Evolución Educativa en España: Magisterio, Escuelas de Verano y el Valenciano
Planes de Formación de Magisterio en España: Hitos Históricos
Plan de Formación de Magisterio de 1914
Este plan estableció el Título Único de Maestro de Enseñanza Primaria. Los requisitos para ingresar incluían tener 14 años y haber completado la enseñanza primaria. El proceso de formación constaba de:
- Examen de ingreso.
- Cuatro cursos académicos, con prácticas obligatorias en la escuela Anexa durante el tercer y cuarto curso.
- Un examen final de reválida compuesto por cinco ejercicios.
Se introdujeron nuevas materias fundamentales como Pedagogía, Psicología e Higiene. Se mantuvo la separación entre las Escuelas Normales masculinas y femeninas. En la Normal femenina, se impartían asignaturas específicas como Economía Doméstica, Gimnasia, Costura, Labores y Posiciones para la enseñanza oficial.
Plan Profesional de 1931
Este plan modernizó la formación docente con los siguientes requisitos y características:
- Ser bachiller y tener más de 16 años.
- Superar una prueba de acceso.
- Tres cursos con una sólida formación metodológica.
- Un curso de prácticas pagadas.
- Una prueba final conjunta.
- Acceso directo al funcionariado tras la titulación.
- Establecimiento de centros de colaboración.
Plan de 1950
El plan de 1950 introdujo cambios significativos en la formación de maestros:
- Examen de acceso.
- Requisito de tener el bachiller.
- Tres años de carrera.
- Reválida final obligatoria.
- Obligatoriedad de cursar formaciones del Frente de Juventudes para los hombres y de la Sección Femenina para las mujeres.
La Escuela de Verano: Concepto y Relevancia
Las escuelas de verano son cursos educativos diseñados para ser realizados durante las vacaciones estivales. Sus contenidos, alcance y objetivos pueden variar ampliamente, pero suelen estar ideados de forma complementaria al curso académico. La escuela de verano prioriza un horario flexible y destina un espacio acondicionado para favorecer la participación de todos.
- En Educación Primaria: Suelen destinarse a reforzar contenidos impartidos durante el año, siendo especialmente útiles para compensar desigualdades socioeconómicas en el acceso a la educación.
- En Educación Secundaria: Frecuentemente se utilizan como preparación para la Universidad u otros tipos de educación superior.
- En Educación Superior: Se emplean para incentivar la formación continua y el debate sobre temas de interés social. Los cursos de verano suelen tener un interés más divulgativo que académico y es habitual que estén dirigidos a adultos en edad laboral o incluso a personas mayores.
Nota: El documento original pregunta por cuatro escuelas de verano importantes en Valencia, pero no proporciona la respuesta.
La Importancia de la Incorporación del Valenciano en la Escuela y la Universidad
La historia de la lengua valenciana en el ámbito educativo ha sido compleja. En 1707, con el rey Felipe V, el castellano pasó a ser la única lengua oficial. El valenciano no recuperó su oficialidad hasta la promulgación del Estatuto de Autonomía en 1982.
Fue el 23 de noviembre de 1983, con la promulgación de la Ley de Uso y Enseñanza del Valenciano (LUEV), cuando se ordenó la incorporación obligatoria del valenciano en todos los niveles educativos.
Este largo paréntesis de años sin oficialidad provocó en los ciudadanos diversos efectos, como la reducción de los registros lingüísticos, la sustitución lingüística, la ocultación y la diglosia, entre otros.
Durante la II República, los maestros valencianos, mediante acciones sociales, organizativas y pedagógicas, reclamaban el derecho a la valencianización de la sociedad. Fueron años bastante duros, lo que llevó a que, en 1975, el gobernador civil prohibiera la Escuela de Verano del País Valenciano.
El conflicto lingüístico entre el castellano (lengua dominante) y el valenciano (lengua minorizada) fue una cuestión persistente que perjudicó la progresión del valenciano en muchos ámbitos y lo debilitó como factor de cohesión social.
A pesar de las dificultades, durante este tiempo, los maestros formaron colectivos, organizaron escuelas de verano y cursos didácticos, e iniciaron los primeros programas experimentales de enseñanza en valenciano. Más tarde, la entrada en vigor de la Ley de Uso y Enseñanza del Valenciano permitió la rápida generalización del valenciano como asignatura tanto en centros de Primaria como de Secundaria. Actualmente, el número de centros que imparten valenciano ya sobrepasa el millón.
El nuevo contexto de globalización, las migraciones y las nuevas tecnologías, con la incorporación de programas como el bilingüismo, reclaman la modificación del currículo escolar, especialmente en las áreas lingüísticas. El reto del valenciano en este nuevo marco es el de convertirse en la lengua de la integración y la cohesión social.
Desde la perspectiva histórica, la introducción del valenciano en la enseñanza es un hecho revolucionario. Se debe tener en cuenta que no tiene sentido dejar todo en manos de la escuela, sino que se deben adoptar medidas para convertir el idioma propio en un instrumento infinitamente apto, útil socialmente y necesario.