El Texto como Unidad en la Traducción: Mecanismos y Factores Clave
Análisis Textual en Teoría y Práctica de la Traducción
7.1. Análisis Textual y Traducción
La lingüística textual influye sobre la traductología
El desarrollo de la lingüística textual ha tenido gran relevancia para la teoría de la traducción a partir de los años 80. La lingüística textual surge inicialmente a fin de solucionar problemas de análisis lingüístico cuyo dominio rebasaba los límites de la oración. La teoría de la traducción adopta de inmediato las aportaciones de estos primeros desarrollos de la lingüística textual, porque, evidentemente, el traductor “traduce textos y no oraciones” (E. Coseriu). Sucede, por ejemplo, que son relativamente comunes operaciones de supresión o creación de puntos y seguido. Esto es, las marcas oracionales pueden (o, en algunos casos, deben) desplazarse en el proceso de traducción.
La traductología influye sobre la lingüística textual
El contraste interlingüístico llevado a término por la actividad traductora no solo permite confirmar la utilidad del instrumental teórico de la lingüística textual en la descripción / explicación de dicha actividad o en la formulación de criterios o reglas que la orienten, sino que constituye una fuente continua de interrogantes para la propia lingüística textual. El contraste lingüístico asociado a la práctica de la traducción nos permite descubrir, entre otras cosas, la variabilidad intercultural tanto de la tipología textual, como de los mecanismos básicos de textualización. La necesidad de dar un tratamiento conjunto al binomio lengua-cultura, o la percepción de las marcas o presupuestos culturales en la organización de un texto, hacen que en la actividad traductora encuentre la lingüística textual uno de los factores claves que han propiciado su progresiva pragmatización: un tipo de texto representa un modelo de acción comunicativa cuya naturaleza debe explicarse en el contexto socio-cultural donde se lleva a cabo.
Orientación pragmática en lingüística textual y traductología: texto como unidad discursiva y proceso comunicativo.
La orientación pragmática en lingüística textual es la que lleva finalmente a concebir un texto como una unidad discursiva, esto es, como un proceso comunicativo que debe encontrarse enmarcado y determinado por una situación comunicativa. El carácter de unidad discursiva de un texto se manifiesta a través de los Mecanismos de Textualización, que dotan de cierto grado de homogeneidad al producto textual, esto es, todo aquello que hace que un conjunto de frases adyacentes pueda considerarse una unidad comunicativa. La dimensión mental subyacente que explica o justifica los mecanismos de textualización, y define el porqué o para qué de un producto textual, consiste en una serie de Factores de Textualización.
7.2. Mecanismos de Textualización
El carácter homogéneo de un texto se manifiesta tanto en el plano formal como en el plano del contenido. Se conoce normalmente como ‘cohesión’ a la homogeneidad o congruencia en el plano de la forma y como ‘coherencia’ a la homogeneidad o congruencia en el plano de los contenidos. No siempre es fácil establecer la frontera entre mecanismos de cohesión y coherencia, pero en términos al menos aproximativos podemos establecer lo siguiente:
Mecanismos de cohesión:
- Repetición de unidades léxicas a lo largo de un texto.
- Unidad de registro expresivo en la selección de unidades léxicas.
- Uso de pronombres con funciones anafóricas (el pronombre remite a nombre aparecido antes) o catafóricas (el pronombre remite a nombre que aparece después).
- Uso de conectores oracionales (conjunciones, como ‘pero’, cuyo espacio de conexión no rebasa el límite de un punto y seguido) o extraoracionales (marcadores discursivos, como ‘sin embargo’, cuyo espacio de conexión rebasa el límite de un punto y seguido).
- Homogeneidad en la complejidad sintáctica.
- Etc.
Mecanismos de coherencia:
- El texto debe ofrecer de manera recurrente indicios sobre su macroestructura o estructura de contenidos básica. Esta macroestructura puede ser estructura argumental básica en textos argumentativos, estructura de personajes en textos narrativos, o plan descriptivo general en textos expositivos.
- Adecuación del título de un texto a sus contenidos.
- Distribución apropiada de partes o capítulos.
- Distribución homogénea de párrafos.
- Ideas recurrentes.
- Etc.
La práctica traductológica nos muestra, en general, problemas a la hora de buscar equivalencias en los elementos formales identificadores de género textual y en los mecanismos de cohesión o coherencia. Estos mecanismos pueden diferir de lengua a lengua, o cultura a cultura. Por ejemplo, dentro de los mecanismos de cohesión, el inglés puede usar repeticiones léxicas donde el español utiliza pronombres con función anafórica, o puede usar conectores extraoracionales donde en español tenemos conectores oracionales, lo que se explica también por las diferencias en la complejidad sintáctica oracional. Dentro de los mecanismos de coherencia la práctica traductológica nos muestra también dificultades a la hora de entender, por ejemplo, la adecuación del título de un texto a sus contenidos, o a la hora de reflejar de manera más o menos explícita la macroestructura textual. (Para una ampliación de este tema nos remitimos a López Guix y Wilkinson (1997) Manual de Traducción, Barcelona, Gedisa: pp. 193-232)
7.3. Factores de Textualización
Los factores de textualización han sido de gran interés para determinadas escuelas traductológicas. Cabe mencionar en este sentido a Neubert and Shreve (1992) (tradición vinculada a la escuela de Leipzig), Hatim and Mason (1997) (tradición británica). La teoría de la argumentación francesa ha contribuido también, desde otra perspectiva, al estudio de determinados factores de textualización de interés para el traductor. Textos formalmente coherentes y cohesionados serían el resultado de aplicar factores de textualización como los que siguen:
Intencionalidad:
La intencionalidad entendida como propósito que guía la elaboración de determinado texto es algo determinante para su textualización, esto es, para dotarle de unidad comunicativa y perceptiva. Desde el punto de vista de la producción, el propósito o intención del autor en la elaboración de un texto puede no llegar a explicitarse, pero anima –según Neubert and Shreve (1992:71)– todo el proceso de concepción del texto y le imprime un tipo de marca o sello: “This desire to have “effect”, to achieve something with the text, shapes the profile of the text” (Neubert and Shreve, 1992: 71-72). Neubert distingue de esta forma entre lo que podríamos denominar una intencionalidad subjetiva, la del autor, y las marcas formales originadas por ella, que llegarían a ser marcas objetivas de un propósito.
Estas marcas objetivas servirán de apoyo al lector para reconstruir un proceso intencional que guía la lectura, algo imprescindible también para un verdadero acto de comprensión textual. Cuando se recomienda al traductor realizar una lectura completa del texto que va a traducir antes de iniciar el proceso traductológico propiamente dicho, se está pidiendo justamente que reconstruya este proceso intencional a partir de posibles marcas objetivas del mismo. Esto resultará imprescindible para enfocar correctamente el proceso traductológico y guiar de manera consecuente la toma de decisiones asociada al mismo.
Situacionalidad:
Por situacionalidad entendemos el marco dialógico en el que el traductor se inserta. Aunque la traducción sea un tipo de acto comunicativo diferido y que implica una actividad mental o material de escritura, las condiciones y presupuestos básicos de toda actividad comunicativa se encuentran presentes en el proceso traductológico. Cuenta en particular la manera en que concebimos al receptor de la traducción y la función comunicativa del proceso traductológico. El criterio textualizador de la situacionalidad ha sido abordado desde la teoría del Skopos alemana (Vermeer 1989), desde la teoría de la relevancia británica (Gutt, 1987) y teniendo en cuenta las máximas conversacionales de Grice (Neubert and Shreve 1992; Hatim and Mason, 1990). La situacionalidad puede entenderse en términos de “intencionalidad dialógica”, esto es, intencionalidad que cuenta con el saber del lector, con las expectativas del lector, o con las convenciones asumidas por el lector.
Referencialidad:
Por referencialidad entendemos las relaciones entre un texto y el objeto o situación extralingüística de la que nos habla. La referencialidad es factor de textualización en la medida en que contribuye a la organización del texto y le dota también de unidad de sentido. Tener claro de qué se está hablando resulta fundamental para dotar de coherencia o cohesión a un texto. Desconocer de qué se habla suele implicar, por su parte, incongruencia discursiva. El conocimiento de la temática, muchas veces especializada, del texto que vamos a traducir es fundamental para evitar errores traductológicos, pero también para conseguir efectos textualizadores (coherencia y cohesión) en el proceso de traducción.
Informatividad:
Por informatividad entendemos una particular distribución de las aportaciones comunicativas que tiene en cuenta el saber compartido o no y la capacidad de procesamiento del receptor. La informatividad implica a muchos fenómenos textuales, como la distribución en capítulos, secciones o párrafos de un texto, la pertinencia de introducciones, conclusiones, notas, etc. La informatividad afecta también al modo en que se distribuyen los contenidos explícitos e implícitos de un texto, distribución que suele verse alterada en el proceso de traducción. Una manifestación primaria de la informatividad tiene que ver con el orden lineal del discurso por el cual lo que aparece en primer lugar suele ser información compartida (tema) y lo que aparece en segundo lugar información nueva para el receptor (rema). El orden de presentación de aportaciones comunicativas es de gran relevancia para el discurso argumentativo. El sentido de una argumentación puede depender del orden en el que aparecen los términos de la misma. El traductor debe prestar especial atención a las posibles diferencias interlingüísticas e interculturales con las que se manifiesta este factor de textualización.
Intertextualidad:
Por intertextualidad entendemos la relación que un texto mantiene con otros. Esta relación se manifiesta, de manera concreta, por las referencias explícitas o implícitas que un texto puede hacer a otros textos. De manera más genérica, la intertextualidad tiene que ver con la relación que tiene todo texto con el género textual al que pertenece. Un texto no es una realidad totalmente autónoma o independiente, sino que las relaciones con otros están siempre presentes de manera inevitable. La percepción y comprensión de estas relaciones suele ser algo necesario para dotar a un texto de unidad discursiva, tanto a la hora de producirlo como de entenderlo. Por este motivo también un traductor debe conocer en algún grado el espacio intertextual en el que se inscribe el original que traduce, para comprenderlo adecuadamente y guiar la toma de decisiones traductológicas. Algo parecido debemos decir respecto al espacio intertextual meta en el que va a inscribirse el texto traducido. Los fenómenos de intertextualidad serán tanto más complejos cuanto más alejados histórica o culturalmente estén los espacios intertextuales origen y meta de una traducción. Citas o alusiones a otros textos suelen presentar problemas comunes de la práctica traductológica en el nivel microtextual.