Enfermedades por metazoos
En Alemania Virchow con su obra La Patología celular basada en su Histología, Fisiología y Patología en 1858, se consagra como la máxima figura de la patología del siglo XIX, dejando como legado su teoría “celular”; con él, todos los campos de la Patología fueron aclarados con nuevos conocimientos revolucionarios.
Con la llegada de la asepsia de manos de Lister, de los descubrimientos de Pasteur en el campo de las enfermedades infecciosas y del advenimiento de la anestesia, viene el desarrollo y progreso de la cirugía y con ella de la Patología.
Es entonces cuando se configura la Patología como rama soberana de la medicina; el patólogo recupera su prestigio y el diagnóstico histológico de la biopsia, del espécimen quirúrgico y de la citología adquieren un valor imponderable en la clínica y la cirugía moderna.
Pertenece al siglo XX una época revolucionaria de la Patología, marcada por el resurgimiento de in- numerables pioneros de la Patología quirúrgica en América. Primero con Welch, después con Stout y Ackerman, y de instituciones de prestigio como el Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas (AFIP). Con sus publicaciones del Atlas of tumor pathology, difunden e inmortalizan la Patología, sumándose el empleo de técnicas modernas como la microscopía electrónica, inmunopatología, biología molecular, fundamentales en el diagnóstico y comprensión de muchas enfermedades.
Hasta aquí, la historia de la Patología se puede desglosar en cuatro grandes periodos fundamentales. Primero con Morgagni en Italia, seguido por Francia durante las primeras cuatro décadas del siglo XIX, para continuar durante el auge de la Patología ale- mana hasta 1890, para recoger el testigo a partir de esa fecha aproximada la Patología americana, con su más vertiginoso desarrollo
CONTROL DE LECTURA N° 3: PATOLOGÍA
La Patología es el estudio de las enfermedades en su amplio sentido, es decir, como procesos o estados anormales de causas conocidas o desconocidas. La palabra deriva de pathos, vocablo de muchas acepciones, entre las que están:
“todo lo que se siente o experimenta, estado del alma, tristeza, pasión, padecimiento, enfermedad”
En la Medicina pathos tiene la acepción de “estado anormal duradero como producto de una enfermedad”, significado que se acerca al de “padecimiento”.
En este sentido corresponde en latín a vitium. La palabra griega usada para designar la enfermedad como proceso, es nosos; la latina, morbus.
Hoy se entiende por nosología la descripción y sistematización de las enfermedades.
ENFERMEDAD
El concepto actual de enfermedad corresponde en esencia a la idea formulada en el siglo XVII por Sydenham, que la concibió como entidades reconocibles por manifestaciones características, entre ellas, por una evolución o curso natural típico. Esta idea de especies morbosas, que corresponden a formas típicas de enfermar, se ve reforzada cuando una especie morbosa puede caracterizarse también por una causa determinada. Gracias a esta concepción una misma enfermedad puede reconocerse como repetida en diferentes enfermos y así se hace posible el estudio del diagnóstico y tratamiento de las distintas enfermedades. La enfermedad se concibe así como una abstracción hecha de entre los fenómenos patológicos que presentan ciertos pacientes; la delimitación de una tal entidad exige, sin embargo, la observación y conocimiento acabados de las manifestaciones particulares de cada caso. Esta es la noción de enfermedad que parece evidente hoy día en la sociedad occidental. Ahora cuesta más comprender la idea que se tuvo hasta los tiempos de Sydenham, a saber, la noción de la nosos hipocrática, según la cual la enfermedad se concebía como afección individual. Sigerist la ex- plica así: “¿Qué es la enfermedad? Es nada más que la lucha entre la fisis, la naturaleza del hombre, y el mal, siendo el síntoma la expresión de estas luchas.
Hipócrates reconoce tan sólo la enfermedad como tal, pero no las enfermedades, el paciente y su enfermedad están inseparablemente unidos, como un hecho único que nunca se repite”. Ese hecho único se explica, sin embargo, sobre una base teórica, una especie de fisiopatología general, que corresponde a la doctrina hipocrática de humores.
Etiología y patogenia
La etiología es el estudio de las causas de enfermedad. El proceso patológico mismo, esto es la serie de cambios patológicos, excluidas las causas que la originan, se llama patogenia.
La patogenia puede estudiarse desde distintos puntos de vista, básicamente, del funcional, como lo hace la Fisiopatología, o del morfológico, como lo hace la Patología general. Ambos se complementan en la comprensión de la patogenia.
La patología general es una morfopatología que consiste fundamentalmente en el estudio de los aspectos morfológicos de la patogenia. Sólo ocasionalmente las causas de la enfermedad son re- conocibles por los métodos de la morfopatología.
LA GÉNESIS CAUSAL
La génesis causal representa la explicación de la enfermedad en términos de la noción causa-efecto.
Aquí interesa conocer por qué se producen los cambios patológicos y, en particular, por qué se origina la enfermedad. La génesis causal, por lo tanto, es inherente a lo que trata la etiología, pero el análisis causal puede extenderse también a la patogenia. Así, la patogenia aparece comprendida en términos de mecanismos patogenéticos cada uno con una causa y un efecto. Si se trata de mecanismos en cadena, el efecto de uno pasa a ser causa de otro. La fisiopatología consiste esencialmente en el análisis causal de las perturbaciones de la función. La complejidad del organismo humano constituye una seria limitación en el análisis causal de la enfermedad, de ahí que los conocimientos en este aspecto sean muy fragmentarios
En la génesis causal referida a los agentes etiológicos de la enfermedad, pueden distinguirse causas desencadenantes del proceso morboso y causas pre- disponentes, el conjunto de las cuales de denomina constelación causal.
Las causas de enfermedad se han concebido primero, siguiendo la noción natural de causa, de manera determinista, es decir, como
condición necesaria y suficiente. Esta es la concepción que domina en la época de los grandes descubrimientos de la bacteriología. Posteriormente, con el descubrimiento de individuos sanos portadores de ciertos microorganismos considerados causas de enfermedad, se introdujo la noción de causa como condición necesaria, pero no suficiente. Así, el bacilo de Koch, el de Eberth o el citomegalovirus, son causas necesarias para el desarrollo de una tuberculosis, de una tifoidea y de la enfermedad por citomegalovirus, respectivamente, pero, además, se requieren otras condiciones del organismo para que haya enfermedad. Lo mismo vale para los agentes llamados oportunistas. Estas otras condiciones, entre ellas por ejemplo una inmunodepresión, corresponden a causas predisponentes. Por último, ha surgido la noción de génesis causal multifactorial, en que la acción patógena se mide como probabilidad. Según esta concepción, para saber si un supuesto factor pertenece a la constelación multifactorial, hay que comparar estadísticamente el valor de la probabilidad de que se dé la enfermedad cuando dicho factor está presente junto a otros, con el de la probabilidad cuando están presentes sólo estos últimos.
Las causas de enfermedad parecen ser mucho más numerosas que las posibles formas de reacción del organismo. En general, diversas causas pueden provocar la misma reacción. Esta situación estimula la investigación de algún factor patogenético común entre esas diversas causas, si se quiere establecer en forma más determinada una relación de causa-efecto. Por otra parte, se da también la situación de que una misma causa puede producir diversas formas de reacción. En este caso cabe investigar los factores condicionantes que expliquen la aparente diversidad de efectos. Rara vez puede inferirse la causa a partir de una forma de reacción. En este caso, se habla de reacción específica.
GÉNESIS FORMAL
La génesis formal se llama también morfogénesis.
En ella interesa saber cómo se producen las alteraciones morfológicas que se suceden en una enfermedad y cuáles pudieran caracterizar el proceso patológico. El estudio comparativo de la génesis formal permite conocer mejor las formas de reacción del organismo, hace posible caracterizar muchas enfermedades y facilita descubrir la génesis causal.