Trastorno de Anorexia Nerviosa: Causas, Síntomas y Tratamiento

Anorexia Nerviosa: Un Trastorno Alimenticio Peligroso

La anorexia nerviosa es un trastorno alimenticio que se caracteriza por un miedo incontrolable a ganar peso. Quienes la padecen adoptan actitudes patológicas en relación con la comida, la cual se convierte en una obsesión permanente. En casos graves, si no se trata a tiempo, puede poner en peligro la vida de la persona.

Etiología de la Anorexia Nerviosa

  • Factores genéticos: Predisposición a comportamientos como la depresión o la compulsión.
  • Factores psicológicos: Baja autoestima, perfeccionismo, necesidad de control.
  • Elementos socioculturales: Presión social por la delgadez, sentimiento de rechazo o aislamiento.
  • Contexto familiar: Duelos, divorcios, conflictos familiares.
  • Situaciones aversivas: Experiencias traumáticas, abuso.

Características y Comportamientos Asociados a la Anorexia Nerviosa

  1. Restricción extrema de la ingesta de alimentos.
  2. Obsesión por contar calorías.
  3. Desmenuzar los alimentos en porciones muy pequeñas.
  4. Preparar comida para otros y negarse a comerla.
  5. Mantener un peso corporal por debajo de los valores normales.
  6. Miedo a comer en público o en eventos sociales.
  7. Actividad física excesiva.
  8. Negación a mostrarse en traje de baño.
  9. Conductas compensatorias como vómitos autoinducidos, uso de laxantes o diuréticos después de «atracones».
  10. Abuso de edulcorantes.
  11. Alteraciones del carácter: ira, irritabilidad.
  12. Inseguridad y baja autoestima.
  13. Sentimiento de culpa y autodesprecio por haber comido o por no haberlo hecho.
  14. Aislamiento social.

Cuadro Clínico de la Anorexia Nerviosa

  • Pérdida de peso significativa. El paciente niega tener hambre, estar delgado o sentir fatiga.
  • Hiperactividad física y programas de ejercicios ritualizados.
  • Preocupación excesiva por los alimentos. Preparación de comidas elaboradas para otros.
  • Vómitos autoinducidos después de comer, a menudo en baños públicos.
  • Gula seguida de emesis (vómito).
  • Amenorrea (ausencia de menstruación) que suele acompañar o seguir a la pérdida de peso.
  • Estreñimiento e intolerancia al frío.
  • Bradicardia (frecuencia cardíaca inferior a 60 latidos por minuto).
  • Hipotermia.
  • Hipotensión arterial.
  • Grasa corporal indetectable y huesos prominentes.
  • Tejido mamario generalmente conservado.
  • Piel seca, escamosa y amarillenta (carotinemia, visible en las palmas de las manos).
  • Aumento del vello corporal fino (lanugo) o hirsutismo.
  • Glándulas parótidas agrandadas.
  • Prolapso de la válvula mitral.
  • Edema, especialmente en las piernas.

Diagnóstico de la Anorexia Nerviosa

  • Entrevista con el paciente y su entorno familiar.
  • Revisión de la historia clínica y antecedentes familiares.
  • Exploración física (ritmo cardíaco, presión arterial, frecuencia respiratoria).
  • Pruebas clínicas complementarias: hemograma, bioquímica, etc.
  • El odontólogo, el médico general y el ginecólogo pueden ser los primeros en detectar signos de un trastorno alimentario.
  • El dentista puede identificar signos en la boca del paciente, como sequedad bucal y saliva espesa debido a la deshidratación causada por los vómitos frecuentes.

Tratamiento de la Anorexia Nerviosa

  • El tratamiento debe ser personalizado y adaptado a las necesidades de cada paciente y su familia.
  • Los equipos transdisciplinarios suelen ser los más efectivos, con un enfoque común que incluye orientación nutricional y psicoeducación.
  • Terapias de comportamiento.
  • Grupos de apoyo y asociaciones de lucha contra los trastornos alimenticios.
  • Psicoeducación.
  • Tratamiento psicológico individual.
  • Tratamientos farmacológicos (en algunos casos).
  • Consulta nutricional y dietética.
  • Hospitalización (en casos graves).

Intervención de Enfermería

La intervención de enfermería es fundamental en el manejo de la anorexia nerviosa, abordando aspectos como:

  • Alteración en los procesos de pensamiento.
  • Afrontamiento individual ineficaz.
  • Ansiedad.
  • Desesperanza.
  • Alteración en los procesos familiares.
  • Trastorno de la autoestima.