Enseñanza Religiosa Escolar: Características, Objetivos y Requisitos

Características de la Enseñanza Religiosa Escolar (ERE)

La enseñanza de la religión se entiende como una materia escolar ordinaria, ya que es una exigencia de la escuela que busca una formación integral del alumno. Por lo tanto, se imparte con el rigor intelectual y el estatus académico de cualquier otra disciplina.

También se entiende como confesional, porque, entre otras razones, tanto los padres como los hijos tienen derecho a educarse según sus propias convicciones. Por ello, se imparte desde una actitud creyente de fe y está garantizada por la Iglesia, la cual elige a los profesores.

Además, se entiende como una síntesis de fe y cultura, ya que la fe necesita enraizarse en una cultura determinada. Hay que esforzarse por alcanzar esa síntesis. La enseñanza religiosa, por tanto, es inseparable de la formación humana del alumno y se encuentra en diálogo constante con las demás disciplinas, los humanismos actuales y las ciencias de la Religión.

Por ello, no puede reducirse a una mera información sobre el fenómeno religioso en general para el alumno cristiano. Asimismo, no puede abarcar todas las dimensiones de la catequesis cristiana. La primera iniciación en la experiencia cristiana se realiza más propiamente en las instituciones de la Iglesia. Lo peculiar de la enseñanza religiosa católica consiste en una presentación del mensaje y el acontecimiento cristiano, es decir, una síntesis entre las verdades de fe y la experiencia.

ERE y Otras Formas de Educar en la Fe

La catequesis de la comunidad cristiana y la enseñanza religiosa escolar no se identifican, sino que se complementan mutuamente.

Catequesis

Con niños, jóvenes o adultos, la catequesis apunta a iniciar y madurar la fe del cristiano, echando raíces en la fe de la comunidad. Se explicita en un conocimiento progresivo cada vez más profundo del mensaje cristiano, iniciándose en los signos de la fe cristiana y alimentándose en las celebraciones litúrgicas. Se robustece en los compromisos cristianos de vida. Su origen está en el ministerio eclesial de la palabra, en el diálogo en el interior de la comunidad creyente. Hace referencia directa a la profesión de fe y a su aspecto vivencial. Se expresa dentro del marco de la liturgia. Busca la integración de la fe en el interior. Aparece el testimonio y se vive en el ámbito de la comunidad cristiana. Sus ámbitos son la Iglesia y la propia comunidad de creyentes, con auténtica libertad de funcionamiento. Está destinada a cristianos de cualquier edad que se inician o maduran su fe en el seno de la comunidad. Su principal objetivo es la maduración de la fe en el ámbito personal y comunitario.

Enseñanza Religiosa Escolar

Estimula a establecer un diálogo desde la fe cristiana entre el evangelio y la cultura humana. En su asimilación crítica, el alumno madura, integrando el conocimiento de la fe en la formación de su personalidad, incorporando el saber de la fe y asimilando la actitud cristiana en el interior de la actividad general del alumno ante la vida. Es una oferta del Mensaje Cristiano a todos, tanto a creyentes como a no creyentes. Su origen está en el ministerio eclesial de la palabra, en la relación entre la Iglesia y la institución escolar. Ilustra la fe, pretende la maduración personal, fundamenta la religión en conceptos racionales y busca la síntesis entre la fe y la cultura de la persona. Sus ámbitos serán la escuela con sus peculiaridades, adaptando los objetivos y métodos escolares. Está destinada a alumnos en edad escolar que incorporan lo religioso a la formación humana. Su principal objetivo es conseguir el diálogo interdisciplinar entre el evangelio y la cultura, con la maduración crítica del alumno.

Perfil Eclesial del Profesor de Religión

El profesor de religión católica no es solo un docente preparado para una actividad docente, sino también miembro de una comunidad, la Iglesia, que lo envía a la escuela con una misión específica. El profesor de religión realiza una serie de actividades eclesiales:

Servicios y Ministerios en la Iglesia

El profesor de religión no actúa en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia, a la que los padres, a través de la escuela, han pedido el servicio de la formación religiosa de sus hijos. Además, en nuestra Iglesia existe una colaboración y responsabilidad cada vez mayor de los laicos en la misión de la Iglesia. Esta acción no es una acción de suplencia de los sacerdotes o religiosos, sino que surge de un dinamismo de la vida cristiana y de la comunión de los creyentes con sus pastores.

Participación en la Acción de la Iglesia

Todos los miembros de la Iglesia participan, por el bautismo, en la misión salvífica de la Iglesia. Para algunos de ellos existe una vocación especial. Por esta vocación y bajo la dirección del magisterio, reciben el Espíritu de la Verdad que suscita y sostiene el sentido de la fe y la gracia de la Palabra, tan necesarios para el desempeño de su función.

El Servicio de la Enseñanza de la Religión en la Escuela

Lo realizan los profesores, no solo como creyentes, sino como colaboradores del obispo. Es un servicio eclesial, no una ocupación ocasional. Supone una madurez espiritual en quien lo desempeña. Para este servicio, el profesor de religión recibe del obispo la misión de enseñar y educar en la fe.

Requisitos para ser Profesor de Religión: DECA, DEI y Missio Canonica

Estas son las tres acreditaciones que un profesor de religión necesita para poder realizar su función en la escuela, que le acreditan y avalan su profesionalidad y su eclesialidad.

De acuerdo con la normativa concordataria y canónica, la Ley Orgánica 2/2006 del 3 de mayo de Educación, para ser designado profesor de religión católica por la Administración Educativa correspondiente, se deberán reunir los siguientes requisitos y condiciones:

  • Declaración Eclesiástica de Competencia Académica (DECA): Es expedida por la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis. Para obtenerla, además de la posesión del título académico correspondiente, es necesaria la partida de Bautismo y, para Educación Infantil y Educación Primaria, 300 horas lectivas mínimas.
  • Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI): Es expedida por el Ordinario diocesano de la localidad. Para poder obtenerla es necesario disponer de la DECA. La expedición de la DEI supone recta doctrina y testimonio de vida cristiana. Está basada en consideraciones de índole moral y religiosa, criterios cuya definición corresponde al Obispo diocesano. La DEI puede ser revocada por el Ordinario diocesano cuando deje de cumplirse alguna de las consideraciones.
  • Propuesta del Ordinario diocesano (Missio Canonica): Propuesta a la administración educativa del profesor que considere competente e idóneo para un centro escolar concreto. Supone que está en posesión de la DECA y de la DEI. La propuesta será para cada año escolar. La propuesta del Ordinario diocesano a la Administración educativa equivale a la DEI y a la missio canonica.

La Competencia Espiritual en la Enseñanza Religiosa Escolar

Se define como competencia básica el conjunto de capacidades que incluye conocimientos, actitudes, habilidades y destrezas que una persona logra mediante procesos de aprendizaje y que se manifiestan en su desempeño en situaciones y contextos diversos, haciendo eficientes a las personas en una determinada situación para resolver problemas.

La LOE establece ocho competencias básicas. Junto con la competencia emocional que introduce el decreto de Castilla-La Mancha, son nueve las competencias cuya finalidad es la de propiciar que la escuela sea un espacio favorecedor del desarrollo integral de cada niño. Sin embargo, queda incompleto sin una última competencia, no por ello menos importante: la competencia espiritual.

La competencia espiritual se define como la capacidad para estar atento a los valores espirituales, desarrollarlos, comunicarlos, vivirlos e integrarlos en la vida de la persona. Promueve la formación integral del sujeto como persona y también como hijo de Dios. Es necesario utilizar los métodos modernos para hacer accesible y comprensible la voz del Señor.

La inteligencia espiritual proporciona al sujeto la necesidad de buscar la felicidad de una manera comprometida con el mundo y con los otros. Se trata de arraigar la experiencia religiosa en la existencia del ser humano, que solo puede vivir, actuar y entender desde la experiencia. Pero, por ser la única que no está asociada a una actividad concreta, es la más desatendida en el sistema educativo, porque la mera transmisión de contenidos religiosos tampoco la educa.

Se proponen cuatro tipologías que pretenden ayudar a estudiar cómo desarrollar la competencia espiritual: la competencia espiritual básica, la trascendente, la religiosa y la cristiana.

Esta competencia no debería plantearse como algo añadido, sino como la experiencia que da forma y fundamenta a las demás, como un conjunto de procesos y acciones educativas orientadas a dinamizar a la persona. No es la transmisión de un saber, sino un conjunto de actividades que despierten el sentir espiritual, una perspectiva que pone en marcha las ganas por saber. Se pretende del educador una personalidad espiritual madura que exprese una profunda vida cristiana.

El desafío consiste en realizar una renovación en clave experiencial, formarnos para ser unos auténticos buscadores y transmisores de experiencias. Lo espiritual tiene un carácter dinámico, de búsqueda; tan importante es el camino como la pregunta que nos planteamos.