Transformación de la Educación para la Salud: Un Enfoque Integral
– Los **Programas de Salud** se postulan como una propuesta de abordaje a problemas que pueden ser resueltos (corregidos) por medio de tratamientos o intervenciones específicas, eficaces y eficientes. Son incluidas en esta estrategia algunas enfermedades transmisibles y, más recientemente, se han extendido a las llamadas **enfermedades crónico-degenerativas** y hasta al ámbito de la **Salud Mental**. Sus acciones fueron denominadas **acciones poblacionales**.
El enfoque hace centro en el cambio de hábitos y costumbres que sostienen los procesos de salud-enfermedad reconocidos, para así disminuir la incidencia y prevalencia de los mismos.
– La **Educación para la Salud** se constituye en el basamento de toda estrategia de **Promoción de la Salud**. Su modalidad de acción consiste en la transmisión de información científica, con valor de verdad, de manera normativa y acrítica, sin considerar las características del receptor al cual está destinado el mensaje, en la creencia de que la sola información científica transforma las prácticas. Esta visión reproduce una perspectiva pedagógica que apunta solamente a la comunicación de las normas y no a la transformación de las prácticas sociales.
– Críticas al término Educación para la Salud, basada en la existencia de un saber verdadero, producido y custodiado por la comunidad científica. Dicho saber es inculcado a una comunidad que se presume ignorante, lo cual lleva implícito una visión asimétrica entre educadores y receptores.
– Educación en Salud surge como una propuesta diferente que es la de situar en interacción el saber de la comunidad con el científico, permitiendo el encuentro de saberes y promoviendo la elaboración de diseños de intervenciones aceptados.
– Al riesgo se le relaciona con los estilos de vida. Así, por ejemplo, se culpabiliza a los grupos sociales considerados de riesgo y en riesgo, situación que alcanza su máxima contradicción en la indicación del lavado de manos como prevención de la propagación de enfermedades infectocontagiosas en poblaciones que no cuentan con provisión de agua potabilizada en volumen adecuado y suficiente.
– En **epidemiología**, estilo de vida indica un conjunto de comportamientos o actitudes que desarrollan las personas y que pueden calificarse de saludables y no saludables.
– El estilo de vida es el causante de las enfermedades y es eso lo que hay que controlar mediante la educación. El estilo de vida que habitualmente tienen los individuos pobres, quienes de esta manera son presentados como población en riesgo para sí mismos, pero a su vez se los constituye como población de riesgo para los otros, al ser contenedores de una enfermedad contagiosa que puede alcanzar en algunos casos a las poblaciones sanas.
– Los programas se proyectan desde intenciones que en la actualidad no pueden ser realizables, como el que plantea el Programa de Chagas: eliminar la transmisión vertical. Solo se puede identificar a las madres chagásicas, seguir a sus recién nacidos y aplicar tratamiento en caso de que la transmisión sea positiva. En este caso, las acciones planificadas de **Educación para la Salud** de los niños consisten en responsabilizar a las madres chagásicas de guardar y mostrar la documentación (la tarjeta azul) que acredite su laboratorio positivo.
– **Tuberculosis**: La educación, denominada entonces catequismo médico, quedaba en manos del visitador (hoy Agente Sanitario) que propalaba a viva voz la necesidad de imponer y cumplir con las medidas higiénicas y mantener distancia con los afectados. El catequismo es el acto de instruir al catecúmeno (el que todavía no es) por medio de preguntas que solo tienen una respuesta verdadera, cuyo significado y sentido debe cumplirse inexorablemente para alcanzar la categoría de Ser; en este caso, no ser tuberculoso. Es al mismo tuberculoso a quien se responsabiliza de la toma de conciencia sobre su enfermedad, de la situación de contagiante para con sus convivientes y de su cura (Enria, 2000). Hecho del que quedará liberado siempre y cuando cumpla con el tratamiento prescripto. Se delega en manos de personal no calificado la responsabilidad de supervisar que el padeciente asuma la carga preventiva. Este personal no es supervisado ni evaluado tanto en la forma como en el contenido del acto de aconsejar y asegurar los cuidados a tomar para disminuir los riesgos de contagiar, por lo que el proceso educativo termina siendo una mera indicación y no un proceso pedagógico que lleve a la comprensión de lo que se padece, a verse en situación (con sus implicancias individuales y grupales), para cumplir conscientemente el objetivo de disminuir la incidencia de casos nuevos.
– VIH/SIDA: La educación para la salud se funda en una campaña de información sobre la manera segura de mantener relaciones sexuales que incluye como estrategia la distribución gratuita de preservativos a grupos de riesgo. Desde los Centros de Salud dicen: aquí tenemos preservativos, pero nadie los pide y se vencen guardados, dejando en manos de los potenciales usuarios la responsabilidad de reclamarlos, olvidando que fueron comprados para realizar una estrategia preventiva poblacional. **Menores de 18 años** pueden no recibir el beneficio por estar sujetos a la patria potestad (charlas). **Limitación**: se confunde informar con educar.