Educación Familiar en Valores: Pilares para la Sociedad Actual

La Familia como Pilar de la Educación en Valores

El Desafío Moral Actual y el Rol Parental

Estamos ante la necesidad de un salto moral, y este podría venir de la familia. La familia es el primer espacio generador de valores. Se necesitan nuevos valores —cooperativos, participativos, más compasivos— para poder enfrentarnos a esta crisis moral.

Los padres actuales han pasado por varias generaciones, lo que les ha llevado a dejar a un lado las normas en aras de una mayor tolerancia, buscando evitar ser percibidos como autoritarios. Sin embargo, ahora se han dado cuenta de la necesidad de volver a valores fundamentales como el respeto. Este retorno implica un salto moral que requiere actuar con una clara conciencia de la crisis de valores. Es fundamental:

  • Actuar como adultos responsables: Cuidar y enseñar a los hijos.
  • No sentirse desautorizados: Encontrar el equilibrio adecuado.

A menudo, a los padres les cuesta implementar valores porque, habiendo vivido en diferentes generaciones, pensaron que era el momento de fomentar una mayor autonomía e independencia en sus hijos. Ahora, de repente, es necesario dar un salto moral, recordar y reforzar la importancia de valores como el respeto y la tolerancia.

Establecer normas ayuda a los hijos y no significa ser autoritario; al contrario, es una muestra de respeto. Aunque a los padres les dé miedo poner normas y límites, es un acto moral que forma parte de un proyecto educativo integral. Si un hijo muestra falta de respeto hacia su hermano, es crucial establecer un límite para que aprenda a controlar sus impulsos, especialmente si es un modelo a imitar para el más pequeño. Aunque muchas situaciones ocurran en el colegio, los padres deben establecer normas y límites en casa.

Es vital comprender que establecer normas no es sinónimo de autoritarismo; por el contrario, es una manifestación de respeto y una forma esencial de inculcar valores.

Programas Destacados de Educación en Valores

A continuación, se presentan diferentes programas de educación en valores que demuestran el compromiso con el desarrollo moral y social:

  • Casa de los Niños (Comunidad de Madrid): Ubicado en el medio rural, su objetivo es apoyar la competencia educativa de las familias.
  • Proyecto Capitulaciones ’92 (Ayuntamiento de Santa Fe de Granada): Desarrollado en Centros Municipales de Atención Familiar para niños de 0 a 3 años, fomenta la participación activa de las familias, incluso en la programación de actividades.
  • Espai Familiar (Ciudad de Barcelona): Dirigido a niños de 0 a 3 años que no asisten a ningún servicio educativo y a sus familias, busca mejorar las prácticas educativas familiares.
  • Preescolar Na Casa (Galicia): Enfocado en niños menores de 6 años de ambientes rurales que no acuden a la escuela infantil ni a un parvulario.
  • Proyecto Avanzada (Ayuntamiento de Fuenlabrada): Orientado a niños menores de 6 años y sus familias, con un fuerte acento preventivo en situaciones de riesgo.

La Educación en Valores: Una Dimensión Transversal

El Ser Humano como Ser Moral y la Crisis del Individualismo

Debemos partir de la premisa de que el hombre es un ser moral; por lo tanto, existe una dimensión moral inherente a la persona. Asimismo, existe un consenso social sobre la necesidad de la educación en valores en la sociedad actual. En definitiva, la educación en valores goza de una gran transversalidad, puesto que toda educación es, en esencia, educación moral.

Por otra parte, en la actualidad, hay una gran diversidad de agentes socializadores y transmisores de valores, como la familia y los medios de comunicación. Sin embargo, los modelos de identificación atraviesan hoy una gran crisis, lo que nos lleva a una sociedad profundamente individualista, donde solo prima el interés personal.

La Familia como Modelo Integrador de Valores

La familia se erige como un modelo no fragmentado, ya que en ella se viven las experiencias de los valores de manera continua y su importancia perdura a través del tiempo (infancia, adolescencia). Por tanto, ofrece una experiencia de valor ininterrumpida.

Como se ha dicho, “La familia ayuda a interiorizar las influencias culturales y sociales para convertirlas en algo significativo para cada persona y a su vez proporciona los símbolos para interpretar dicho contexto y aliviar al ser humano de la angustia de enfrentarse él solo al mundo.”

Funciones Esenciales de la Familia en la Educación Moral

La familia cumple funciones vitales en la formación moral de sus miembros:

  • Acogida que ofrece invulnerabilidad a los niños.
  • Aprendizaje de la tolerancia: En la familia, somos aceptados tal y como somos en realidad, lo que fomenta la comprensión y el respeto mutuo.
  • Acompañamiento: Guía a los hijos en su desarrollo.
  • Aceptación de la realidad del otro: Enseña a reconocer y respetar la individualidad de cada miembro.
  • Responsabilidad: Destaca la gran responsabilidad hacia otro ser humano.
  • Diálogo: Subraya la importancia de la comunicación abierta y constante.
  • Búsqueda de sentido: Ayuda y acompaña a los jóvenes en su búsqueda de un propósito en la vida.