Trastornos de conducta, ansiedad y dificultades de aprendizaje

Problemas internalizantes y externalizantes

Problemas internalizantes: emocionales y conductuales (ansiedad, depresión). Problemas externalizantes: problemas de relación (conducta antisocial, trastornos de conducta).

Conducta anormal: que no se comporta como la sociedad espera. Es la principal vía por la cual los niños dan a conocer a los adultos cuáles son sus necesidades.

Causas: Factores innatos (desde el nacimiento, genéticos) y factores adquiridos o aprendidos (durante la infancia).

Temperamento: no se puede modificar, la personalidad sí. Hay 9 dimensiones a la hora de definirlo:

  • Nivel de actividad: actividad motora en actividad diaria.
  • Ritmo: regularidad patrones sueño y vigilia.
  • Acercamiento-retraimiento: respuesta negativa o positiva ante estímulos.
  • Adaptabilidad: respuesta ante situaciones novedosas.
  • Umbral de respuesta: nivel de estimulación necesaria para evocar una respuesta.
  • Intensidad de reacción: energía en las respuestas.
  • Humor: conducta apacible o desapacible.
  • Tendencia a la distracción.
  • Atención y constancia.

Aprendizaje: cambio de la conducta estable o persistente que ocurre como consecuencia de una experiencia, adiestramiento u observación. Todo niño aprende primero por imitación, muchas conductas son reflejo del entorno. Medir: la intensidad (alto, bajo), la frecuencia y la duración.

Clasificaciones del trastorno: a través de modelos categoriales: define presencia o ausencia de un trastorno. Viene de la tradición médica y criterios racionales, trastorno a través de criterio clínico. Se cuantifica y mide su intensidad. Se usa en la actualidad. Es mejor el modelo dimensional, pero el más utilizado ha sido el categorial.

Características de cada trastorno:

Prevalencia: % de la población que lo sufre.

Comorbilidad: otros trastornos que suelen aparecer conjuntamente con uno en concreto.

Diagnóstico diferencial: las pautas que nos permiten diferenciar un trastorno de otro parecido que se puede confundir.

Marcos de identificación: Para detectarlos se utiliza:

  • Entrevistas: con familiares es importante indagar sobre las causas de la conducta y los factores que pueden influenciar.
  • Escalas de valoración.
  • Observación conductual: hojas de registro para indicar duración, edad de inicio de los problemas, relaciones con profesores y compañeros.

Intervención: Técnicas de modificación según línea cognitivo-conductual, estas son técnicas que se centran en aumentar las conductas adaptadas y reducir las inadaptadas:

  • Refuerzo: positivo (dando algo bueno), negativo (quitando algo malo o desagradable).
  • Extinción: ignorar.
  • Economía de fichas: se consigue fichas si realiza conductas concretas que se han especificado con anterioridad y las pierde en caso de no hacerlo, se pueden cambiar por recompensas o actividades.
  • Tiempo Fuera: ejemplo silla de pensar en el aula.
  • Modelado.
  • Contratos de conducta: acuerdo por escrito entre educadores y el niño sobre las conductas a cambiar.

TDAH: Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, se caracteriza por síntomas de desatención, hiperactividad e impulsividad. Niños con distracción moderada grave, periodos de atención breve, inestabilidad emocional y conductas impulsivas. Existen 3 subtipos fundamentales: predominio déficit de atención, predominio impulsividad e hiperactividad, combinado que incluye los 3. El TDAH suele ocurrir simultáneamente con otros trastornos: negativista desafiante, trastornos del aprendizaje, trastornos por tics, trastornos de ansiedad. Para diagnosticar TDAH, se tienen que dar conductas persistentes de desatención, hiperactividad e impulsividad durante 6 meses y que produzcan un deterioro significativo. No todos los niños que cumplen los criterios presentan en realidad un TDAH, por lo que no todos los niños diagnosticados tienen en realidad un trastorno. De origen neurobiológico, con un peso genético importante.

Diagnóstico: Se siguen criterios clínicos, actualmente no hay técnicas más objetivas. No son necesarias las exploraciones neuropsicológicas y psicopedagógicas, pero son útiles de cara a la intervención. Es importante que el diagnóstico sea diferencial, para no confundir el trastorno con otros patrones conductuales. Prestar atención a poblaciones de riesgo (niños prematuros, bajo peso al nacimiento, familiares con TDAH).

Trastorno disocial: empieza a aparecer entre los 2 y 3 años y durante la adolescencia. Falta de respeto, dificultades con el manejo de la ira, no respeta a los demás e incumple las normas de las figuras de autoridad (padres, profesores).

Características: ausencia de empatía, dificultad para detectar intenciones de los demás, falta de remordimiento o de sentimiento de culpa, baja autoestima, irritabilidad.

Prevalencia: más en niños que en niñas, aumenta con la edad, en las niñas aparece más tarde. Existen factores protectores: biológicos (elevada evitación del daño, temperamento no conflictivo), cognitivos (adecuada capacidad intelectual), factores escolares y sociales (capacidad de relacionarse con otros) y factores de riesgo: biológicos (genéticos y constitucionales), cognitivos (bajo nivel aptitud verbal), familiares (funcionamiento familiar inadecuado), sociales y escolares (nivel socioeconómico bajo, exposición continua a conductas violentas y antisociales) que intervienen en el inicio y en el mantenimiento del trastorno.

Marco de identificación: Para hacer un diagnóstico del trastorno los profesionales de salud mental utilizan entrevistas, escalas de valoración y observación conductual. La observación en el entorno escolar puede ser de gran utilidad. La prevalencia del TND es de aproximadamente el 11,3%. Es especialmente relevante la interacción de factores temperamentales con los familiares.

Intervención: Se centra tanto en la familia como en el niño/a, y puede ampliarse al entorno escolar. Con la familia se trabajan pautas para modificar las interacciones coercitivas, y con el niño/a estrategias para manejar los comportamientos problemáticos.

La ansiedad es una emoción, y como tal se manifiesta en tres: fisiológico (cambios en mi cuerpo), cognitivo (cambios en lo que pienso) y conducta (cambios en lo que hago), evitación o escape de aquello que la desencadena.

Ansiedad patológica, se experimenta con una intensidad excesiva no adaptativa, y que incluso puede afectar a la salud. Ansiedad normal, respuesta normal y adaptativa que prepara el organismo para actuar ante situaciones de peligro. Dichos trastornos se recogen en el DSM-5 dentro de los apartados de: (a) trastornos de ansiedad; (b) trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados; y (c) trastornos relacionados con traumas y factores de estrés.

Prevalencia: trastorno ansiedad por separación, fobias específicas, ansiedad generalizada.

Prevención: Existe un programa preventivo llamado FRIENDS, que se ha demostrado efectivo en la prevención de los trastornos de ansiedad. Este programa refuerza fortaleza emocional y habilidades cognitivas, habilidades para hacer frente a la ansiedad, habilidades para solucionar problemas y desarrollar la confianza en uno mismo. Incorpora también un componente de intervención familiar.

Trastornos del aprendizaje: los trastornos del aprendizaje obedecen a alteraciones selectivas de procesos psicológicos básicos necesarios para el aprendizaje. No se conocen las causas concretas por las que algunas personas desarrollan este trastorno. Aprendizaje: es la adquisición de conocimiento y comprensión de las experiencias que conduce al crecimiento integral del individuo y promueve su proceso de autonomía. 3 aspectos clave: activo, constructivo y significativo.

Proceso del aprendizaje: seleccionar información relevante (atención), percibir a través de modalidades sensoriales (percepción), almacenar la información (memoria), relacionar información.

Estrategias de aprendizaje: conjunto de procesos básicos (memoria, atención, conciencia fonológica, etc.) que integramos en un plan de acción.

Estilos más comunes de aprendizaje: modalidad perceptiva (estilo visual, auditivo), modalidad hemisférica cerebral (estilos lógico, estilo holístico), forma de procesar la información (estilo activo, reflexivo, teórico).

Técnicas de estudio: nos permiten aplicar las estrategias de aprendizaje más efectivas para cada tipo de aprendizaje. Entre ellas se incluye la repetición, subrayado.

Evaluación psicopedagógica: tiene como objetivo analizar los procesos de aprendizaje que realiza el alumno en su proceso de aprendizaje, para identificar áreas fuertes como punto de partida para trabajar las áreas débiles, y rehabilitar/reforzar los procesos que posibiliten el aprendizaje. Puede ser también aconsejable una intervención socio-emocional. La prevención se centra en la detección temprana de los problemas.

Etapa preescolar (tiene problemas de pronunciación), 4/5 años (evita leer en voz alta).

Dislexia: es una dificultad «específica para adquirir de forma eficaz las habilidades lectoras». La dislexia NO es originada por deficiencias sensoriales ni un nivel intelectual, recursos escolares o socio-familiares inadecuados. La dislexia es el trastorno de aprendizaje más común en las aulas, en todas las aulas habrá un niño. Causas: trastorno de origen neurobiológico. Afecta lectura y escritura, también puede alterar otras funciones necesarias para realizar estos procesos, ej: la memoria de trabajo, atención, coordinación.

Pautas aula: no forzar al alumno a leer en voz alta, no penalizar con severidad las faltas de ortografía, incluir formato oral en la evaluación, ofrecer apoyo extra.

Prevención: programas preventivos de dislexia antes de la escuela (juegos de lenguaje, reconocimiento de ritmos). Estos programas reducen la prevalencia de dislexia. Pautas generales que favorecen el aprendizaje de este alumnado.

Escritura: consiste en una manera gráfica de comunicarnos, expresarnos y de comunicar conocimientos e información. El proceso requiere del funcionamiento correcto y coordinado de procesos lingüísticos, viso-espaciales y motores. En su curso y expresión influye el estado emocional (ansiedad, motivación, temperamento).

Los trastornos de la escritura consisten en una discrepancia entre las capacidades de escribir y la edad, que causa una interferencia con las actividades de la vida cotidiana para las que se requiere la escritura (DSM-5). Ej: letra demasiado grande o pequeña, falta de espacio entre palabras.

Causas: madurativas, del esquema corporal y perceptivo-motoras, basadas en el lenguaje. Indicadores de alarma: retraso en la escritura de 2 o más años, trastornos en los tamaños de grafemas, posición inadecuada para escribir con efectos de una mala grafía. Como consecuencia o factores condicionantes se puede presentar: síntomas conductuales (fobia escolar, tics), síntomas emocionales (sentimientos depresivos), síntomas perceptivo-motrices (movimientos involuntarios asociados).

Intervención: Errores con base en el lenguaje: entrenamiento de factores asociados a través de ejercicios y juegos.

Aprendizaje de las matemáticas: se asienta sobre una habilidad innata, el sentido numérico, que consiste en la capacidad que permite percibir el número de objetos que componen un grupo de forma aproximada y distinguir entre «mucho» y «poco». Se manifiesta como una baja capacidad para comprender y realizar operaciones de procesamiento numérico o de aritmética. La prevalencia es alta en cada aula. Aproximadamente 1 de cada 3 lo es debido a una deficiente conceptualización del sentido del número, y el resto obedece a otros factores.

Acalculia: lesión adquirida que conlleva dificultades en las matemáticas. A diferencia de la discalculia, que es un trastorno del desarrollo, no adquirido por lesión. Clasificación desde la orientación neurológica: anarritmia, atencional-secuencial, espacial. Los déficits emocionales pueden manifestarse como conductas disruptivas o pasivas. La dimensión social e intelectual del autoconcepto suele ser negativa en el alumnado con dificultades de aprendizaje.

Intervención: Se basa en potenciar el autoconcepto, la autoestima, la autorregulación, las interacciones sociales cooperativas y la motivación. Las funciones mentales están basadas en las funciones motrices. El aprendizaje lecto-escritor se asienta en un adecuado esquema corporal, que se relaciona con la orientación espaciotemporal. Este hemisferio procesa la información preferentemente de manera secuencial.