan soluciones a problemas individuales, sino que tratan de potenciar o mejorar la vida social. Sus acciones incluyen trabajar con todo tipo de personas, y no solo con las personas afectadas por una problemática.

Por su naturaleza, muchas veces las acciones que se desarrollan tienen un carácter reivindicativo frente a la Administración y a grupos de poder. También por su naturaleza, se les suele considerar «grupos de trabajo», comisiones, comités ciudadanos… porque es la tarea, la acción o el trabajo que se desarrolla lo que les da sentido. Normalmente se suelen constituir a partir de la iniciativa de personas específicas, que pueden ser líderes informales del barrio o profesionales, tanto unos como otros son sensibles ante situaciones que se consideran injustas o insatisfactorias.

La mayoría de las veces, estos grupos están formados por personas voluntarias, es decir, aquellas que trabajan en su tiempo libre, de forma más o menos continua, y sin remuneración económica. Las motivaciones por las que una persona decide ser voluntaria son de tres tipos, según García Roca:

  • Razones de tipo expresivo: en el fondo, lo que mueve a la persona es dar sentido a su vida, realizarse a nivel personal, encontrar amigos, superar vacíos vitales, ocupar el tiempo…
  • Razones instrumentales: la persona dedica su tiempo para crecer en experiencia, para aprender nuevas cosas, para conocer mejor la realidad, para aprender más de la vida…
  • Razones de tipo altruista o solidario: hacerse cargo de una necesidad social, de ayudar a las personas, de contribuir a transformar la sociedad.

Funciones Principales de los Grupos de Acción Social

  1. Favorecen la contribución de las personas a la vida social, fomentan la participación social y contribuyen a incrementar la responsabilidad social.
  2. Propician la integración social y el sentido de pertenencia.
  3. Desarrollan la toma de conciencia sobre el estado de necesidad social de una comunidad: muchas comunidades no tienen conciencia de las necesidades que pueden existir dentro de su ámbito. Estos grupos fomentan actitudes críticas, activas y responsables ante la situación de necesidad existente. Por tanto, dentro de esta función, el componente principal es la sensibilización.
  4. Facilitan el desarrollo de las capacidades y habilidades sociales de los miembros que participan en las actividades del grupo. El rasgo fundamental de esta función sería el aprendizaje.

Trabajo Social de Grupo y sus Objetivos

El Trabajo Social de Grupo es una acción profesional del/de la trabajador/a social orientada a ayudar a las personas y a los grupos a aumentar sus capacidades de funcionamiento social a través de sus experiencias en grupo. Su fin es permitirles mejorar sus problemas como personas, como grupo o como comunidad.

Podemos distinguir tres objetivos básicos en la intervención social de grupo:

  1. Conseguir una mejora de las relaciones sociales para restaurarlas a un nivel óptimo de funcionamiento.
  2. Proporcionar recursos a la población para facilitar la relación de esta con el medio. Incluye dos líneas de actuación:
    1. Movilización de los recursos internos de los individuos y del grupo para actuar.
    2. Reorganización de los recursos sociales existentes (mejora de las infraestructuras existentes).

Puesta en Marcha de un Grupo en Trabajo Social

La creación de un grupo a iniciativa del/de la trabajador/a social comprende una serie de etapas que tienen lugar entre la idea de constituir el grupo y la primera reunión de este. Son las siguientes:

  1. Percepción de la necesidad: La idea de poner en marcha el grupo surge de la noche a la mañana. Se trata de una idea que ha madurado a la luz de la percepción de las necesidades colectivas de una población determinada (aislamiento de las personas mayores, viviendas insalubres) o de las demandas individuales que se repiten en las entrevistas con las personas usuarias.
  2. Evaluación interna y externa de las necesidades: Será necesario definir la necesidad, a quiénes afecta y cómo se siente por dichas personas (y su motivación), así como por otras personas o grupos del entorno.
  3. La elaboración del proyecto de trabajo social grupal: En él se realizan elecciones esenciales para la vida futura del grupo. A menudo, esta fase se realiza en equipo.

Los objetivos del trabajador/a social para el grupo se distinguen de los objetivos de los miembros del grupo y de los del grupo (con frecuencia son complementarios, pero rara vez idénticos). Los objetivos globales del/de la trabajador/a social son, como hemos visto, ayudar a los miembros del grupo en su crecimiento o bien realizar una acción que produzca cambios sociales. La definición del objetivo condiciona en gran parte la composición de este (la clientela potencial).

El tamaño del grupo no puede preestablecerse, pero tiene que permitir la comunicación interpersonal (en torno a 15 personas). Habrá que atender a características como edad, sexo, nivel cultural… Es indispensable un cierto nivel de homogeneidad que dependa de los objetivos del grupo para asegurar su cohesión y viabilidad. Se trata de que el grupo tenga características compatibles, no idénticas, pero siempre asegurando que compartan la necesidad o el interés común que da sentido al grupo. Un cierto nivel de heterogeneidad es necesario, pero las diferencias demasiado importantes pueden tornar imposible la comunicación e integración.

Respecto a la participación, los grupos con fines de esparcimiento, educativos, centrados en una o dos actividades toleran ser más abiertos. Los grupos centrados en una acción colectiva pueden funcionar con cierta apertura si hay un subgrupo suficientemente estable. Los grupos cuyo fin es aportar apoyo a sus miembros requieren el marco de una participación viable (aunque se puedan incorporar nuevos miembros con ciertos compromisos).

La selección de los miembros depende del proyecto o situación concreta, pero tendrá una significación distinta si son elegidos por el/la TS o acuden.