Estrategias Financieras Clave: Presupuestos, Capital de Trabajo y Renta Fija
Introducción a los Presupuestos
Los presupuestos son estimaciones sobre situaciones futuras. Técnicamente, un presupuesto es un plan expresado en términos monetarios. Son ampliamente utilizados en finanzas para estimar los valores más probables en una situación de negocios. Prácticamente todo puede ser presupuestado, siendo los presupuestos de los estados financieros los más comunes en el ámbito financiero.
Uno de los presupuestos más utilizados es el de flujo de caja.
Clasificación de los Presupuestos
Los presupuestos se clasifican generalmente en dos tipos principales: los presupuestos de control de gestión y los presupuestos simulativos.
Presupuestos de Control de Gestión
En este tipo, se proyectan cifras que constituyen metas u objetivos de desempeño, no necesariamente las situaciones más probables. Un ejemplo claro son los presupuestos de ventas, que establecen objetivos para el departamento comercial de las compañías. El cumplimiento o superación de estas cifras presupuestadas a menudo conlleva incentivos monetarios para los vendedores, mientras que su incumplimiento puede tener consecuencias laborales.
Presupuestos Simulativos
En contraste, el presupuesto simulativo busca estimar la cifra de más probable ocurrencia, también conocida como valor esperado. Este tipo de presupuesto es ampliamente utilizado en finanzas, tanto para proyecciones de corto como de largo plazo.
Presupuestos por Horizonte de Planificación
Además, los presupuestos se pueden clasificar en tres tipos de acuerdo con su horizonte de planificación:
- Presupuestos de corto plazo
- Presupuestos de mediano plazo
- Presupuestos de largo plazo
Presupuestos de Corto Plazo (Operativos)
Los presupuestos de corto plazo, también conocidos como operativos, tienen un horizonte de planificación de hasta un año. El presupuesto de caja de corto plazo se utiliza en finanzas fundamentalmente para dos propósitos:
- Para planificar mejor sus pagos (egresos) en base a sus ingresos planificados y, en base a estos, determinar su política de financiamiento e inversión de corto plazo.
- Para la determinación del capital de trabajo necesario para la firma.
El horizonte de planificación se refiere al periodo de tiempo durante el cual se simulan los recursos de la empresa; en términos coloquiales, es la duración del presupuesto.
El presupuesto de caja de corto plazo es muy volátil debido a su alta tasa de cambio. Por lo general, las empresas manejan un presupuesto de caja de no más de 90 días, el cual es preparado por el departamento de tesorería, encargado de recopilar la información necesaria para su formulación.
En la mayoría de los casos, este presupuesto se reformula diariamente, eliminando el día transcurrido y añadiendo uno nuevo al final. De esta manera, el presupuesto siempre mantiene la misma cantidad de días (30, 60 o 90 días, según corresponda).
En este contexto, el presupuesto de caja se denomina presupuesto rotativo de caja.
Es importante destacar que un presupuesto, especialmente uno de esta naturaleza, es útil solo si la empresa puede proyectar sus ingresos y gastos con un cierto grado de certeza.
Las empresas realizan grandes esfuerzos para presupuestar sus flujos con el mayor nivel de certeza posible.
Presupuestos de Mediano Plazo (Tácticos)
Los presupuestos de mediano plazo tienen un horizonte de planificación superior a un año y menor a tres años. Se les conoce como presupuestos tácticos.
Presupuestos de Largo Plazo (Estratégicos)
Los presupuestos de largo plazo o estratégicos poseen un horizonte de planificación superior a tres años. Este tipo de presupuesto se utiliza para evaluar nuevas alternativas de inversión o negocios.
La formulación de los presupuestos de largo plazo difiere de la del presupuesto de caja de corto plazo. Este último es inherentemente volátil, lo que dificulta su proyección para periodos superiores a un año. Sin embargo, la mayoría de los nuevos proyectos de inversión a evaluar requieren plazos considerablemente mayores.
Determinación del Capital de Trabajo
El capital de trabajo se define conceptualmente como la cantidad de dinero que una compañía necesita para operar con normalidad, evitando la insolvencia técnica.
Existen dos formas de determinar el capital de trabajo: el capital de trabajo estático o contable y el capital de trabajo dinámico.
Capital de Trabajo Estático o Contable
El capital de trabajo estático es una medida de control de gestión que se expresa mediante la siguiente ecuación:
Capital de trabajo = Activo Circulante – Pasivo Circulante.
Esta forma de determinar el capital de trabajo se basa en las partidas circulantes del balance de una empresa, es decir, en datos históricos. Proporciona una medida del capital de trabajo que la empresa poseía a la fecha del balance, pero no indica si este era suficiente, solo el monto existente.
Para determinar si este capital de trabajo era suficiente, es necesario considerar otro índice clave: la liquidez.
La liquidez es una razón que relaciona las partidas del activo circulante con las del pasivo circulante. Este índice puede tomar valores menores o mayores que 1.
Si la razón de liquidez es menor que 1, implica que el activo circulante es inferior al pasivo circulante. Trasladando esto al concepto de capital de trabajo, un índice de liquidez menor a 1 significa un capital de trabajo negativo. En esta situación, la empresa no dispone de los fondos necesarios para operar con normalidad.
Veamos esto con un ejemplo práctico:
Un índice de liquidez igual a 1 implica que el activo circulante es igual al pasivo circulante, lo que resulta en un capital de trabajo de cero.
Un índice de liquidez igual a 2 genera un capital de trabajo positivo. Si el índice de liquidez es 2, significa que el activo circulante es el doble del pasivo circulante (es decir, Activo Circulante = 2 * Pasivo Circulante).
Como se ha demostrado, existe una clara relación entre la razón de liquidez de la empresa y su capital de trabajo.
Si se acepta que para la mayoría de las empresas una liquidez de 2 puede ser suficiente para hacer frente a sus deudas de corto plazo, entonces el capital de trabajo resultante de una liquidez de 2 también se consideraría aceptable.
Cuando la liquidez es 2, por cada peso de pasivo circulante, se disponen de 2 pesos de activo circulante.
Considerando que el activo circulante se define como lo que la empresa posee y que es dinero o se convertirá en dinero al menos una vez al año, y que el pasivo circulante son todas las deudas de la empresa que vencen dentro del año, una liquidez de 2 indica que se poseen dos unidades monetarias de activos líquidos o convertibles en efectivo para hacer frente a las deudas que vencen en el mismo periodo.
Por lo tanto, si la liquidez de la empresa es 2, podemos afirmar que su capital de trabajo es positivo (mayor que cero) y suficiente.
Por otro lado, una liquidez menor a 1 indica que los activos circulantes son inferiores a los pasivos circulantes, lo que resulta en un capital de trabajo estático negativo. Esto significa que la compañía no dispone de dinero suficiente para afrontar sus obligaciones de corto plazo. Al ser sus pasivos circulantes mayores que sus activos circulantes, la empresa, tarde o temprano, no podrá cumplir con sus compromisos a corto plazo, entrando en insolvencia técnica.
En este caso, el riesgo de insolvencia técnica es considerable, más aún si consideramos que una parte de los activos circulantes (el inventario) posee un componente algo más permanente.
Una liquidez mayor a 1 conlleva una disminución del riesgo de insolvencia técnica. Cuanto mayor sea el índice de liquidez, mayor será el capital de trabajo (medido como la diferencia entre Activo Circulante y Pasivo Circulante).
En resumen, hemos identificado las siguientes situaciones clave:
- Liquidez menor a 1: El capital de trabajo es negativo. La empresa no cuenta con el dinero suficiente para operar con normalidad, y su riesgo de caer en insolvencia técnica es elevado.
- Liquidez igual a 1: El capital de trabajo (diferencia entre circulantes) es cero. La empresa está «calzada», lo que significa que sus activos circulantes cubren exactamente sus pasivos circulantes. La compañía depende de recibir pagos para poder cumplir con sus obligaciones. Cualquier retraso en sus flujos de ingreso la hará caer en insolvencia técnica, ya que no cuenta con un fondo de maniobra. El riesgo de insolvencia es alto.
- Liquidez mayor a 1: La empresa comienza a tener capital de trabajo positivo. A medida que la liquidez se acerca a 2, el capital de trabajo aumenta. Cuando la liquidez alcanza 2, el capital de trabajo, además de ser positivo, se considera suficiente.
- Liquidez mayor a 2: El capital de trabajo es positivo y abundante. A medida que la liquidez supera 2, la empresa dispone de un nivel de capital de trabajo superior al requerido, lo que puede indicar la presencia de recursos ociosos.
Se ha debatido que tanto el índice de liquidez como el capital de trabajo, al estar estrechamente relacionados, deben tener valores que son propios de cada industria o grupo de negocios similares. Existen industrias que son grandes consumidoras de capital de trabajo (por ejemplo, aquellas que pagan al contado y venden a crédito), mientras que otras operan de manera inversa. Asimismo, algunas industrias requieren mantener un alto nivel de inventarios, entre otras particularidades.
Por regla general, se acepta que una buena medida de liquidez es 2, es decir, mantener un nivel de activo circulante que sea el doble del pasivo circulante. Esta posición se considera conservadora y disminuye considerablemente el riesgo de caer en insolvencia técnica.
Determinación de las Necesidades de Capital de Trabajo
Para determinar las necesidades de capital de trabajo de una empresa, se utiliza un presupuesto de caja de tipo simulativo de corto plazo.
Un ejemplo de este tipo de presupuesto es el siguiente:
Es importante destacar lo siguiente:
- Un presupuesto de caja es útil para una compañía en la medida en que esta pueda presupuestar sus ingresos y egresos de dinero con algún grado de certeza.
- El presupuesto aquí ejemplificado es una variación del presupuesto que se usa generalmente en las compañías día con día para planificar las operaciones, y su objetivo es determinar la necesidad de capital de trabajo.
En este presupuesto, se observa que en el día número 6 se produce el máximo nivel de saldo acumulado en contra o déficit de caja. Si se pudiera obtener una entrada de dinero el día 1 por ese monto, el saldo acumulado quedaría en cero (0) y el resto de los días presentarían un saldo acumulado positivo (superávit). De ser así, la empresa podría operar con normalidad, pagando todas sus obligaciones a tiempo sin incurrir en ningún tipo de insolvencia.
Recordando que la definición de capital de trabajo es la cantidad de dinero que la empresa necesita para operar con normalidad, cumpliendo con todos sus compromisos a tiempo y evitando la insolvencia, este máximo déficit de caja acumulado representa el capital de trabajo requerido.
Por lo tanto, el máximo déficit de caja acumulado en un presupuesto de caja es el capital de trabajo que la empresa necesita.
Este máximo déficit de caja siempre se encuentra en un presupuesto con un horizonte de planificación igual al ciclo del negocio, es decir, la cantidad de días que la compañía tarda en recuperar su inversión con margen.
Una vez determinado el capital de trabajo que la empresa requiere, se pueden considerar las siguientes tres opciones de financiación:
- Financiar toda la necesidad de capital de trabajo con un crédito de mediano o largo plazo.
- Financiar las necesidades de fondos en la medida que se necesiten.
- No financiar y pagar en la medida que se reciban los ingresos.
Opciones de Financiación del Capital de Trabajo
La primera posición es muy segura. La empresa solicita un crédito a mediano o largo plazo y lo integra en su flujo de caja. Como se mencionó, el día que necesite esos recursos, el saldo de caja quedará en cero, y los demás días presentará excedentes. La empresa siempre pagará todas sus deudas y no incurrirá en peligro de insolvencia. Sin embargo, esta posición puede desrentabilizar a la compañía por las siguientes razones:
- Se está pidiendo un crédito por dinero que no siempre se está utilizando.
- Se está pidiendo dinero a mediano o largo plazo, y las tasas de corto plazo son generalmente más baratas que las tasas de largo plazo.
La segunda posición es ligeramente menos segura que la primera. Implica que la compañía solicite crédito solo cuando lo necesite. Esto requiere que la empresa mantenga varias opciones de financiamiento con la banca (líneas de crédito abiertas y vigentes), lo cual no siempre es factible. Esta opción exige menos esfuerzo financiero a la empresa, ya que solo solicita crédito según sus necesidades y a corto plazo.
En este caso, la empresa requiere más personal administrativo que esté pendiente del flujo de caja y de los préstamos solicitados a los bancos, así como del mantenimiento de las líneas de crédito con las instituciones financieras.
La tercera posición es la más riesgosa de todas: implica pagar las acreencias solo cuando se disponga de dinero. Si no hay fondos, los acreedores deberán esperar hasta que la compañía tenga recursos. Esto conlleva un grado de insolvencia frente a los proveedores, una situación que no siempre es sostenible a mediano plazo. No obstante, es muy rentable, ya que no se solicita ningún tipo de crédito.
La compañía deberá elegir una de estas posiciones de acuerdo con sus políticas internas y su tolerancia al riesgo.
Observaciones Adicionales sobre los Presupuestos
Los presupuestos son herramientas de amplio uso en finanzas y en los negocios en general. Se pueden definir como un plan expresado en términos monetarios.
Los presupuestos se clasifican, de forma muy general, en simulativos y de control de gestión.
Los presupuestos de control de gestión tienen como misión establecer metas u objetivos, los cuales son controlados una vez cumplido el horizonte de planificación.
Los presupuestos simulativos tienen como objetivo modelar las situaciones de más probable ocurrencia, permitiendo así actuar frente a escenarios esperados. Basándose en estas situaciones, se puede determinar un escenario más favorable para la empresa (situación optimista) o uno más desfavorable (situación pesimista). Sin embargo, situaciones como la determinación del capital de trabajo se realizan con base en la situación más probable.
Uno de los presupuestos más utilizados en finanzas es el presupuesto de caja. El presupuesto de caja simulativo proyecta las entradas y salidas de dinero de más probable ocurrencia. El presupuesto de caja operativo se utiliza para determinar las necesidades de capital de trabajo, mientras que el flujo de caja de largo plazo se emplea para evaluar nuevos negocios.
Se define como ciclo del negocio el periodo de tiempo que la empresa necesita para recuperar el dinero invertido en el negocio (inversión) con margen.
Para una empresa manufacturera, el ciclo del negocio es la suma del periodo promedio de fabricación, el periodo promedio de inventario y el periodo promedio de cobranza.
Periodo Promedio de Fabricación
El periodo promedio de fabricación es el tiempo que la compañía tarda en fabricar el producto principal de su negocio. Si la empresa fabrica varios productos, el periodo de fabricación es un promedio ponderado de los tiempos dedicados a la fabricación de cada uno. Por ejemplo, si la empresa fabrica tres productos y sus tiempos de fabricación son los siguientes:
El periodo promedio de fabricación de la empresa es de 6,1 días.
Periodo Promedio de Inventarios
El periodo promedio de inventarios es el tiempo que la empresa tarda, en promedio, en vender sus existencias. Esto se puede calcular de la siguiente forma:
Periodo promedio de inventario = (Inventario * 365 días) / Costo de la Venta.
Este es un índice financiero que puede proporcionar una información bastante aproximada a la realidad.
Si se dispone de la rotación de los inventarios, basta con dividir el número de días del año (365) entre la rotación (también expresada en días).
Periodo Promedio de Cobranza (PPC)
El periodo promedio de cobranza (PPC) se define como el número de días que la empresa tarda en cobrar sus ventas a crédito.
El periodo promedio de cobranza también es un índice financiero que puede proporcionar información bastante aproximada sobre cuánto tarda la empresa, en promedio, en cobrar sus ventas a crédito.
Periodo Promedio de Cobranza = (Cuentas por Cobrar * 365 días) / Ventas a Crédito.
Si se cuenta con la rotación de las cuentas por cobrar, el periodo promedio de cobranza es de 365 días / Rotación de las Cuentas por Cobrar.
La sumatoria de estos tres periodos constituye el ciclo del negocio (en promedio).
Si la empresa es solo comercializadora (compra para vender), el periodo de fabricación es cero, y el ciclo del negocio es la sumatoria de los otros dos.
Para determinar la necesidad de capital de trabajo, la empresa necesita elaborar un flujo de caja.
El flujo de caja debe cumplir con dos requisitos fundamentales:
- Las proyecciones deben ser válidas. Es decir, la compañía debe ser capaz de presupuestar de forma acertada sus entradas y salidas de dinero. En otras palabras, el presupuesto de caja debe ser confiable (debe tener capacidad predictiva).
- El presupuesto de caja debe tener un horizonte de planificación igual a su ciclo del negocio (concepto examinado en párrafos anteriores).
Si el flujo de caja abarca un horizonte de planificación igual al ciclo del negocio, se puede asegurar que el máximo déficit de caja aparecerá en esa proyección.
Asimismo, la empresa podría no necesitar capital de trabajo adicional si ya lo tiene incorporado en sus flujos. Esto no implica que la empresa no tenga capital de trabajo; toda empresa tiene una cierta necesidad de fondos para financiar su operación. Si el flujo de caja no presenta déficits, la empresa ya tiene el capital de trabajo cubierto en sus flujos. En este caso, la empresa podría utilizar estos excedentes de caja en inversiones de corto plazo.
Las principales alternativas de inversión que una empresa puede considerar para colocar estos excedentes de caja son las siguientes:
- Renta fija.
- Fondos Mutuos.
- Renta variable.
- Prepagos.
- Prontos pagos.
Instrumentos de Renta Fija
La renta fija es un instrumento de inversión a corto, mediano y largo plazo que constituye un activo para su poseedor y una deuda para quien lo emite.
Se denomina de renta fija porque su rendimiento es conocido al momento de su compra o contratación. El instrumento más común es el depósito a plazo. En un depósito a plazo, el titular del documento (pagaré) presta una cantidad de dinero a un banco determinado, por un número específico de días (generalmente 30 días) a una tasa previamente acordada. Para el ahorrador, el depósito es un activo, y para el banco, es un pasivo (deuda).
El ahorrador sabe con exactitud la cantidad de dinero que generará su inversión antes de su vencimiento.
Este tipo de inversión se contrata porque, dentro de ciertos parámetros, es un acuerdo entre dos partes (el inversionista o ahorrador y el banco). En este acuerdo se fijan la tasa de interés, el plazo (los días), el monto y la condición del documento (al portador, a la orden o nominativo).
Características de los Instrumentos de Renta Fija
Los instrumentos de renta fija constituyen deuda para quienes los emiten y un activo para el tenedor (quien los adquiere). Se denominan así porque su rendimiento es conocido al momento de la contratación o compra.
La renta fija está compuesta por un amplio conjunto de valores negociables emitidos por las administraciones públicas (**deuda pública**) y las entidades privadas (**renta fija privada**). Estos valores son adquiridos por inversores a modo de préstamo, concedido a cambio de la obtención de intereses.
La inversión en renta fija no está exenta de riesgos. Como en cualquier préstamo, existe el riesgo de no cobrar los intereses que el emisor se ha comprometido a pagar, e incluso, en situaciones de insolvencia, la no devolución del principal. De ahí la importancia de la calidad crediticia del emisor. A este tipo de riesgo se le denomina riesgo de crédito. Además, la renta fija también presenta el riesgo de mercado (variaciones en el valor como consecuencia de las oscilaciones en los tipos de interés).
En resumen, los instrumentos de renta fija poseen dos riesgos principales: el riesgo de emisión o riesgo de crédito, y el riesgo de mercado. Este último riesgo surge si el propietario del instrumento de renta fija decide venderlo antes de su vencimiento.
Formas de Pago de la Renta Fija
Los instrumentos de renta fija pueden pagarse de diversas maneras, las cuales quedan estipuladas al momento de su contratación. En teoría, pueden existir tantas formas de pago como el emisor desee.
Sin embargo, existen cuatro formas típicas de pago para la renta fija:
- Pago de capital e intereses al final del periodo: Esta forma es común en los depósitos a plazo, por lo que se conoce como «tipo depósito a plazo».
- Pago de intereses periódicos con amortización total del capital en una sola cuota al final del periodo.
- Cuotas iguales y sucesivas de pago de intereses y amortización de capital: En la última cuota se extingue totalmente la deuda. Este tipo de amortización se conoce como «tipo dividendo». Para este método de pago, es necesario construir una tabla de amortización que separe los intereses de la amortización de capital. Los intereses y la amortización de capital varían de periodo en periodo, aumentando el monto de la amortización de capital y disminuyendo el pago de intereses a medida que el documento se acerca a su extinción.
- Amortizaciones extraordinarias de capital: Similar a la forma anterior, pero considera amortizaciones extraordinarias de capital que se realizan por sorteo y extinguen una lámina completa de deuda. El pago anticipado de la letra se hace a valor par. Esta forma se denomina «tipo letra hipotecaria».
Emisores de Renta Fija
Dado que el principal riesgo de la renta fija es la posibilidad de no pago de los intereses o del capital e intereses (riesgo de emisión), los emisores de renta fija están altamente regulados. En Chile, los emisores de renta fija se clasifican en tres grandes tipos:
Emisores Estatales
Son emisores de deuda que corresponden a organismos de gobierno. Los más importantes son el Banco Central, el Banco del Estado y la Tesorería General de la República.
Bancos Privados
La banca privada también está autorizada a emitir renta fija, lo cual realiza a través de depósitos a plazo y la emisión de letras hipotecarias, documentos destinados a recaudar fondos para el financiamiento de créditos para la vivienda.
El funcionamiento de una letra hipotecaria es el siguiente:
El banco emisor de la letra hipotecaria evalúa a un conjunto de clientes que desean adquirir viviendas. Una vez evaluados, determina la cantidad de dinero (expresado en UF) necesaria para la adquisición de estas viviendas y emite letras hipotecarias por el monto requerido a una tasa de interés atractiva para los inversionistas. Una vez que ha colocado las letras en el mercado y ha recaudado los fondos necesarios, otorga los créditos hipotecarios a cada uno de los clientes. Con estos fondos se adquiere la vivienda que necesita el cliente del banco. La tasa de interés a la cual el banco presta estos dineros es superior a la que el banco se comprometió a pagar a los inversionistas.
Con los flujos obtenidos mediante el pago de dividendos por parte de los clientes, el banco hace frente a los pagos que debe realizar a los inversionistas que adquirieron las letras hipotecarias.
Es una operación de bajo riesgo para el banco, ya que la propiedad queda en garantía hasta que el cliente finalice el pago del crédito hipotecario. Además, se contratan seguros de desgravamen que cubren el fallecimiento del deudor. En este caso, el seguro paga la propiedad al banco, y los herederos del deudor quedan con la propiedad saneada.
Las letras hipotecarias emitidas por los bancos tienen buena aceptación entre los inversionistas institucionales, quienes las incorporan a sus carteras de inversión. Quienes adquieren estos documentos son las compañías de seguros, los fondos de pensiones, los fondos mutuos y los bancos de inversión.
Las Empresas
Las empresas también pueden emitir instrumentos de renta fija para captar fondos que financien sus planes de inversión. La renta fija que emiten las empresas se denomina genéricamente bonos.
Las empresas que emiten renta fija deben cumplir una serie de requisitos destinados a asegurar a los inversionistas.
Para que una empresa pueda emitir bonos, debe ser primero una Sociedad Anónima Abierta. Además, sus acciones deben ser elegibles por los fondos de pensiones para conformar sus carteras de inversión, y deben cumplir con una serie de normas impuestas por la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) para que su emisión de renta fija sea autorizada.
Uso y Fuente de Fondos
El uso y fuente de fondos es una herramienta analítica complementaria al análisis financiero. Esta herramienta permite identificar cómo la empresa utilizó sus fondos y de dónde los obtuvo.
El uso y fuente de fondos surge de la comparación de dos balances, generalmente anuales (al 31/12) y consecutivos.
Para elaborar esta herramienta, es necesario recordar conceptos previamente mencionados, como el capital de trabajo, y aceptar algunas convenciones.
El concepto de capital de trabajo que se manejará en la elaboración de esta herramienta será el contable, que es la diferencia entre los activos circulantes y los pasivos circulantes (Activo Circulante – Pasivo Circulante).
De acuerdo con esta definición, cuando una partida de activo circulante aumenta, y se mantiene todo lo demás constante, el efecto del aumento de esta partida sobre el capital de trabajo será un aumento.
Si la partida de activo circulante disminuye, entonces el capital de trabajo también disminuirá. Es decir, se establece una relación directa entre el activo circulante y el capital de trabajo: si una partida de activo circulante aumenta, el capital de trabajo aumenta; si disminuye, el capital de trabajo también disminuirá.
Por otro lado, de acuerdo con la definición contable del capital de trabajo, si una partida del pasivo circulante aumenta y todo lo demás permanece constante, el capital de trabajo disminuirá. Si una partida del pasivo circulante disminuye, el capital de trabajo aumentará. Se establece una relación inversa entre las partidas del pasivo circulante y el capital de trabajo: si el pasivo circulante aumenta, el capital de trabajo disminuye; si el pasivo circulante disminuye, el capital de trabajo aumenta.
Convenciones para el Estado de Uso y Fuente de Fondos
Las convenciones que adoptaremos son las siguientes:
- El recurso principal que tiene la empresa es el dinero. Este recurso se puede obtener o gastar (aplicar).
- Si una cuenta de activo aumenta, asumiremos que la empresa adquirió algo, por lo cual tuvo que pagar una determinada cantidad de dinero. Dado que el recurso de la empresa es el dinero, cada vez que aumenta una partida de activo (cualquiera sea su naturaleza), se considera un recurso aplicado (la empresa aplicó dinero para obtener una mayor cantidad de activo).
- Si una cuenta de activo disminuye, se considerará que la empresa vendió ese activo, por lo cual obtendrá una cantidad de dinero igual a esa disminución. Por lo tanto, la empresa obtuvo una cantidad de recursos. En consecuencia, una disminución de una cuenta de activo es un recurso obtenido.
- Por otro lado, si una cuenta de pasivo aumenta, significa que la empresa se está endeudando, es decir, está asumiendo una obligación a cambio de una cantidad de dinero, lo que implica una obtención de recursos. Por lo tanto, asumiremos que cualquier aumento de una cuenta de pasivo es una obtención de recursos.
- Si las cuentas de pasivos disminuyen, la empresa está cancelando sus obligaciones, lo cual realiza con dinero. Desde este punto de vista, la disminución de un pasivo es un recurso aplicado.
- Los aumentos de capital de trabajo se consideran recursos aplicados (la empresa necesita una mayor cantidad de dinero para operar el negocio sin caer en insolvencia técnica). Las disminuciones de capital de trabajo se consideran recursos obtenidos (la empresa necesita menos dinero para operar el negocio, por lo cual libera recursos).
- Las cuentas de patrimonio representan el dinero que la empresa debe a los socios o accionistas (un pasivo no exigible), por lo cual las cuentas de patrimonio se tratan de igual manera que las cuentas de pasivo.
Una vez adoptadas estas convenciones, podemos construir un estado de uso y fuente de fondos. Para ello, se elabora una hoja de trabajo, tal como se muestra en el siguiente cuadro.
Como se puede observar, se ha creado una hoja de trabajo con cuatro columnas:
- Aumento de capital de trabajo.
- Disminución del capital de trabajo.
- Recursos obtenidos.
- Recursos aplicados.
En las dos primeras columnas se registran los movimientos de las partidas del circulante (aquellas que afectan el capital de trabajo). Este registro se realiza según cómo la cuenta afecte al capital de trabajo. Por ejemplo, si es una cuenta de activo circulante y aumenta, el aumento se registra en la columna «Aumento de capital de trabajo».
Se completa sucesivamente de acuerdo con la afectación de cada cuenta al capital de trabajo (tal como se explicó en los párrafos precedentes).
Una vez registradas todas las variaciones que afectan al capital de trabajo, se totalizan. Si el total de los aumentos es mayor que el total de las disminuciones, se produce un aumento neto del capital de trabajo por la diferencia entre ambas columnas. Si la columna de disminuciones es mayor que la de aumentos, entonces habrá una disminución neta del capital de trabajo.
Recuérdese que un aumento del capital de trabajo es un recurso aplicado, y una disminución es un recurso obtenido.
En la hoja de trabajo presentada, las cuentas circulantes, que son las que afectan al capital de trabajo, se han resaltado en amarillo.
En la tercera y cuarta columna se registran las variaciones de las otras cuentas (aquellas que no afectan el capital de trabajo, es decir, las fijas o de largo plazo). Las variaciones de estas partidas se registran de acuerdo con las convenciones asumidas anteriormente. Es decir, si una cuenta de activo fijo aumenta, la variación se registra en la columna «Recurso Aplicado», y así sucesivamente.
Una vez completadas las columnas de recursos aplicados y obtenidos, se totalizan y se considera el aumento o disminución del capital de trabajo como un recurso aplicado u obtenido, según corresponda.
Los recursos aplicados deben ser iguales a los recursos obtenidos, considerando la variación del capital de trabajo.
A continuación, se muestra una hoja de trabajo desarrollada:
Posteriormente, se realiza una cuadratura, que es la siguiente:
Cuadratura de Recursos Aplicados y Obtenidos
Recursos Aplicados:
- Aumento de activos fijos: $20.809
- Aumento del capital de trabajo: $32.708
- Total recursos aplicados: $53.517
Recursos Obtenidos:
- Disminución de otros activos: $408
- Aumento deuda de largo plazo: $6.410
- Aumento Utilidad ejercicio: $14.580
- Aumento Utilidad acumulada: $32.119
- Total recursos obtenidos: $53.517